¡Hola hola! Aquí traigo la última viñeta del fic, cuya emoción protagonista (aunque como veréis, hay otras), es el odio.

Espero que os guste y... ¡Nos vemos al final!


3. Miscelánea.

"El amor tiene un poderoso hermano, el odio. Procura no ofender al primero, porque el otro puede matarte."


Hacía mucho tiempo que Hermione no escuchaba insultos, y menos de tal carácter. Con la ausencia de Voldemort el último curso, todos parecían más relajados, más reacios a sacar a relucir sus antiguos prejuicios. Ninguno quería ser el que sembrara la semilla de la discordia.

Por eso cuando Draco Malfoy, al que había llegado a apreciar y quizás algo más, le dedicó semejantes palabras, no pudo sino odiarle con todo su alma. Lo intentó con todo su ser, con cada tramo de su cuerpo, cuando paseaba por los mismo lugares que ella ¡Por sus sitios favoritos! Te odio, había escupido, con todo el asco que había podido. Que no fue mucho, pues no era aversión el carácter del cosquilleo de su estómago, sino otra cosa más difícil que no estaba dispuesta a admitir.

Aunque no le odiaba tanto como lo hacía el pobre Draco en esos instantes. Que, tras pronunciar su sentencia, quiso arrancarse la lengua con un par de tenazas. Pero eso ella no lo sabía, claro, qué iba a saber.

Le odio—le había dicho a Ginny, cuando llegó a la sala común aquel día con un humor de kneazles.

Le odio—había murmurado, cuando le vio en la biblioteca sentándose en la otra esquina de su mesa preferida, casi segura de que le oía.

—Le odio —gritó, una vez llegó al lago: El único sitio dónde parecía que podía desahogarse a gusto, sin preocuparse porque alguien le mirara como si necesitara tratamiento en San Mungo.

Estaba frustrada. El pensar que había perdido el último año con una persona que no había cambiado su actitud un ápice, que tan solo quería manipularla, le hacía hervir la sangre. Porque Hermione no era estúpida. Sabía que en ningún momento Malfoy le había prometido nada, pero seguía sintiéndose dolida. Una cosa era no esperar demasiado y otra eludir todo tipo de compromiso por su parte. Su cabeza era una auténtica miscelánea de sentimientos y no sabía muy bien qué hacer al respecto.

Así, cuando el objeto de su rencor apareció entre los árboles, con mirada compungida, lo primero que le mandó el instinto fue ir, y darle un golpe en el pecho tan fuerte como pudo. Que a juzgar por como permaneció en su posición, no fue demasiado.

Genial.

Malfoy permaneció estático durante unos segundos. La tensión presente entre ambos podría cortarse con el filo de un cuchillo. Hermione tenía la respiración agitada, y cuando sus miradas hicieron contacto, pudo fijarse en que las pupilas de sus ojos habían sido invadidas por una oscuridad desconcertante.

No tuvo tiempo de oponerse, se encontró de pronto sujetada por él y con sus labios chocando torpemente. Hermione reaccionó por instinto, le pegó una bofetada que le alejó de ella al instante. Malfoy se llevó la mano a la mejilla.

—De acuerdo —Ella seguía boquiabierta.—, esa SÍ que ha dolido.

Hermione comenzó a bombardearle.

—¿¡Pero te has vuelto loco!? ¿¡Qué pretendías!? Primero eres mi enemigo acérrimo, luego finges ser mi amigo y disfrutar de mi compañía, y después me vuelves a insultar. Eres un desgraciado, Draco Malfoy. ¿Dicen que las chicas somos complicadas? ¡JÁ! —se jactó—. ¡Tendrían que conocerte a ti, Lord No-sé-lo-que-quiero-ni-por qué-hago-lo-que-hago! ¿Y seguidamente me besas? —inquirió aún más incrédula—. ¡Eres un estúpido! —Plas, otro golpe en el pecho. Y continuó acompañando cada insulto con un ataque más—. Y un pervertido, y un sinvergüenza, y un caradura, y un... ¡Todo!

Hermione se tambaleó tras soltar todo lo que llevaba dentro. Se había apoderado de ella una ira desconcertante, pero ya se encontraba más liberada. Draco permaneció mirándole tranquilo, inmune al resquicio de la bofetada, que aún le palpitaba en el rosto. Cuando pensó que se había calmado lo suficiente, se dirigió a ella con voz tranquila.

—¿Has terminado ya?

Hermione pareció considerarlo seriamente.

—Por ahora —terminó diciendo—, sí.

—Bien —replicó él, complacido—. Ahora, si me dejas hablar —enfatizó—, podré explicarte que, lo que te dije, y es más obvio teniendo en cuenta los acontecimientos recientes, fue un error —Hermione rodó los ojos y murmuró un no me digas que Draco decidió ignorar—. A lo largo de este año no he tenido la intención de manipularte. Sí que disfrutaba de tu compañía, para sorpresa de algunos de mis amigos.

—¿Entonces por qué actuaste así? —le interrumpió—, ¿no eres capaz de asimilar lo que dices, o qué pasa?

Bruja del demonio, ¿es que no podía dejarle acabar?

—Si actué así —continuó él, pasando por alto su comentario—, es porque me puse nervioso. No estoy acostumbrado a sentirme de este modo y menos por ti —Que él hablara sin tapujos de sus emociones dejó sin habla a Hermione, así como un leve rubor. Lo ha admitido—. Merlín, ¡incluso Blaise me dijo que a este paso me iba a convertir en una chica! Estaba asustado, y creí que alejarme sería lo mejor.

Hermione, con los brazos en jaras, le observó aún frunciendo los labios, pero su mirada había perdido el odio de sus trazos.

—Pues no ha sido una estrategia muy inteligente —puntualizó—, claro que no me sorprende.

Aquello estaba mejor, soltar pullas era moverse en un terreno que conocía. La expectación flotaba en el ambiente. Hermione le miró preguntándose que significaba entonces lo que acababa de suceder.

Malfoy se adelantó a cualquier cuestión.

—¿Podemos besarnos ya?

¿Pero cómo podía ser tan...?

No pensó nada más. Porque de pronto Draco le sujetaba por la nuca y la espalda y no podía pensar en otra cosa que no fueran sus labios moviéndose fervientemente contra los suyos, acariciándolos. En el contacto que mantenían, ardiente. En las reacciones que le causaba.

Que la suya era la historia de dos personas que hasta que no se tienen, no se encuentran,

Y que, bueno, ya discutirían.

Tenían aún muchos años por delante para discutir.


Bueno, ¡pues hasta aquí hemos llegado! No estoy 100% satisfecha con el resultado, pero oye, el límite de palabras no da para más. ¿Podría haber hecho una reconciliación épica entre ambos, o un desarrollo increíble de su relación? Lo podría haber intentado, pero eso queda para un longfic :) El word me marca en este capítulo (sin disclaimer, citas y demás) 974 palabras. He ido al límite todo el rato, ya lo siento.

En cualquier caso, se apreciarán de veras sugerencias para mejorar, comentarios constructivos, tomates, aplausos, abucheos... ¡Todo! Simplemente escribiendo un par de líneas en la casilla de abajo, que no muerde y todo sirve para mejorar ;)

Espero que os haya gustado, que hayás disfrutado y... ¡Hasta otra!

Electrica out.