Historia dedicada a blossomxbrick0411999. Por las conversaciones en Facebook.

¡Oh! tengo una pregunta, ¿¡Cómo es que todo mundo consigue mi cuenta de Facebook?!

Pd: No tengo mi computadora aún, pero hay gente generosa que me presta para que escriba. A mi hermana y los hermanos de Mix, gracias. Los dos últimos son unos completos tontos.

Pd2: Odio el chocolate blanco. De mi odio saqué el fic.


Chocolate blanco

Brick observo la caja con pequeños chocolatitos que le había regalado a su novia. Le parecía extraño que, siendo Momoko una adicta al azúcar y el chocolate, haya rechazado con tanta pasión aquellos pequeños trozos de chocolate blanco. Pero allí estaban, siendo dejados a un lado. Olvidados y rechazados.

Era extraño ver eso; una adicta a todo aquello que contuviera azúcar, rechazando unos cuantos chocolates. Su culpa por ser blancos.

—No se deberían de desperdiciar —habló, tomando uno de los chocolates y llevándoselo a la boca. Momoko le dio una mirada envenenada al pequeño dulce. Estaba profanando aquellos labios que solo ella tenia derecho a degustar.

—No deberían de existir. Son feos; su sabor es horrible. Dejan una sensación rara en el paladar, y no una sensación buena.

—Yo no los encuentro feos —colocó un chocolate entre sus labios, probocándola—. Saben ricos.

—Digas lo que digas, hagas lo que hagas, no cambiare de opinión.

Los labios de Brick se curvaron en una sonrisa traviesa, al momento que deboraba de nueva cuenta, otro chocolatito.

—Yo no estaría tan seguro de eso —dijo en un susurro ronco.

Le tomo del mentón con delicadeza, juntonado sus labios en un beso que pronto se volvería apasionado. En una danza por querer tener el control y dejar sin aliento al otro.

— ¿Qué decías?

Le sorprendió encontrarla con expresión molesta y el ceño bastante fruncido.

—Otra razón por la cual odiar el chocolate blanco; arruinan con sus sabor, los bueno besos.

—Pero el beso estuvo bien, ¿Verdad? —cuestionó.

—O sí, ninguna queja de eso. Solo fue el sabor de el chocolate el que arruino un beso increíble —dichas estas palabras, volvió a su tarea de devorar lo chocolates restantes, sin siquiera tocar aquellos que pronto, también se convertirían en algo lo cual él odiaría.