Hola ¡hola chicas! Bienvenidas a mi nuevo proyecto, ya se ¿Qué no tienes otra cosa que hacer? Pues…en mi tiempo libre, como se han dado cuenta, adoro escribir, y cuando tengo un proyecto en la punta de los dedos, debo sacarlo.

Ya se, no habrá acción, o no mucha, este es un vistazo a la vida en tiempos tranquilos de los santos dorados en el santuario.

¡espero me tengan paciencia!

¡déjenme saber su parecer!¡con un buen REVIEW!

Saint seya, es propiedad de Masami Kurumada, yo solo, les intento dar todos los vistazos de los personajes.

Rutina dorada.

Enero, mes del suplicio de Aries.

El silencio era apaciguador, en la calma que se precedía al amanecer, en la primera casa, todos dormían, ya un Kiki de 14 años estaba en esa casa, el despertador sonó al mismo tiempo en las 12 casas, los ojos azules del primer guardián se abrieron.

-ya es hora de levantarse. Dijo Mu de Aries a la nada, seguro sería otro buen día, regular, sin novedades graciosas que contar, se arregló y vistió, procedió a preparar el desayuno.

-debo levantar a Kiki, cuando no es su semana de cocinar, quiere quedarse hasta las 5. Suspiró el primer guardián desanimado, sonrió.

-y yo se lo he permitido. Dijo mientras hacía desayuno para 13 personas, era una costumbre de los dorados, de ir cada mes rotando las casas. Mu sonrió y se acercó al dormitorio de Kiki.

-arriba Kiki, andando. El púber se removió en sus sábanas –un minutito mas, maestro. Dijo el joven, Mu suspiró.

-vamos Kiki, no tenemos todo el día. Kiki mugió, abrió un ojo.

-entrenamos duro todos los días, por Athena, déjeme dormir un poco mas. Mu sonrió, calentó el dormitorio.

- ¡oh!¡ya voy!¡ya voy! El guardián de Aries rió contento.

-eso nunca falla. Aseguró feliz regresando a la cocina, sirvió en el comedor, justo a tiempo.

-buenos días Máscara. Saludó Mu –no se que tienen de buenos, carnero apático, todo es igual, la mañana es fría y seguro debemos ser niñeros de la señorita Shaina. Mu sonrió.

-eso no va tan mal, es una niña encantadora, ya tiene 4 años. Máscara volvió a gruñir.

-detesto a las renacuajas. Saga llegó, el traía una lata de leche, por norma concebida después de muchos años de disputas, cada uno debía traer algo a la casa.

-buenos días. Dijo Saga, Mu le respondió el saludo de forma cordial, Máscara por su parte, gruñó lo mismo que había dicho con anterioridad, Saga lo ignoró.

- ¿Qué hay para desayunar Mu? Preguntó –oh, lo de siempre, pan tostado, para tostadas o sándwiches, frutas, te o café, hot cages, cereales con yogurt, panecillos rellenos de crema y una novedad, llamada arepas. Saga sonrió.

- ¿de donde sacaste esa receta Mu? Preguntó interesado –es del nuevo aprendiz de Misty, Argenes. Saga asintió-

-no les veo mucha diferencia de un pan. Mu sonrió –son deliciosas, se acostumbran con cosas saladas, ya las probarás. Máscara iba a tomar el café para servirse, pero Mu, le dio con un tenedor, el italiano se quejó, al tiempo que Aldebarán entraba jovial como siempre.

- ¡buenos días! Exclamó feliz Saga y Mu le regresaron el saludo formal, pero Máscara se volvió a encontrar gruñón.

-con ese gesto tan duro, nadie va a quererte. Dijo el alegre toro mientras le entregaba a su amigo, 5 kilos de jamón y 5 de queso amarillo, Mu asintió.

-muchas gracias Aldebarán. El brasileño asintió feliz mientras se sentaba en una de las sillas, Aioria llegó dando un gran bostezo, todos alzaron la vista.

-buenos días. Dijo con otro bostezo, Saga rió.

- ¿Qué estuviste haciendo Aioria?¿jugabas con Marin? Aioria malhumorado le dio un coscorrón –eso no es problema tuyo. Dijo mientras se sentaba entre Aldebarán y la silla que supuestamente ocuparía Mu.

-buenos días, tengan ustedes. Dijo Shaka de forma solemne –Mu para tu mesa, he traído una caja de mermeladas. Aldebarán aplaudió, bien sabido en todo el santuario era que Shaka cuando regalaba cajas de mermelada, traía de todo, desde durazno, fresas y moras, hasta sabores exóticos como dátiles, kigui, níspero y parchita, todos se levantaron de la mesa y abrieron la caja, Mu se puso un poco rojo.

-chicos, es mi caja. Dijo –es la caja del desayuno carnero apático, mmm por eso me cae bien María ¡mira esto! Saga sonrió, eran 10 hileras, con 10 tipos de mermelada diferente.

-mmm, esto se ve muy bien. dijo Aldebarán mientras reía, Saga y Máscara tomaron la suya de moras, Alde iba a tomar una decena completa, pero Mu, con un sencillo lenguaje ocular le dijo: si tomas mas de una de esas, estás muerto; con mucha tristeza, tomó una de piña, procedió a marcarla con el papel, el marcador y el tirro, Shaka tomó una de durazno, Aioria una de banana, le llamó la atención, Mu tomó una dedurazno.

-hola chicos. Saludó un despreocupado Milo sin camisa.

- ¿no te da vergüenza? Preguntó todo mundo, el escorpión rió –que va, así es mas fresco, este asunto de despertarse…oh ¡mermelada! Yo quiero de…mmm…de…naranja. Dijo tomándola, Shura apareció junto a Aioros.

-buenos días, pensamos que ya habían desayunado chicos. Dijo el español, todos negaron.

-los esperamos como siempre. Dijo Shaka con cordialidad, todos asintieron –oh, mermelada, quiero de durazno. Dijo Aioros mientras procedía a marcarla, llegaron finalmente, Camus y Afrodita.

-vaya, que bueno verlos temprano. Dijo Afrodita con 7 cartones de huevos, Milo miró a los alegres Shura y Aioros.

- ¿Qué trajeron ustedes para la mesa de Mu? Preguntó –oh, yo traje una docena de queso crema. Dijo Shura –yo traje materiales para los panecillos. Dijo Aioros, sacando harina de trigo, mas huevos, crema chantoigie, chocolate, todos sonrieron.

- entonces Mu. Dijo Máscara con diversión - ¿nos darás panecillos este mes? Mu suspiró.

-así parece, aunque puedo hacer unas galletas también. Todos asintieron, Camus sonrió.

-que bueno que traje, una docena de mantequillas. Dijo feliz, asintieron mientras seguían comiendo, Máscara llevó un saco de naranjas, Aioria llevó una docena de azúcar y sal, el anciano maestro, quien desayunaba con Shion, Athena, Taxumi y Shaina Mu, envió una docena de aceites, todo por si acaso, o colaborabas con algo, o no desayunabas en grupo, Aioria dio para la mesa de Mu, una harina, de esas con las que se hacían las famosas arepas y milo, puso las salsas, de tomate, de yogurt, de maíz, de queso, de ajo, cebolla, mostaza, en fin, Mu para su propia mesa, aparte del primer desayuno y del tiempo, colocó los cereales y los yogurts.

-bien chicos ¿a quien le toca las guardias? Preguntó Shaka.

-al fuego. Dijeron los demás 4 horas por caballero, como siempre. Dijo Camus.

-es porque estamos en alerta mínima. Dijo Aioria.

-si no la tuviéramos, cuidarían uno cada día, ya lo saben chicos, pero como estamos en alerta, así es la vida. Dijo Milo.

- ¿Qué harán en la noche? Preguntó Shaka –iré al cine con una chica. Dijo Camus, todo mundo lo miró.

- ¿Qué? Preguntó el francés - ¿con cual chica? Preguntó Milo.

-descuida, no es tu amiga con derecho playboy griega. Dijo Camus con diversión.

-genial ¿y el resto? Preguntó Milo –nos reuniremos en casa de Alde a ver una película. Dijeron Shura, Máscara, Afrodita, Shaka y Saga.

-yo saldré con esa amiga, que tu despreciaste Camus. Dijo Milo felizmente.

-nosotros nos reuniremos en mi casa, a hacer la guardia. Dijo Mu con amabilidad.

A las 8 de la mañana, todo mundo sevolvió a encontrar, Saga había ayudado a Mu con los platos, generalmente, los primeros en huir eran Máscara y Milo, estaban todos en el coliseo, los demás, esperaban para verlos entrenar.

-bien. dijo Shura - ¿Quién pelea con quien? Preguntó Máscara.-yo con Shaka. Dijo Mu –las primera hora sin cosmos muchachos, recuérdenlo, no queremos una guerra de 1000 días. Dijo Dohko, todos asintieron.

-ya que el carnero pidió a María, yo me quedo con el refrigerador. Dijo Máscara, Afrodita sonrió.

-será un placer, pelear contigo, Saga. Dijo, Saga asintió.

- ¿que dices hermano? Preguntó Aioria, Aioros sonrió –será un placer medirte.

Shura miró a Dohko quien sonrió.

-andando hijo, vamos a pelear tu y yo. Aldebarán miró a Milo.

- ¡esto será muy divertido! Exclamó 1 hora por competencia. dijo el anciano maestro, todos asintieron, Mu sonrió.

-luego serán 45 minutos de cosmos. Todos repitieron el gesto y se pusieron manos a la obra, una hora y 45 minutos, era mas que suficiente, los que trabajaban en la tarde, eran los primeros en terminar, una vez culminado el entrenamiento, cada quien era libre para hacer lo que le apeteciera, hasta la noche para quienes cuidaban esa noche la montaña zodiacal, Mu entrenó a Kiki, Aioria quien era profesor en una academia de chefs fue a dar sus clases y Aioros a hacer unas cuantas sesiones fotográficas, hasta la noche, que les tocó el horario de hacer guardia.