.

.

Epilogo

.

Usagi mecía en sus brazos a su pequeño hijo Kai, era hermoso, tenía los ojos de su padre y el cabello de ella.

Duerme ya, duerme ya, duerme ya mi pequeñito, y al despertar tú ya tendrás todas esas estrellitas…

El pequeño de un año, finalmente se durmió, después de que naciera, se fueron a vivir a Francia, para poder casarse y evitar las murmuraciones de sus conocidos, pues ante los ojos de los demás, ellos habían cometido un gran pecado al concebirlo.

Con mucho cuidado coloco al pequeño Kai en su cuna, su mirada llena de ternura y cariño cambio drásticamente al girar sobre sus talones.

Esmeralda, se que estas aquí, muéstrate.

El demonio de alas negras se apareció enfrente de ella.

Que delicada.

No vuelvas a espiarme, no en mi casa, o te pesara.

Eres una despreciable humana, como te atreves a querer ordenarme algo, yo solo cumplo con mi deber de vigilarte, eres la adquisición más preciada del infierno.

Te recuerdo que cuando yo muera, y te vea en el abismo infinito, seré tu superior, no creo que te convenga tenerme como enemiga.

Esmeralda tembló, sabía que Usagi sería un demonio muy poderoso.

Creo que puedo vigilarte cuando este fuera de tu casa, pero no creas que te tengo miedo, espero que el cambiarte de bando haya valido la pena.

Y desapareció.

.

.

Usagi camino a su alcoba, en la cama estaba Seiya, dormía boca abajo, su espalda musculosa, deleito su mirada, se metió entre las sabanas y comenzó a besar su espalda, haciendo que Seiya se estremeciera. Se giro rápidamente y atrapo entre sus brazos a su esposa.

Te estabas haciendo el dormido— dijo Usagi con una sonrisa.

No, pero sabes que tú me provocas fácilmente, de hecho estoy desnudo— obtuvo un sonrojo de ella.

Seiya comenzó a morder suavemente los labios rosas de Usagi.

Me gustaría preñarte otra vez.

Pero…— comenzó a rosar su cuello con la lengua— sería muy rápido amor, nuestro hijo es muy peque...

Seiya atrapo sus labios, y sus manos comenzaron a acariciarla entre las piernas, haciéndola humedecer rápidamente, pero él no tenía prisa, le gustaba disfrutar del previo antes de unirse a ella, ella hundió los dedos en su espalda, era la parte que le gustaba más de Seiya después de sus ojos, el comenzó a masajear sus senos con la otra mano, la rubia temblaba de placer, él gemía, estaba en un profundo éxtasis, ella movió su cabeza para que la besara en el pecho, y así lo hizo, pero el deseo de unirse ya era un martirio, ella abrió las piernas para que su esposo pudiera saciarse, ambos explotaron al mismo tiempo, repitieron el proceso varias veces, hasta que finalmente quedaron sin fuerzas.

Seiya se quedo dormido, recargado en el pecho de Usagi, ella acaricio su larga y negra cabellera, se sentía feliz.

¿Qué si valió la pena?— pensó en la pregunta hecha por Esmeralda— claro que valió mucho la pena— beso la frente del pelinegro— descendería mil veces al infierno por ti.

.

.

Comentarios.

La verdad no pensaba hacer este epilogo, pero deseaba que quedara muy claro que Serena y Seiya fueron felices, a pesar de que ella se volvió "mala".

No soy buena para los lemons, espero que les haya gustado esa pequeña escena.

Muchas gracias por seguir esta historia.

.

.

Escribir es mi placer, anhelo se convierta en mi virtud.

EstrellaBlanca