Muajajaja

Quería dejarlo ahí un poco, a ver cuántas de vosotras os acordabais de todo mi árbol genealógico antes de subir el epílogo, pero no lo hare para que veáis lo buena que soy!.

Obviamente no podía dejarlo así! ¿Cómo iba a dejar semejante final? Si yo leyera este fic y me dejaran así no diría nada bonito acerca de la autora!

Así que aquí tenéis el epílogo, espero que os guste y ahora sí me voy a despedir.

Besos y hasta siempre.

AJ

EPÍLOGO

Cuando Ron se marchó junto a su familia para velar a Fred una vez más, Hermione se acercó a Harry y se sentó a su lado mirando al vacío.

―Todo ha terminado ―Repitió una vez más como si aún no fuera capaz de creerlo.

―Sí ―él sonrió y tomó su mano entrelazando sus dedos con los de ella ―Pero me pregunto si el precio no ha sido demasiado alto.

―¿Demasiado alto? ―Hermione sonrió con tristeza y miró al cielo dejando que la brisa acariciara su rostro sucio y dolorido ―Estabas dispuesto a morir tú mismo, Harry. ¿Hubieras pensado que era un precio justo?

Él no dudó en contestar

―Sí. Si con eso hubiese podido salvar a todos los demás.

Pensaron en Fren, en Remus y Tonks, en Dumbledore, en Snape… eran tantos… tantos los que habían caído en aquella batalla que había destrozado Hogwarts…

Pero el mundo era libre, sería un buen lugar para comenzar de cero, cuando las heridas cicatrizaran, cuando el dolor se atenuara y pudieran celebrar la caída de Voldemort.

―¿Qué ocurrió con las lágrimas de Snape? ―Preguntó Hermione

Harry suspiró y le contó lo que había visto.

―Tú lo sabías ¿Verdad? Siempre has sabido que Draco era una parte de la Orden, al igual que Snape.

Hermione asintió sintiendo un nudo de congoja en la garganta.

―Lo hizo por ti, igual que Snape lo hizo por… por mi madre.

―No lo creo ―Dijo ella con sencillez ―No por mi, creo que hizo lo que creyó que sería mejor… para él.

―¿Eso crees, Granger?

Draco se había separado de sus padres cuando les vio salir y se había acercado a ellos sigilosamente.

―Malfoy ―Susurró Hermione levantándose.

Harry hizo lo mismo y se sacudió los pantalones, incómodo.

―Yo… ahmmm creo que voy a ir a buscar a Ginny.

Malfoy señaló tras él con el pulgar

―Creo que ella también te busca, Potter.

A lo lejos vieron una cabellera pelirroja que se acercaba a la carrera y Harry se apresuró a ir hacia ella con celeridad. Nada podría ayudarle más en aquel momento que abrazar a Ginny y sentirse nuevamente en casa.

Hermione miró a Draco y las emociones parecieron avasallarla una tras otra.

Había tenido tanto miedo, miedo por él, por ella, por ambos…

Una lágrima se deslizó por su mejilla ennegrecida y Draco la paró con el pulgar mientras con la otra mano agarraba la muñeca de la chica para levantar la manga del jersey y ver la marca que su tía había grabado sobre su piel. La acarició y tembló.

―Lo siento, Hermione ―Dijo en un susurro tan bajo que la chica creyó haberlo imaginado. Le vio tragar saliva y de nuevo aquellos ojos como plata líquida la miraron ―Quise hacer algo… lo que fuera pero… ―Dejó salir el aire de golpe y la soltó como si se hubiera quemado. Se pasó los dedos por entre los platinados cabellos y maldijo con brusquedad ―¡No podía hacer nada! Pensé… ¡Por un momento creí que iba a matarte en mi maldita casa!

Se dio la vuelta y cerró los ojos con fuerza apretando los puños.

―Quise matarla, a todos ellos… empezando por mi padre ¿En qué me convierte eso?

Hermione que seguía llorando en silencio, se acercó por detrás y apoyó la frente en su espalda, nada más. No le tocó, no le abrazó como deseaba hacer. Solo se apoyó en él llorando sin emitir un solo sonido.

―En un hombre, Draco ―Dijo tan despacio como él había pedido su perdón.

Muy lentamente, el chico se relajó hasta que echó la cabeza hacia atrás en un gesto de rendición.

Se dio la vuelta y la tomó por los hombros clavando en ella su mirada.

―Ahora todo ha terminado ―Dijo en un ronco murmullo

―Lo sé ―Respondió ella.

Draco sonrió sin humor y pasó el pulgar por su mandíbula.

―Eres heroína de guerra

―Los héroes son los que han muerto. Los que han dado su vida porque nosotros tengamos paz.

―Yo soy un mortífago traidor… a unos y a otros.

―Harry y yo testificaremos, Draco, tenemos pruebas ―Dijo pensando en los recuerdos de Snape.

Él dejó resbalar las manos por los brazos de ella hasta tomarle las manos.

―Tus padres nos miran ―Dijo Hermione repentinamente ruborizada al darse cuenta de que los Malfoy estaban en la puerta mirándoles impresionados.

―No me importa. Ya no me importa nadie, Hermione. Dime que nada ha cambiado y enfrentaré a todos, a ellos, al Ministerio y a Azkaban, con la frente en alto.

Ella quiso reir ¿Cuándo había bajado la frente Draco Malfoy?

―Todo ha cambiado ―Respondió.

Ante aquellas palabras él se congeló y soltó sus manos. Pero Hermione se apresuró a cogerlas de nuevo.

―Todos hemos cambiado y las cosas ya no son como eran pero si estás dispuesto a enfrentarlos conmigo…

―Lo estoy

Dijo él recordando la conversación que tuvo con Snape mientras aprendía mejor el arte de la Oclumancia, cuando le contó sobre la madre de Potter y su vida. Él no iba a dejarla escapar, no sin luchar por ella.

―Bien ―La chica sonrió y sin más acortó la poca distancia que quedaba entre ellos y le abrazó con fuerza, pegándose a él como lo había hecho aquella noche, una eternidad atrás.

―¿Draco? ―Narcissa le llamó con la voz trémula y él aferró la mano de Hermione y caminó hacia ellos con la misma arrogancia de siempre ―Ella es Hermione Granger, madre ―Dijo como si fuera lo más normal del mundo ―Y tengo pensado compartir con ella tanto tiempo como esté dispuesta a tolerarme.

Ninguno de los Malfoy fueron capaces de responder. La madre de Draco la miraba como si fuera un misterio que desentrañar y Lucius como si fuera un bicho que aplastar.

―Es tu vida, Draco ―Dijo Narcissa con suavidad. Al fin y al cabo era una madre y amaba a su hijo tanto como cualquiera. ―No ―Dijo cuando Lucius fue a hablar ―Nada tienes que decir al respecto. Ni tú ni yo. Ya hiciste demasiado por él, Lucius.

No iba a olvidar tan fácilmente porque su hijo, su único hijo estaba marcado como un cerdo, como había estado a punto de perderle por aquella estúpida guerra. Si ahora Draco había mandado al infierno las creencias familiares había sido culpa de ellos, por abocarle a aquello con sus valores anticuados. El mundo había cambiado y más les valía cambiar con el.

Se alejó de su hijo seguida por su esposo y se paró delante del cuerpo de Nymphadora Tonks.

Su sobrina.

Recordó a Andrómeda y un nudo de angustia se asentó en su garganta.

¿Cúando se había convertido en su madre? ¿Cuándo había perdido su humanidad? Se habían equivocado tanto que era increible que finalmente su mundo se hubiera salvado de verdad.

―Cissy ―Siseó Lucius ―Es una sangre sucia.

―Me da igual ―Dijo ella con violencia ―Ya ha sufrido bastante. Mi hijo será feliz, ya sea con una pura, una impura o un hipogrifo, Lucius.

Luna abrió los ojos sorprendida al escucharles y se acercó más a Theo.

―¿Draco Malfoy se ha enamorado de un hipogrifo? ―Preguntó bajito

Blaise soltó una carcajada y se sentó al otro lado de la rubia

―No lo creo, me parece ―Dijo señalando hacia la puerta con la barbilla ―Que finalmente Granger lo pescó.

―Asqueroso ―Ron se acercó y se quedó de pie al lado del moreno ―Sigo diciendo que es asqueroso.

―Siento lo de tu hermano, Weasley ―Zabinni le tendió la mano y él la aceptó ―Gracias.

―¿Dónde está Potter? ―Preguntó Theo.

Ron resopló.

―Desapareció con Ginny hace un rato.

―Lastima ―Dijo Blaise con un suspiro ―Está buena tu hermana.

―Zabinni…

―¿Qué? Tengo ojos en la cara.

Neville y Hannah llegaron magullados y tomados de la mano, cojeando y algo maltrechos.

―Hoy has luchado bien, Longbottom ―Musitó Nott.

―Todos lo hemos hecho ―Respondió él sin más.

Y mientras el sol caía y Hogwarts lloraba a sus muertos, la esperanza del mundo mágico nació una vez más, gracias a la valentía, al coraje, al amor y sí, también a la amistad.

Porque los grandes cambios comienzan por cosas pequeñas, aunque tenga la culpa una poción mal hecha y una serie de desafortunados incidentes.