NI ONCE UPON A TIME NI SUS PERSONAJES ME PERTENECEN…ESTA HISTORIA ES PRODUCTO DE MI IMAGINACION Y ES CON FINES DE ENTRETENCION PARA QUIEN LO ESCRIBE Y PARA QUIEN LO LEE….

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Estaba harta. Enfadada. Triste deprimida. No tenía nada por lo que vivir.

Su hijo, su precioso príncipe la había olvidado, no sabía quién era ella, ni siquiera tenía una vaga idea. Todos los recuerdos de Henry ahora eran solo una ilusión.

Henry recordaba todos y cada uno de los momentos compartidos con ella, solo que en esos recuerdos ella no era la mujer que había fungido como su madre…era Emma Swan. Ahora ella era su madre, tanto biológica como de crianza. Un sollozo escapo de sus labios, y encajo aun más el pie en el acelerador.

El mundo no le interesaba en absoluto, la vida en storybrook ya no le era tan atractiva como antes. Ya nada la satisfacía, lo único que quería era huir lejos, a un lugar donde su propio hijo el ser que más amaba no le hiciera más daño. Esa noche ella se iría para siempre, tanto de storybrook como de la vida de Henry y Emma.

Diviso el letrero que daba la despedida a todo conductor que pasara por ahí. El límite del pueblo.

Tan absorta estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando la llanta se poncho provocando que el carro que iba a toda velocidad derrapara por la carretera, la alcaldesa no tuvo tiempo ni de reaccionar cuando el carro se impacto contra un árbol con fuerza.

Lo último que vio la alcaldesa fue el coche acercándose a su final inminente. Regina cerró los ojos esperando la muerte con resignación. Vivir sin vivir…esa había sido su vida, pues bien ya no mas.

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-Emma—David abrió la puerta del departamento con aire preocupado. La rubia que se encontraba jugando videojuegos con su hijo se acerco preocupada al ver la expresión de David.

-¿Qué pasa?—

-Regina intento huir—

-¿huir? ¿Cuándo? ¿Cruzo la línea?—pregunto preocupada Emma al saber que los recuerdos de Regina desaparecerían si llegase a cruzar los limites. David negó con la cabeza

-no, no pudo, tuvo…un accidente antes de salir del pueblo—

-¿un accidente?—

-su coche se estrello contra un árbol—

Emma abrió los ojos por la consternación. Se llevo la mano a los labios.

-¿esta bien?—

-ha sido llevada al hospital de inmediato. Perdió mucha sangre y está en peligro de muerte, se dio un golpe tremendo en la cabeza—

-dios…eso…eso es terrible—

-debemos ir a verla—sentencio Mary Margaret

-no, en este momento está en urgencias, no nos dejaran pasar—

-¿Por qué habría querido huir?—pregunto Mary Margaret. Emma volteo a verla dándose cuenta de lo obvio

-quería borrarse la memoria, al cruzar la línea no tendría idea de quién es, así se libraría del dolor de saber que Henry no la recuerda—

-dios—mary Margaret se llevo la mano al pecho contrariada.

-tendremos que vigilarla, será un blanco fácil de la bruja malvada— soltó Emma

-tienes razón, la bruja no se quedara de brazos cruzados con esta oportunidad—

-vamos al hospital de inmediato—

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-¿Cómo se encuentra?—preguntaron los charming cuando el doctor whale apareció. Llevaban más de diez horas en el hospital y aun no había noticias de Regina

-está fuera de peligro y estable—

La familia suspiro ante la buena noticia.

-me alegra que haya sobrevivido, así podre matarla en cuanto despierte—soltó Emma enfadada.

-tendrá que esperar al día siguiente, por el momento esta sedada, el golpe en la cabeza que recibió fue demasiado fuerte—

-gracias doctor—

-es mi trabajo, no hay que agradecer—whale despareció por el pasillo.

-tendremos que hacer guardia—

-váyanse ustedes, yo me quedare—propuso David.

-puedo quedarme—soltó Emma

-no, vete, Henry debe estar preocupado—Emma asintió –vengan mañana—

Las mujeres desaparecieron y David se volvió a sentar en la banca del hospital,

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Al momento de despertar el embargo un terrible dolor de cabeza, se llevo las manos descubriendo un apretado vendaje en su frente

¿Qué había pasado?

¿Dónde estaba?

Lo último que recordaba era el árbol en el cual iba a embarrarse miserablemente. Miro a su alrededor. Reconociendo el lugar. El maldito hospital de storybrook, seguía recordando, seguiría viendo a los ciudadanos que no confiaban en ella, seguiría viendo a Henry que nunca más la recordaría, comenzó a inspeccionar su entorno tratando de no llorar, pero pronto olvido su enfado ya que En su inspección encontró la más cálida de las bienvenidas.

Un bonito trasero bien torneado, redondo y firme le daba los buenos días. Alzo un poco la cabeza para mirar con más cuidado. Qué buena vista. De haber sabido que así estaba el personal del hospital desde hace mucho tiempo que se habría estampado en un árbol, en un poste, en una valla, en donde fuera.

La enfermera recogió la tableta que se le había caído y al momento de levantarse se encontró con la alcaldesa mirándola atentamente y con la mirada perdida. Pobrecita, estaba totalmente afectada por los sedantes. La mujer se compadeció de la alcaldesa, y le sonrió cálidamente al ver a su paciente despertar.

-lamento haberla despertado—declaro la joven apenada.

-no, no lo lamentes querida, me alegra ver… el sol otra vez—dijo la alcaldesa guiñándole un ojo a la mujer quien se acerco a revisar el suero, y la bolsa de sangre.

-yo me alegro mas, recibió un tremendo golpe en la cabeza. Su auto quedo destruido, fue un milagro que este viva—

-no me acuerdo de nada, pero quizá no me fui porque tenía todavía cosas MUY buenas que ver—

-¿Cómo cuales?—pregunto la enfermera interesada. Regina le hizo señas con su dedo para que se acercara, la joven obediente se acerco a la alcaldesa y esta le susurro al oído.

-por ejemplo, un lindo y redondo culito como el tuyo—

La enferma durante unos instantes no alcanzo a reaccionar debido al impacto que esas palabras le habían dejado en la mente. Volteo a ver a Regina que la miraba con lujuria.

-¡DESCARADA!—grito la enfermera olvidándose del golpe de su paciente en la cabeza y propinándole una tremenda cachetada.

-oye espera—grito Regina, pero fue tarde. La enfermera se encamino hacia la salida con paso indignado.

-me alegra que este mejor, avisare al doctor que ha despertado—dijo fríamente la jovencita. Regina se recostó en la cama tratando de averiguar que había pasado hace unos instantes. Ella no había querido decir eso…bueno si había querido, pero claro que en sus cinco sentidos no lo había revelado con la frescura de hace unos segundos, cerró los ojos echándole la culpa a los sedantes que seguramente le habían ablandado la lengua.

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-¿Cómo esta? – pregunto Emma cuando el doctor whale se acerco a ella. Le habían dado la noticia de que Regina había despertado después de una semana, pero el doctor se había mostrado inflexible y le había dicho que no entrara hasta que vieran que tan dañada estaba Regina.

-se encuentra bien el golpe en la cabeza que era el más preocupante resulto ser en realidad un daño menor, le daré el alta ahora mismo, puede llevársela a su casa para que descanse, estos son los medicamentos que necesitara—dijo el doctor tendiéndole la receta médica a la rubia que suspiro aliviada.

-¿es todo?—

-si, por nuestra parte es todo—

-gracias doctor-

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-¿lista para irnos de aquí?—

Regina suspiro con cansancio al ver a Emma en la puerta. Planeaba echarla y sacarla a base de gritos pero no lo considero prudente, necesitaba que alguien la llevara a su casa y su coche había quedado hecho trizas en la carretera.

-si lista—

-sus cosas ALCALDESA—dijo una enfadada enfermera tendiendo una bolsa con medicamentos y prácticamente lanzándosela a la cara a la pobre paciente. Emma se quedo mirando con atención como Regina bajaba la mirada durante un momento mientras que la dulce enfermera la miraba con rabia en sus ojos. ¿se habrían invertido los papeles?

-¿pasa algo?—

-nada- contestaron las dos mujeres al mismo tiempo. Emma entendió que eso no era un asunto suyo y mejor tomo la bolsa y ayudo a Regina a incorporarse.

-puedo sola.— soltó Regina tercamente. Emma la dejo tranquila y poco a poco la mujer se incorporo y comenzó a caminar hacia la salida.

-señorita, ¿le puedo pedir el numero? Es decir…si llegara a tener una complicación ¿no podría usted…?—

-por mi puede morirse – escupió con furia la enfermera saliendo enfurecida. Emma abrió los ojos sorprendida ante la grosería de la mujer.

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-¿y cómo te sientes?—pregunto Emma para finalizar con el horrible silencio que embargaba el vehículo.

-bien—corto Regina que estaba perdida en sus pensamientos. Esa enfermera estaba furiosa, ¡que malagradecida! Todavía que le alababa sus encantos. Debería sentirse orgullosa de que ella, Reina y alcaldesa. Mujer poderosa y atractiva, un gran partido cabe decir. Se habría fijado en ella, una pobre enfermerucha. Pero enfermera y todo, vaya que estaba muuuy bien. No le faltaba nada. Y le sobraba mucha carne de donde agarrar, esos muslos torneados que su falda pegada le permitieron apreciar. Ese trasero lindo y esponjoso y ese par de pechos que a leguas se veían suaves y cálidos.

Los pensamientos sucios hicieron eco en su mente y poco a poco comenzó a imaginarse diferentes e interesantes situaciones que involucraban un consultorio, la enfermera y ella la sumisa paciente que se dejaría hacer de todo. Negó con la cabeza tratando de borrar las emociones y mejor se giro a ver a su chofer.

Y hablando de Emma…

Su mirada la recorrió de arriba abajo. Emma tampoco estaba nada mal y sería muy gratificante ver a una mujer con el carácter de la sheriff ser dominada en la cama.

Cruzo sus piernas al sentir un ardor entre ellas. Y se llevo la mano a la cabeza otra vez. Tenía que alejar los morbosos pensamientos de su mente. Su mano se movió sola y poco a poco se iba acercando al muslo de Emma. Se moría de ganas de tocarlo y hacérselo en ese mismo instante. Debía reconocer que hacerlo en el carro no estaría nada mal. Una fantasía que debió cumplir desde hace mucho….bueno no había tiempo que perder

-"vamos a ver"— pensó Regina lascivamente.

Emma volteo a ver a la alcaldesa que estaba moviendo su mano, quizá Regina se volviera a sentir mal

-¿Qué haces?—pregunto la sheriff

-prendiendo la radio, esto está muy aburrido—dijo Regina para justificar su mano al aire.

Música clásica…no

Música new age….no

Baladas….. Claro que no

Música de los sesentas…menos

Poco a poco la alcaldesa encontró algo de su agrado. Y la música resonó en todo el carro. Regina apoyo una mano en la puerta y comenzó a mover la cabeza al ritmo de la canción.

- I know you like me – Regina señalo a Emma y comenzó a bailar en el asiento- I know you do –

Emma se quedo estupefacta viendo el show de Regina, pareciera que la alcaldesa estaba grabando un video. O algo parecido.

- That's why whenever I come around She's all over you – Regina hizo una mueca de pena. Y volteo hacia la ventana moviendo la cabeza con ritmo mientras agitaba la mano despreocupadamente- And I know you want it It's easy to see – Regina señalo hacia emma - And in the back of your mind I know you should be on with me –

Regina se señalo a si misma mientras se mordía el labio. Emma estaba completamente ida. La rubia se puso completamente colorada cuando Regina comenzó a mover la cadera en el asiento sugerentemente.

- Don't you wish your girlfriend was hot like me - Regina se arqueo completamente apoyando la cabeza en el asiento, a la siguiente frase se recupero y trono los dedos moviendo los brazos lentamente al ritmo de su cadencia - Don't you wish your girlfriend was a freak like me - Don't cha ¿Don't cha?—pregunto sugerentemente tocándose el cuello y pasándose la lengua por los labios, mirando con lujuria a Emma.

-¿REGINA SE PUEDE SABER QUE HACES?—pregunto Emma muy molesta frenando el carro de golpe. Y apagando la radio, Regina al contrario de lo que la rubia esperaba soltó una carcajada limpia y potente.

- tranquila Swan, solo estoy animándome un poco, no es bonito salir del hospital, ya sabes, lo único que esperaba era huir y hasta eso me ha salido mal— fue una excusa pobre y tonta pero puso su mejor cara de depresión rogando por que la sheriff le creyera. Al parecer lo logro por que Emma cambio su cara agria a una de perro apaleado.

- encontraremos una solución a la memoria de Henry no te preocupes, pero la próxima no vuelvas a tomar una decisión tan precipitada, pudiste haberte matado—

Regina-1 Emma-0

Bien, la había engañado. Ni loca le diría a Emma sus morbosos pensamientos. Volteo hacia la ventana para que no viera la pequeña sonrisa que se había dibujado en su rostro.

-tranquila, no lo volveré a hacer, he descubierto que huir no es ni siquiera una opción, no si quiero seguir con vida.—

- animo, pronto solucionaremos esto—dijo Emma apoyando una mano en el hombro de Regina en actitud solidaria. El carro se quedo en silencio durante el resto del trayecto. Regina salió del coche y se dirigió a la puerta.

-no sabía que te gustaba ese tipo de música Regina—

La alcaldesa se encogió de hombros.

-yo menos, pero no está mal, sirven para subir el ánimo, ya sabes cuando una está en depresión— dijo fingiendo su mejor cara de malestar

-segura que no quieres que me quede contigo…ya sabes te puedo ayudar en algo—

Regina tuvo que usar todo su autocontrol para evitar decirle en que podría ayudarla precisamente.

-no, esta todo en orden Swan—

-pero…-

-adiós, nos vemos luego—contesto cerrando de un portazo. Dejando a la rubia con la palabra en la boca. Regina se dirigió a su estudio y encendió la computadora. Tenía mucho que hacer. Mucha música que descargar, estaba claro que no todo en la vida era música clásica y jazz… el mundo había evolucionado sin siquiera darse cuenta. Pues bien era hora de recuperar los años perdidos, en la música y en muchos…muchos aspectos…..

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¿Qué tal? …. Nuestra regina ha cambiado… ¿para mejor? Eso ya lo veremos xD lo que si sabemos es que de ahora en adelante le dara muuuchos dolores de cabeza a Emma.