Si, ya sé, me quieren matar, pero el tiempo lo traigo contado y no podía escribir mucho. Espero que este capítulo compense la espera, no sé cuento tardaré en subir el siguiente capítulo, pero sí sé que no dejaré ninguna historia a medias ni cortada. Lo prometí, ¿lo recuerdan? Jamás dejaré de escribir… a, también estoy escribiendo otra historia que ya subí pero en otra cuenta pues me da vergüenza, chicas y chicas, jamás hagan apuestas tan riesgosas… yo pague el precio ¬¬. Si quieren saber cuál historia es solo mándeme un mensaje privado o coméntelo en su review, más no me vayan a juzgar. Nos leemos luego! antes de empezar, aclaro lo siguiente:
Latín
NORDICO ANTIGUO
Ese ahora será el escritor de ambos idiomas por sugerencia del público. Ahora sí, a disfrutar!
P.D.: continuaré con kung fu school II cuando salga la película 3, para mis lectores de ahí.
Capítulo 4: La caída de los Marginador parte 2.
Hicca se encontraba anonada en ese momento, justo enfrente de ella se hallaba una joven rubia, algo pálida, pero increíblemente hermosa. Su cuerpo lleno de sensuales curvas sumado al extraño brillo amarillento que expulsaban sus ojos sería capaz de hechizar a cualquier hombre con un simple vistazo. Sin embargo, lo que llamo su atención no fue la cautivante apariencia de la joven, sino el collar de hierro algo oxidado que rodeaba su cuello. Hicca no era experta, pero entendía perfectamente que ese era un collar para esclavos, cosa que indigno y a la vez la confundió ¿No estaba Ragnark en contra de la esclavitud? Y de ser así ¿Eso significaría que los hombres que se encontraban afuera… son esclavos también? Sus pensamientos fueron obstruidos por la voz del responsable de sus actuales cruzadas físico-mentales.
-Siéntate- invitó el rubio de manera tan casual como si comentara el clima- Los cojines son cómodos- agregó mientras se sentaba en uno.
La jinete de furia nocturna lo observó con una mirada que manifestaba emociones contradictorias.
Ragnark la observa expectante, como si esperara que dijera algo, no. Buscaba que lo interrogara.
-Ella…ellos… ¿Quién eres?- el rubio sonrió ante las palabras de Hicca.
-Un incomprendido- contestó para acostarse entre los cojines sin dejar de mirar a Hicca.
Ella medita la respuesta del joven guerrero, si bien ella fue, y a veces aún lo piensa, una incomprendida por su pueblo y su propio padre, nunca llegó o hizo acciones tan confusas… ¿O sí? Sin darse cuenta terminó sobre uno de los cojines, nunca supo en qué momento decidió sentarse, un objeto cilíndrico que se halló en su mano la despertó de sus pensamientos. Sus ojos se alzaron y se conectaron con los brillantes ojos de la joven de corta cabellera. Un vaso de barro con té estaba en su mano. La jóven de nombre desconocido pasó a servirle el humeante líquido al despreocupado muchacho, éste la recibió con una sonrisa que no supo descifrar. Hicca observa su taza, se debatía entre beberlo o tirarlo.
-Si no lo quieres dámelo a mí, es demasiado delicioso como para desperdiciarlo- dijo para llevar el vaso a su boca y darle un trago.
Hicca decidió darle un voto de confianza, llevo el humeante vaso a sus labios y dio un ligero sorbo. Se sorprendió de gran manera pues encontró el té exquisito. Bien se sabe que los vikingos no eran fanáticos precisamente del té, todos salvo por hicca que, si bien de vez en cuando tomaba una que otra copa de vino, prefería la cálida y reconfortante sensación que solo el té podría brindarle. La sonrisa de Hicca no pasó desapercibida para el joven delate de ella.
-Delicioso ¿No?- comenta para darle otro sorbo a su bebida- Nada calienta y reanima más el cuerpo que una buen té, claro, conozco cientos de personas que preferirían beber agua de mar antes que esto- imágenes de muchos, por no decir la mayoría, de los habitantes de Berk pasaron por su mente. No podía estar más de acuerdo con el rubio- En fin, a lo que vinimos- arquea su brazo y recarga su cabeza en el dorso de su mano- Soy todo oídos.
-¿Ella es tu esclava?- Hicca notó que su pregunta turbó un poco al joven.
-¿Eso qué tiene que ver con el ataque a los marginados?
-Deseo conocerte mejor, así tal vez pueda razonar contigo- Ragnark la evaluó con la mirada, ella sintió que el escarbaba en su mente con aquellos intensos zafiros oculares, trató lo mejor que pudo de esconder su nerviosismo.
-¿Qué dirías si mi respuesta fuera afirmativa?
-Diría que eres un hipócrita- la Haddock no disimuló su descontento.
-Te basas en las antiguas condiciones de mi gente de haya afuera, o al menos eso imagino- ella asiente con la cabeza- Si bien aquellos hombres fueron de cierta forma liberados por mí ni que tampoco me agrada la idea de un ser humano encadenado sin su autoridad no significa que…- se alza un poco y comienza a acariciar el lacio cabello rubio de la joven- No me pueda dar un simple gusto.
Hicca sintió sus entrañas revolverse, aquel hombre la perturbaba a grados que ni el mismo Dagur habría logrado. Sus manos se tensaron alrededor del vaso, cosa que fue observada por Ragnark que detuvo las caricias de su mano.
-Siento que soy el único presente que quiere hablar, vamos, quita esa cara de princesa dolida- dijo con humor.
-No sé ni cómo hablar contigo…
-Para mi no es una novedad escuchar eso, empecemos con el punto principal- su mirada cambió a una más seria- No es ningún secreto que deseas impedir una guerra con los marginados.
-Nunca me gustó el derramamiento de sangre sin sentido.
-Se nota que tu pueblo te preocupa, eso es bueno, bueno, eso en realidad me tiene sin cuidado. Después de todo, ustedes no pelearan- aquella declaración sorprendió a la joven peli roja, pero eso la llevó a un visible hecho- Sí- arrastró la palabra cual serpiente el susodicho- Nosotros nos encargaremos de los marginados, ustedes solo manténganse al margen y eviten que cualquiera escape de la isla, eso es todo.
Hubo un silencio sepulcral, mismo que fue roto por Hicca.
-Ahora veo que estás loco- dijo Hicca observando su taza detenidamente.
-Cómo te dije al inicio de la "negociación", soy un incomprendido…
Hicca levantó su mirada, estaba molesta por la petulante de aquel hombre, más su enojo se convirtió en exaltación pues Ragnark se estaba desvistiendo justo enfrente de ella. Por acto de reflejo cubrió sus ojos y miro a otro lado.
-¡¿Qué diablos pasa contigo?!- dijo en una mezcla de vergüenza y enfado.
-No puedo bañarme con la ropa puesta- contestó Ragnark como si fuera lo más natural del mundo- Estoy muy sucio y necesito un baño.
-¿No podías esperar a que me vaya?- dijo indignada la peli roja.
-Sabía que no espiarías, desde el inicio supe que no eras como las demás chicas que se vuelven locas con el primer guerrero apuesto que se les cruza- decía mientras se metía a una tina llena de agua caliente.
-Mejor me voy- dijo mientras se levantaba del cojín.
-Adelante, pero las negociaciones se cierran en cuenta te retires- dijo Ragnark con morbo.
-Dudo que pueda convencerte, pero no estoy dispuesta a quedarme de brazos cruzados para ver como llevas a esta pobre gente a su muerte- dijo de manera fría la joven- Te ayudaremos en todo en lo que podamos, Bronnfjell…
Hicca tuvo un escalofrío por toda su columna, fue fugaz, pero sintió que su persona estaba siendo amenazada. Prefirió desechar esos pensamientos pues estaba convencida de que él no la atacaría por la espalda. Quitó la tela de la salida y procedió a salir a la playa. Muchas miradas se posaron en la joven, entre ellas las de Damocles que la miraba como si un ser mitológico se tratara. Con la mirada buscó a sus compañeros, los gemelos "trataban" de comunicarse con las personas multiculturales. Aparentemente sin ningún logro. Fishlegs observaba todo con sumo detalle, estudiándolos minuciosamente. Snotlout estaba con el ceño fruncido observando a cierta personita acompañado con su respectiva pareja, era obvio que aún se sentía humillado. Astur estaba de brazos cruzadas y con una mirada de pocos amigos, la mayoría del alrededor le sacaban la vuelta con un notable miedo. El grupo, al ver la llegada de su intrépida líder, se encaminaron hacia ella.
-¡Hicca, por los dioses, estos tipos son sordos!- dijo emocionado Tuffnut .
Su hermana le dio un golpe en la cabeza.
-Idiota, no vez que están hablando entre ellos- Tuffnut observa a las personas a su alrededor y efectivamente estaban conversando entre ellos.
-Uuh… ¿Hablan "sordones"?- los presentes negaron con la cabeza de manera exasperada, pero nada a lo que no estuvieran acostumbrados.
-¿Y qué te dijo Ragnark, Hicca?- preguntó Fishlegs.
-Que habrá guerra, ¿Puedes creerlo?- la mirada de Fishlegs le transmitió otra cosa- No puedo creerlo… ¿Estás de acuerdo con esto?- pregunta sin poder creer sus propias palaras.
-Bueno…- fue interrumpido por Astur.
-Si bien no me agradan estos sujetos…
-Si bien creo que no te agrada nadie…- cortó Tuffnut. L a mirada del jinete hizo que se escondiera de tras de su hermana.
Astur resopló algo molesto por la interrupción- Pienso que es lo mejor, los Marginados han sido uno de los mayores problemas que Berk ha lidiado por ya bastantes años. Si hay una oportunidad de eliminarlos es mejor tomarla, ¿O no?- cruza sus brazos mientras mira a sus compañeros.
Si bien Astur tenía un buen punto, no quitaba el amargo sabor de la boca de Hicca. Ella nunca estuvo ni estará a favor de la lucha, mucho menos de una guerra ¿Más que podía hacer? Todo su pueblo deseaba aquello que acostumbraban llamar "diversión", claro, como si la muerte en verdad fuera algo divertido. Su mente gritaba mil ofensas a esas vikingas y duras cabezas que tenían cada una de ellos, su corazón se escondía en un rincón esperando lo mejor.
-¡Mierda!-nadie logró entenderle pues había hablado en latín, salvo una que otra persona de Ragnark que pasaba por ahí, pero poco interés le mostraron al asunto.
La peli roja imitó el rugido del Furia Nocturna para llamar a su compañero. Este apenas le tomó unos segundos para llegar al lado de su compañera. Toothles se veía ansioso y preocupado a la vez, su jinete se había tardado más de lo que le gustaría haber esperado. Hicca le acarició el hocico de forma dulce y le prometió ración extra de pescado cuándo llegarán a casa. El ronroneo del dragón fue una afirmación para la jinete, la cual procedió a subirse al lomo del oscuro dragón.
-Mañana será un largo día…- masculló más para sí misma, pero sus compañeros jinetes escucharon claramente lo que dijo.
Sin más que decir emprendieron el vuelo ambos amigos. Astur, Snotlout, Fishlesg y los gemelos hicieron lo mismo poco después. Lo que no sabían era que fueron observados cada segundo por Ragnark. Una sonrisa astuta se formó en sus labios.
-Esto será interesante…
Hicca llegó a su casa casi al atardecer, el cielo naranja combinado con la brisa marina lograba crear una atmosfera sensacional para volar, pero no se encontraba con suficientes ánimos como para disfrutar una de sus actividades favoritas. Descendió justo al lado de su casa, ambos compañeros entraron por el umbral de la casa, Hicca se sorprendió en gran manera al hallar a su padre sentado en uno de los sillones, no era común que él estuviera tan temprano en casa, era de los hombres que entraban con la luna muy en alto. Stoick se da cuenta que ya no se encuentra sólo y vira su vista a la entrada de su hogar, en ese momento los irirs verdes de ambos se encuentran, sin medir palabras entre ellos se dan cuenta de una simple cosa. Cansancio y preocupación.
-Hola…- Saluda de forma amena el jefe de la aldea.
-Hola…- devuelve el saludo, por la cara que reflejaban los dos Haddock no fue necesario preguntar como estuvo su día, además de que lo presenciaron juntos la mayor parte- ¿Ya comiste?- pregunta mientras se introducía más a la casa.
-Aún no- dice sin ocultar el cansancio que lo atosigaba.
-Espera un minuto, me cambiaré de ropa y prepararé la cena- decía mientras subía las escaleras hacia la segunda planta de su casa con destino a su habitación.
-No te molestes, estoy bien…
Sus palabras perdieron peso cuando un sonido gutural salió del cuerpo de Stoick. Hicca no pudo contener las su risa, pero trato de disimularla lo mejor que pudo tapándose la boca.
-No eres de piedra papá- decía con un mejor humor de cuando llegó- Aguanta un poco, no me tardo.
Stocick se quedó mirando las escaleras, no es que le gustara mucho aquellos escalones, pues sus pensamientos se encontraban únicamente dirigidos a la risa de su hija. No sabía si bendecir o maldecir a los dioses por darle a su hija demasiadas cosas en común con su madre. El cabello, la risa, la forma en que habla sarcásticamente y los mismos ojos que compartía con su madre… definitivamente debía de darle gracias, le dejaron el único recuerdo que tenía de su fallecida esposa. Una imagen andante.
Un gruñido muy conocido por él lo despertó de su letargo. Toohtles lo miraba de forma curiosa, no entendía mucho de las emociones humanas, sin embargo identificaba claramente cuando algo molestaba a una, con su hocico pico en el estómago del barbudo vikingo con la clara intención de animarlo.
-Cómo desearía que pudieras hablar para variar- decía mientras acariciaba la trompa del reptil- Cuánto pudieras ayudarme con mi hija.
El oscuro dragón hace la clara mueca de alzar una ceja, alza su pata y le da un leve golpe en la frente del enorme guerrero, éste capta rápidamente el mensaje.
-Sí, sí, sé que la cuidas tanto o más que yo, pero ¡Arf!- refunfuña mientras se taya el rostro con sus manos- Me es tan difícil entenderla a veces- Toohtles ladea el rostro sin entender lo que decía el humano- Sabes… se parece mucho a su madre…
El Furia Nocturna entendía ciertas cosas de la sociedad humana. Los machos se dan de palos, las hembras esperan a ver quién aguanta más, el ganador puedo escoger pareja y respectivamente los demás. El macho y la hembra se aparean, o al menos lo supone, para tener crías. Ambos se convierten en "padres". El macho es papá; la hembra es… ¿mumú? Le daba igual. Si entendía más o menos lo que el progenitor de su humana, éste le quiso decir que se parecía a su progenitora. Para él era natural que las crías tengan algunos rasgos con los que lo concibieron, pero como nunca ha visto a la hembra del vikingo, no puede saber que tanto se parecen. Más su inteligencia le permitía saber que a su padre no sacó casi nada, sin contar el color del cabello, un poco de los ojos y esa terca personalidad. El dragón dejó de darle vueltas al asunto, le era muy molesto los temas de humanos, a su parecer se complican demasiado la existencia.
-Ella era terca, muy terca- relataba Stoick- La mujer más hermosa que jamás haya visto- la nostalgia se reflejaba en su rostro- Aún recuerdo cuando nos conocimos, nuestra primera cita, cuándo le pedí matrimonio… jejeje… recuerdo aún más nuestra canción- suelta un suspiro- Cuanto la extraño, incluso a su espantosa comida- esto último lo dijo entre pequeñas risas- Podría haber matado a una Pesadilla Monstruosa con uno de sus guisos… y de hecho lo hice- el dragón bufa molesto- Oye, no me mires así, esos tiempos ya pasaron- se defendió el imponente hombre.
Toohtles le da otro golpe con su pata, solo que esta vez más duro. El vikingo respondió como todo hombre razonable de la tribu hubiera hecho… se le lanzó en cima en una lucha de fuercitas. Ambos colosos se empujan de un lado a otro tirando todo lo que estuviese en su paso. En un momento ambos daban vueltas por el suelo para ver quien quedaba encima del otro. De hecho para el dragón la tarea de someterlo era demasiado sencilla, pero quería jugar un poco más con su "presa". El carraspeo de alguien llamó su atención.
Hicca los observaba desde el pie de las escaleras, traía un vestido verde de mangas ajustadas que le llegaba hasta los pies, encima de él llevaba un chaleco sin mangas abrochado completamente permitiendo ver un poco de sus curvas. Sus brazos estaban en jarra y su cara gritaba "regaño" con toda claridad. Ambos la miran por un instante y se levantaron de un brinco del suelo aparentando que nada pasó. Hicca negó divertida con la cabeza, no dijo nada, prefirió apurarse a hacer la cena de sus "dos hombres". En cuento Hicca les dio la espalda Toothlees alza su ala y golpea al vikingo pegándolo a la pared sin hacer ningún ruido. Stoick sacude sus brazos de forma desesperada, el dragón lo libera y este cae al suelo. Los dos se miran, uno con reproche y el otro triunfal.
Después de la batalla de miradas, el vikingo y el dragón se sientan en sus respectivos puestos para recibir sus alimentos. Tuvieron que esperar un rato pues la fémina se tomaba muy en serio su labor, después de esperar un tiempo por fin llegó con los alimentos. Al dragó le dio una enorme cesta con pescado fresco, éste la empezó a engullir con sumo placer. Ella regresó de la cocina y salió con una gran cacerola humeante. Procede a colocarla en la mesa, el olor llega a las fosas nasales de Stoick, al instante su boca se inunda en saliva. Literalmente se le hizo agua la boca. Si había en que no se parecía su hija y su fallecida esposa es que Hicca tenía manos de diosa a la hora de… hacer una gran variedad de cosas.
-Se ve delicioso- alaba el robusto hombre con una sonrisa.
-Estofado de yack con salsa de tomate amielada- decía Hicca mentras depositaba una cesta con hogazas de pan en la mesa- Es algo que siempre quise probar un día- toma asiento junto a su padre.
-Pues me alegro que lo hayas probado hoy.
Hicca le sirvió una buena ración a su padre, el olor era cautivador llegando al punto de enloquecedor. Estaba a punto de hincarle el diente cuando una familiar voz hace entrada a escena.
-Hola a familia Haddock- decía Gobber entrando por la puerta- Parece que llegué en un muy buen momento- dice mientras olfatea el aire como sabueso- Eso se ve delicioso.
-See… en muy buen momento- decía sarcástico el jefe vikingo- Como ayer, antier, el día anterior a ese, el siguiente…
-Sí, ¿Qué extraño, no?- dijo el bigotudo vikingo con aparente inocencia, Stoick lo mira de manera seria.
-No seas malo con él papá- le recrimina la peli roja.
-Sí, no seas malo conmigo- el humor le salía por los poros.
-No tengo nada en contra de que vengas, pero si cuando te acabas toda mi comida- lo acusó el barbudo.
-Te hago un favor, Stoick. Un día tendrás que desplazarte rodando viejo amigo.
Herrero y aprendiz se soltaron a reír, Stoick gruño un poco molesto.
-En seguida te traigo un plato Gobber- dijo Hicca para después ir a la cocina.
El herrero aprovechó el momento e intento meter la mano a la al plato de Stoick, pero el sonido de metal deslizándose detuvo su andar. El vikingo de manos intercambiables baja la mirada y contempla la mano de su amigo en la empuñadura de su espada a medio sacar de su vaina. El mensaje fue claro para el herrero y decidió sentarse por el bien de su única mano. Justo en ese momento Hicca llega con otro plato. Una vez que tuvieron comida todos comenzaron a comer.
-¡Por el jodido Odin! Esto está delicioso niña- dijo Gobber mientras literalmente se tragaba el guiso.
-Gracias- dijo con una sonrisa de satisfacción.
-Stoick, si fuera tú no dejo que se case- dijo mientras se servía otra muy generosa porción.
-Primero me encargo de que no te lo acabes todo- dijo para servirse más.
-A ver, tranquilos bestias- regañó Hicca a ambos vikingos- Que hice suficiente para todos.
-Lo dudo- agregó Gobber.
La cena transcurrió tranquila, entre charlas amenas, una que otra broma ocasional y la gran insistencia de los mayores en beber agua miel fueron parte de la tranquila cena familiar y si bien gobber no compartía ningún lazo sanguíneo con los Haddock no lo convertía en un miembro sobrante. Aquel singular hombre siempre ha estado ahí, para ambos Haddock, Hicca recuerda con mucho cariño la infancia con él; sus regaños, sus malos chistes, su interminable parloteo… sin duda hicieron su vida mucho más fácil cuando aún no conocía a Toohtlees.
-¿Y recuerdas esa vez, Stoick, cuándo olvidaste a Hicca en el barco del mercader Johan cuando era una bebé?- se burló el vikingo de una sola ceja.
-¡En ningún momento vi cuando se salió de su caja!-alegó el susodicho.
-Espera ¿Me olvidaste en un barco? ¡¿De bebé?!
-Fue un accidente- trató de excusarse el hombre- Eras muy inquieta por cierto
- Por eso me tenías en una caja ¿Eh?…
-…
-Bueno, cambiando de tema ¿Cómo nos va con nuestros agradables inquilinos?- preguntó el bigotudo vikingo cambiando de tema.
El ambiente murió en ese instante. Los recuerdos del trayecto del día invadieron la mente de padre e hija. Hicca ya tuvo la gran experiencia de pasar parte de su día con el "simpático" Bronnfjell, el día de su padre no fue muy diferente.
-Aren quiere guerra al igual que su gente… y al parecer la nuestra también lo desea- explicaba Stoick- Traté de convencerlo de desistir, pero ese hombre tiene la cabeza más dura que un Gronckle- dijo fastidiado- Hicca, ¿Tuviste suerte con Ragnark?
-Está más desquiciado que Dagur- contestó cortantemente.
-Me lo temía…
El silencio volvió a reinar, está vez nadie fue capaz de romperlo, la tensión en el aire era tan densa que de seguro se podría tomar con cuchara. La guerra era inminente, de eso ya no cabía ninguna duda para la joven jinete, si no podía detener lo que venía, entonces haría todo lo que estuviera a su alcance para reducir el número de muertos. Estos pensamientos eran más dirigidos a los pobres hombres que acompañaban al rubio loco, que lo más seguro, era que todos ellos eran sus esclavos…
Hicca se levantó de su asiento, se encontraba cansada, demasiado. Bien decían "lo consultaré con la almohada", solo esperaba que funcionara con ella. Se despidió de su padre y de su mentor y subió a su alcoba seguida por Toohtlees. Ya adentro de su habitación se recargo contra su puerta soltando el aire de sus pulmones, el dragón la miraba de manera preocupada. Hicca le dedicó una cálida sonrisa, ese enorme reptil la conocía mejor que cualquier persona, estiró su mano con la intención de mimarlo un poco, el dragón acepta la suave caricia. Hicca se endereza y camina a su cama, se sienta en el borde para pasar a quitarse las botas. Sus ojos se pasean por la cicatriz de su pie, aquella marca le recordaba la dura y temible batalla que ella y su fiel compañero tuvieron en el pasado. Tan metida en sus pensamientos que no notó al dragónico ser encaramarse a su lado. Éste la acerco a su pecho brindándole protección y calor. La joven sonrió contra las escamas flexibles del dorso de su dragón, estaba feliz de tenerlo a su lado. Alguien con el cual contar…
El sueño llegó rápido para ambos amigos que, por el momento, habían dejado las preocupaciones de ambos para otro día, pues mientras ambos estuvieran juntos, sabían que podían superar cualquier adversidad que el porvenir les tuviera…
El reloj biológico de Hicca la despertó, ninguna luz llegaba por ningún lado, después de todo, se encontraba cubierta por su implacable amigo. Con cuidado se deslizo de entre las patas de su dragón, salió de la cama y estiró su cuerpo, dormir así, junto con su mejor amigo, le era reconfortante y, aunque poco creíble, bastante cómodo. Un sonido gutural llama su atención, al parecer no fue la única en levantarse, su dragón se encontraba observadora medio adormilado. Seguro al ya no sentir el cuerpo de su jinete entre sus patas lo había despertado. Nota que una de las patas oscuras del reptil tantea varias veces la cama. Ella sonríe sabiendo lo que significaba aquello.
-Dragón mimado y dormilón- lo acusa con humor- Estás muy consentido ¿Lo sabes?
Toothlees gira su cabeza con un movimiento circular de ojos mostrando su claro desinterés de aquel comentario a su ser. Hicca suelta una risilla, muchas eran las ocasiones en las que sentía que realmente sostenían una conversación.
-Vamos, tenemos cosas que hacer- dice mientras se retiraba el vestido verde y lo cambiaba por su usual atuendo-armadura.
Treinta minutos de ajustar cada parte del traje por fin la peli roja se encontraba lista. Observa a su dragón entre dormido lo cual le molesta un poco, no demasiado.
-¡Oye! Despierta- el dragón se levanta perezosamente, suelta uno que otro gruñido mostrándose semi irritado- Vamos, no me tarde tanto- Toothlees arquea una ceja- Ya, mejor bajemos.
Jinete y dragón se encontraban en la mesa comiendo sus respectivos alimentos, pescado, solo que el de Hicca estaba guisado. Stoick no se encontraba en la casa, intuía que se marchó muy de madrugada, eso para ella era perfecto. No porque no le gustara la compañía de su padre o lo quisiera poco, pero ella disfrutaba más de la soledad, como única compañía sus pensamientos y ahora su fiel dragón.
Terminaron de comer y se dispusieron a volar por un rato. El vuelo siempre la tranquilizaría, un lugar que pocos pueden alcanzar, tan pacífico y silencioso. Ella deseaba que aquellos tenues momentos fueran eternos, pero la realidad era, que no todo era color de rosa. Varias horas de vuelvo después se dio cuenta de que de nuevo se le pasó el tiempo. Voló rápido a la academia, esperaba que sus compañeros no estuvieran enojados.
Aterrizó en la entrada y grande fue su sorpresa al toparse a sus compañeros llegando junto con ella.
-Buenos días- saludaron al unísono los jinetes.
-¿O es muy temprano todavía o se les hizo tarde a ustedes?- preguntó la Haddock mientras bajaba de Toothlees.
-No- contestó Tuffnut- Nos dimos cuenta que si dices a las nueve, llegas a las once, eso quiere decir que a cada hora que señales debemos agregarle dos más para llegar aproximadamente junto contigo y no esperarte- explicó el rubio vikingo.
Hicca quedó muda ante una explicación que en parte la ofendía y la analizaba. Menos esperaba que la explicara el gemelo destrucción. Ella observa a los demás pidiendo una sensata explicación de aquel inusual fenómeno.
-Ni nos preguntes que nosotros estuvimos igual ayer cuando nos lo explicó- dijo Ruffnut a su amiga mientras se bajaba de su respectivo dragón. Los demás imitan su acción.
-Vaya… estoy impresionada… y ofendida…
-Bueno, no perdamos más tiempo y entremos- dijo Snotlout tomando el frente de todos pasando primero a la academia, éste fue seguido por los demás vikingos junto con sus dragones.
-Por fin llegan.
Una voz, claramente irritada, hace eco en el lugar. Los seis jinetes apresuran el paso para entrar. Se sorprenden al ver las personas que acompañaban a Ragnark el primer día de su llegada a la isla.
-Tranquila, Brenda- dijo Smilla posando un brazo en los hombros de la susodicha- Al fin y al cabo venimos sin invitación.
-Los osos duermen en el invierno- señala con burla Floki desde un rincón.
-¿Nos acaba de insultar?- pregunta Snotlout.
-Si…- contesta Astur de forma seria.
-Eso creí…
-Bueno, supongo que no vienen a saludar, así que digan su asunto- dice Hicca dando paso al frente.
-Mejor cuida como mueves la lengua- amenaza Brenda mirándola con molestia mientras se le acercaba. Un gruñido feroz detiene su andar. Toothlees toma posición entre su jinete y la agresiva mujer.
-No creo que a mi amigo le agrade que me hables así- dice con humor la peli roja.
Brenda guarda silencio por un momento, regresa por sus pasos junto a Smilla.
-Mejor, ahora ¿Alguien podría responder mi pregunta sin una amenaza de por medio?
-Será un pequeño asunto de unos minutos cuando mucho- dice Ragnark a sus espaldas- Lamento la demora, princesa, pero caminar desde el otro lado de la isla es muy tardío.
-Te hubieras alojado con uno de los aldeanos, como el resto de tu gente- señala Astur con claro enfado, le cabreaba que llamara de esa forma a Hicca.
-Me importa una mierda de troll lo que haga la compañía de mi padre- escupe el rubio- Mis asuntos, son solo míos.
Hicca tenía una cosa clara, algo traía Ragnark con su padre y no era un problema de "te bebiste mi agua miel", pero eso en ese momento no tenía relevancia.
-¿De qué asunto se trata?- interroga la líder de la academia.
Ragnark recupera mágicamente su característico porte burlón.
-Información, querida, solo información…
-¿Qué clase de información?- pregunta Fishlegs interesado en el tema, pues si algo se le daba bien era el conocimiento.
-Alvin y sus hijos de perra tienen dragones, ¿No?- surra Floki al oído del robusto vikingo sacándole un brinco con un gritillo.
-Eh… si- responde un poco asustado el amante de libros.
-Nosotros no contamos con ninguna clase de experiencia combatiendo bestias voladoras escupe fuego, nos harían carne asada si no nos informamos de… "aventajar" la situación- decía el lúgubre hombre mientras se paseaba alrededor de Fishlegs.
-¿Aventajar?- pregunta dudoso el interrogado.
-Si, ya sabes, aventajar- intervino esta vez Smilla, ella se cuelga de la parte de atrás del jinete de Gronckle, poniendo sus brazos alrededor de su cuello- Habilidades, trucos, especies…- decía cada sílaba mientras acariciaba el rostro de Fishlegs, algo que relajaba mucho al vikingo- Vamos, ¿No queras que salga quemada, verdad?- la muchacha le da una suave mordida en la oreja, cosa que puso al rojo vivo al calmado vikingo que se hiperventilaba cada vez más.
-Yo… s-si… supongo que tienes razón…
En ese momento Smilla se baja de "su presa" pues éste es derribado por un puñetazo, cortesía de Astur.
-Entre todos nosotros nunca pensé que tú cayeras tan fácil- lo regaña el jinete de Nadder-¿No ves que te están utilizando?
-Siendo sinceros, Astur, no creo que ser el único que cayera ante una mujer- dice entre adolorido Fishlegs sobándose la cara.
Hubo unos segundos de silencio, Snotlout y los gemelos se encontraban entre aplaudir ante la valentía de su gordo amigo o ir empezando a juntar las pertenencias de él en un barco para su funeral*.
-…Ahora te mato- dice sin vacilaciones el rubio guerrero tomando su hacha con ambas manos y alzándola sobre su cabeza. Fishlegs hizo lo que cualquier ser humano haría en su posición, poner ambas manos enfrente en un intento de escudo.
-¡Astur!- el mencionado se detiene ante la autoritaria voz de la mujer que lo sacaba de sus cabales- Déjalo, no lo repetiré…
Astur la observa unos instantes, resopla molesto y extiende su mano a Fishlegs con la intención de ayudarlo. Justo cuando ambas manos se aferran a la otra Astur proporciona sobre la mano del caído más fuerza de la que ocupaba. La mano de Fishlegs cruje y éste no puede evitar ocultar su rostro de dolor. Astur tira de él y queda parado, en ningún momento lo suelta.
-Suéltalo…-dice cansadamente la peli roja, de inmediato obedece. Fishlegs se aleja un poco mientras acariciaba su lastimada mano.
-Veo quien lleva las riendas por aquí- dice en el mismo tono divertido Floki.
-Perdemos el tiempo- dice una muy malhumorada Brenda- Denos lo que necesitamos y nos iremos.
-Lo que ustedes quieren es saber cómo matar dragones- dijo Hicca de manera seria- Nosotros, no, nadie mata dragones en esta isla.
-¿En serio? Vaya, debe ser un cambio muy radical si la gente de tu isla olvidó como matar dragones- espeta de forma petulante la joven de ojos azules- No nos quieras ver la cara de estúpidos, princesita, nadie puede olvidar en una década lo que hicieron por más de trescientos años…
Brenda tenía un punto a favor, sin duda muchos de los habitantes aún recordaban el cómo matar a un dragón, incluso intuía que sus amigos recordaban, aunque fuera un poco, el entrenamiento que recibieron hace ya varios años.
-Como dijo Hicca, ya no hacemos eso- salió al frente Astur con su característico ceño fruncido, quedando a unos pasos de Brenda.
Ambos vikingos se miran con enojo, sin duda los dos tenían un carácter fuerte y decidido. Sin duda alguna comenzarían una pelea en cualquier momento.
-Hey…- llama Ragnark, todos voltean a mirarlo, Astur con desafío- Me estoy impacientando…
Como si sus palabras fueran maleficios Brenda se aleja de Astur a su respectivo grupo. Estos guardaron silencio, pero Floki sonreía de manera perturbadora. Ragnark camina hacia Hicca quedando a cortos pasos de ella. Zafiros y esmeraldas chocan en ese momento, fueron unos instantes cuando el silencio fue quebrado.
-…Hay un libro…-Hicca expande cómicamente sus ojos- Como lo imaginé, ¿Me dices dónde hallarlo?
-Gobber lo tiene- responde secamente la peli roja, sin dejar de mirarlo.
-Gracias…
Ragnark de retira del lugar dejando un silencio fúnebre. Torborg, que se había mantenido callado hasta ahora, se acerca a Smilla y le da unas palmadas en la espalda sacándola de su transe. Ella le sonríe en agradecimiento.
-Creo que hay otras cosas que hacer, luego leeremos ese libro- dijo Brenda cambiando hacia la salida. El resto de su grupo la sigue.
-¿Y por qué no lo leen con junto con él?- comenta con obviedad Snotlout- ¿No sería más rápido si todos lo aprenden juntos?
-jeje… sería un plan realmente estúpido…ehm…- Smilla no se acordaba de su nombre.
-Snotlout- dice el chico de cabello oscuro.
-Gracias, pero al menos yo no quiero problemas.
-¿Sabes si quiera de lo que estás hablando?- pregunta Astur- Solo vayan con su amiguito ese y ya.
-…¿Quién dijo que es nuestro amigo?...- dice de forma seria la joven arquera.
Las palabras de la joven dejaron quietos todos los pensamientos de los seis jinetes
-…¿Qué?- ahora era Hicca la que preguntaba.
-Que no somos amigos de Ragnark… y dudo mucho que nos vea como compañeros… o como algo.
Las palabras de Brenda fueron el cierre de la conversación. Ella y los demás se retiran, salvo Floky quien se retrasa a propósito, éste se acerca al grupo de jinetes con su marcada sonrisa y aquella forma de mirarlo como si fueran un buen chiste.
-Por qué un dios debería rebajarse a hablar con meros mortales como nosotros- sus palabras fueron lentas y arrastradas. Después se retira con los demás.
Hicca se encontraba en una nueva encrucijada. ¿Cómo que Ragnark no era su amigo? Vinieron en la misma flota ¿No? A parte eran de la misma tribu o al menos de la misma área de donde habitaban. ¿Ese tal Floky se refirió a Ragnark como un dios? Por qué lo había hecho. Sin duda miles de preguntas surgieron en ese momento, ella hubiera deseado cerrar el asunto del Bronnfjell de una vez y por todas, pero ahora, su lado curioso, le picaba entre las costillas con la punta del dedo. Maldecía a su vendita curiosidad. Ahora deseaba saber más de aquel rubio tan insoportable. Al menos tenía algo con lo que empezar. Su tribu. Algo debían de saber y lo iba a averiguar.
Los días pasaron y la llegada de la invasión se acercaba. Toda la aldea se encontraba movilizada cada segundo. Las armas se apilaban en la herrería, las armaduras eran limpiadas, otros entrenaban para estar listos. Algo que llamó la atención de todos los pobladores era que sus visitantes comenzaron a talar los bosques como si no hubiera un mañana. Pagaron por la madera y ofrecieron dejar los "presentes" que iban a hacer por cortesía. El trabajo en la fragua, la trasportación de madera y la organización de la aldea, dejaba a la joven muy cansada cómo para averiguar algo. De un momento a otro, el día llegó…
Era de noche en ese momento, incursión vikinga clásica, la flota permanecía en silencio. No había ninguna estrella en ese momento debido a las grandes y extensas nubes que cubrían el cielo. Sin duda los dioses favorecían al ataque sorpresa que se iba a realizar. Sangre, honor y gloria… eso es lo que más añoraba un vikingo y por más que Hicca odiara todo aquello, esa era su gente… vikingos…
Hola a todos, espero les haya gustado, si, lo sé soy un maldito, pero por eso me quieren jajajajaajaj. Qué le deparara a nuestra protagonista? Ni yo lo sé! Ajajajajajajaj. Muchas gracias por sus comentarios que tanto amo. Gracias ha:
Natsumi: creeme, te sorprenderías con lo que llevó jejejeejeje, agradezco tu comentario y espero que este capitulo te haya gustado, nos leemos luego!
DiamanteLunar: claro que lo continuaré y espero darte en cada cap. La misma sensación que tienes en este momento. Nos leemos luego!
KatnissSakura: me alegra ver un review tuyo, eres una gran escirtora y que alguien como tú comente es bastante alagador, espero ansioso una nueva historia tuya. Nos leemos luego!
Actriztercaantirosita: tu comentario me agrado bastante y me motiva a seguir. Descuida, no dejaré de escribir y espera más a futuro, nos leemos luego.
shanya and ty-rex: compañera, espera que yo también deseo las tuyas jajajajaja, me dejaste colgado en una muy buena parte y no soy el único, pero esperaré lo necesario ); TTuTT… me agrada que te guste el cap., te gustan las sorpresas lo sé y me halaga que pienses eso de mi, espero ansioso noticias tuyas, nos leemos luego! y espero que te haya gustado el cap. jajajaajaj
Dulce Tiramisu: celos y otras cosas mas le esperan al rubio del hacha jejejeejejej, espero que te haya gustado el episodio.
the-rider-sel: jejeejej no eres el único, pero recuerda… triangulo… jejejejeejej
LaRojas09: aceptaré tu condejo colega, acabo de ver la serie de Viking y creeme que me llevé una buena sorpresa al ver el parecido entre dos de mis OC´s, pero cualquier parecido es mera coincidencia, en realidad los base en personajes de un juego que jugaba pues yo los hice y quise darles visa. Nos leemos leurgo!