Hola, ya sé ya sé, soy una maldita perra desconsiderada, como excusa... no la verdad es que ahora sí no tengo perdón de dios.

Así que... ¿aún hay algún seguidor de esta historia presente? Me eh sentido tan mal por no haber podido terminar con este proyecto que casi me cortó las venas... ok, no tan extremo, pero de verdad que he querido terminar esto más que nada para ustedes que aún esperan el descenlace de este intento de fic. Pero bueno, no los entretengo más.

Disclaimer: SnK y todos sus personajes son obra de su respectivo autor.

Advertencias: Riren, feels, mocos y lágrimas (espero).

๑۞๑,¸¸,ø¤º°`°๑۩ Epílogo ۩๑ ,¸¸,ø¤º°`°๑۞๑

Levi estaba ansioso de salir de la oficina para llegar a casa con su hermosa familia. Ahora vivían en Okinawa, pues Levi -ahora comandante- y su escuadrón, junto con el de Hanji y Mike se instalaron ahí para supervisar la Base militar que Estados Unidos estableció en esa provincia, todos bajo el mando de Erwin, que ahora era General.

Pero bueno, Levi ya estaba fastidiado de estar entrenando a tantos novatos incompetentes que no sabían ni armar su propia arma solos, ¡Dios! Levi no comprendía como es que era posible aquello, y había algunos otros que ni siquiera su cama sabían tender adecuadamente.

"Han de ser unos niños de mami que hacían todo por ellos" pensaba cada vez que encontraba una sola arruga en la sábana.

El castigo más leve para aquellos que hacían las cosas de una manera que no cumplían sus estándares eran diez vueltas extras de trote a la hora de su entrenamiento, que él, por supuesto, supervisaba.

Pero bueno, en ese momento por fin ya eran las seis de la tarde y podía salir de la Base.

"Oye Levi" le llamó Erwin, "Mike, Hanji y yo vamos a ir a tomar unos tragos, ¿no quieres ir?"

"No" dijo directamente.

"Oh vamos, hace mucho que no hemos salido todos juntos, tu escuadrón puede venir contigo" agregó viendo a los tres chicos alrededor de él.

"Si Comandante, vamos" lo alentó Auruo.

"He dicho que no, pero ustedes pueden ir" les dijo a sus subordinados.

"Eres un cascarrabias Levi" le dijo el General.

" Me importa un carajo lo que pienses" dijo dándose la vuelta y caminando hacia la salida.

Al llegar a la puerta escuchó a sus subordinados hablando con Erwin pero al estar un poco retirado ya no alcanzó a escuchar de lo que hablaban.

Llegó hasta su auto, en ese entonces las calles y caminos ya estaban en mejores condiciones por lo que su caballo ya no era necesario, además de que al usar un vehículo podría llegar a casa más rápido.

Al ir manejando podía ver las construcciones que se iban realizando en todo el camino frente al mar, todas eran casas y la mayoría estaban hechas al estilo occidental, pues los dueños eran soldados o nobles norteamericanos, por ejemplo la casa que estaba cruzando en ese momento, era del idiota de Erwin y la casa continua era la de Hanji. Como detestaba que esos dos se hubieran instalado en su calle, sí, su calle, pues él había llegado a esa zona primero.

Su casa estaba a cinco casas de las de Hanji y Erwin, era de estilo occidental pero con algunos toques orientales, por ejemplo el genkan, le encantaba el hecho de no usar en casa los zapatos que usaba en la calle, la de gérmenes y bacterias que evitaba en su hogar. Otra cosa que instaló fue un engawa en un lateral de la casa, frente a un estanque y un cerezo. Y obviamente todo el piso era de madera, aunque había algunas partes con alfombra, como el pasillo de las habitaciones. Toda la casa estaba rodeada de una barda con tejas de cerámica en la parte superior.

Cuando llegó a casa, uno de los soldados de guardia abrió la reja para que pudiera entrar, se estacionó en la parte de enfrente y salió con su maletín en mano (el desgraciado de Erwin le dejó mucho papeleo por revisar). Al acercarse a la puerta podía escuchar gritos infantiles dentro de la casa, suspiró y apresuró el paso.

Cuando abrió la puerta fue embestido por una pequeña figura con una mata de pelo castaño, con tanta fuerza que casi lo hace caer de espaldas.

"¡Papi! ¡Bienvenido!" lo saludaron unos hermosos ojos verdes.

- Akiyoshi, te he dicho muchas veces que es Okaerinasai no "Bienvenido" - lo reprendió su 'madre'.

- Pero significan lo mismo okaa-san - se defendió el pequeño bajando los hombros.

Levi sonrió ante la escena y pronunció un "Estoy en casa" en inglés obviamente, haciendo sonreír a su hijo y rodar los ojos a su esposa. Le agitó los cabellos a su hijo y dio tres pasos para llegar hasta Eren y darle un beso en la mejilla. Se sonrieron y luego sintió unos tirones en sus pantalones, bajó la mirada y se cruzó con unos ojos grises iguales a los suyos.

- Okaerinasai, otou-san - dijo el pequeño, demasiado serio, sólo podía notar la alegría y emoción del niño en sus ojos, grises como los suyos, pero demasiado expresivos.

- Tadaima, Akihiro - le dijo al pequeño.

El pequeño no dijo nada, ni siquiera sonrió, pero pudo notar que el brillo de sus ojos se intensificaba. Después el pequeño se acercó a su hermano y le tomó de la mano. Ambos niños estaban vestidos de manera occidental, con unos pequeños shorts azul marino y unas camisetas blancas, la única diferencia era que Akihiro aún tenía puesto el saco y la corbata. Levi supuso que Akiyoshi se los habría quitado media hora después de ponérselos.

Parecía imposible que esos dos pequeños fueran gemelos pues, mientras uno es castaño de ojos verdes y una personalidad tan extrovertida, el otro era pelinegro con ojos grises y con una personalidad introvertida. Pero según el doctor los pequeños venían en la misma bolsa, así que definitivamente lo eran.

Tenían cinco años y siempre iban a todas partes juntos, tomados de las manos, Akiyoshi era el que hablaba más de los dos y Akihiro era el que más analizaba las cosas. Había ocasiones en las que Levi aún se sorprendía de los parecidos que tenían sus pequeños a él y a Eren. Eran como unas pequeñas versiones suyas.

Levi escuchó pasos bajando la escalera detrás suyo y se giró a tiempo de ver bajar a su hija. Midori que ahora tenía doce años. Ella a diferencia de sus hermanos seguía usando el traje tradicional japonés, pues nunca le han gustado los vestidos occidentales. A Levi en realidad no le importaba, de hecho le parecía mejor, pues así su hija no iría por ahí enseñando sus piernas ni hombros.

Al verlo, la pequeña sonrió y bajó los escalones que le faltaban demasiado rápido para el gusto de Levi.

- Okaerinasai, otou-san.
- Tadaima - le acarició la mejilla a su hija y después se dirigió a sus tres hijos - ¿Cómo les ha ido en sus estudios?

Los tres habían empezado sus estudios con institutrices y maestros en casa desde muy pequeños, bueno, Midori al ya tener doce años ya asisitía a la escuela que, por fortuna, se encontraba muy cerca de su casa, desde que tenía ocho, pues ella y Eren le insistieron cada minuto de cada día a Levi para que aceptara, mientras que lo pequeños gemelos al tener sólo cinco años, aún estudiaban con sus maestros en casa.

Los tres le pasaron un informe completo -tal y como él lo pedía- de todo lo aprendido en ese día. Después se dirigieron al comedor para que Petra -después de darle la bienvenida y las buenas noches a Levi- junto con otra de las sirvientas empezaran a servir la cena. Justo a la mitad de una plática sobre algo gracioso que le había ocurrido a Akiyoshi mientras trataba de hacerle una broma a su institutriz, tocaron el timbre tan insistentemente que Levi casi saca su pistola para ir y convertir en un colador a quien sea que estuviera haciéndolo -que lo más seguro era que fuera cierta persona estresante y fastidiosa de la que cada día ansiaba poder hacer aquello-.

Tal y como lo había supuesto, a los pocos segundos de que el sonido se detuviera, Hanji entró a toda marcha al comedor y corrió a abrazar, estrujar y pellizcar las mejillas de los gemelos que, al sentir todas las "caricias" de la sargento empezaron a proferir quejidos, pues no podían decir ni una palabra.

El acoso continuó hasta que Hanji sintió el cañón de la pistola de Levi en su nuca, por fortuna, Eren se levantó y lo detuvo antes de que le volara el cerebro a su amiga frente a sus pequeños -sí, sólo lo hacía por la inocencia de sus hijos-.

- Hanji, te dije que dejaras de tratar a mis hijos como sí fueran tus malditos muñecos de esos titanes que tanto besuqueas -dijo Levi mientras volvía a guardar su pistola en su cinturón.

- Ay Levi, no seas tan amargado.

- Sí, Levi, no seas tan amargado - dijo el General Erwin mientras entraba al comedor y le entregaba su abrigo a una de las sirvientas. Se acercó hasta la mesa y se sentó en el otro extremo sin recibir invitación.

- General Erwin - saludó Eren con una sonrisa -. Me da mucho gusto volvero a ver.

- A mi también me da gusto verte Eren, pero no me culpes de no haber venido antes, es sólo que tu esposo no me ha dejado acercarme a su casa, amenazándome con echarme a los perros - dijo con una cara de fingida tristeza que Levi estaba seguro de que nadie le había creído, hasta que vio a Eren voltear a verlo con enfado en sus ojos.

Levi entornó los ojos, no podía creerlo.

- ¿Qué? - le preguntó al ojiverde.

- Que maleducado de tu parte Levi-san, deberías ser más considerado con el señor Erwin y tus amigos.

Erwin sonrió triunfante a Levi que claramente lo notó, pero el rubio borró su sonrisa y recompuso su mirada de tristeza al ver que Eren giraba su rostro hacia él.

'Ahora si lo mato' pensó Levi, pero se detuvo al ver a mas personas entrando a su comedor.

- ¿Qué están haciendo aquí? - preguntó un poco fastidiado al resto de su escuadrón.

Los pobres soldados al percatarse de la mirada fría que les lanzó su comandante empezaron a temblar y sudar frío.

- Ah, nada, sólo pasamos a saludar - dijo rápidamente Erd y girándose para salir de esa casa.

- ¿Eh? ¿Tan pronto? - dijo Eren - Claro que no, ya que estamos todos reunidos tengamos una agradable cena - dijo con una gran sonrisa.

Los pobres muchachos poco pudieron hacer frente a ese gesto, todos querían a Eren y se alegraban de que Levi haya podido encontrar la felicidad junto a él. Así que aguantando las miradas mortales que les enviaba el pelinegro, tomaron asiento en una de las sillas libres del comedor.

Petra regresó a la cocina y volvió con unos platos para los recién llegados, los dejó frente a ellos y al colocarle a Auruo el suyo le sonrió, gesto que no paso desapercibido por Eren que también sonrió y le pidio a la pequeña mujer que los acompañara, ella se negó, pero al igual que los soldados, era débil frente a la mirada y sonrisa del moreno por lo que cedió y se sentó junto a su prometido.

La reunión no planeada, se convirtió en una cálida cena con las anécdotas divertidas de los gemelos y su hermana, los comentarios graciosos -y molestos según Levi- de Hanji, las risas del resto del escuadrón y las sonrisas triunfantes de Erwin.

No es que el rubio disfrutara de hacer sufrir a su subordinado, es sólo que lo conocía demasiado bien, pues sabía que aunque no lo admitiera, el pelinegro disfrutaba de todo aquello, era sólo que su orgullo se lo impedía. Pero para eso estaba él, para demostrarle que sin importar cuanto lo niegue y lo evite ellos siempre estarán ahí para él y siempre serían, todos juntos, esa gran familia que se le había negado desde pequeño.

Cuando ya eran casi las doce de la noche, y los pequeños estaban dormidos en uno de los sillones junto a su hermana, los invitados decidieron irse, sonriendo y prometiéndole a Eren que otro día volverían. Eren y Levi regresaron a la sala y miraron con un gran cariño a los pequeños dormidos. Se acercaron y Levi tomó en brazos a su hija para llevarla hasta su cama, pues se le hacía muy feo el despertarla. Mientras que Eren cargó a Akiyoshi y a Akihiro, pero antes de que diera un paso, Levi llegó hasta él y le quitó al más pequeño del brazo, llevando a su hija en el brazo derecho y al pequeño ojigris en el izquierdo.

Eren sonrió y caminó detrás del pelinegro, se detuvieron frente a la puerta de la habitación de los pequeños, Eren la abrió y caminó hasta la cama del pequeño Akiyoshi, donde, después de cambiarlo de ropa, lo arropó y le besó la frente para después hacer el mismo proceso con el pequeño Akihiro, ante la atenta mirada llena de amor de su esposo.

Después se dirigieron a la habitación de Midori, Levi acostó a su hija con cuidado y Eren le quitó el Kimono a la niña para dejarla sólo con la prenda interior. Le dio un beso en la frente y se alejó junto con Levi. Ellos llegaron a su habitación y comenzaron a desvestirse.

- No haz tomado un baño, ¿Quieres que te lo prepare? - preguntó el moreno al ver cómo el mayor se quitaba la ropa con la que había llegado.

- Por favor - fue todo lo que dijo el pelinegro.

Eren pudo ver un poco de estrés y fastidio en su mirada y se preguntó si había sido buena idea dejar que los muchachos se quedaran a cenar. Llegó al baño y abrió las llaves del agua caliente y la fría para nivelar la temperatura y se quedó pensando en una manera de contentar al pelinegro y al pensar en algo no pudo evitar que sus mejillas se colorearan de carmín. Pero no era culpa suya que la única manera de relajar al pelinegro fuera de esa manera, sino del pervertido que tenía por esposo.

Al estar llena la bañera, Eren salió y se encontró con Levi que ahora sólo vestía sus pantalones.

- El baño está listo - anunció.

- Gracias - respondió y se encaminó al baño.

Levi por un momento estuvo tentado de pedirle que se bañara con él, pero supuso que Eren estaría cansado por lo que entró al baño solo, se despojó de las pocas prendas que le quedaban y entró al agua de temperatura perfecta. Cerró los ojos, apoyó la caveza en la orilla de la bañera y disfrutó del placer que recorrió su cuerpo al sentir sus músculos relajarse.

Pudo escuchar como la puerta se abría, pero no abrió los ojos, seguramente sería Eren que quisiera ayudarle a tallar su espalda, esperó a sentir las suaves caricias de su pareja utilizando la esponja para tallarle pero solo pudo sentir el agua revolverse y un par de delicadas manos sobre sus hombros. Abrió los ojos justo a tiempo para ver a un muy sonrojado Eren sentarse sobre sus piernas.

- ¿Eren?

El moreno no respondió, sólo se acercó y juntó sus labios con los del mayor en un suave y tierno beso.

- Lamento mucho el haberte hecho enojar - dijo Eren una vez separados y bajando la mirada con vergüenza.

- ¿Qué? - preguntó más cómo expresión - ¿Qué te hace pensar que estoy enojado?

Eren se mordió el labio inferior antes de contestar.

- Es sólo que tu mirada reflejaba un enfado que no pude decifrar, supuse que fue por invitar a los muchachos a cenar.

Levi suspiró, se acercó a Eren y le besó la mejilla.

- No estoy enfadado por eso, en realidad no estoy enfadado, es sólo que me fastidia un poco los métodos que usa Erwin para convivir con nosotros - dijo recordando la tristeza que el rubio fingió frente a Eren.

- Es verdad que son un poco excesivos y muy fingidos pero quise darle un poco de satisfacción después de todos los desplantes que le haz hecho - dijo Eren con una sonrisa que Levi nunca había visto.

- Entonces... ¿lo sabías?

- ¿Creías que no me había dado cuenta del falso rostro de tristeza que puso? - Levi abrió los ojos y la boca con sorpresa - Déjame decirte que después de vivir todos estos años con tus hijos me he hecho inmune a ese tipo de rostro y a identificar perfectamente cuándo es real y cuándo no.

Levi sonrió y atrajo a su esposo para besarlo ahora con pasión, Eren abrió la boca y Levi entendió la perfecta invitación, adentró su lengua y tocó sutilmente la del moreno, Eren rodeó el cuello de Levi con sus brazos y acercó más sus cuerpos provocando que sus miembros se rozaran, gimieron en las bocas contrarias y se separaron para verse a los ojos.

- Entonces, a pesar de saber que todo lo que decía era falso, ¿no lo descubriste? - dijo frunciendo el ceño.

- Se veía tan seguro e ilusionado en que su plan no fallaría, que no pude hacerlo, además deberías aceptar que todos ustedes son una gran familia e invitarlos a cenar de vez en cuando - dijo con una tierna sonrisa y una cálida mirada.

Levi se llenó de esa calidez y ternura que desprendía su esposo y lo besó de nuevo, pero ahora mucho más tranquilo, más suave, como si quisiera competir con la ternura que destilaba el menor. Pero poco a poco fue aumentando en pasión. Levi recorrió las piernas del menor bajo el agua, deleitándose con las reacciones que provocaba en éste, reacciones que eran idénticas a las que hizo en su peimera vez como amantes.

Llevó sus manos hasta las nalgas morenas de Eren para estrujarlas y dirigir uno de sus dedos a su entrada, recibiendo un sonoro gemido que rebotó en las cuatro paredes del baño como respuesta.

Levi recordo las palabras de Eren diciéndole que él, Erwin, Hanji, Petra y sus subordinados eran una gran familia, y se sorprendió a sí mismo pensando igual que el moreno entre sus brazos, y se preguntó desde cuándo era que pensaba de ése modo, ¿desde cuando pensaba en todos ellos juntos como familia?

Comenzó a besar el cuello de Eren dejándole algunos chupetones en él, bajó hasta el pezón izquierdo del menor y exhaló un poco sobre éste provocando un dulce estremecimiento en el moreno, se inclinó un poco más y atrapó ese dulce botoncito rosa entre sus labios, lo chupó, succionó y mordió suavemente, para luego hacer lo mismo con el otro.

Levi siguió dándole vueltas al asunto y al hacerse una de aquellas preguntas una escena que había pasado hace algunos años se le vino a la mente.

Estaba afuera de una de las habitaciones de su antigua casa, aquella que le había quitado a uno de los nobles japoneses y la había proclamado como suya, aquella donde pasó los peores y más tortuosos días de su vida y los más felices también.

Pero no podía dejar de estar intranquilo, pensando que de un momento u otro uno de sus hijos o su esposo podrían morir del otro lado de aquella puerta que no dejaba de ver con el ceño fruncido y una expresión de inpotencia en el rostro.

"Tranquilo, todo estará bien" escuchó que alguien le decía, giró el rostro y se encontró con un par de ojos azules que le veían con preocupación. Junto a Erwin se encontraba Hanji, Petra y todo su escuadrón dándole su apoyo, suspiró y relajó sus facciones, pero la opresión en el pecho no podía dejarlo, de sólo pensar, que Eren podría hacerle falta lo hacía sentir demasiado angustiado, él no sabía nada de niños, su padre no fue muy bueno siéndolo y dudaba mucho en ser uno bueno para su hija, y sus hijos, si es que sobrevivían.

Frunció aún más el ceño y sus ojos comenzaron a escocerle, de pronto sintió unos delgados pero fuertes brazos rodearle, levantó el rostro y se encontró con la sonrisa de apoyo de Hanji.

- Tranquilo enano, ya verás que todo saldrá bien - y él quiso aferrarse a esas palabras, y al segundo después un llanto infantil se escuchó del otro lado de la puerta. Se soltó del abrazo de Hanji y pudo ver como la mujer del médico salía con un pequeño bulto que se retorcia entre sus brazos y se lo tendió a él. Miró a sus amigos y compañeros y éstos asintieron, estiró sus manos temblorosas y la mujer depositó con cuidado al pequeño entre los brazos fuertes de Levi, que en esos momentos se sentían tan débiles, destapó con cuidado al pequeño y pudo ver una fina capa de cabello café claro, el bebé se removió en sus brazos acomodándose y dejando de llorar, cómo si supiera a quién pertenecían esos brazos que lo envolvían ahora con más fuerza. El pequeño se removió un poco más y para sorpresa de Levi, el bebé abrió los ojos y pudo ver un par orbes verdes tan brillantes que lo llenaron de esperanza* y en ése preciso momento un segundo llanto, un poco mas débil que el primero, se escuchó dentro de la habitación.

Levi se estremeció al recordarlo y besó con devoción los dulces labios de su esposo, acto que tomó por sorpresa al menor pero que respondió gustoso al sentirse tan amado. El pelinegro sacó los tres dígitos del interior de Eren, con paciencia dirigió la dilatada entrada a la punta de su miembro. Besó castamente los labios contrarios, se miraron a los ojos y Eren se dejó caer poco a poco, introduciendo ese falo en su interior. Eren suspiró al sentirlo completamente dentro y Levi apoyó su frente en el pecho contrario, deleitándose con las sensaciones que le producía el estar rodeado de las paredes internas del moreno.

La puerta se había abierto por segunda vez y de ella ahora salía la madre de Eren con un segundo bulto en los brazos, en el rostro de la mujer se veían claramente las marcas de lágrimas en sus mejillas, y por un momento esa gloriosa esperanza flaqueó, pero no hizo mas que aumentar al ver cómo una manita salía de la manta y parecía buscar algo.

Acomodó a su hijo mayor* en un brazo y extendió el otro rápidamente, con mucha más decisión y fuerza que la primera vez. La mujer entendió y depositó al pequeño en su brazo y trató de tomar al otro pero Levi se lo impidió, ella sólo sonrió, lo entendía, así que estiró su mano para descubrir al segundo bebé, pues él no podía hacerlo. Lo primero que vio fue una finísima capa de cabello oscuro, tan negro como el suyo, y debajo de todas esas manchas de sangre seca, una piel tan blanca como la suya. Él pequeño se removió e, igual que su hermano minutos antes, abrió sus ojos y Levi pudo ver un par de orbes grises iguales a los suyos, tan hermosos y tan brillantes.

Tenía en sus brazos dos pequeños faros brillantes que le devolvían la esperanza, que no pudo evitar soltar un par de lágrimas, estrechó un poco más a sus hijos en sus brazos y cerró los ojos, rogando porque Eren se quedara junto a él. Sintió una mano sobre su hombro y abrió los ojos para ver a quién pertenecía.

"No se preocupe señor Levi, Eren nunca lo abandonaría" le dijo su dulce amiga y compañera, Petra.

Le respondió con una ligera sonrisa, cosa que la tomó desprevenida, pero no tardó en respondérsela.

Levi levantó el rostro y pudo ver esas hermosas esmeraldas que lo habían cautivado desde la primera vez que las vio. Se acercó al rostro del menor y lo besó con tanto amor y cariño que Eren podría morir en ese preciso instante y no se arrepentiría, pero respondió al beso y a las caricias que en ese momento lo adoraban. Estaba un poco confundido, Levi le estaba haciendo el amor cómo si se tratara de algo tan frágil, tan amado y tan cuidado que se llenó de felicidad y amor y sus ojos se humedecieron, no por lujuria ni pasión, sino de felicidad. Sentía unas enormes ganas de llorar de felicidad. Se abrazó más al mayor y continuó con sus movimientos suaves.

Levi recordaba los segundos siguientes como si fueran horas, ya tenía a sus dos pequeños en sus brazos sólo faltaba que Eren volviera a él. Así que, como había dicho, los escasos tres minutos que tardó el doctor en salir a darle el estado de su esposo los sintió como una eternidad, pero cuando el doctor le dijo que Eren se encontraba bien, pero que su recuperación sería un poco más larga que la de su primer embarazo, no pudo hacer más que caer de rodillas, con sus hijos en brazos, y agradecer al doctor, a Dios y a quien sea que lo hubiera bendecido a él, un bastardo que se creía sin perdón y sin derecho de amar, ser amado y tener una familia como la que tenía, tan maravillosa.

Levi rodeó el cuerpo de Eren con sus brazos, y embistió un poco más fuerte y más rápido que antes, pero sin perder aquella dulzura y devoción. Sintió los brazos de Eren en su cuello y su respiración agitada en su oreja.

- Levi... ah... Levi... ya casi me... ah...

- Yo también... ngh...

Pudo sentir la mano firme de alguien sobre su hombro y al levantar la mirada se encontró con la mirada azul de su superior, de su amigo, de su hermano.

"Tranquilo, Levi, todo está bien ahora." le dijo y lo ayudó a levantarse "Bien, tienes que ver a tu esposa ahora" dijo con una sonrisa.

En ese momento se abrió la puerta dejando salir a la mujer del doctor, junto con Mikasa, que también tenía los ojos y las mejillas húmedas. Sus ojos se encontraron y ya no pudo ver el odio que antes siempre los acompañaban cuando lo miraba, simplemente bajó la mirada y vio con una sonrisa a sus sobrinos, se apartó y Levi por fin pudo entrar para ver a su esposo, al amor de su vida, al hermoso chico del Koto que le salvó de un futuro de soledad, odio y muerte.

Se encaminó al fuuton dónde descansaba su esposo, se arrodilló con cuidado y como pudo, acostó a sus hijos junto a Eren, que mantenía los ojos cerrados, descansando.

Ambos aceleraron un poco más las embestidas, ansiando el tan maravilloso desenlace de ese acto que iba más allá de hacer el amor. Se estaban entregando por completo, por primera vez se sentían completamente desnudos frente al otro, no sólo en cuerpo, sino en alma. Sentían que les quitaban todo de sí mismos, pero se llenaban por completo del contrario.

Levi tocó ese punto que tanto enloquecía a Eren que no pudo evitar gemir y correrse en la mano de Levi que llevaba algunos minutos acariciandolo. Levi al sentir que la estrechez de Eren se reducía aún más a su alrededor, jadeó y se corrió dentro del menor.

Levi recuerda como una tortura los dos días siguientes al nacimiento de sus hijos. Eren no despertaba, y no había hora del día en el que deseaba salir al buscar al doctor para que hiciera algo o le explicara el porqué de su largo sueño. Pero la señora Carla siempre lo detenía y le decía que era normal, que en el nacimiento de Midori Eren no despertó por los siguientes tres días, pero cuando el tercer día llegó, y Eren no daba indicios de despertar, lo desesperó aún más. Sin decir nada a nadie, ni a su hija que se encontraba en esos momentos junto a Eren, jugando con sus hermanos, salió de la casa y fue hasta con el doctor, lo llevó hasta su hogar y le pidió que revisara a su esposo. Todos se sorprendieron al escuchar la palabra "Por favor" salir de sus delgados labios.

El doctor amablemente y comprensivo lo hizo y le dijo que Eren se encontraba muy bien, que la recuperación iba a la perfección y no había indicios de una infección, pero que debía comprender, que el parto del ojiverde no había sido nada simple, y que, a diferencia del anterior, ahora había tenido a dos pequeños, no sólo uno. Levi escuchó atentamente y trató de tener más paciencia, cosa que fue recompensada al día siguiente cuando vio al menor abrir sus brillantes ojos verdes y enfocarlos en él, para después sonreírle.

Un gran peso que no sabía que estaba cargando se fue de su espalda y pudo respirar tranquilamente una vez más. Se acercó hasta Eren y le rodeó con los brazos, apoyó su frente en el pecho del ojiverde y un par de lágrimas salieron sin que pudiera evitarlo.

- Gracias - dijo entrecortadamente.

Eren le acarició sus cabellos azabaches.

- ¿Por qué? - preguntó, no sabía si lo decia por haber despertado o por haberle dado otro par de hijos. Y cómo si le hubiera leído el pensamiento respondió:

- Por todo.

Pero había algo más que abarcaba ese "Por todo", algo más que Levi no admitiría y Eren nunca se imaginaría.

Ambos estaban demasiado agitados. Haber hecho el amor de aquella manera tan intensa los había dejado exhaustos. Húmedos, sofocados y un tanto sudorosos, se separaron lentamente y se miraron a los ojos, húmedos por parte de ambos, sorprendiendo al contrario.

- Hay algo en lo que te equivocas - le dijo Levi a Eren, confundiéndolo un poco, después de semejante acto de amor, estaba un poco perdido de la plática anterior -. No somos sólo nosotros una gran familia, sin ti, nada de esto sería posible, sin ti, nunca se me hubiera cruzado por la cabeza, sin ti, no me hubiera dado cuenta de la suerte que tengo de tener a unos amigos un poco idiotas pero que somos como hermanos - el corazón de Eren dio un brinco y se aceleró -. Sin ti, mi adorable mocoso, nunca hubiera creído que podría llegar a amar tanto como te amo a ti, o a nuestros hijos. Nunca hubiera pensado en Erwin, Hanji, Petra, Erd, Gunter y mucho menos al imbécil de Auruo como mi familia, como mis hermanos. Tú eres la pieza clave de mi familia y sólo si tú estás en ella yo la aceptaré tal y como es. Y por eso también te agradezco.

Eren no pudo más con tanto y empezó a llorar, apoyó su frente en la de su esposo y sus manos en las mejillas de éste. Sorbió un poco la nariz y abrió sus ojos para ver directamente a los grises de Levi.

- Te amo Levi, te amo tanto, y si regresara en el tiempo y para poder alcanzar aunque sea la mitad de la felicidad que tengo en estos momentos, tengo que sufrir todo lo que vivimos al principio - sintió a Levi estremecerse -, escúchame, no te culpo, ni te odio ni te guardo rencor, sé perfectamente que lo hiciste porque no sabías expresarte, demostrarme el amor que me tuviste desde el principio, pero cambiaste, y me demostraste que me amabas, me diste tres hijos maravillosos que te aman tanto como yo, y como te decía, si tengo que sufrir eso y mucho más para volver a estar contigo, lo haría, no lo dudaría ni un segundo.

El pecho de Levi se llenó tanto de ese gran amor que Eren le demostraba, que pudo sentir sus ojos escocerle un poco. Apretó un poco más el abrazo y besó delicadamente los labios contrarios. Su boca se llenó del delicioso suspiro que soltó Eren y atacó una vez más sus labios.

- Te amo - dijo Eren cuando se separaron.

- Te amo, mi vida.

Ambos se apuraron a limpiarse, salieron de la tina y se dirigieron a la cama, con la clase de niños extrovertidos que tenían tuvieron que colocarse sus pijamas, no quisieran arruinarles la inocencia tan pronto. Se acostaron y se abrazaron, Levi apoyando su cabeza en el pecho del menor, y Eren acariciando sus cabellos. Levi se fue arrullando con las caricias del menor y lo último que cruzó su mente antes de dormir,fue el recuerdo de la cálida cena que tuvo esa noche junto a toda su familia.

Escucharía a Eren y aceptaría cenar con todos ellos una vez por semana, luego recordó las pláticas locas de Hanji sobre titanes y a Auruo hablando tan rápido y nervioso por estar junto a Petra, provocando que se mordiera la lengua.

Bueno, pensándolo mejor, una vez al mes.

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¿Y bien? ¿Cómo me ha quedado? Había pensado en terminar el fic con una porno bien sabrosona, pero a la hora de empezar a escribir me llené de sentimiento por este mi primer long-fic en finalizar, y decidí hacerlo con más feels que haré. Así qué, ¿fue una decisión correcta?

En verdad espero que les haya gustado tanto como a mi el final. Me despido con un gran sentimiento de satisfacción por este proyecto, sé que me falta mucho para mejorar pero espero que algún alma caritativa que siga este fic esté ahí para verme crecer y mejorar.

Les agradezco mucho el haber pasado todo este tiempo a mi lado. *reverencia de 90 grados*

¡Hasta la próxima!

::: (_( :* .¸¸.•Hana
*: (=' :') :* .¸¸.• Usagi
•.. (,(")(")¤°.¸¸.•´¯`»