El detective mas famoso del mundo, conocido simplemente como L, se encontraba de regreso en Wammy's house, sentado frente a su ordenador mientras bebía una taza de té, la cual después de estar varias horas sobre el escritorio sin siquiera tocarla había reducido su temperatura. Ya había pasado poco mas de un año desde el caso Kira y hasta el momento no había realizado ninguna otra investigación bajo el seudónimo de L, sin embargo los casos de Eraldo Coil y Deneuve lo mantenían ocupado y con una pila de papeles sobre su escritorio.

-¡L! -exclamó Watari, abriendo la puerta súbitamente dejando entrar la luz del pasillo, provocando que el pelinegro parpadeara un par de veces. Le era difícil recordar cuando había sido la ultima vez que había visto otra luz que no fuera la del ordenador.

-¿Si, Watari? -preguntó L con calma una vez que sus ojos se acostumbraron a la luz.

-Dejaron a un bebé en un cesto con una carta en la entrada principal.

L suspiró. De verdad no tenía tiempo para lidiar con eso.

-Estamos en un orfanato, creí que esas cosas pasaban todo el tiempo, no veo la razon por la cual debo de estar al tanto de la llegada de otro residente.

Su atención volvió rápidamente al ordenador, tecleando a toda velocidad.

-La carta esta dirigida hacía ti.

Todo se quedo en silencio. El crujir de las teclas no se escuchó, las respiraciones de los dos adultos mayores tampoco. Lo único que se escuchaba eran los pequeños balbuceos que venían del canasto.

-Debe de haber un error...

Los ojos del detective no se despegaban de la pequeña criatura que se encontraba en el cesto, su cabello era de color azabache, su piel era pálida como la nieve, pero al contrario de él la pequeña criatura tenía un color sonrojado en sus mejillas y sus ojos eran de un resplandeciente color miel. Al ser tan pequeño y la poca experiencia que tenia el pelinegro con los niños, no podía diferenciar si se trataba de un niño o una niña.

Watari le extendio la carta al detective, pero este no reacciono, simplemente se quedaba viendo al pequeño ser humano, en sus ojos se podía ver que estaba recordando algo con tan solo ver a la criatura.
El anciano al no recibir respuesta del mayor abrió el sobre y saco de el dos hojas de papel dobladas a la mitad. En la parte superior de las cartas se podía leer "Para L" y en la otra "Para mi pequeño bebé".

Watari abrió la primera y comenzó a leerla en voz alta.

Ryuzaki:
Se que no nos hemos visto en meses. La primera vez que te vi fue unos pocos meses después del caso Kira. Nos encontramos (o mejor dicho me encontraste) en la banca de un parque. Yo aun seguía llorando por la perdida de Light. Te sentaste conmigo y me comentaste como te sentías vació después de estar meses colaborando y conviviendo con otras personas y que extrañamente se te hacía difícil acostumbrarte a la soledad nuevamente. Yo me abrí hacía ti y conté acerca de mis horribles pesadillas, la depresión en la que había caído y mis recientes problemas con las drogas. Todo hubiera terminado ahí si no fuera por el hecho que notaste las largas lineas rojas que cubrían mis brazos en ese entonces. Un mes después me encontraba en una costosa rehabilitación, financiada por "alguien que se preocupada por mi" según me comentaban las enfermeras, al husmear un poco en los archivos me entere que fuiste tu. Días después de haber salido de ese lugar tu fuiste quien me fue a visitar a mi nuevo apartamento, habían cajas por todas partes y las paredes estaban en blanco, una cosa llevo a la otra y terminamos despertando entre sabanas blancas. No te volví a ver después de eso. No intente buscarte cuando la prueba de embarazo dio positivo. Tampoco te busqué a las 3 AM cuando lo único que podía hacer era llorar. Pero ahora quiero que seas tu quien cuide de nuestra hija, se que eres una persona carente de tiempo, pero mi carrera como actriz esta volviendo a comenzar nuevamente, lo cual me impediría darle la vida que se merece, no quisiera caer nuevamente en depresión y que ella tuviera que ver todo eso. Te pido, por favor, que no intentes buscarme y que cuides bien de ella. Quizás es la compañía que tanto necesitas.

-Misa Amane.

Elle Lawliet se encontraba en shock.


Espero que disfruten de esta historia tanto como yo disfrute al escribirla.
Gracias por leer.
Todos los comentarios son recibidos y apreciados.