"Cap. XV"

"Cambios, decisiones"

Yaya-chan acompañó a Nami hasta su habitación, ninguna de las actividades planeadas las realizarían juntas ya. Tan solo pudo quedarse un breve momento a su lado, solo como espectadora de tan vivo llanto y oyente de tan inesperada historia.

Apenas entraron, Nami se lanzó sobre su suave lecho y se abrazó a su confortable almohada. El llanto no se detuvo ni tampoco dejó de ser emotivo. La peli negra la miró en silencio durante unos cuantos minutos, después, se acercó hasta sentarse a su lado.

-¿Cómo pudiste soportar durante tanto tiempo la misma situación? – preguntó la joven corista sabiendo que esas chicas siempre habían estado juntas.

El silencio impero unos segundos más antes de que la voz de Nami lo cortara.

-Por qué… tenía la esperanza de que un día mi amor sería correspondido.

Luego de contestar, la peli azul limpió sus párpados y cesó el llanto, pero no cambió su posición boca abajó que había adoptado desde el principio.

-Y pensar que era la presidenta la chica de la que estabas enamorada y por la que nunca pudiste corresponderme.

Yaya tenía emociones encontradas. La sorpresa lideraba todas… pero el incesante hormigueo en su abdomen a causa de la impotencia no la dejaba respirar tan tranquila.

-Cuando la conocí… me pareció a primera vista arrogante, orgullosa e impenetrable. Ella siempre hacía todo por su cuenta, jamás se dejaba superar por nada ni por nadie… pero tenía como cualidad dirigir, ser líder. Y cómo la mejor siempre estaba atenta de lo que pasaba a su alrededor.

En el silencio de la habitación, ambas chicas afrontaron por fin el tema. Una hablaba… y la otra escuchaba.

-Ella era consciente de lo que le sucedía a cada chica en nuestro grupo. ¿Sabes? Jamás nos hemos separado desde que llegamos aquí. Ella ni por error usaba palabras amables para consolar a alguien, tampoco se permitía el contacto físico. Dirigía siempre sus actos con palabras certeras y duras, pero tan elocuentes que ni la más honda de las angustias podía seguir siendo considerada como el fin de toda esperanza. Aún a riesgo de ganarme su desprecio, alguna vez le pregunte: ¿Por qué si deseas animar a las chicas no usas palabras más amables o les regalas algún gesto afectivo? Quizá un abrazo – Nami sonrió por vez primera – Ella me miró como si no supiera de mi existencia ni del porqué de mi atrevimiento al acercarme a ella y solo después de unos segundos me contestó ya sin mirarme – "Por qué no tengo por objetivo elevarles el autoestima ni consolarlas por penas irracionales. Tan solo me interesa hacerles ver que su debilidad afecta la nobleza de Spica" – La joven cambió al fin su postura y se sentó reposando en la cabecera de la cama – Tal arrogancia me hizo dedicarle una mirada asesina, aunque ella ya no lo pudo notar, no podía creer que ella ayudara por mera vanidad. Tan solo porque lo contrario afectaría sus intereses. Pero justo cuando iba a decirle lo que merecía, ella detuvo la caminata que había iniciado un momento antes y volvió a hablarme "además… si lo que requieren es calidez… ya te tienen a ti" Después de eso no volvimos a hablar en días, yo me quedé tan sonrojada y avergonzada que no me atreví a acercarme a ella, no podía creer que me hubiera dicho eso, no podía creer que también de mí estuviera al pendiente. Me sentí tan especial entonces, que no podía dejar de sonreír cada vez que recordaba sus palabras. Ella era tan fría en aspecto, pero tan noble de corazón y aunque aún ahora jamás lo demuestra…

El silencio volvió repentinamente y de nuevo al lugar. Nami había comenzado a vivir sus recuerdos y la felicidad y cariño con la que los atesoraba dejaba en claro la intensidad de su afecto por la oji azul. Acongojada por su propia situación bajo la mirada y ya no habló más.

-Tú… dijiste que si te correspondía.

La oji verde negó con la cabeza antes de responder.

-Evidentemente me equivoque… - la chica suspiró y luego continuó hablando – es después de todo… Chikaru-chan a quien me enfrentaba.

Yaya la miró pero ya no pudo decir nada

-Debes irte. Perdona que no pueda acompañarte más por hoy… solo… encárgate de todo ¿de acuerdo?

-No te preocupes sempai… Déjalo en mis manos.

En cuanto la peli negra Salió del cuarto. Nami hundió su cara en la almohada sobre sus rodillas. La frustración no desaparecía sin importar cuanto lo deseara. Entonces intentó gritar… pero hasta sus temblorosos labios la limitaban. No hizo más, tan solo presionó con fuerza los párpados y no cambió en un rato su posición. No había más esperanza, pero tampoco más dolor. Si de todos modos tenía que dejar de lado su corazón completamente marcado por Shion… entonces por lo menos quería conservar un poco la cordura, el orgullo… la vanidad. Quería hacerlo… por que no soportaría opacar la felicidad de sus mejores amigas con su absurda debilidad.

-Adiós, mi primer… y único amor.

Una sola lágrima fue la que pudo recorrer la mejilla de Nami, había llorado mucho, quizá no todo lo que debía, pero por ahora no necesitaba seguir haciéndolo, el vacío que sentía justo ahora le hacía difícil respirar.

-Suficiente – susurró apenas con fuerza, luego… limpió sus párpados y mantuvo sus palmas cubriendo su bello rostro, suavemente deslizó sus manos para limpiar su cara completamente y abriendo lentamente sus ojos, mostró una mirada diferente a la de segundos antes, en esta había algo que definitivamente era su tabla de salvación en aquel naufragio al que ella misma se había terminado sometiendo… "decisión". Aquellas pupilas verdes estaban llenas ahora de decisión. Pudo dormir y en verdad quería hacerlo, tanto llanto derramado la había dejado sin fuerza, pero no, debía prepararse para continuar su vida. Shion había marcado por mucho tiempo el centro de sus pensamientos y era hora… de poner distancia…

La campana sonó y las chicas tomaron asiento, algunas más entraron al aula apresuradas y finalmente la profesora completó la clase, cerró detrás de si la puerta y hablo justo después de que todas saludaron haciendo la respectiva reverencia. Shion que dirigió tal acto, tomo asiento en sincronía al resto de alumnas y se mantuvo atenta a la clase. Miró algunas filas atrás y enfocó su vista unos breves momentos a un asiento vacío, luego, miró de nuevo al frente y elevó el mentón para enfrentar el nuevo día.

… Toc, toc. El sonido de la puerta llamó la atención de casi todas las alumnas, la profesora giró la vista hacia la recién llegada y se dirigió hacia el exterior al ver a la supervisora, hasta entonces, Shion las observó, la improvisada visitante le entregaba un folder a la docente y ambas miraban con cautela pero cierta claridad, el asiento de la chica faltante. La rubia hizo lo mismo repentinamente y aun cuando la clase se volvió activa de nuevo, no pudo evitar sentir algo que no lograba entender que era… pero que la envolvía en cierta incertidumbre…

-Es correcto. La clase concluye aquí. Señoritas… pueden salir.

Las instrucciones de la profesora fueron específicas. Un descanso antes de la próxima clase se les concedía y la oji azul, tan solo se levantó en silencio para salir al jardín principal.

Shion no había dejado de pensar en el motivo de la ausencia de Nami, la había buscado durante los dos recesos que había tenido pero no tuvo suerte. Al llegar el final de las clases, quizo hablar con la directora pero esta no se encontraba. Al final, había ido a buscar a Chikaru.

-Shion-chan… Lo siento, te he hecho venir hasta acá y no he podido atenderte.

La presidenta de la tercera escuela de la colina, se vio apenada de no poder estar con su rubia. Había acordado en renovar el club de cosplay junto a sus fieles seguidoras pero simplemente el tiempo no era suficiente para ellas, siempre había algo nuevo que hacer o arreglar.

Por su parte, la rubia como de costumbre, había aprovechado el tiempo para firmar algunos de los permisos más urgentes de los club´s de Spica.

-Descuida Chikaru, no tengo problema en esperar y además – Shion echó un vistazo a aquel amplio salón – es un buen lugar para adelantar mi trabajo de la presidencia… no sé por qué siempre que vengo aquí me relajo tanto. En fin, solo termina con tu trabajo y no te preocupes por mí.

La peli negra sonrió ante aquella respuesta y se acercó lentamente a la oji azul para envolverla desde la espalda en sus suaves y largos brazos, Shion pudo oler el aroma del oscuro y largo cabello de su compañera y dejó de repirar solo para retener un poco más aquella sensación que cubría sus sentidos.

-¿Sabes algo? – Chikaru depositó un cariñoso beso en la mejilla de Shion y no se separó de ella hasta susurrar en su oído – te amo.

Shion sonrió muy discretamente para responder – Lo sé.

Aquella aura de complicidad entre ellas era envolvente, aun las chicas que estaban tan lejos de ellas podían percibir toda esa gama de explosivas sensaciones que brotaban de ellas cuando se juntaban.

Al final, todo salió bien y ambas terminaron sus deberes, las pequeñas kohai de ambas se dirigieron a sus habitaciones y las dos mayores decidieron hacer una caminata más íntima antes de volver también a su dormitorio.

-Nami faltó hoy a clase – comentó la oji azul durante la caminata - no supe nada de ella, tampoco estaba donde el coro. En los años que llevamos juntas nunca ha faltado a menos esté fuera por algún concurso. ¿Sabes algo tú?

-¿Nami-chan? – Chikaru miró a su acompañante con algo de intriga, no era común verla tan ansiosa pero entendía que era claramente, su trabajo calmarla en momentos así – Shion-chan, sabes que algunos eventos de gran relevancia se acercan para el coro, seguramente la han solicitado para representar a Spica en algún lugar y lo más conveniente ha sido faltar. –Chikaru hizo una pausa necesaria y luego sonrió a la vez que se aferraba al brazo de su interlocutora - Mi vida… eres tan linda cuando te preocupas.

Shion se detuvo para mirar a Minamoto-chan y casi discretamente suspiró hondo y exhaló despacio.

-Tienes razón, lamento haberme puesto así, es solo que… no lo sé, de pronto me pareció extraño y… perdí el control.

-Es tu mejor amiga amor, es normal. Ve a dormir ahora y mañana hablas con ella ¿de acuerdo?

La chica Spica miró a aquella que le hablaba y apenas y sonrió cálidamente.

-Gracias Chikaru, en verdad sabes cómo calmarme.

-Aunque debo admitir que cada faceta que me muestras me parece adorable. Me dan ganas de conservarte así un poco más – como decoración a sus palabras, la peli negra depositó un suave beso en la nariz de su amante y llevando sus manos detrás de la espalda, sonrió tan bellamente como solo ella podía –ve a dormir ¿sí?

Shion quedó inmóvil un poco, luego sonrió también desviando la mirada.

-Eres un poco Sádica Chikaru.

La chica mencionada casi carcajeó ante lo dicho y también habló – solo un poco, muy muy poco. Pero te amo, ¿lo sabes?

Aquellos orbes azules brillaron con ilusión, luego, buscó las ocultas manos de Chikaru y las tomó entre las de ella.

– Lo sé… y me encanta – Sin decir más, besó la frialdad de los dedos que mantenía sujetos y dio un paso hacia atrás soltándolos levemente sintiendo como estos se resbalaban de su mano suave y lentamente. –Ve a dormir también, hoy fue un día pesado para ti y debes descansar. Mañana te buscaré de nuevo… debo irme.

Ambas féminas se miraron como si fuera una despedida definitiva, aunque no había nada extraño, a últimas fechas la nostalgia las invadía de ese mismo modo cada vez que tenían que separarse. Caminando ambas hacia atrás para evitar dejar de verse, retrocedieron en dirección de su respectivo dormitorio, en un leve adiós con la mano, decidieron por fin dar cara a algo más que ellas mismas y por fin fueron a su respectiva puerta para entrar a sus aposentos, los días que venían serían pesados, en verdad que necesitaban descansar mientras pudieran.

La clase estaba casi por comenzar y Nami llegó apenas a tiempo. Shion la miró tomar su asiento con la misma elegancia de cada día, pero aunque era imposible, ridículo quizá, podía notar algo raro en la actitud de la joven. Frunció el ceño antes de atender la clase, de vez en cuando la buscaba con la mirada, si no mal recordaba, solía ser correspondida con una mirada y hasta con una sonrisa en momentos así, que llegaba a ausentarse… pero era extraño, no estaba pasando ahora. "Debe estar agotada" pensó por reflejo, aunque de algún modo sabía, que solo estaba justificando el olvido de aquella nada obligatoria acción de su compañera…

-Nami…

Había pasado la primera clase, la segunda y la tercera. Habían pasado 5 horas en total y no había podido ni mirarla a los ojos. Shion por alguna razón sentía que algo faltaba y aunque ni ella se daba cuenta, lo estaba buscando desesperadamente.

-Presidenta del consejo.

La respuesta fría y casi cortante de la peli azul le heló la sangre a la rubia. En todos los años que llevaban juntas, siempre, siempre había obtenido de esa chica solo gestos cálidos.

-…Has faltado mucho – aquellas tres palabras apenas y salieron completas de Tomori, que intentaba comprender aquella actitud/respuesta.

-¿Mucho? – La peli azul se detuvo un momento para mirar aquellos ojos que intentaba, con la vida, dejar atrás – Fue solo el día de ayer.

Como reflejo para no caer de nuevo ante aquel hechizo, la joven se puso de pie y caminó hacia la puerta mientras completaba su respuesta

-…Me he encargado de algunos trámites, nada del otro mundo… pero que debía tratar yo misma. Debería ir a comer y beber algo presidenta del consejo, no me parece que esté concentrada – la alumna se detuvo en seco, al final quizá era peor hacer lo que estaba haciendo porque, de pronto, el corazón comenzó a dolerle pero, cerrando los ojos, continuó. No podía permitirse ser débil ahora – Ya que es hora libre, procure alimentarse correctamente, nos vemos aquí después del descanso – Nami continuó su camino sin reparar por buscar aquellos ojos que la hacían delirar. Llevó su mano derecha al pecho, cerca del corazón y presionó con fuerza, en la vida se imaginó tratar y hablarle así a su gran amor pero entendia, que de no poner un alto a esa situación, su corazón terminaría explotando…

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uwu… Si sigo esperando a completar un capítulo más largo, jamás voy a subir nada y mejor les dejo estas 7 hojas u.u

Lamento hacerlos esperar. Kiyohime ha vuelto... Aunque ahora tengo que releer toda a historia para recordar que onda con la vida de cada una y ver que pasará. La ventaja es que quizá la alargue y... que escribo mejor, he mejorado aunque no alcancé a escribir nada nuevo, este capítulo tiene demasiado tiempo redactado. De cualquier modo, disfruten amigos. Verán que pronto descubrimos que pasa con las protagonistas. Sigo con el remordimiento de no poder dejar juntas a mi Chikaru con mi Shion! Lloro, lloro, lloro, buu... Hasta el siguiente n.n