¡Hola! Bueno este es mi primer fic sobre Saint Seiya, solía escribir pero en otra categoría, así que sean lindas (os) conmigo. Mi obsesión con SS Lost Canvas me inspiro a escribir nuevamente después de casi 4 años. Espero les guste la historia y dejen sus reviews, es mi alimento y combustible:-P
Disclaimer: Los personajes le pertenecen a Masami Kurumada y Shiori Tenshirogi.
Aclaración: la estructura que presento de las "vestales" y las "sacerdotisas" son enteramente mías para efectos del fic, así como la historia de Adara, la Rep. De Venecia etc.
¡Ahora así vamos con el fic!
POV Adara
No ha sido fácil… los recuerdos siguen vividos en mi mente… ¿Cómo pude ser tan tonta de creer que alguien como él me aceptaría? Me atreví a confesarle mis sentimientos, ¿Para qué?, solo para recibir rechazo de su parte…
Siento mi corazón arder… necesito sepultar todo esto que estoy sintiendo y volver a ser yo…
¿Por qué Albafika?, ¿Por qué tanta frialdad?, ¿Por qué tanto rechazo?, yo solamente quiero estar a tu lado, y acabar con esa soledad que amenaza con acabar con tu vida…
POV Narrador
Adara lloraba desconsoladamente en su habitación. Se había atrevido a confesarle lo que sentía al caballero dorado de Piscis, y el simplemente le dijo: "Aléjate, y olvídate de eso. Es imposible algo entre tú y yo."
No fueron sus palabras, ni el rechazo. Fue la frialdad de su expresión lo que más le dolió a la joven sacerdotisa. Amaba a Albafika como nunca pensó ser capaz de amar a alguien. Solo Manigoldo, su mejor amigo y guardián, sabia de sus sentimientos, hasta hoy, claro está, cuando Albafika se atrevió a rechazarla de forma tan audible que hasta Géminis pudieron escucharlo y el rumor rápidamente se propago a las 11 casas restantes.
Manigoldo trato de confortarla, pero todo era en vano, el solo recordar esa fría mirada, le hacia el corazón pedazos.
Esperaba de todo corazón que aquel viejo dicho fuera real: "Es el tiempo el mejor remedio para las heridas…"
3 meses después
Los caballeros se acaban de congregar en la entrada del templo del Patriarca a la espera de que se abrieran las puertas para ingresar a una reunión convocada por el pontífice. Conversaban entre ellos preguntándose de que se podría tratar la convocatoria esta vez.
Albafika se encontraba al fondo del grupo conversando con Manigoldo, su mejor amigo y compañero de armas. Pensó que luego de lo ocurrido con Adara el jamás le volvería dirigir la palabra; mas no fue así. El comprendía sus razones y no le juzgaba, sabía que no lo había hecho para causarle daño a la joven, sino todo lo contrario. Después de todo aun el Patriarca y Degel de Acuario se encontraban investigando el alcance de la toxicidad de su ser.
Las puertas se abrieron, y una sonriente Adara los recibió, ella era sacerdotisa del templo y le servía directamente al Patriarca.
-Buenos días caballeros, por favor pasen adelante.- dijo Adara sin quitar la sonrisa de sus labios. Desde que el Patriarca la acogió en su templo se hizo muy amiga de los dorados, hasta el punto de que no solo se encargaba del Patriarca sino de cada uno de ellos.
Los caballeros fueron pasando uno a uno saludando a la chica efusivamente como de costumbre. Manigoldo la levanto en sus brazos y le dio un sonoro beso en las mejillas, lo que provoco risas entre los presentes; todos sabían del amor fraterno que había entre ellos.
Una vez en el suelo llego el turno de Albafika, mas Adara solo pudo musitar un "Buenos días" con la mirada puesta en el suelo, el caballero respondió lo mismo sin ápice de emoción en su voz y siguió su hermoso andar. Adara aun no podía sostenerle la mirada. Sentía que estallaría en llanto en cualquier momento.
Cada uno tomo asiento en 12 doce sillas dispuestas para cada uno de ellos y de repente las sacerdotisas empezaron a traer mesas y a llenarlas con alimentos, lo cual sorprendió a los caballeros que no se explicaban el motivo de aquello.
-No crean que solo les llamo para mandarlos a misiones, o reuniones de alto riesgo. También debemos tomar tiempo para compartir entre nosotros. – dijo el Patriarca riendo. – Adelante disfruten de este pequeño banquete que Atena y yo hemos dispuesto para ustedes.
Los caballeros dieron un respiro de paz y comenzaron a degustar los alimentos. Adara junto con otras sacerdotisas les servía los alimentos y las bebidas, siempre evitando cualquier contacto con Albafika.
Una vez terminaron de servir, Adara tomo su lugar de pie junto al Patriarca y se dedico a observar a los caballeros comer. Siempre su mirada le traicionaba y posaba en él, no importa cuánto lo evitara, su belleza prohibida la encantaba cual hechizo de bruja.
-Maestro, debo decir que me has sorprendido, este delicioso banquete rodeado de hermosas sacerdotisas es un regalo que no esperaba.- musito Manigoldo mientras bebía y comía sin parar. El Patriarca rio por lo bajo mientras le dedicaba una sonrisa a Adara quien observaba absorta a su hermano y guardián.- Por cierto Adara, que hermosa te vez hoy.
-Gracias Manigoldo, tu siempre tan detallista…- los cumplidos de Manigoldo siempre la hacían sentir bien, después de todo es casi imposible no sentirse como bicho si alguien como Albafika te rechaza, y no precisamente un bicho guapo como Kardia. Albafika era la definición de la belleza, de la hermosura, de la perfección…
Absorta estaba en sus pensamientos que no escucho la pregunta que le hacia Shion de Aries. El carnero trataba de llamar su atención más nada funcionaba por lo que Manigoldo utilizo un truco al cual siempre recurría cuando necesitaba llamar la atención de Adara cuando se encontraba así, ensimismada en sus pensamientos.
-¡Atención vienen por el Dux!- grito Manigoldo con voz grave mirando a la chica.
-¡¿Qué?!- espeto Adara saliendo de sus cavilaciones sobre belleza y perfección y mirando alerta a Manigoldo.
-¿Qué no escuchas la pregunta que te está haciendo Shion?- inquirió Manigoldo divertido.
-Lo siento, estaba…
-Sí, estabas absorta en tus pensamientos.-completo el chico de Cáncer bufando. Albafika observaba a la chica disimuladamente, mientras se preguntaba porque semejante frase captaba la atención de la sacerdotisa de forma tan efectiva. Eso se lo preguntaría luego a su amigo.
-¿Podrías repetirme la pregunta por favor, Shion?
-Quería saber acerca del proceso de formación y código de conducta de ustedes las sacerdotisas, hace poco estuve escuchando acerca de una convocatoria…- pregunto el carnero con ojos curiosos, después de todo para nadie era un secreto que al de Aries le llamaba mucho la atención una sacerdotisa del templo de Atena.
-Bueno, nosotras las sacerdotisas tenemos un proceso de formación de 10 años. Los primeros 5 años somos aprendices y se nos enseña todo lo referente al servicio, historia, y conducta que se espera de una sacerdotisa. Los siguientes 5 años somos sacerdotisas en sí; y empezamos nuestro tiempo de servicio de ejecución de lo aprendido durante la formación. Pasado este tiempo se realiza una convocatoria en la que se escogerá de entre las sacerdotisas a una vestal para servir en el templo de Vesta durante 20 años. Al concluir el servicio en el templo de Vesta, la vestal puede decidir si seguir este estilo de vida o regresar a la sociedad y cumplir con sus obligaciones como mujer, ósea, casarse, tener hijos y dedicarse a las labores del hogar.
-¿Y cuáles son los requisitos para ser vestal? – inquirió Degel, interesado en el tema. Todo lo que fuera adquisición de nuevos conocimientos era de su interés.
-Para ser vestal debes tener un historial intachable, ser doncella, tener una belleza sobresaliente, preferiblemente sin lazos familiares o amistades, y ningún tipo de relación amorosa puede ser establecida hasta terminado los 20 años de servicio. Debes haber culminando los 5 años de servicio de ejecución, aunque se han dado casos extraordinarios donde sacerdotisas que aun se encuentran en su tiempo de servicio de ejecución han sido seleccionadas para ser vestales.
-¿En serio?, ¿Por qué?- Esto último llamo la atención de Regulus ya que a él le gustaba mucho la sacerdotisa amiga de Adara, Berenike, quien servía a Atena y se encontraba en el 3 nivel de servicio al igual que Adara.
-Pues, esto solamente ha ocurrido unas 3 veces en la historia de las vestales. La razón es porque la misma "Vestale Maxima" ha revisado su historial, observado su desarrollo y ella misma le hace el llamado a la convocatoria. Hay un 98% de posibilidad de que si la Vestale Maxima te hace el llamado, seas seleccionada; incluso podría llegar a ser su sucesora una vez ella termine su periodo.
-¿Y qué pasaría si atrapan a un vestal en una relación amorosa con un hombre?- La expresión reflejada en el rostro de Kardia provoco la risa de los caballeros, Adara acostumbrada a los coqueteos de Escorpión rió divertida y se dispuso a responder a su pregunta.
-Bueno Kardia, la ley aplica tanto para sacerdotisas como para vestales, y sacerdotisas en proceso de selección para ser vestales: si te atrapan besando a un hombre, o se enteran que tienes una relación amorosa con él, el castigo es el encierro durante un mes entero sin ver la luz del sol y sin comida, solo agua. Si se enteran o llegan a ver que un hombre establece contacto físico sin llegar a la perdida de la virginidad, el castigo son 20 latigazos o mas dependiendo de la gravedad del contacto. Y si el consejo llega a comprobar que has perdido la virginidad, entonces el castigo será la muerte, ya sea por la horca, la guillotina o la lapidación.
Los caballeros con la boca abierta trataban de procesar aquello. Ni siquiera ellos tenían códigos tan estrictos. Tenían que permanecer castos hasta el matrimonio, si, pero la obsesión de las vestales con la integridad de sus sacerdotisas era brutal a su parecer.
-¿Hablas en serio? Entonces será mejor que te portes bien, y que Manigoldo por más hermano tuyo que se crea, deje de ser tan cariñoso contigo.- bufo Dohko bromeando, a lo que Manigoldo contesto con una mueca.
-Por Mani no hay problema, el consejo sabe de nuestra relación y la han aprobado. Además estoy lo suficientemente lejos de ellos como para que se den cuenta si me abraza o no. – dijo Adara sonriendo. Nada ni nadie podían separarla de Manigoldo, habían estado juntos desde que ella había nacido hasta el día de hoy.
Albafika escuchaba con atención, sabia por Manigoldo que Adara se encontraba en su 3 nivel de servicio, y siendo sincero consigo mismo, ella reunía todas los requisitos para ser vestal, tenía una historia sin mancha, huérfana, su única relación con su pasado era Manigoldo, no tenía ningún tipo de relación amorosa, a excepción de los sentimientos que tenia por él y que él no podía corresponder, y su belleza era simplemente inigualable. Adara era la belleza personificada; sus cabellos rubio miel largos y ondulados, sus ojos verdeazulado como el océano, su piel ligeramente bronceada gracias al sol italiano, y su figura virginal esbelta y curvilínea. Tenía todo para ser una vestal una vez concluido su tiempo de servicio. Esperaba que para ese entonces el alcance de su toxicidad fuera esclarecido, y los resultados fueran positivos. Solo él y Manigoldo sabían que amaba a la sacerdotisa con locura, pero que no podía ponerla en riesgo hasta que Degel y el Patriarca aclararan la verdad sobre su veneno.
El pequeño banquete siguió sin más contratiempos. Las sacerdotisas ya se habían retirado quedando solo Berenike y Adara, junto con el Patriarca y Atena. Los caballeros ya se disponían a retirarse, cuando por la puerta apareció una visita inesperada. Adara y Berenike inmediatamente hicieron una pequeña reverencia ante la llegada de aquel personaje; tanto Atena como el Patriarca se pusieron de pie para recibirla, los caballeros inocentes ante la identidad del personaje solo se dedicaron a observarlo.
-Muy buenas tardes Srta. Atena, Patriarca Sage, Caballeros dorados y sacerdotisas aquí presentes, yo soy….
¡Bien hasta aquí el primer capítulo! Espero sus reviews, comentarios, críticas constructivas, sugerencias, etc!
¡Nos vemos en el próximo capítulo!