Hola todos! :D he vuelto con una nueva idea! ;)
en realidad, este capitulo lo iba a poner como el 3º de "Siempre te protegeré" y pensaba hacer algunos cambios, sin embargo, creo
que es mejor hacerlo aparte. Así que decidí hacer varios One-shots y publicarlos en esta historia... las creaciones no
guardan relaciona una con la otra (a menos que lo aclare en el titulo) de todas maneras, espero que sea de su agrado...
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¿Tú crees en eso?
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Ya estaba atardeciendo, así que Hiyori se apresuró a llegar hasta la casa de Kofuku para seguir con las lecciones de Yukine. Cuando llegó, no había nadie en la entrada.
-¿Hola?- preguntó cuando entraba- ¿No hay nadie?- cuestionó para sí misma.
Subió por las escaleras llegando hasta la habitación de Yukine. Dentro se encontró a Yato recostado, cerca de la ventaba, leyendo un manga y comiendo papas de una bolsa. Le daba la espalda a Hiyori.
-¿Yato?- dijo sorprendida-¿No tienes trabajo? ¿Dónde están los demás?
-Ah, Hiyori- metió una papa en su boca- Kofuku y Daikoku fueron a comprar para la cena y Yukine los acompaño- comió otra papa mas- Y no he estado recibiendo llamados estos días- dijo casi llorando.
-Mmm… Nee, Yato ¿Qué lees?- cuestionó mientras se sentaba frente a la mesa baja de usaba para estudiar con Yukine y que estaba cerca del dios.
-Es un manga de Kofuku- dijo mientras se sentaba y se acercaba a Hiyori- se llama… Kamisama Hajimemashita- leyó la tapa mientras lo dejaba en la mesa.
Hiyori lanzo una risilla, divertida.
-¿Qué pasa?- inquirió Yato- ¿Qué es tan gracioso?
-Comenzaste a leer solo porque dice Kamisama ¿verdad?- rió de nuevo. Yato no pudo evitar sonrojarse de la vergüenza.
-¡Cla-claro que no!- refutó nervioso- Además, no había nada más que hacer.
-¿Y crees en eso?- pregunto Hiyori, mirando la porta del manga.
-¿En qué?- dijo mirando el manga también.
-En el amor entre un humano y un no-humano- hablo, levantando la vista para mirarlo a los ojos.
Yato hizo lo mismo.
-Yo…- comenzó, un poco sonrojado.
-¿Mmm?
-Hiyori… yo…- poco a poco, Yato fue acercándose hacia ella, inclinando su rostro al suyo.
El corazón de la chica comenzó a latir fuerte, casi irregularmente. No puso evitar ruborizarse. Sin embargo, no se movió. Dejo de mirarlo a los ojos, para luego posar su vista en sus labios. Cada vez estaba más cerca. Podía sentir su respiración y eso provocaba en ella que la piel se le erizara. Lo sintió rozarle los labios y sintió una descarga agradable pasar por su cuerpo. Cerró los ojos y Yato la imitó. Estaban a punto de cerrar la poca distancia que los separaba…
-¡Yato-chan! Se escucho fuerte- ¡Hemos vuelto!
Kofuku entro de sopetón en la habitación y, dentro, vio que Yato seguía leyendo el manga y comiendo papas. Del otro lado, Hiyori acomodaba algunos cuadernos y libros de Yukine.
-¡Ah, Hiyorin!- saltó hacia a ella y la abrazó- ¡Que bueno que estas aquí! ¿Has llegado hace mucho?
-A-ah, n-no no- dijo Hiyori, negando con la cabeza nerviosa- Hace poco tiempo que estoy aquí.
-Mmm…- Kofuku miro a Hiyori, luego a Yato y de nuevo a Hiyori- ¿Está todo bien?
-Perfectamente- respondió el Dios. Sin girarse.
-Bieeeen- dijo sin estar del todo convencida la diosa- ¿Te quedas a cenar?- Hiyori asintió- Yeeeeei, voy a decirle a Daikoku que cocine un poco mas- cuando iba saliendo, Yukine entraba.
-Hola Hiyori-saludo afectuosamente el shinki- Cuando quieras podemos comenzar.
-¡Claro!- dijo todavía nerviosa.
-Oye vago, si no vamos a trabajar, al menos haz algo productivo- dijo mirando la espalda de Yato.
-Tu ponte a estudiar Yukine, déjame terminar de leer el manga.
-Hm. Tú dices eso solo porque quieres estar cerca de Hiyori- susurró.
Nadie pareció escucharlo o al menos, eso creía.
Cuando Kofuku irrumpió en la habitación hacia unos momentos, Yato y Hiyori se separaron tan rápido que no pudo notarlo. Pero había algo seguro, si desconfiaba más de la actitud de Hiyori y se acercaba a Yato, iba a encontrarlo tan sonrojado como un tomate.
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Las lecciones y la cena habían terminado. Yato ya no estaba sonrojado, pero ni él ni Hiyori se acercaron en toda la noche. Cosa que todos notaron.
-La cena estuvo deliciosa, Daikoku-san- el mencionado agradeció complacido.
-Nos vemos mañana, Hiyori- despidió Yukine.
-Hai- sonrió- No te olvides de terminar esos ejercicios- Yukine asintió.
Hiyori busco con la mirada y vio a Yato al fondo de la habitación, recostado contra la pared sin mirarla. Se sintió un poco decepcionada, pero volvió a sonreír.
-Bueno, es mejor que me vaya.
-¿No quieres que te acompañe Hiyori?- pregunto Yukine- Ya es bastante tarde- aunque todavía no superaba su miedo, haría cualquier cosa por ella.
-No te preocupes Yukine-kun, estaré bien-
-Pero…
-Yo la acompaño- la voz (seria) de Yato se hizo presente. Todos voltearon y lo vieron levantarse y caminar hacia Hiyori. Cuando estuvo cerca de ella, ninguno dejo de verse a los ojos.
-¿Eh? Entonces yo…- quiso decir el shinki, pero fue interrumpido por Kofuku.
-Nee… Yukine-kun ¿Por qué mejor no me ayudas a lavar los trastes?- dijo mientras ponía sus manos en los hombros del chico y le guiñaba un ojo.
-Ah… está bien.
-Bien, Yato-chan, será mejor que cuides bien a Hiyorin- dijo, sonriéndole pícaramente.
Fue ahí cuando ambos dejaron de mirarse y se sonrojaron por el comentario de la diosa.
-Cállate Kofuku- dijo Yato, mordaz.
-No te atrevas a callar a mi amada, maldito- defendió Daikoku.
-Sí, si… vámonos ya, Hiyori- dijo despreocupadamente el dios, mientras se daba la vuelta y se iba.
-¡Ah! ¡Espera Yato!- se volvió hacia los demás y se inclino- ¡Buenas noches! ¡Yato, espérame!- grito Hiyori, corriendo hacia él.
-Espero que estos dos aclaren todo de una buena vez- dijo Kofuku una vez que los perdió de vista.
-¿A qué te refieres?- pregunto Yukine.
-Sera mejor que comencemos a limpiar esto Yukine- intervino Daikoku, mientras que su ama seguía con esa sonrisa picara en el rostro.
Yukine obedeció sin más.
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Había un silencio bastante incomodo entre los dos. No habían cruzado palabras luego de salir de la casa de Kofuku. Hiyori no entendía por qué Yato se había ofrecido -tan de repente- a acompañarla.
Detuvo sus pasos al llegar hasta la valla que separaba los carrieles del tren. A los pocos segundos, el aparato pasó.
-Hiyori- escuchó que Yato la llamaba, parecía serio.
-…- ella solo se limitó a mirarlo.
El Dios se colocó de frente a ella –tenía sus manos en los bolsillos-, notando como sus cabellos volaban por la acción del tren.
-Yo sí creo- dijo mirándola a los ojos.
-¿Qué?
-Es la respuesta a la pregunta de esta tarde- explicó- Yo si creo.
Entonces, ella recordó.
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-¿Y crees en eso?- pregunto Hiyori, mirando la porta del manga.
-¿En qué?- dijo mirando el manga también.
-En el amor entre un humano y un no-humano- hablo, levantando la vista para mirarlo a los ojos.
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Se sonrojo hasta la orejas y evito la mirada del dios.
-¿Y tú?- pregunto de nuevo.
-¿Yo qué?
-¿Crees?
Hiyori levanto la vista, un poco avergonzada y contestó.
-Sí, yo… yo creo en eso.
Yato se acercó a ella, como la última vez. Rozo sus labios. Ella no se apartó. Y entonces, el momento esperado, ocurrió.
El –casi invisible- espacio que los separaba se cerró cuando Yato junto sus labios. Ambos cerraron los ojos y disfrutaron del esperado contacto.
Cuando el tren había terminado de pasar, ambos ya se habían separado. Sonrojados, se tomaron de la mano y emprendieron camino hacia la casa de la chica.
Ninguno dijo nada, pero sus manos estaban tan apretadas -buscando mas contacto- que no hacía falta.
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Ambos creían en el amor de un humano y un no-humano. Y ellos eran la viva prueba de ello.
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¡Gracias a todos los que lo leyeron!
Aprovecho este espacio para agradecer los comentarios que me hicieron en el otro fic:
Guest
Sonic-Rainbow
shingekifanatica
mary-animeangel
Sirenayaoi
eskelis
Estefa-chan
gOgo dAnE
Rooss
kawaii
Si es que leyeron este, ¡gracias por sus alentadores comentarios!
Sin mas, espero aparecer pronto con otra idea!
Si quieren que escriba acerca de algún momento en especial de esta pareja, déjenlo en los comentarios! ;D
Nos leemos luego!