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Si, lo se. Debería estar trabajando en mis otras historias, pero ustedes saben como es esto, de la nada en tu cabeza se crea otra historia. No se, si es por algo que vemos, pero mientras estoy pensando en como continuar mi historia, de la nada llega otra idea y pues, no me la puedo sacar de la cabeza. En fin, prometo continuar mis otras historias, mientras tanto disfruten de esta nueva invención.

Solo me queda decir. Que la historia de Naruto ni sus personajes me pertenecen son propiedad y creación de las ingeniosa mente de Masashi Kishimoto. Esto solo lo hago estrictamente por diversion y sin afán de lucro.

Sucesos perturbadores

Capítulo 1

El Gondaime Hokage se había considerado siempre como una persona de mente abierta, completamente abierta a cualquier posibilidad de lo que pudiera suceder, pero hoy en día, mientras mantenía sus ojos índigos y agudos encaminados únicamente hacia las tres figuras de pie frente a ella. Estaba comenzando a flaquear. Dudaba por completo que lo que estaba viendo, estaba pasando en realidad. Porque aquello no podía ser real, simplemente no podía estar sucediendo. A menos que estuviera soñando, aun recostada y dormida en sus cómodos aposentos de Hokage.

Descarto la idea al pellizcarse discretamente en el brazo derecho y al sentir que el dolor provoco un calambre. Supo que estaba despierta. Que todo lo que acababa de escuchar de los labios de las dos figuras más jóvenes era verdad. Ademas, si todo aquello lo creía su compañero Sannin, lo hacia más real. Tal vez su viejo compañero de equipo era un pervertido, pero jamas en la vida se había equivocado con algo.

Exasperante, con las manos colocada en su afilada barbilla, un suspiro cansado emergió de sus labios y varias arrugas aparecieron en su ligeramente ceño fruncido. Parpadeo un par de veces antes de volver a fijar su mirada a la espera de una explicación coherente. El silencio invadió la sala por lo que parecieron horas y que en realidad fueron solo segundos.

— Tsunade, se que parece una locura, pero ellos dicen la verdad. — Objeto Jiraiya con una mirada seria, pero sin poder evitar que una sonrisa se posara en sus labios al escuchar hablar a su alumna, de pie a su lado.

— Hokage-sama. Se que tal vez no nos crea, pero le juro por la memoria de mi padre "El cuarto Hokage, Namikaze Minato" y de mi madre "Uzumaki Kushina" Que yo Uzumaki Naruto no estoy mintiendo. — Juro una rubia de cabello largo y desordenado, haciendo una inclinación en forma de saludo, debido a que no podía mover ninguno de sus brazos. Su discurso fue apocado por las palabras que salieron de los labios del joven de cabello azabache a su lado.

— Dobe, la formalidad no te queda en absoluto. — Se burlo el pelinegro, colocando en sus labios una apenas distinguible sonrisa.

— Sasuke-Teme. — Gruño la rubia, queriendo golpearlo, pero el bulto perfectamente envuelto en mantas y acurrucado con total comodidad, ajeno a todo lo que pasaba a su alrededor, mantenía sus brazos ocupados.

— Así que, ustedes…— Intento hablar, pero las palabras no salían de su sistema. Prefirió robar un largo trago de Sake de la botella a su lado. Estaba apunto de hablar de nuevo cuando una nueva, pero mucho más pequeña silueta interrumpió su oración.

— Mamí. — Susurró lo suficiente alto para que unos ojos cerúleo se ablandara, abandonaran por completo el deseo de golpear al azabache a su lado y se giraran. Inmediatamente los ojos de Tsunade siguieron la mirada blanda de su Gaki, encontrándose con la silueta que apareció entre las piernas de la rubia. Se trataba de un pequeño de tres años. Tenia el cabello y los ojos de un profundo azabache como Sasuke, pero las facciones de su rostro eran entre afiladas y redondas, parecidas a las de Naruto. Su piel era de un color melocotón, como si fuera el resultado de una combinación del pálido rostro de Sasuke y el bronceado de Naruto. Vestía unos short cortos, combinados con una camiseta blanca con pequeños destellos de naranja y un estampado grande de la insignia del clan Uzumaki en el centro de su camisa. Calzaba unas sandalias shinobi estándar.

— Espera un momento. — Ordenó la rubia con un tonó maternal que el Hokage jamas creyó que escucharía algún día salir de los labios de su gaki, bocazas favorito.

« ¿Quien lo diría? Naruto como una esplendida madre, maternal y cariñosa. Esto es algo para recordar». — Especulo Tsunade, observando atenta el intercambio de palabras entre madre e hijo.

— Pelo mamí. — Llamó de nuevo el pequeño jalando la bolsa de kunais atada perfectamente en el muslo, para llamar la atencion de su madre.

— Quielo il. — Informo el pequeño azabache, con las mejillas infladas y sonrojadas. Mientras movía sus diminutas piernas repetidas veces.

— ¿Ahora?. — Suspiro Naruto, entendiendo perfectamente los movimientos del pequeño que solo asintió en afirmación.

— Ba-chan, puedo. — Pregunto la rubia de ojos cerúleo.

— Adelante. De todas maneras tenemos que esperar a Sakura y Hatake. — Respondió el Hokage.

Naruto asintió y paso veloz el bulto en sus brazos a los brazos del pelinegro. Poco despues desapareció tras la puerta de la oficina con el pequeño azabache sujetando con fuerza su mano. Dejando atrás al Uchiha que recibió el pequeño paquete con excesivo cuidado. Las sabanas se movieron ligeramente, dejando a la luz de los ojos de los espectadores dentro de la habitación, lo que abrigaban las mantas. Se trataba de una bebe regordete, de al menos seis meses de nacida, tenia el cabello corto color rojo fuego muy parecido al de Kushina. El bebe bostezo perezosamente en el pecho del pelinegro, gimiendo ligeramente ante la ausencia de calor y calidez de Naruto. Sus grandes ojos negros se abrieron y miraban curiosos los ojos igualmente negros de su padre. Repentinamente la pequeña mano de la bebe, envolvió uno de los dedos de Sasuke, con tanta fuerza que parecía dificil que el pelinegro lograra que le soltare.

«Tan obstinada como tu madre, Naoko». — Pensó resignado Sasuke, dejando que la pequeña Naoko chupara uno de sus dedos como si fuera su chupón favorito. Su mirada fría, se ablando por completo sin importarle que los dos Sannin le observaran.

«Esa mirada en Uchiha, es muy diferente a la del chico emo, vengador que conocí la primera vez. Algo ha cambiado, o más bien Naruto lo ha cambiado por completo». — La mirada de Tsunade se suavizo al contemplar la escena. Pero, aun así, por dentro estaba preocupada por lo que harían los ancianos, en cuanto descubrieran las presencias de tanto Naruto como Sasuke. Era un milagro que nadie en la aldea les había visto entrar.

— ¿Que paso con el uso de clones de sombra? — Preguntó Tsunade interesada. Un poco shokeada de ver las reacciones del chico emo variar, al observar atentamente al bebe.

— Se ha negado a utilizarlos. — Respondió Sasuke, meciendo en sus brazos a la pequeña.

En el hospital central de Konoha. Sakura corría de un lado a otro, estudiando y ayudando a los pacientes que llegaban con pequeñas contusiones y golpes, pero nada serio que equivalga su atencion completa. La tranquilidad y monotonía de los días, le estaba afectando y comenzaba a extrañar a la rubia bromista e impredecible de Konoha. Si no fuera por el entrenamiento de la Hokage, tal vez ya hubiera muerto de aburrimiento. Despejo esas ideas y se concentro en atender a sus pacientes.

— Esto arderá un poco. — Advirtió con tono maternal mientras vertía un poco de líquido en el raspón en la rodilla del pequeño sentado en la cama alta del consultorio que estaba atendiendo.

— Gr. — El pequeño niño gruño al sentir su piel arder. Al pasar los segundos la sensación de ardor paso y la herida comenzo a cerrarse ligeramente, parando el sangrado.

— Gracias. Eres muy buena. — Gritó el pequeño. Sakura solo sonrió, ayudando al pequeño a bajar de la cama.

— Vierta este líquido, una vez al día durante una semana y la cicatriz desaparecerá. — Instruyo a la madre del niño. La mujer civil escucho atentamente las instrucciones, tomando el líquido y poco despues desapareció junto a su hijo del consultorio.

«Que niño más valiente. Me pregunto si mis hijos serán así. Bueno me los imagino con el cabello negro de Sasuke y mis ojos jade. ¡Ahhh, que lindo! ¿Qué cosas estoy pensando?». — Se reprendió sonrojada. Mientras soñaba despierta con un pequeño niño llamándole mamá y Sasuke abrazándola por la espalda mientras cocinaba.

Esos pensamientos murieron tras el recuerdo de los acontecimientos pasados. Su mirada se volvió depresiva y sus ojos dejaron de brillar. Poco despues sus puños se empuñaron recordando la promesa de Naruto. Esa rubia atolondrada que no había visto hacia más de cuatro años, por lo poco que sabia, aun esta entrenando con Jiraiya, en algún lugar muy lejano.

«Ya han pasado cuatro años. Cuanto tiempo más tengo que esperarla. Si no regresa, buscare a Sasuke-kun, por mi misma. Me he vuelto fuerte, más fuerte de lo que era antes. Tal vez ahora si este a la altura de Naruto.». — Cavilo Sakura. Justo en ese momento apareció Shizune en su consultorio.

— Sakura. Lady Tsunade, solicita de tu presencia inmediata. — Comunicó la asistente de la Hokage. Despertando a la Kunoichi de sus ensoñaciones.

— ¿Son noticias de Naruto? ¿Cuando regresa? — Preguntó casi gritando. Sus ojos adquirieron un nuevo brillo al imaginarse a la rubia de regreso a Konoha.

—Sera mejor que vallas, no me es autorizado hablar de eso ahora. — Respondió Shizune aplastando con tanta fuerza a Ton ton, que el cerdo emitió un chillido.

— Gracias Shizune-san. — Agradeció antes de desaparecer rumbo a la torre Hokage

...

— ¡Tsunade-sama! ¡Tiene noticias de Naruto! — Gritó Sakura abriendo las puertas sin tocar y corriendo hasta posar ambas manos con brusquedad en el escritorio, ocasionando que algunas grietas aparecieran en la madera. Estaba tan entusiasmada de tener noticias de la rubia que no presto atencion al pasar en medio de las dos personas frente al escritorio.

— Algo por el estilo. — Respondió el Hokage, señalando a las espaldas de la kunoichi medico. Sakura giro veloz, buscando en la habitación a la rubia atolondrada que recordaba, pero en vez de eso se topo con la mirada de Jiraiya y poco despues con una persona que no esperaba ver por nada del mundo en Konoha y mucho menos por su propia voluntad.

— Sasu… Sasuke-kun. — Murmuró. Sus ojos jade se comenzaron a llenar de lágrimas irremediablemente. Su sorpresa era tanta que jamas se percato del bebe en los brazos del azabache.

— Sakura. — Gruñó Sasuke. Con voz tan densa que sonó más como un gruñido fastidioso.

— ¡Regresaste Sasuke-kun! ¡Me alegro tanto! — Sin pensarlo Sakura avanzo hacia Sasuke e intento abrazarle. Sasuke, la esquivo en un movimiento tan rápido que Sakura cayo al suelo en lugar de en los brazos del Uchiha. La chica se quejo en silencio por su arrebato y el dolor en su pecho fue creciendo al escuchar el tono de voz con la que el joven Uchiha se dirigía hacia ella.

— Acaso estas siega, casi la lastimas con tu brusquedad. — La ira en los ojos de Sasuke era tan notable que intimido por completo a la pelirosa. El instinto asesino que broto de su cuerpo ocasiono que la pequeña en sus brazos comenzara a llorar incontrolable.

— Uchiha, tranquilízate. Sakura, no había notado a tu hija. Fue un accidente. — Defendió Tsunade. En realidad lo había hecho a propósito, para que su estudiante se diera cuenta de una vez por todas de la verdad.

— Maldición. — Maldijo Sasuke, meciendo a la pequeña de un lado a otro, para que dejara de llorar, pero todo era inútil.

Los ojos jade de Sakura siguieron los movimientos del Uchiha por toda la habitación. Su cuerpo se paralizo por completo al retumbar en sus tímpanos las palabras de su Sensei "Sakura, no había notado a tu hija" "Hija". No podía mover sus extremidades, por lo que se quedo ahí en el suelo sentada sobre su trasero adolorido, pero el dolor en el pecho no se comparaba con el dolor físico.

«Un bebe, Sasuke. La hija de Sasuke. ¿Sasuke tiene una hija? ¡Si es así, quien es la madre! » Solo el gran cerebro de Sakura parecía estar en movimiento. Sus preguntas mentales no tardaron en ser respondidas.

— Ya regrese, Ba-chan. — Anunció una esbelta figura de pie en la puerta. Los ojos cerúleo solo se enfocaron en su pequeña bebe, llorando incontrolable en los brazos de su padre y el instinto de madre sobre protectora actuó por si solo, ignorando a todos.

— ¡Maldición teme! ¡Sabes que me llevo más de dos horas tranquilizarle! — Reprendió la rubia pasando de largo junto a una patética Sakura y arrebatando le el bulto a un furioso Sasuke. Los ojos de Sakura se ampliaron más, al ver aun pequeño azabache corriendo detrás de Naruto y cerrando la puerta tras de si.

— ¡Alguien que la calle! — Gritó el pequeño azabache, cubriéndose los oídos con ambas manos.

— ¡Shsss, tranquila Naoko-chan! — Avalanseo de arriba abajo a la bebe haciendo gestos extraños. Aquella acción duro por al menos unos minutos.

— ¡Mamá esta aquí! ¡Todo estará bien, es solo que el estúpido de tu padre no te sabe cuidar! — La bebe lentamente comenzo a tranquilizarse en los brazos de su madre.

— Si, tu padre es un idiota. Tú también lo crees verdad, Naoko-chan. — El bebe parecía estar de acuerdo con todo lo que su madre decía puesto que comenzo a reír, aligerando por completo el ambiente tenso en la habitación. La ceja de Sasuke se crispo al escuchar a Naruto insultarlo abiertamente.

—Iliota-teme. — Señaló el pequeño azabache, señalando acusador a su padre.

— Oye, deja de enseñarle más malas palabras a Sosuke, dobe. — Gruñó Sasuke. Sosuke, corrió a ocultarse detrás de las piernas de su madre, sin dejar de reír al escuchar discutir a sus padres. Para el, era algo normal de escuchar.

— ¿Yo? Yo no le enseño nada. Todo es por culpa de tu chakra, es tan denso y frió que le haces llorar, Baka. — Escupió Naruto.

— ¿Que? Porque me culpas. — Una guerra de miradas ocurrió a continuación.

— Tranquilícense los dos. — Dijo Jiraiya intentando colocar una mano en el hombro de su discípula, pero esta se movió y la mano del hombre termino sobre uno de los abundantes y blandos pechos de Naruto.

— Ero-sennin ¿Que crees que haces? — Gruñó Naruto, con los ojos cerrados y el ceño fruncido. Jiraiya se sonrojo y un hilo de sangre resbalo por su nariz al notar su error, pero aun así no removió la mano de su lugar, solo presiono más. Eso hasta que un aura de lo más asesina y psicópata se sintió por toda la habitación.

— Si no quitas esa mano de lo que es mio. Te quedaras sin brazo. — Amenazó Sasuke, manteniendo el filo de su Katana sobre el brazo del viejo sapo. Jiraiya solo trago saliva, completamente lleno de terror.

Repentinamente la situacion cambio y la ira cambio de dirección.

Cuando Kakashi asomando la cabeza por la ventana. Se encontro con una escena peculiar y perturbadora. En el suelo ya hacia un sangrante y apenas consciente Jiraiya, siendo pateado de lo más brutal por Naruto, la Hokage y sorprendentemente Sasuke, mientras que Sakura estaba pasmada, sentada en el suelo con un aura deprimente a su alrededor mientras observaba atentamente a un pequeño azabache de tres años que tenia en los brazos a un bebe, que no dejaba de balbucear y chupar su pequeño pulgar.

Por primera vez en su vida. Hatake Kakashi se lamento haber llegado tan tarde.

— ¡Yo! ¡Eh! ¿De que me perdí? — Saludó Kakashi, ganándose una mirada de reproche por todos y un grito por parte de Naruto.

— ¡Kaka-sensei! ¡¿Porque llegas tan tarde?!— Reprochó Naruto.