Disclaimer: Esta historia me pertenece, la idea proviene de varios relatos, videos y películas que he visto, pero en su mayoría es de mi loca cabeza.

Los personajes son de Stephenie Meyer.

Un agradecimiento en especial a las betas ffth por su ayuda y sobre todo a Jime Cullen Salvatore por ser mi gran beta en esta historia.

Un agradecimiento a Liza por darle una ayudadita a este capítulo.

Nota: En algunas partes del capítulo las personas se referiran a Isabella con el nombre de Isaac, porqué aún no saben de su nuevo nombre.


"Para ser libre uno debe dejar atras una pequeña parte de si mismo..."

Hedwing and the angry inch

— Shhh… Tranquila, Isabella, sé que soy irresistible pero no es para que llores. – Contestó Emmett bromeando con Isabella, por lo que ella solo levantó la mirada hacia él y le frunció el ceño, pero al ver como Emmett sonreía socarronamente le dio un leve golpe en el hombro.

— Yo que te hago una confesión y tú solo te ríes de mí. ¡Qué buen amigo eres! – Exclamó Isabella indignada alejándose de él, Emmett vio esto y la abrazó.

— Era una broma, Isabella, además yo también tengo que hacerte una confesión. – Murmuró en voz baja Emmett su oído. Ella al sentir esto solo se estremeció.

— ¿Qué confesión? Dime. – Contestó ahogadamente ante la cercanía de Emmett hacia ella.

— Ok, aquí vamos… - Dijo para sí mismo Emmett. - Yo soy un hombre transexual desde hace 12 años. Mi transición fue hace dos, aproximadamente, y desde ese momento soy oficialmente un hombre. – Agregó Emmett ansioso ante la reacción de Isabella.

Isabella al oír lo que Emmett le hacía dicho abrió desmesuradamente los ojos y empezó a comprender por qué él no la juzgaba: los dos eran iguales. Se comprendían porque habían pasado por lo mismo.

— Esto es sorpresivo y confuso, no me lo tomes a mal. Me alegro mucho de encontrar a una persona que comprenda lo que yo siento porque no conozco a alguien así a diario. – Contestó Isabella con una sonrisa en la cara mientras abrazaba a Emmett del cuello. – Solo contéstame una pregunta: ¿Fue difícil para ti?

— En algunas ocasiones sí fue difícil, pero con la ayuda de mi mamá, mi psicóloga, psiquiatra y conocidos pude salir adelante. Nadie dijo que era fácil luchar por lo quieres ¿no crees? – Emmett respondió de modo serio pero aún sin dejar de darle una sonrisa.

— En eso tienes razón, Emm, solo pido que la gente deje de juzgarme tan duramente por el hecho de que soy una mujer transexual. Un poco de respeto e igualdad, es lo único que pido. – Isabella dijo con resignación.

— No eres la única, Bella. Es mejor que dejemos este tema por el momento, ahí viene el autobús. - Emmett se paró de la banca y jaló a Isabella para que ella también se pusiera de pie mientras veía que el autobús se acercaba al paradero.

El bus se detuvo frente a ellos y ambos subieron rápidamente al ver la cara del conductor la cual no era la más amistosa del mundo. Isabella no podía observar si había lugares desocupados por culpa de Emmett y su gran espalda por lo que se dejó guiar por él.

Al caminar por el pasillo se dio cuenta que varios chicos y chicas los observaban atentamente, no sabía exactamente si porqué aún seguían agarrados de la mano o por el altercado de ayer con Mike.

De repente sintió un pequeño jalón de su playera a lo que volteó la cabeza a quién para buscar a la persona que lo había hecho, reconoció inmediatamente que era Jane y no la había notado por culpa de las miradas que le estaban dirigiendo.

Jane al ver su mirada de aturdimiento solo le señaló con las manos que había lugar para sentarse a un lado de ella a lo que Isabella asistió y jalo a Emmett, Jane solo se recorrió hacia la ventana para que los dos se pudieran sentar.

—Hey, Isabella, ayer me enteré de lo que pasó con ese idiota. Cuando me contaron me dieron ganas de buscarlo y golpearlo por lo que te hizo. – Empezó a decir rápidamente Jane.

— ¿No lo buscaste verdad? No quiero que te metas en problemas por mi culpa. – Isabella replicó preocupada.

— No, mi mamá llego por mí en ese momento y no pude ir a buscarlo. – Jane contestó enfurruñada.

— Gracias a tu mamá que llego en buen momento, pero no te preocupes, gracias a Emmett no pasó a mayores y ayer Mike ya tuvo su castigo. – Respondió Isabella, mientras observaba a Emmett de reojo. – Qué desconsideraba soy. Jane, te presento a mi amigo Emmett, él fue quien me salvó ayer. Emmett, te presentó a Jane, una amiga. – finalizó.

A lo que solo se dijeron un "mucho gusto" muy efusivo, después de eso Jane empezó a platicarles a los dos sobre su día anterior y ambos la escuchaban atentamente aunque Isabella estaba un poco distraída por la respiración de Emmett tan cerca, pero trataba de disimularlo asistiendo a lo que decía su amiga.

En pocos minutos llegaron al bachillerato, por lo que Jane le preguntó a Isabella qué clase le tocaba en ese momento. Ella sacó su horario de la mochila y vio que le tocaba Letras Inglesas, se lo comentó y Jane dijo que coincidían. Emmett las interrumpió y les dijo que las acompañaría a su salón.

Al llegar al salón tanto Jane como Isabella notaron que todas las observaban más a Isabella que a Jane, pero ambas ignoraron esto y se dirigieron a su lugar; por suerte todavía habían sitios en la parte de en medio por lo que no pensaron más y se sentaron ahí.

Mientras esperaban a que el profesor llegara, Jane invitó a Isabella a que después de clases la acompañara a ir de compras, Isabella no pensó más de dos veces y aceptó sin antes decirle que ella no traía dinero para comprar nada.

Sin darse cuenta, las clases pasaron volando e Isabella por fortuna no vio a Mike, por lo que dio a conclusión que había sido suspendido por la agresión. Al salir de clases, esperó a Jane afuera del bachillerato y decidió empezar hacer los deberes mientras ella salía. Observó un gran árbol con sombra y se dirigió a él para sentarse en el pasto.

— Hola, Isaac. – Interrumpió a Isabella una voz, quien al levantar la vista se dio cuenta de que era Ángela Weber. Su antigua amiga de la infancia. – Me enteré de lo de ayer de Mike y me quedé muy preocupada por ti.

— Oh, Hola, Ángela, estoy bien. Gracias a un amigo Mike no pudo hacerme nada, gracias por tu preocupación. – Contestó Isabella brindándole una sonrisa despreocupada al ver como Ángela se veía un poco nerviosa.

— Me alegro que estés bien. También quiero hablar contigo sobre otra cosa, claro, si no estás ocupado. – Ángela comento a Isabella tímidamente por lo que ella asistió y la invito a sentar a un lado de ella.

— Claro, tengo tiempo, estoy esperando a Jane. - contestó despreocupada, mientras invitaba Ángela a que tomara asiento a un lado de ella.

Ángela notó que después de todo, él seguía siendo una persona sin rencores y con grandes sentimientos.

— Quería pedirte una disculpa por evitar tu amistad en estos 7 años. Después de lo que pasó la última vez que nos vimos en la fiesta de Leah, mis papás dijeron varias cosas horribles sobre ti y tu familia. Yo las creí en su momento por ser una niña que aún no podía tomar sus decisiones, pero ahora soy consciente del daño que te hicimos. – Ángela confesó avergonzada al mismo tiempo que evitaba la mirada de Isabella.

Al oír lo que había dicho Ángela, Isabella empezó a sentirse incómoda al recordar lo que había pasado hace 7 años, así como las consecuencias de lo sucedido… por lo que trató de cerrar el tema.

— Creo que debemos olvidar lo que paso después de eso, bastante nos hemos culpado por estos años como para seguir haciéndolo ahora. Te perdono si con eso te hago sentir mejor, y como dicen por ahí, hay que hacer borrón y cuenta nueva. ¿No crees? – Isabella respondió de forma apresurada, tratando de acabar con el tema.

— Me conformo con que me perdones, y si con eso puedo ser tu amiga, nuevamente sería maravilloso. – le dijo en un murmuro con timidez.

— Claro que si, Ángela, aunque debo de confesarte algo. Así podemos empezar bien desde cero, nada de mentiras. - Contesto Isabella mirando con recelo Ángela.

— Si, dime. – Ángela asistió sin dudarlo.

— Ok, aquí vamos. Solo te pido por favor que me escuches hasta el final, ¿sí? – Miró Ángela con esperanza mientras veía como ella asistía. – Soy una mujer transexual, es decir: una mujer en un cuerpo equivocado, en un cuerpo de hombre. – Confesó con determinación al mismo tiempo que esperaba la reacción de su amiga tras sus palabras.

Ángela al escuchar esto, abrió desmesuradamente los ojos y pensó rápidamente algo para que Isabella no pensara que tomaba a mal su confesión, si no solo la sorpresa y confusión al oír por primera vez este término.

— Nunca había escuchado ese término, pero a pesar de eso sigues siendo la misma persona ¿cierto? No me malinterpretes, yo hablo sobre tu personalidad. ¿Es la misma a la de hace algunos años atrás? – Murmuró Ángela, oyendo cómo Isabella daba un suspiro de alivio.

— Lamentablemente este término no es muy escuchado, somos pocos los casos que hablan abiertamente sobre su transexualidad, pero aun así sigo siendo la misma persona de hace años aunque con mente y futuro cuerpo de mujer. – Contestó Isabella.

— Entonces, ¿desde ahora me tengo que dirigir a ti cómo…? – Ángela preguntó confundida.

— Isabella Marie Swan Dwyer – Respondió con orgullo.

— Perdón por la tardanza pero la profesora no me quería dejar salir que porque no hice la estúpida tarea que nos dejó ayer. – Interrumpió Jane la plática de Ángela e Isabella.

— No te preocupes, Jane. Gracias a tu tardanza puede platicar con Ángela. – Contestó Isabella feliz. - ¿Y por qué no hiciste la tarea? – Agregó con incredulidad.

— Era el primer día… ¿Que estúpido maestro deja tarea el primer día? – Replicó con enojo, mientras Ángela escuchaba la conversación de Isabella y Jane, donde decidió en ese momento irse para dejarlas solas.

— Yo las dejo chicas. – Se despidió con timidez Ángela.

— ¿Ya te vas? ¿Por qué no nos acompañas de compras? – Isabella preguntó con ilusión a su amiga ya que no quería desaprovechar su nueva amistad con ella.

— ¿No les incomodará mi presencia? – Ángela preguntó.

— No, para nada. – Respondieron ambas entusiasmadas.

Ángela al ver que ni Isabella o Jane decían cómo se irían a comprar, decidió ofrecer su automóvil.

— Vámonos en mi auto. – Ofreció Ángela a las chicas, las cuáles asistieron rápidamente.

Ángela les indico dónde se encontraba su automóvil por lo que las tres empezaron a dirigirse ahí, al llegar se subieron y Ángela les preguntó a qué lugar irían de compras.

Jane le contestó que a Port Angels a lo que asintió Ángela. Isabella prendió la radio dónde se empezó a escuchar Wannabe de Spice girls, las tres inmediatamente empezaron a cantar cada una escogiendo una estrofa.

Durante todo el camino estuvieron cantando, por lo que el camino se hizo muy corto. Sin notarlo, en un cerrar de ojos ya se encontraban en Port Angeles por lo que Jane le indicó a Ángela por dónde tenía que ir y así pudieran llegar a la tienda dónde ella iba a ir a comprar.

Al llegar, Ángela se estaciono afuera y se bajaron del coche. Jane fue la primera al entrar a la tienda seguida por sus amigas, estas dos se dieron cuenta que la tienda era de ropa interior, por lo que voltearon a ver a Jane con duda.

— Lo siento, pero necesito lencería nueva. – Jane comentó divertida.

Ángela e Isabella al oír esto solo asistieron y empezaron a ver los objetos que ahí vendían, mientras Isabella observaba ciertas cosas, notó algo que captó por completo su atención: era un sostén pero no uno de los que usualmente usan las mujeres si no de gel. Isabella tomó la caja y empezó a leer cómo se usaba. Sin , Jane se acercó a ella y observó la mirada de ilusión de Isabella hacia el sostén que tenía en las manos.

— ¿Te gusta? – Jane preguntó curiosa a lo que Isabella se sobresaltó y empezó a ponerse nerviosa.

—¿Esto? – Dirigió su mirada hacia la caja. – Sí – Agregó nerviosa ella.

— ¿Por qué no lo compras? – Preguntó Jane, mientras observaba el precio de este. – No está muy caro. $250 – Agregó observando la reacción de Isabella, la cuál era de desilusión.

— Si me gustaría comprarlo, pero no traigo dinero. – Isabella contestó con tristeza, mientras dejaba la caja en su lugar y salía de la tienda. Jane al ver esto decidió hacer algo por su amiga.

Isabella se recargó en el coche de Ángela mientras las esperaba. Pasó media hora y ellas salieron de la tienda con tres bolsas cada una, al ver esto Isabella solo sintió más tristeza por no poder comprar nada.

Sin decirles nada se subió al auto esperando a que las demás hicieran lo mismo, cuando ellas se subieron empezaron a platicar sobre lo que habían comprado, por lo que Isabella no quiso hacer acto de participación.

Durante el camino de regreso a Forks, solo platicaban tanto Ángela como Jane, ambas se preguntaban por qué el cambio de actitud de Isabella con ellas, pero no quisieron hostigarla con preguntas.

Al llegar a casa de Isabella, esta se despidió rápidamente de Ángela y Jane diciéndoles que mañana las veía, por lo que ellas solo dijeron adiós.

— Isabella, Isabella, espera… - Gritó una voz hacia ella. Volteó y vio que se trataba de Jane.

— Jane, ¿qué pasó? – Isabella preguntó preocupada.

— Nada, bueno, solo quería darte esto. – Jane contestó tímida, dándole una bolsa de la tienda a donde habían ido de compras.

Isabella tomó la bolsa y vio el contenido que tenía dentro, pero no esperó que fuera eso.

— ¿Y esto? ¿Es para mí? – Isabella murmuró en shock, sacando de la bolsa la caja con el sostén de gel que ella tanto había admirado en la tienda.

— Sí, Isa, es un regalo para ti, así que tómalo y no acepto un "no" por respuesta, eh. – Jane contestó jocosamente, abrazando a Isabella por lo que esta acept el abrazo y le dio un beso en la mejilla.

— Muchas gracias, Jane. – Isabella respondió feliz.

— No, de nada, nena. Ya me voy porqué es tarde y mi madre me matará. Hasta mañana. – Se despidió rápido Jane de Isabella, quien solo dijo adiós con la mano y se metió a su casa.

Cuando entró a su casa notó que se encontraban tanto su madre como su padre en la cocina por lo que decidió no dirigirse ahí.

— Ya llegue, mamá, voy a mi cuarto – Grito Isabella solo dirigiéndose a su madre mientras subía las escaleras para el segundo piso.

— Hola, cariño, ¿no comerás? – René respondió hacia su hija, asomando la cabeza para verla.

— Más tarde, ¿sí? – Isabella suplicó a su madre apuntando su mirada hacia la cocina dónde se encontraba su padre.

— Está bien cariño, ¿y esa bolsa? – Renné preguntó perspicazmente.

— Oh, es un regalo de Jane, ya ves lo que dicen mamá: Recibes más de otra gente que de tu propia familia. – Isabella contesto con rencor, subiendo las escaleras que le faltaban para llegar al segundo piso y así poder ir a su cuarto.

Renné solo movió la cabeza negativamente y entró nuevamente a la cocina dónde se encontraba su marido.

— ¿Ya terminaste, Charlie? – Renné preguntó.

— Si, estuvo muy buena la comida. ¿Y ahora que trae el muchacho, Renné? Ni un saludo para su padre.– Charlie dijo con enfado.

— Creo que debes saber bien por qué esta así contigo ¿no? – Renné respondió sarcásticamente y es que era el colmo que su marido se comportara como si nunca hubiera hecho nada a su hija.

— ¿Es porqué tire todas las mariconadas que tenía en su cuarto? A mí no me culpes por tener un hijo así, tú tienes la culpa, mujer. Solo lo malcrías y lo tratas como si fuera una chica. – Charlie contestó con enfado e indiferencia, mirando con todo resentimiento a su esposa. – Mira mejor me voy porqué contigo nunca se puede, si quieres que tu muchacho siga así haz lo que te digo, pero conmigo no cuenten para nada. Nunca voy a consentir que mi hijo sea un homosexual, transexual o lo que sean esos maricones. Y si lo mejor es que piense que mi hijo está muerto, ¡eso haré! – Agregó gritando Charlie hacia Renné, para después salir de la casa dando un portazo que se escuchó en toda la casa.

Renné al oír el golpe y razonar lo que había dicho su esposo, no pudo evitar derramar las lágrimas que se acumulaban en sus ojos, derrumbándose por las palabras tan amargas, frías y egoístas de parte del padre de su hija.

Sentándose en la mesa donde antes se había encontrado su esposo comiendo, se puso a pensar el motivo por el que porqué Charlie no podía aceptar la transexualidad de su hijo. Solo esperaba que un día se diera cuenta de todo el daño que le hacía a su hija y que ella pudiera perdonarlo.

Isabella se encontraba en su cuarto cuando de repente empezó a escuchar gritos en el primer piso, a lo que llegó a la conclusión de que sus padres se estaban peleando y decidió no salir para así no enterarse de nada. Su día en general había estado libre de estrés, así que no quería agregarle eso.

Para distraerse un rato decidió estar en su laptop, su Messenger se abrió automáticamente abriendo una conversación de alguien que ella no conocía.

Desconocido:

— Hola, Isabella - .

Isabella:

— ¿Quién eres? –

Desconocido:

— ¿Tan pronto te olvidas de los viejos amigos? –

Isabella:

— Dime quién eres. –

Al ver que la persona no contestaba quién era decidió, ignorarlo y ver quien de sus amigos se encontraba conectado, detectó que Leah era una de ellas y empezó una conversación con ella.

Inmediatamente se pusieron al corriente de su día, Isabella le contó sobre el regalo de Jane por lo que Leah respondió que fue un gesto muy bello por su parte. Bella opinó lo mismo pero de repente la conversación que había ignorado nuevamente cobro vida con un zumbido.

Isabella:

— Déjame en paz, si no me vas a decir quién eres no te voy a contestar –

Desconocido:

— Está bien, está bien. No te enojes Bella, soy Emmett. –

Isabella

— Ay, eres un idiota Emmett! –

Emmett

— Perdón. ¿A dónde te fuiste a la salida? Te estuve esperando, quería acompañarte a tu casa, nena.

Isabella al leer lo que Emmett le envió sintió que empezaba a ruborizarse. Era la primera vez que un chico le decía ese tipo de cosas. Sabía que no tenía que pensar de ese modo sobre Emmett pero era inevitable por lo que él había o decía a ella.

Antes de contestarle algo a Emmett, escuchó un toque en la puerta de su cuarto y dijo "Adelante".

— Isabella, que no se olvide que tienes terapia hoy con la psicóloga Denali a las 7:00 de la noche. – Comentó su madre asomando su cabeza por la puerta.

Bella al oír lo que mamá dijo, miró que hora era. Solo faltaba una hora.

— Gracias, mamá. Me alisto para salir de una vez. – Respondió Isabella agradecida, cerrando su laptop.

Renné oyó esto y salió de su cuarto dándole privacidad, por lo que inmediatamente se cambió de blusa poniéndose desodorante y dejándose el mismo jeans de mezclilla que traía, se lavó los dientes e hizo del baño, para después tomar su mochila.

Bajó al piso inferior y se encontró a su mamá en la sala viendo la televisión, por lo que se despidió con un "Vuelvo temprano".

Empezó a dirigirse hacia el consultorio que se encontraba aproximadamente a 20 minutos de su casa.

Cuando llegó, vio a la simpática recepcionista a la cuál saludo para después tomar asiento en la sala de espera. Pasaron aproximadamente 15 minutos y salió un paciente del consultorio de su psicóloga con ella siguiéndole.

— Hola, Isabella, pasa. – Saluda la señorita Denali, ingresando a la aérea de consulta después de ella.

— Hola, doctora. – Isabella responde, sentándose en el sillón que se encuentra enfrente del asiento habitual de su doctora.

— ¿Cómo estás, Isa? ¿Qué tal llevas la etapa del bachillerato? – La psicóloga Denali pregunta casualmente, tomando su libreta de anotaciones.

— Bien por el momento, el primer día fue difícil… un chico llamado Mike me atacó por llevar la cara maquillada pero un amigo por fortuna me salvó. No fue algo que planeé, solo vi que una amiga estaba retocando su maquillaje y yo le pedí un poco, quería sentirme femenina sin ser juzgada. – Isabella confesó angustiada, mirando suplicante a la psicóloga.

— Sabíamos que sería difícil Isabella, no sabemos si ese chico Mike tiene algo contra la homofobia, pero deliberadamente de eso… ¿hubo algún castigo para él? – La psicóloga Denali dijo tomando notas y viendo a Isabella.

— Creo que sí tuvo su castigo por la plática que tuve con el director. No supe ciertamente cuál fue.– Isabella respondió. – Por cierto, al director tuve que confesarle sobre mi transexualidad ya que me preguntó porque estaba maquillada. Me pidió que si podían hablar tanto con usted como con la psiquiatra Carmen. – Agregó.

— Sí, por supuesto. Me pondré en contacto con él para hablar sobre ti y le avisare a la doctora Carmen también. Ahora, cuéntame ¿quién es ese amigo que te salvo? – Preguntó la psicóloga Denali curiosa.

— Se llama Emmett. Es dos años mayor que yo y es un hombre transexual. – Isabella dijo con alegría entonces la psicóloga Denali notó por su tono de voz que apreciaba mucho a Emmett.

— Un hombre transexual, eso es muy bueno. Él nos podría apoyar mucho en estos momentos de tu transición, ¿él ya es oficialmente un hombre? – preguntó Denali.

— Sí es oficialmente un hombre. Su transición fue a mi edad. No hemos hablado mucho sobre el tema, solo que fue en algunas ocasiones difícil para él. - Isabella contestó.

— Bueno, ninguna transición es fácil, Isabella, siempre habrá personas que se opongan a lo que ellos creen que no es lo "normal"; aún cuando tengas el apoyo de todo mundo. Pero también existe que las mismas personas transexuales sienten que no son realmente lo que pensaban y que al final del año de prueba se dan cuenta que realmente son heterosexuales. Todo puede pasar en este mundo, Isabella, por eso es importante que desde el primer momento tomes una decisión correcta sobre este tipo de temas. – Explicó la psicóloga Denali, Isabella al oír esto solo se le ocurrió decir una cosa:

— Yo estoy consciente que esto no es un juego, doctora. Siento que soy una mujer, afirmo que soy una mujer. Aunque haya días en que realmente me desanime por todo lo que la gente dice de mí, pero ¿sabe algo? He notado que ya no me da ni temor ni vergüenza hablar abiertamente sobre mi transexualidad. Sobre quién soy. – Isabella exclamó orgullosa, dándole una radiante sonrisa a la psicóloga.

— ¿En serio? Eso es muy bueno ¿sabes por qué? Hace que tengas más confianza y seguridad en ti misma y que llegue un momento en donde no sientas que te afecte lo que diga la gente sobre ti. – Contestó la psicóloga, observando el reloj. – Se pasó tan rápido la consulta… Bueno, en fin, te dejare un objetivo. Quiero que te arriesgues a hacer algo sin pensar en lo que la gente diga ¿sí? Haz conocer a la gente y en la próxima sesión me dices cómo te sientes después de hacerlo, ¿te parece? - Explicó la psicóloga sonriente. Isabella al oír el objetivo solo asistió y le agradeció a la psicóloga por escucharla.

Se despidió de ella con un beso en la mejilla y salió del consultorio pensando en el objetivo que haría.


Hola queridos lectores/as, se que deben de estar muy enojados por no actualizar pronto pero no he tenido tiempo para poder estar aquí de hecho el próximo capítulo si tarda un poco. No tengo una fecha exacta para subirlo pero haré lo mejor para lo pronto posible. Todo esto es gracias a mi ingreso a la universidad, mi trabajo y el poco tiempo que tengo hacia mi persona pero no abandonare el fic, eso nunca lo haré.

En fin espero que les guste el capítulo... Presiento que muchos/as no se imaginaban el secreto de Emmett ¿verdad?

Las invito a que se unan a el grupo del fic ahí subo fotos, link de música y dejo alguno que otro spoiler de la historia, sin más me despido deseandoles un buen jueves.

Contestación de Reviews:

Lamb'stown: Emmett es una persona con muy bonitos sentimientos hacia las personas, es noble y honesto aunque haya pasado por cosas dificiles. Edward tardara uno capítulos en aparecer, no desesperen.

fernyyuki: Charlie tendra su castigo algun día.

Tecupi: Emmett también le confesó su transexualidad y Charlie bueno es un machista al 100% que piensa que los hombres nunca deben de llorar y son los únicos que mandan en la casa.

KikiMasenCullenSwanRobsten: Esta historia es dedicada para aquellas personas que pasan por estas situaciones, ellas merecen respeto e igualdad que cualquier persona.

terewee: ¿Que te parecio? ¿Cardiaco el capítulo?

patymdn: La confesión de Emmett ayuda mucho a la transición de Isabella.

FerHdePattinson: Me alegro mucho de que te gusten estas frases y ahora sabes porqué Emmett apoya tanto a Isabella.

LauraGarcia: Ahora sabes el porqué tienen tanto en común Emmett y Bella, Edward aún no se cuando aparezca no tarda tanto.

Maayraaykalebb: Y lo peor es que si hay padres o madres así que odian a sus hijos por sus diferentes preferencias sexuales, pero gracias a sus amistades y mamá Isabella podra salir adelante.

Naye15: Aún no se que pasara con Emmett e Isabella, puede que se de una relación como no, quién sabe.

Lore562: Me da mucho gusto que te guste la historia y esta historia es para darle un poco de apoyo y compresión a las personas homosexuales, bisexuales y transexuales.

Astrid BF: Opino lo mismo que tú, esta historia es algo diferente a lo común que se lee por este sitio, me da mucha alegria que te guste y bienvenida.