Capítulo I.

Reencuentro.

Para Piper McLean, levantarse a las cinco de la mañana para trabajar no era nada divertido, sobre todo por la parte de levantarse. En menos de diez minutos se duchó y vistió, y en el tiempo restante antes de irse a trabajar desayunó y se ordenó un poco su casa. Ya a las 5:30 salió de su casa a su trabajo.

El viaje comenzó igual de tedioso que todos los días. Los autobuses llenos, y todas las personas desesperadas por llegar a su trabajo. Piper se sentó en la parada de autobuses, ya que estaba decidida a que se demoraría un poco en poder subirse a alguno. Para no aburrirse esperando, Piper se colocó sus audífonos y comenzó a escuchar música y a jugar Andry Birds, sólo hasta que el tono de llamada comenzó a sonar tan fuerte que a la chica casi se le rompen los oídos.

−Bueno.− Dijo Piper, contestando el teléfono.

− ¡Piper! Soy Annabeth. −Respondió la chica al otro lado de la línea.− ¿Quieres que te lleve al trabajo?

−No es necesario, Annie.

−Pues te aviso desde ahora que no aceptaré un "no" por respuesta.

Al instante, Piper vio el auto de su amiga Annabeth posándose frente a ella. Annabeth bajó la ventanilla y le dijo:

−Sube, se nos hace tarde.

−Annabeth, no es necesario que…

−Vamos −Interrumpió−, ¿O acaso quieres llegar tarde justo hoy?

Piper no tenía opción. Esa misma mañana tenía que llegar a ordenar su oficina, pues llegaría una visita importante, y no podía dejar una primera mala impresión, así que no le quedó de otra que subirse al auto de su amiga.

−Gracias por llevarme. – Le dijo al sentarse.

−No hay de qué, ¡Hoy será un día muy importante para nosotras! – Dijo Annabeth con emoción.

−Espero que todo salga bien, podríamos ayudar a mucha gente si nos dan el dinero que falta…

−En serio te agradezco que hagas esto, Piper. Sin tu ayuda monetaria, no podríamos construir algo tan grande.

− ¡No hay de qué, Annie! Yo quería estudiar trabajo social, pero creí que siendo abogada, podría hacer mucho más, y tal vez no me equivoqué.

−Claro, haz podido ayudar porque nunca te ha tocado defender al verdadero culpable.

Piper calló, eso era cierto.

Sólo una vez le tocó defender al demandado del caso, y resultó ser el demandante el que había cometido el acto contra la ley.

Desde pequeña, Piper siempre tuvo ganas de ayudar, al cumplir los quince años comenzó a pensar en qué quería trabajar cuando creciera, y había optado por Trabajo Social; aunque sus ganas se desplomaron cuando su padre le había contado que todas las chicas que él conocía y habían estudiado dicha carrera, habían quedado trabajando como secretarias. Y esa no era la intención de Piper. Así que se decidió a estudiar derecho.

En la Universidad gran parte de las cosas le salieron mal, pero ella nunca dejó de esforzarse. Pasando los semestres, ella comenzó a ponerse al corriente, y las cosas empezaron a salir mejor, pero eso sólo le trajo varios problemas más.

− ¡Piper! –Exclamó Annabeth, mientras detenía el auto.− Bájate del auto, ya llegamos.

−Ah, claro. –Respondió distraída por los recuerdos que le venían.

Ambas bajaron del auto y entraron a la empresa "S.W. Law Firm".

El edificio era no era gigante, pero era grande. En el primer piso había una recepción, estaba todo decorado con los colores azul, violeta y blanco. Al lado izquierdo se encontraban algunas oficinas de "Servicio al Cliente" y a la derecha una pequeña cocina. El lugar era amplio; y al centro había dos chicas detrás de un escritorio largo, con dos computadores y dos teléfonos, quienes les sonrieron a Annabeth y a Piper. En el segundo piso se encontraban todos los trabajadores sociales a la izquierda, y a la derecha se encontraban los arquitectos. El piso estaba decorado con los colores verde y blanco. El tercer piso estaba decorado con los colores azul y blanco, ahí se encontraban las salas de reuniones. Y en el cuarto piso, el cual estaba decorado con los colores violeta y blanco, se encontraban los abogados, el piso al que Annabeth y Piper se dirigían.

− ¡Hola, Piper! –Saludó Hazel, la secretaria y amiga de Piper, no exactamente en ese orden.− Sé que venías a ordenar tu despacho, pero ya lo mandé a ordenar; mejor te preocupas de tu trabajo, que hoy se te viene pesado.

− ¡Hazel, muchas gracias! Pero no es necesario, podría haberlo hecho yo.

−Ay, Pipes… ¡Siempre quieres cargar con todo tú sola! Te vendría bien ayuda algunas veces, ¿No crees? ¡Ay! Casi me olvidaba de que estabas aquí Ann, ¡Hola!

− ¡Hola, Haz! –Saludó Annabeth, riendo.

−Bueno, mejor no las distraigo. ¡Así trabajan!

Las chicas entraron a la oficina de Piper, que estaba como nueva. Pareciera que el despacho necesitaba un cartel que dijese: "PRECAUCIÓN: Use lentes de sol, peligro de ceguera".

−Está… ¡Impecable! –Dijo Annabeth.

−Yo no me levanto temprano en vano, así que mejor me pongo a trabajar.

− ¿Qué es esto? –Preguntó Annabeth, sosteniendo una hoja de papel.− Lista de… ¿Balance?

−Dame eso. –Dijo Piper, quitándole la hoja a su amiga.

− ¿Qué es? –Preguntó la rubia con curiosidad.

−Es una lista en la que anotas tus defectos, para eliminarlos. Hago una cada mes. –Respondió la chica, mientras buscaba unas carpetas.

− ¿Para qué lo haces?

− ¿Cómo arreglo los problemas de los demás, si no puedo arreglar los míos?

−Tiene sentido –Dijo Annabeth−, sin embargo, no sabía de la existencia de eso.

−Deberías hacer una. –Sugirió Piper, mientras se sentaba en su escritorio leyendo el contenido.− Maldición…−Susurró.

− ¿Qué pasa?

−El caso que estoy tomando… −Respondió.− Al parecer, no podré juntarme con el demandante y su abogado, así que sólo el abogado vendrá hoy a hablar del caso. Y mi cliente llamó diciendo que no vendría por eso motivo. Aunque dejó información útil que puedo usar.

−No veo lo malo.

−Es a la hora de la reunión con el patrocinador.

−Ahora le veo lo malo. ¡No me puedes dejar sola!

−Lo siento, Ann; pero tengo que reunirme con el abogado.

−Pero…

−Tengo que reunirme con el abogado.

−Pero, Pi…

−Tengo que reunirme con el abogado.

−Pip…

−Tengo que reunirme con el abogado y punto.

−Está bien, yo me reuniré con el patrocinador, pero me debes una por dejarme sola en esto.

−Genial, entonces nos vemos a la hora de almuerzo, y me cuentas cómo te fue.

−Y tú a mí.

Annabeth salió de su oficina, dejando a Piper sola con sus carpetas. Revisó una y otra vez lo que estaba en su favor y en su contra, era la segunda vez que representaba al demandado de un caso, y le asustaba perder.

"Eso es imposible" pensó. "Tu voz no te puede fallar, es convincente y segura aunque no lo estés, tienes oportunidad".

Las horas pasaron, dieron las diez de la mañana y Piper seguía leyendo una y otra vez la carpeta.

−Algo está mal aquí. –Susurró.

El estruendoso sonido del teléfono de su oficina le sacó de sus pensamientos.

−Señorita McLean –Le dijo Hazel, al otro lado de la línea−, Tiene visita, el abogado vino a verla.

−Dile que pase. –Respondió Piper.

−Piper, hay algo que debes saber…−Dijo su secretaria, nerviosamente.

−Tendrá que ser después, Haz.− Y Piper cortó la comunicación.

Hazel sabía que en el despacho de Piper las cosas saldrían mal, pero ya no podía advertirle a su amiga.

−La señorita McLean dice que puede pasar. –Le dijo Hazel al muchacho.

−Muchas gracias, y con permiso. –Dijo el abogado.

En el mismo segundo en el que el abogado desapareció, decidió llamar a Annabeth.

−Annabeth, soy Hazel. –Dijo la secretaria.

−Suenas… Urgida. ¿Qué pasa? –Preguntó Annabeth.

−No vas a creer quién es el abogado que vino a visitar a Piper.

− ¿Elle Wood? –Preguntó la rubia, bromeando.

− ¡No, tarada! Se te está saliendo lo rubia…

− ¡Hey! –Protestó Annabeth, ella odiaba que le tratasen como una rubia tonta.

−Es…

−Jason Grace. –Dijo Piper al ver a quién se enfrentaba.− Hace años que no nos vemos.

−Un gusto verte, Piper. –Respondió Jason, con un toque desafiante en su voz.


¡Hola! Este es mi primer Fanfic aqu, jeje. Ya va un año en que no escribo nada aparte de la clase de Literatura que tenía en el colegio, como materia artística agregada. Como estoy de vacaciones, y tengo tiempo libre me aventuré a escribir una historia, ¿Les gusta? Realmente, a mí nunca me gusta lo que escribo XDD así que no daré mi opinión acerca de este capítulo. Esta es como una prueba, porque si no le gusta a nadie... Pues mejor no la subo(?) Ya que no le veo sentido a subir una historia a internet si nadie la leerá u.u para eso mejor la escribo para mí misma y ya.

Si les gustó y/o quieren que la siga, dejen un review de que les gustó *-*

Lo sé, lo sé... ¡No hay Percabeth en este capítulo! Pero habrá mucho en el próximo, si es que les gusta, ah. Me basaré en mis dos parejas favoritas de estas sagas. Y creo que también habrá romance entre Hazel y Frank. Y aparecerán Leo Reyna, y... alguien más, más adelante.

Muchas gracias por entrar, si tienen sugerencias, críticas constructivas o algo que decir, pueden hacerlo, ¡Están en su derecho! Y no se vayan sin dejar un review3.

ADVERTENCIA: Este Fic podría contener algunos pequeños detalles spoilers acerca de PJO y Heroes Of Olympus. Así que si no te quieres spoilear(?) esos detalles, no leas, POR FAVOR. Les aviso por la seguridad de sus emociones ;-;

Atte, Cat.