El móvil de Stiles vuelve a vibrar, ignorando el mensaje al intuir que es alguna foto de cachorros de husky de esas que manda Isaac por el grupo de whatsapp. Apoya el codo sobre la mesa y su mejilla sobre la palma de la mano, dando un sonoro suspiro al aire mientras que el profesor sigue explicando no sé qué royo de historia estado unidense que a él no le interesa lo más mínimo. Su estúpido teléfono vuelve a vibrar sobre la mesa y él se gira hasta Isaac, sentado entre Allison y Lydia, que se está quedando dormido. Entonces, si no es él quien está mandando mensajes, ¿quién es? Porque Scott está a su lado, concentrado en dibujar, y los gemelos están entretenidos con Danny… Se apresura a desbloquear la pantalla y observa la notificación. Y Stiles empalidece. Porque es Derek; y por un momento, no se lo esperaba.
"¿Qué te pasa?" 10:45
Stiles frunce el ceño sin entender de lo que habla. Toma el móvil entre sus dedos y escribe cerca de siete mensajes distintos, que luego termina borrando por carecer de coherencia. Frunce los labios pensativo, desviando la mirada hasta su profesor que parece no enterarse de que la mitad de la clase está en el séptimo sueño ya.
"¿Qué me pasa?" 10:49
"Tus pulsaciones están aceleradas". 10:50
"Derek, ¿cuántas veces tengo que pedirte que dejes de hacer eso? 10:50
Resulta bastante incómodo". 10:51
"Creí que te gustaba…" 10:52
"Me gusta, porque es gracioso cuando estamos juntos,
pero no cuando estoy a cinco kilómetros del loft". 10:53
"Pero, ¿qué te pasa?" 10:54
"…
Estoy malo, o eso creo.
Me duele la cabeza y tengo frío,
y me estoy quedando dormido en la puñetera clase de Historia.
¡Esto es infumable". 10:57
"Oh…" 10:58
Stiles rueda los ojos porque ha hablado demasiado y Derek solo ha respondido un "Oh", como "Oh, Dios, cállate de una jodida vez Stilinski", así que no responde al mensaje bloqueando la pantalla y dejando el móvil boca abajo. Quedan treinta minutos para el recreo, para poder ir a por un café y tomarse una pastilla para que le baje un poco la fiebre y el dolor de cabeza. Y, los minutos parece que pasan cada vez más y más lentos, está desesperándose y quiere escapar. Deja caer la cabeza sobre los brazos, escondiendo un poco el rostro para después ladearlo y seguir prestando algo de atención a los fundadores.
Está tan concentrado en mirar hacia un punto fijo de la pared que no se da cuenta de que su móvil está vibrando durante demasiado rato. Cuando coge el móvil de vuelta, se da cosca de la llamada perdida. De Derek. Rueda los ojos y desbloquea el móvil para ver los mensajes.
"Stiles". 11:13
"Stiles". 11:14
"Stiles, responde". 11:15
"STILES". 11:16
"Eh, Stiles". 11.17
"Stiles, coge el puto móvil". 11:18
"Voy a matarte". 11:19
"Stiles, EL TELÉFONO". 11:20
Stiles aguanta una sonora carcajada, que conlleva el empezar a reírse sin parar durante cinco minutos. Derek desesperándose, ¿ha podido ver algo más gracioso en su vida? Bueno, probablemente sí, pero es Derek y eso es lo que lo hace tan jodidamente divertido. De repente, un frenazo en uno de los aparcamientos. Todos miran por la ventana, exceptuando al profesor que alza la vista del libro con molestia por la interrupción, seguido de un "chicas, ¡mirad! Es ese tío, Derek Hale", de otro "madre mía, qué bueno está" y de un "dejaría que me hiciese de todo".
Stiles es fulminado por las miradas de su manada, y él agacha la cabeza en señal de no ser culpable de ninguno de los cargos por los que se le vayan a imputar. El profesor se queja mientras que todos vuelven a sus asientos, aunque las chicas no paran de comentar por lo bajo lo bien que le queda la chupa de cuero o lo que le harían en su coche. Y, Stiles está rojo de ira, celoso de que hablen así de él. Y, sus amigos, no lo pasan por alto.
Unos minutos después, alguien toca a la puerta del aula. "No, no, no. Que no sea Derek". Stiles se revuelve entre sus brazos, escondiendo del todo la cara. El profesor le pide que pase y es éste quien aparece con cara de inocencia y de no haber roto un plato en su vida, la chaqueta de cuero colgando del brazo y una bolsa de papel en su mano libre. Sus compañeras de clase sueltan una risilla nerviosa, todas mirándose si van bien maquilladas y colocándose el pelo en su sitio. Derek lleva una camiseta gris con manga larga que no pasa nada desapercibida para Stiles.
- ¿En qué puedo ayudarle? -Inquiere el profesor quitándose las gafas de leer.
- Soy Derek Hale, señor. -Sonríe él y Scott e Isaac sueltan una sonora carcajada, antes de ser fulminados por la mirada del alfa-. Vengo a recoger a Stiles Stilinski.
Y Stiles grita para sus adentros que lo trague la tierra, porque todo el mundo le mira y el ha comenzado a lloriquear por lo bajo maldiciones. El profesor también fija su vista en él, antes de que Derek le entregue una autorización firmada por su padre. Abre el parte de faltas y ladeo el cuello por un segundo.
- Y, ¿puedo saber quién es usted?
- Derek Hale, señor. -Repite como si el tutor no lo hubiese escuchado.
- Sí, eso ya lo ha dicho. Pero, ¿qué parentesco comparte con Stilinski?
- Soy… sunovioseñor. -Responde muy rápido, pero todo el mundo le ha escuchado y el corazón de Stiles deja de latir por un momento al escuchar esa palabra. Alza la cabeza y mira muy fijamente al hombre lobo que sigue con esa mueca y sonrisa de no haber hecho daño ni a una mosca.
- ¿Su…? -Murmura el profesor mirando al adolescente que ya ha empezado a recoger sus cosas para salir lo más rápido de allí, coger el coche, irse del país y cambiar de identidad.
- Su padre no podía venir y me ha mandado a que viniese yo a recogerlo, para llevarlo a mi casa. -Y se oye un "¿Con Stiles? ¿En serio?" desde la última mesa, proveniente de dos chicas al mismo tiempo, y Stiles quiere morirse.
- Está bien. -Asiente el profesor sin dar crédito-. Pero, por favor, que mañana traiga sus tareas al día.
- Sí, señor. Me encargaré de ello personalmente. -Asiente Derek, cogiendo la mochila de Stiles y ofreciéndole su chaqueta y la bolsa de papel-. Te he comprado el desayuno. -Murmura saliendo de la clase, tras echar un último vistazo a Scott y el resto.
- Te odio. -Farfulla con los labios fruncidos poniéndose la prenda y sacando un vaso de café caliente.
- Eso no es lo que decías anoche. -Sonríe ampliamente con esa sonrisa maquiavélica que tanto le gusta al muchacho.
- Y odio esa… estúpida sonrisa de angelito inocente. -Sigue farfullando, dibujando una leve mueca de ofensa al escuchar sus palabras.
- Ya sé que te gusta que sea malo. -Asiente sacando las llaves del coche del bolsillo de atrás en el pantalón, gesto que Stiles visualiza bastante bien.
- Te habrás quedado a gusto con lo que has hecho, ¿no? -Da un sorbo de su bebida, un poco enfadado-. Y… Y… ¿En serio? ¿En serio has ido a hablar con mi padre para que te firmara un justificante?
- ¿Qué otra cosa podía hacer? Me has dicho que estabas enfermo, y él te ha visto la cara de zombi que tienes, esta mañana. -Se encoge de hombros sujetándole la puerta principal de salida.
- Eres todo un romántico, Hale. -Rueda los ojos pasando, divisando en milésimas el Toyota todoterreno.
- Te he venido a rescatar y te he traído el desayuno. -Chasquea la lengua con molestia.
- Sí, ¡y le has dicho a mi profesor que eres mi novio! ¡Delante de todos mis compañeros! -Suelta Stiles por fin, porque lleva aguantándose cinco minutos mordiéndose la lengua, y eso es todo un reto.
- ¿Qué problema hay con eso? -Gruñe volteándose hasta quedar enfrente del muchacho, que ha empezado a balbucear.
- Yo… Yo no… No sabía que éramos… ya sabes. "Eso". -Murmura apartando la mirada.
- Ya… -Replica abriendo el maletero para echar la mochila y su sudadera allí.
- ¿Lo somos…? -Stiles le sigue con la mirada bastante avergonzado.
Derek no responde, porque odia las relaciones. Pero, todos sabemos que Stiles es un caso aparte. Muy aparte. Se acerca hasta él y alza su mirada tomándole por el mentón. El hombro lobo se guarda una fugaz sonrisa y deposita un breve beso sobre sus labios, pasándose después la lengua por éstos para sentir de nuevo el sabor a café que le ha dejado el chico.