¡Hola a todos! c: Este es mi primer fic o mejor dicho el primero que publico (con algo de miedo, admito :c) tenía al menos que tratar de escribir de esta adorable pareja de cazadores, ambos me encantan y sé que entienden ese sentimiento!

En fin, traté de avanzar lo más que pude antes de publicar lo que tenía. Espero que les guste! Acepto y espero cualquier crítica, comentario o lo que sea, lo digo en serio porque todo sirve para ir creciendo al escribir.

Advierto que esto no sigue al pie de la letra el manga (para quienes sepan que pasa), es más como un lapsus nunca antes visto, o al menos me gustaría que lo tomaran así. Espero que le den una oportunidad c:

Una cosa más, en este fic verás muchos OCs, pero ningún triangulo amoroso o principal; solo son personajes secundarios c:

Lo que esté entre comillas ("") es el pensamiento de los personajes.

¡Ah, lo olvidaba! Disclaimer: Los personajes de Hunter X Hunter no me pertenecen, son obra del genio Togashi. (Del cual seguimos esperando señales de vida u.u) xD

¡Disfrútenlo! c:

La Flor del milenio

Encuentro X Rescate X Misión

Después de terminar su aventura con las Hormigas Quimera, nuestros cazadores favoritos se dirigen hacia un nuevo rumbo para conseguir su objetivo original, encontrar a Ging.

Killua decidió dejar a Alluka en casa de Gon en Isla Ballena hasta que pudiesen dar con el paradero del padre de Gon.

Después de que Alluka pudo sanar a Gon (o mejor dicho salvarlo de la muerte) los tres se dirigieron a Isla Ballena para descansar unos días y visitar a Mito-san. Alluka afinó a la perfección con ambas mujeres, al fin se sentía querida por una madre y parte de una familia.

Por ello Killua decidió que lo mejor era que su hermana lo esperara ahí mientras ayudaba a su amigo a encontrar a su padre; además estaba 100% seguro de que el último rincón donde su familia buscaría a Alluka sería en esa isla y mantenerla oculta ahí era mucho mejor opción que exponerla constantemente al peligro por estar preocupados de dar con Ging. No hubo objeciones y la niña aceptó feliz.

Así fue como pasaron ya unas tres semanas de viaje desde que habían dejado la casa del moreno.

Llevaban caminando desde el amanecer, pronto oscurecería, estaban rodeados de montañas y no habían parado a descasar ni a comer durante todo el día.

- Nee Killua, ¿crees que encontremos una aldea cercana por aquí? Muero de hambre…

- Te dije que viéramos en la red algún mapa de la zona antes de salir de Kohao, baka.

- Hmm -.-U...

- La verdad es que yo también tengo hambre, debe haber una aldea cer… ¿oh?- un sonido lo interrumpió, el culpable fue un potente trueno que advertía lo que pronto iba a pasar.

Las nubes se apoderaban cada vez más del cielo.

- La tormenta llegará pronto -aseguró Gon.

- ¿Cómo en cuanto?

- Mm…yo diría que unos 15 minutos como mucho. El aire está frío…será una tormenta bastante potente- dijo sacándose la mochila y abriéndola.

- ¿Qué buscas?

- …¡Esto!- dijo alegremente tras encontrar una larga bufanda roja y comenzando a enrollársela en el cuello. Killua se sonrojó de inmediato y desvió su mirada. Se sentía muy feliz de ver dicha escena, pero claramente no iba a admitirlo.- Realmente me gustó esta bufanda, Killua.- le sonreía sincero a su amigo, mientras este sentía que su cara le quemaba.

- ¡O-oye, n-no digas esas cosas, Gon!- gritó avergonzado, el pequeño aumentó su sonrisa. Ver a Killua así, sonrojado y tímido, hace un tiempo ya que le estaba gustando más de lo usual, incluso tenía que confesar que varias veces hizo cosas sabiendo que a Killua lo avergonzarían para ver esa reacción, aunque no entendía el porqué lo hacía.

- Pero es que en verdad me gustó mucho, Killua.

- M-mejor sigamos buscando un refugio o la tormenta nos alcanzará…- dijo cambiando el tema y retomando el rumbo. Gon lo siguió sonriente y cómodo con la prenda en el cuello.

Hace unos días atrás fue su cumpleaños y Killua le había regalado una bufanda roja y larga, se encontraban en una de las regiones más frías del mundo, una falsa pista de Ging los había llevado hasta allá, por lo cual el regalo le venía como anillo al dedo.

De solo recordar la reacción de Gon ante la sorpresa, ese abrazo tan aprensivo y especial que le dio en aquél entonces, sus mejillas volvían a arder como aquella vez. Algo extraño le pasaba últimamente, ya se había dado cuenta de eso y sabía que tenía que ver con Gon, pues cuando estaba muy cerca de él su pulso aumentaba mucho, sus mejillas comenzaban a arder y se ponía bastante nervioso. Incluso se había encontrado a sí mismo mirando a su amigo de ojos almendra mientras dormía sin entender bien porqué.

- Nee, Killua- eso lo sacó de sus pensamientos.- ¿Oyes eso?

- ¿Nani?- agudizó sus sentidos, ambos esperaron en silencio hasta que un fuerte estruendo se escuchó al otro lado del valle que atravesaban, seguido de otro y otro más, agudizaron sus sentidos y lograron sentir la presencia maligna de Nen entre cada ruido.

- ¿Una batalla?

- Eso parece.

Un fuerte grito de una niña se escuchó seguido de eso. Alguien estaba en peligro.

- ¡Ikuso!- le gritó Gon a Killua, el cual acató por instinto. Aunque su parte racional le rogaba que sopesara las posibilidades y lo que era conveniente, no lograría nada, pues Gon ya estaba corriendo y no lo abandonaría.

Comenzó a lloviznar con mayor fuerza a medida que avanzaban.

Después de una rápida corrida llegan hacia el lugar de los hechos y se encontraron con una niña peli-naranja bastante cansada y algo lastimada frente a un tipo huesudo y vestido de negro, el causante del aura maligna.

"No es tan fuerte, ni siquiera podría compararlo con el Nen de mi hermano o de Hisoka"- pensaba Killua. "Pero eso no quiere decir que debamos confi-"

- ¡Oye tú!- interrumpió Gon, mientras que a Killua le caía un gotita por la cabeza.

- ¡¿Qué demonios quieres, mocoso? No te metas en asuntos que no te conciernen!

Gon miró a la niña, no era muy fuerte y se notaba que estaba teniendo problemas.

En ese momento el tipo de negro aprovechó la distracción de la susodicha para golpearla una vez más con su pierna envuelta en Nen, si ella hubiese apagado su Ten hubiese tenido graves problemas.

La niña salió volando varios metros más allá llegando casi a la orilla del valle que daba hacia un acantilado sobre el mar. El bandido corría hacia ella para dar un golpe final, pero fue interceptado por un rayo que pegó justo a sus pies, un rayo que no provenía del cielo.

- Tómalo como una advertencia.- le dijo Killua.

El tipo de negro tragó en seco, ¿ese mocoso hizo eso?, ¿había subestimado a esos niños?

Gon se dirigió hacia la niña y la ayudó a levantarse.

- ¿Estás bien?

- S-si, gracias.

- Ni siquiera pienses en levantarte- advirtió el sujeto.- los mataré a ambos si se mueven.

- ¡No dejaré que te vayas hasta que me devuelvas a Akane!

"¿Akane?" pensó Gon, "¿será un secuestrador?"

- ¡Deja de decir estupideces niñita, ya me tienes harto!- en ese momento reunió su Nen en su pierna una vez más. Gon se paró y dio un par de pasos hacia adelante para recibir el golpe. Aunque el sujeto usó toda su fuerza el cazador pudo anularlo usando solo su brazo como protección sin mayor problema. El atacante no cabía en su sorpresa.

- Ahora es mi turno- le advirtió y se puso en posición de realizar su Jajaken, del miedo no pudo moverse o tratar de contraatacar, Gon lo golpeó limitándose bastante con su "papel" en vez del puño…todo ocurrió como en cámara lenta para Killua.

- ¿Ah?...- Gon no entendía lo que pasaba.

- ¡Oye!- gritó Killua al ver a la niña saltar hacia el mar desde esa altura en la que estaban. No entendía por qué había hecho semejante estupidez.

Corrió a la orilla y trató de localizarla, pero las olas se agitaban ya más violentas y no había rastros de ella. - ¡Kuso!- exclamó el albino, tendría que lanzarse también para encontrarla. Comenzó a dar un par de pasos hacia atrás, cuando vio que algo salió a la superficie. ¡Era esa niña!, y sosteniéndola había un… ¿delfín? ¡Era un delfín!

Al verse totalmente derrotado, el contrincante de Gon mencionó unas raras palabras y desapareció. "Oh…es como el poder de Knov-san, aunque este parece un ataque de teletransportación real" pensó sorprendido el moreno.

- ¡Oye Gon!- llamó Killua sin saber bien qué hacer.

Él llegó a la orilla asombrándose también con lo que veía.

- ¡Killua, vamos!

Ambos comenzaron a saltar por el acantilado hasta que llegaron a una gran piedra que sobresalía en el mar, así pudieron acercarse a la niña en cuestión. El delfín la llevó hasta dicha roca mientras que Gon y Killua la subieron.

- Arigatou, Mika.- el delfín pareció entenderle y responderle antes de hundirse en el mar.

- Eso fue extraño…- susurró el albino.

- Wuau… ¿puedes hablar con los delfines?- preguntó un alegre Gon.

- Eh…algo así, creo jaja.- rió nerviosa, como si no hubiese estado a punto de morir hace cinco minutos atrás.

Un trueno más potente se hizo presente y la lluvia agarró más fuerza.

- Gon, hay que salir de aquí.

- Entiendo.- miró a la niña y le indicó subir a su espalda.- ¡Vamos!

Ella subió sin pensarlo mucho y ambos volvieron al lugar de la batalla justo antes de que una ola azotara contra la roca.

- Uf…eso estuvo cerca, muchas gracias, no sé que hubiese hecho sin su ayuda.- les contestó la niña alegremente.

- Daijobou, etto…

- Alice.

- Alice, mucho gusto, me llamo Gon.

- Soy Killua.

- Gracias a ambos, pero ¿cómo es que supieron que necesitaba ayuda? Cuando llegaron se veían listos para pelear.

- Es que oímos los ruidos de la batalla.- respondió Gon

- Y el grito que diste.

- ¿En serio?, ¿estaban cerca?

- Mmm, yo diría que estábamos al otro extremo del valle- Asumió el albino.

- ¿Eh? ¡Pero si este valle tiene casi 2 kilómetros de ancho!- exclamó ella asombrada.

- ¿Honto?, no creí que fuera tan grande.

- No me di cuenta.- apoyó Gon.

- Sugoi…

- Por cierto, ¿porqué saltaste de esa manera al mar?, pudiste haber muerto.

- Eh…es que para cuando me di cuenta de lo que había hecho ya estaba cayendo al mar- admitió avergonzada.

- ¡¿EH?! – exclamaron sorprendidos ambos cazadores.

- Jeje, verán, iba tras esto.- en ese momento abrió su puño que había permanecido cerrado desde que estaban en el agua, y se vio una hermoso cristal de más o menos unos cuatro o cinco centímetros de un brillante color naranja.

- Oh…-ambos estaban asombrados por la belleza de la piedra, brillaba con fuerza en la mano de niña.

- Cuando golpearon a ese sujeto, debido el impacto salió volando al mar.

- ¿Por qué esta brillando? - consultó Killua.

- Es que está reaccionando a mi poder Nen, es una piedra de Emisión.

- ¡¿Eh?, no sabía que existían las piedras Nen!- exclamó Gon.

- Bueno...es que…

Pero no pudo seguir hablando debido a un rayo que cayó bastante cerca y trajo consigo el aumento considerable de la lluvia.

- Se nota que ustedes no son de por aquí. Síganme, los llevaré a mi casa. Ahí estarán a salvo de la tormenta.

- ¿Honto?- preguntó Gon.

- ¡Claro!, ¡es lo mínimo que puedo hacer para agradecerles!

- ¡Arigatou!- respondieron ambos.

La niña los llevó al santuario de las montañas, al templo en el cual vivían ella y su abuela, la sacerdotisa mayor; quien recibió muy bien a nuestros cazadores y les preparó de comer antes de retirarse a su dormitorio advirtiendo su cansancio. Gon no se dio cuenta, pero aquella anciana lo miró bastante e incluso, según Killua, con algo de cariño; aunque no le dio mucha importancia.

- Como ya les dije antes, mi nombre es Alice y ella es mi abuela Aiko, me está entrenando para convertirme en la sacerdotisa protectora del templo. ¿Díganme, ustedes son cazadores profesionales?

- Así es, ¿Se notó mucho?- respondió Gon

- Pues sí, es que son realmente fuertes y se ve que dominan el Nen. Yo solo sé lo básico y aun no soy lo suficientemente fuerte.- admitió algo sonrojada pero nunca borrando su sonrisa.

- ¡La base de la fuerza es el entrenamiento, debes entrenar muy duro, Alice!

- ¡Sí, tienes razón Gon!

Se veía que esos dos tenían personalidades bastante parecidas.

- Nee, ¿Qué era eso del cristal de emisión que nos mencionaste?

- Ah, verás...es que es una muy larga historia.

- Bueno, tenemos tiempo- insistió el albino con curiosidad.

- … ¿Puedo confiar en ustedes, chicos?

Ambos asintieron y le miraron con franqueza. Ella se sintió en confianza.

- Bien…esto comenzó hace mucho tiempo. Estas montañas ocultan bastantes riquezas de oro, petróleo y otras cosas valiosas en sus tierras, pero también ocultan otro tipo de secretos bastantes oscuros, tanto así que mi abuela nunca ha querido decirme en verdad de qué se tratan. El punto es que las montañas han sido buscadas y atacadas por muchas personas desde hace ya tiempo. Para protegerlas y a los habitantes también, mi abuela y otros cinco maestros de Nen crearon un medallón llamado "Ariasu no millennium" o también le llaman "Flor del milenio", es una especie de artefacto protector que tiene forma de flor creada con piedras Nen hechas por las especialidades de esos maestros. Por varios años, esa flor tan poderosa fue capaz de establecer control y seguridad a estas montañas.

- Eso quiere decir que el cristal que tenías en la mano…

- Exacto, es uno de los "pétalos" o mejor dicho una de las piedras Nen que forman la Flor del milenio, hace unos días atrás vinieron un grupo de bandidos con la intensión de llevársela, pero estos no eran bandidos normales. La Flor está hecha para que las piedras no puedan ser usadas si no están unidas a las demás piedras y si no permanece en el lugar para el que fue creado, esas son las condiciones que existen. Sin embargo, ellos lograron fragmentar la Flor al romper el centro hecho de Nen que los mantenía unidos y cada piedra salió disparada en diferentes partes de las montañas.

- Eso es terrible.- Opinó el moreno.

- Eso significa que las montañas ahora están expuestas a los bandidos y personas que quieran tomar posesión de ellas.

- No solo eso, se alteró el equilibrio de la naturaleza al liberarse las piedras, ya que el Nen que ocultan es muy poderoso, han estado ocurriendo sucesos naturales que no deberían estar pasando: incendios, inundaciones o tormentas como esta.

- ¡No puede ser! Pero si tanto es el poder de las piedras, ¿no se pueden frenar de alguna manera?- preguntó Gon.

- No.- respondió triste.- Las piedras no son fáciles de controlar; además están hechas para que su poder dure mil años aunque sus creadores mueran, por eso se llama Flor del milenio o Ariasu no millennium.

- ¿Ariasu? Es un nombre ¿no?, significa Alicia en Japonés.

- Sip, de hecho me llamaron "Alice" por la Flor.

- ¿Y por qué el nombre Ariasu?

- Bueno…no estoy muy segura, cada vez que le pregunto eso a mi abuela ella me dice "Gracias a Ariasu es logramos crear la Flor" y nada más…

- Tu abuela no es muy directa ¿verdad?- asumió Killua, lo que causó la risa de la niña.

- Jaja, ¿qué se le va a hacer? Ella es muy buena conmigo aunque me oculta muchas cosas, pero yo confío en ella y por eso es que estoy tratando de juntar las piedras de Ariasu. Sé que ella está muy preocupada aunque no lo dice y quiere recuperarlas por sí misma, pero está muy enferma del corazón y esto es demasiada carga para su cuerpo. ¡Es por eso que yo las reuniré para mantener a salvo a estas montañas!

Killua y Gon se miraron, no era necesario decir algo más.

- Alice, ¡nosotros te ayudaremos a reunirlas todas!- aseguró Gon emocionado.

- ¡Cuenta con nosotros!- apoyo el albino.

La niña no caía en la cuenta y al asumirlo no pudo más que sonreír abiertamente.

- ¡Muchas gracias, chicos. Mi abuela estará muy feliz de oír esto!

A medida que pasaba el tiempo, Alice les seguía contando acerca de la Flor del milenio; y a su vez, Killua y Gon le hablaban de sus aventuras vividas, cosa que pareció gustarle mucho a la castaña.

Se veía una niña sincera y alegre, incluso bastante parecida a Gon en personalidad. Tenía un largo cabello liso anaranjado y sus ojos eran del mismo color. Tenía 13 años de edad y su poder Nen era el de emisión. La razón por la cual no se enfocaba mucho en entrenar su Nen es que su abuela la estaba entrenando para que en un futuro ella tome su lugar como sacerdotisa mayor del templo.

Después de cenar, los cazadores se dispusieron a subir a descansar. Mañana comenzarían la nueva búsqueda.

Los chicos estaban en la habitación que Alice les ofreció, era bastante amplia y cómoda aunque tenía dos camas, cosa que no le gustó a Killua y entristeció un poco a Gon. Ya estaban acostumbrados a dormir juntos y eso les gustaba, al parecer más de lo que se habían dado cuenta.

- Killua, ¿estás despierto?

- Hm…

- ¿Quiénes crees que eran esos bandidos?

- No lo sé, nunca los había visto. Él no era muy fuerte, pero esa técnica de teletransportación que usó fue bastante eficaz.

- Me recordó a la técnica de Knov-san, pero esta fue mucho más rápida.

- Posiblemente esa técnica tampoco lo lleve a una habitación hecha de Nen, no deben funcionar igual.

- Hmm…- Gon seguía metido en sus pensamientos cuando un fuerte rayo lo distrajo. La tormenta estaba realmente imparable.

- Hace tiempo que no veía una tormenta tan potente.

- Ni yo.

- ¿Cuándo fue la última que viste una así de fuerte?

- En mi casa, como vivimos en un volcán en invierno parece actuar como un imán de tormentas; me ayudó bastante con mi entrenamiento de soportar temperaturas extremas.

- ¿Souka?...

- ¿Y tú?

- En Isla Ballena hace dos años atrás, recuerdo que el mar comenzó a inundar una villa así que fuimos con otros pescadores a ayudar a la gente a evacuar. Mito-san me regañó por escaparme sin aviso pero no me hubiese dejado ir si le preguntaba.

- Ahora que lo pienso, las tormentas allá deben ser bastante fuertes, ¿han habido muchas inundaciones?

- No que yo recuerde, pero esa ha sido la más terrible. En un momento el viento fue capaz de llevarme, de no ser por un árbol gigante no la hubiese contado.

- ¡¿Y lo dices con esa ligereza, baka?!

- Jeje, no es para tanto.

- ¿Ah sí?, ¿y qué pasaría si yo ahora me levantara y saliera de la casa para ir a ver si la tormenta es capaz de llevarme o no?- al albino le pareció entretenida la escena, sin referirse precisamente a lo que había dicho, sino que quería ver la reacción de su amigo (casi ya adivinándola).

- ¡¿Qué?, ¿estás loco?! ¡Matte, Killua…!- Gon se sentó en la cama con prisa, con la intención de ir a detener a su amigo que ya estaba en la ventana. Para cuando puso un pie fuera de esta, Killua ya había desaparecido ante sus ojos y se encontraba sentado en la orilla de la cama del moreno.

- Baaaaaaaka.- arrastró la palabra mientras le picaba la frente con un dedo.- Nunca entiendes lo irresponsable que son tus actos hasta que alguien más lo hace.

- Jeje, pero para eso estás tú, Killua. Sé que nunca me dejarás hacer una tontería tan peligrosa que acabe con mi vida, confío en ti.

Killua se sonrojó un poco al oír eso y desvió la mirada.

- Una vez ya me dijiste esto y sigue sin sonar justo, no para mí.

- Eso es verdad…-admitió.- Pero tienes que saber también…- en ese momento se aferró a su amigo por el cuello y le susurró inocentemente.- Que yo siempre estaré ahí para cuidarte la espalda, Killua.

El albino quedó pasmado con esa declaración y el repentino abrazo del oji-castaño.

Gon se sentía a gusto ahí, apegado al calor del pecho de su amigo, no quería separarse; pero se sentía nervioso y no quería que Killua se diera cuenta de lo acelerado que estaba su pulso. Lentamente y a su pesar se fue despegando de él, los ojos zafiro se toparon con los suyos, ambos sentían el calor en sus mejillas y no podían despegar la mirada del otro.

El sonido de otro rayo fue el encargado de despertarlos de su ensueño. Killua se paró avergonzado y se dirigió a su cama, mientras que Gon se recostó de nuevo en la suya.

Estuvieron en silencio un momento, cada uno sumido en sus pensamientos.

"¿Qué estaba pasando?". Hace un tiempo ya que se ponía bastante nervioso cuando su amigo lo abrazaba o le decía ese tipo de cosas, pero cada vez era peor, su pulso se aceleraba sin control, sus mejillas quemaban y no podía hablar aunque así lo quisiera. Pero le gustaba que Gon fuera tan cercano y natural con él, deseaba tener al menor lo más cerca posible y a la vez lo más lejos, pues el querer tenerlo así de cerca, lo asustaba un poco.

Por su parte Gon también se hundía en sus pensamientos. Muchas veces se había visto así mismo observando a Killua más que antes, nervioso cuando este clavaba su mirada azulina y penetrante en él, y sin darse cuenta esperaba los momentos para acercarse más a él. Hace tiempo que su cariño por el albino estaba creciendo cada vez más y no estaba muy seguro de que tenía que hacer.

Un tercer rayo se encargó de sacarlos, otra vez, de sus pensamientos. (Estos rayos impertinentes…)

Definitivamente la tormenta estaba en contra de dejarlos meditar el tema y tampoco sabían a qué conclusión podían llegar, era mejor dejar de pensar por hoy…

- Buenas noches, Killua.

- Buenas noches…

...

c: Bueno, ese ha sido el primer capítulo y mi gran aporte del día xD Espero que les haya gustado el comienzo, es bastante suave y sin grandes acontecimientos, sin embargo por algo se empieza c: prometo mucha más acción en tema de batallas y en tema de relación Kirugon pero a medida que avance la historia...

Como dije antes, espero cualquier crítica o comentario. Muchas gracias por leer, en verdad c: y espero que el resto les guste.

Nos vemos! C: