A Kageyama no le gusta escribir mensajes, mucho menos si son para Hinata, aquel chico al que ve diariamente. Pero es algo con lo que debe lidiar día a día.

No pasa más de una hora desde que terminan las actividades del club cuando ya ha recibido el primer mensaje de esa noche, no le molesta que le envíe mensajes pero lo que logra fastidiarlo es la rapidez con la que envía el siguiente. Hay ocasiones en las que se pregunta por què le ha dado su número y en todas ellas se arrepiente de haber hecho algo como eso.

Pasan las horas y recibe otro más, a estas alturas ya ha olvidado cuántos van ese día, se pregunta si no seria más fácil hacer una llamada. Extiende el brazo tratando de alcanzar el móvil, lo toma y por su cabeza pasa el no responder pero desestima la idea con rapidez, incluso si le llega a molestar le gustan esas conversaciones.
Lee el contenido y lanza alguna maldición, ese pequeño idiota.

"Como llegaste tarde esta mañana creo que deberías compensarme por haberme dejado esperando.
Nos veremos mañana a la misma hora, ¡y no llegues tarde!"

Piensa en qué responder, sabe que Hinata tiene razón pero él también lleva parte de la culpa, es por Shouyou que se ven más temprano, porque quiere practicar antes de clases.
Otro mensaje interrumpe su linea de pensamiento, esta vez ni siquiera ha esperado que su respuesta.
Lee el contenido y arroja el móvil al lado contrario de la cama con algo de brusquedad, siente el calor subir a su cara, se da la vuelta viendo el lugar en el que ha quedado el aparato, se debate entre responder o simplemente dejarlo así.

"Te amo, Tobio."


Hinata le sonríe a la pequeña pantalla después de unos minutos,no esperaba recibir una respuesta de Kageyama. Deja el móvil a lado de su almohada y se dispone a dormir cuando escucha el pitido que le avisa que tiene un nuevo mensaje.

"También te amo."

Antes de caer dormido piensa en lo divertido que habría sido ver su cara en esos momentos.