Hola, preciados lectores.

Finalmente puedo compartir esta historia con ustedes; y por eso mismo me pone algo nerviosa. Es que entrar al mundo de los fics para el fandom de One Piece es nuevo para mí. A pesar de que llevo años viendo el anime y leyendo la manga, simplemente no encontraba la inspiración para crear una historia. Hasta que hice mi primer fic Ace x Luffy, pero esa historia no tiene un argumento de gran importancia. Aún así lo hice con mucho amor porque aún sigo amando esa pareja.

No obstante; Law se ganó mi corazón. ¿Y qué podría decir de esta pareja Law x Luffy? Es adorable, y hace que mi cerebro tenga rienda suelta en cuanto a historias para OP. Bueno, aunque siendo sincera hay otras que amo con respecto a Law: Kid x Law, Smoker x Law, Doflamingo x Law, Vergo x Law, y otras. ewé Espero algún día escribir sobre estas parejas también, espero mi musa no esté durmiendo en algún bar gay. xD

Dato:

En primer lugar se darán cuenta rápidamente si son fans de esta pareja, que el titulo del fic está relacionado con cierta canción, y no se equivocan. Busquen en You Tube por si no han visto el vídeo relacionado con la pareja. Aunque mi historia difiere a la del vídeo. ewe

Historia:

Law ha llevado una vida monótona y sombría como estudiante universitario, pero todo eso cambia cuando ve a un chico sonreír de una forma muy diferente de otros. Esto le cautiva; es por eso que decide escapar de su aburrimiento y descubrir la verdad tras esa embelesadora sonrisa.


Laugh Maker


"¿Qué es la oscuridad? ¿Realmente la oscuridad representa el color negro o la maldad? ¿Acaso no podría representar la soledad o el vacío?".

Trafalgar Law se hacía esas preguntas frecuentemente. A pesar de ser un chico universitario sobresaliente, su vida era simple y monótona. Vivía sumergido en una perfecta simpleza, vivía asustado de su propia vida y asqueado de su propia existencia.

No obstante, un día que no es como el día de hoy, un día en el que decidió ir contra la corriente, un día en el que se desvió de su camino; se encontró con una amplia sonrisa. Una sonrisa perturbadora, brillante e inquietante.

En ese instante esa sonrisa le despojó de todo de su ser, de todo lo que conocía y lo que él conocía solo era "su oscuridad".

Él siendo un ser frío, no podía asimilar que alguien sonriera de esa manera. Al menos no en este mundo lleno de caca.

El estudiante de medicina se detuvo en frente a un árbol contiguo a la cafetería. Se suponía que en vez de ir a clases había optado por saltársela e ir a tomar algo, pero no contaba con ver a un chico sonriendo junto a una chica. Quizá se trataba de su novia, porque qué otra razón podría haber para sonreír de esa manera. Seguro él la amaba y era correspondido.

Aún así, él siempre había visto parejas a lo largo de su corta vida, pero ciertamente esta vez había quedado abrumado. Sus manos empezaron a sudar y un dolor punzante se hizo presente en su cabeza. ¿Cómo es que de un momento a otro esa sonrisa que le desarmó se convirtió en algo tan molesto?

Otra vez Law empezó a divagar: ¿acaso él no se merecía sonreír así ante la vida? ¿Qué lo hacía diferente del otro?

De hecho, ¿qué seguía haciendo allí, viendo como otro sujeto sonreía? Era perder su tiempo, así que caminó hacia la cafetería, como si no hubiese visto nada. Pasó de largo, y al estar en la tienda comenzó otro dolor de cabeza: el lugar estaba lleno.

No había pasado ni cinco minutos cuando alguien a su espalda tiraba de su camisa. El moreno al voltear su cabeza hacia atrás, quedó con una cara de póquer al ver al chico de la amplia sonrisa.

-¿Dónde está el departamento de veterinaria? –cuestionó el chico, manteniendo esa sonrisa perturbadora pero destellante al mismo tiempo.

-¿Por qué me preguntas a mí? Más bien, el departamento se encuentra en el edificio G-9 –contestó un tanto confuso. ¿Por qué diablos le había respondido? ¿Acaso su novia no podría haberlo llevado? El futuro doctor desvió la mirada, suspirando profundamente.

-Ah, ya veo… Bueno, es que ya lo sabía pero no sé dónde queda.

Law alzó una ceja al escuchar tan pueril respuesta. –Entonces si lo sabes por qué preguntas. Los edificios están numerados, así que no tendría que haber inconveniente. ¿Acaso eres un estudiante nuevo?

-Sí –contestó sonriendo.

-Pero no eres un niño como para que te pierdas en el campus. Hay mapas en las zonas verdes.

El chico de menor estatura parpadeó tres veces seguidas al darse cuenta que el tipo alto tenía razón. -¡Ah! ¡Es cierto!

En ese momento a Trafalgar le dieron ganas de golpearlo, pero iba a contenerse. No era posible que el tipo fuera tan idiota. –Además, hace rato estabas con una chica, ella pudo haberte mostrado el campus, ¿no crees?

-Hm, de hecho me dijo que no era estudiante de esta facultad. Me dijo que no podía ayudarme por el momento porque estaba esperando a su novio y si se movía de su lugar, quizá su novio se enojaría.

Law convocó a todos los dioses del universo en su mente al escuchar al pequeño, se sentía extrañamente aliviado. ¿Había escuchado bien? ¿No lo imaginó? ¿Por qué sintió que un peso había desaparecido de su pecho? Es más, el dolor de cabeza repentinamente había desaparecido, hasta se le había olvidado comprar su bebida. ¿Cómo puede distraerlo alguien que parece un chango tonto?

-Bien, entonces espera a que compre mi…-Law no pudo terminar la oración, cuando el chico de la amplia sonrisa comenzó a sonreír, agradeciendo en el acto. –Hey, escucha lo que digo –exhortó Law, pero al parecer sus palabras se las llevaba el viento, el otro tan solo seguía riendo. Pero más importante: ¿en serio se tomaría el tiempo de llevarlo al departamento de veterinaria? No, no… Más importante, ¿cómo supo el menor que Law sabría donde estaba el susodicho edificio? ¿Acaso habrá sido un golpe de suerte? ¿Por qué el por sobre todo los estudiantes?

Finalmente Trafalgar logró incorporarse a la cafetería, pudiendo comprar su tan ansiada bebida y vaya que lo necesitaba, estar rodeado de tantos estudiantes le provocaba calor.

Después de la compra, Law le señaló con la mirada el camino. Él iba sorbiendo su bebida, mientras el otro caminaba como un niño, jugando con sus piernas, estirándolas en cada paso. Trafalgar pensó que ese tipo era raro, no solo sonreía de forma tan descuidada, sino también que su comportamiento era infantil. Y para ser estudiantes universitarios, no se supone que la niñez la dejaron hace mucho tiempo atrás. Pero al parecer al menor le importaba poco, o quizá solo era inconsciente de ello.

No obstante, de un momento a otro el silencio lo rompió el chico extraño, claro, extraño para Law. –Hm, ya me dio hambre –dijo, gruñéndole el estomago en el acto. Y vaya que era lo que menos Trafalgar se esperaba escuchar. Él pensó que le cuestionaría cosas como: ¿acaso no imaginas cómo supe que sabrías dónde quedaba el departamento de veterinaria? ¿O no quieres saber mi nombre? ¿O por qué sonrío como chango idiota? Bueno, al menos. Pero no, el tipo salía con lo menos esperado.

Law le extendió su jugo, lo hizo involuntariamente. Ni él mismo se esperaba tal movimiento por parte de él, mientras que el menor le miró un poco extrañado al principio, pero tomó la bebida y la bebió en menos tiempo en el que daba un paso.

Al futuro doctor no le cayó en gracia, pero no diría nada. De todas formas algo empezaba a ser distinto en su vida. –Oye, ¿y cuál es tu nombre? –preguntó Law.

-Monkey D. Luffy, gusto en conocerte… Law, ¿verdad?

¿Cómo lo sabía? ¿Acaso trataba con un adivino o quizá el tipo ya le había acechado desde hace tiempo? –Sí, así es, ¿cómo lo sabes?

-Por la bata que llevas colgada en tu brazo, en el estampado de la bolsa hay un nombre y supongo que se trata de ti.

En ese instante Law pensó que quizá el chico no era tan idiota, o quizá fue un golpe de suerte, porque el tipo no lucía como alguien perceptivo. –Así es.

-Tienes un nombre raro, aunque luce en ti-comentó sonriente.

-Mira quién habla –susurró para sí. –Así que estudiarás veterinaria, ¿por qué? –Law tenía que preguntar, y es que Luffy no parecía alguien inteligente a simple vista.

-Pues hace tiempo, cuando era pequeño visitaba una granja y allí me encariñé de un reno. Pero éste murió por una enfermedad algunos años después, y desde allí nació mi deseo de ser doctor veterinario. Quiero curar a los animales con extrañas enfermedades.

-¿Acaso tenías un reno como mascota? –¿Pero quién diablos tenía un reno como mascota? Eso era lo que se preguntaba Law, cada vez que hablaba con Luffy la plática se retorcía más.

-Hm, algo así, ¿no es grandioso? Shishishi…

Law arqueó una ceja al escuchar la curiosa risa de Luffy. En verdad no pensaba que el tipo tuviera el talento para ser un veterinario, pues no parecía responsable ni mucho menos inteligente.

-Bueno, sí –contestó dudoso.

Por un momento ambos estuvieron en silencio; bueno, por parte de Luffy no tanto, pues tarareaba raras canciones, según Law. Y Mientras a Law le torturaban los tímpanos, el camino hacia el departamento de veterinaria era más corto. Cosa que le provocaba sentimientos encontrados: quería seguir hablando con el chico raro, pero al mismo tiempo no porque era fastidioso.

-¿Y también estudias para ser veterinario? Porque seríamos compañeros y sería genial que alguien que me dio jugo fuera mi compinche.

A Trafalgar casi le explota la vena de la cien cuando Luffy le llamó "compinche". ¿Desde cuándo el tipo se había tomado tal confianza? ¿Será que la bebida fue el parte aguas de tal libertad? –No, de hecho, estudio Medicina. Para curar humanos obviamente.

-¿Eh? ¡Genial! –exclamó muy sonriente, aunque después hizo un puchero. –Pero hubiera sido genial que fueras mi compañero.

-Así es la vida, de todas formas nos encontraremos. Igual nuestros departamentos o más bien los edificios están contiguos porque pertenecen a la misma rama.

Luffy pegó pequeños saltos. –Sí, entonces comeremos después.

¿Volvió a escuchar bien? ¿Comer luego? En serio, el chico se estaba tomando muchas libertades. Pero para Law "comer luego" era como un "gracias por haberme traído hasta acá". Y él odiaba esa clase de compromisos, de hecho, no era usual que el futuro doctor hiciera favores, por esta misma razón. Así que no significaba mucho. –Como sea –respondió de forma ambigua, después todo él pensaba que tal cosa no se concretaría.

-Bien, ahora debo ir a mi primera clase…Pero hay un pequeño problema.

-¿Cuál?

-Olvidé en cuál salón me toca clase, además, la clase ya habría comenzado-comentó sonriente, como si fuera de poca importancia el hecho de que no supiera ni siquiera dónde estaba parado.

Trafalgar respiró profundo, tratando de pensar: "cualquiera podría olvidar dónde le tocaba su clase en el primer día y también llegar tarde por esa misma razón, pero dudo que este tipo sea un cualquiera. Más bien, parece que es inconsciente de ello". Porque si no pensaba de esa forma, le agarraría del pelo a Luffy. Claro que metafóricamente hablando, porque no le gustan las peleas innecesarias.

Prácticamente Luffy se comportaba como un niño de diez años, y ahora Law tenía que ser alguna clase de niñero. –Si no lo sabes es un problema, no vayas a esperar que yo lo sepa.

-Hm, lo imaginaba.

-¿Cómo que lo imaginabas? Es obvio, no soy adivino.

-Entonces entremos y preguntemos.

-¿Y por qué debería entrar yo? Ya estás acá, hazlo por ti mismo.

-Pero quiero que me acompañes, sería muy aburrido.

-¿Aburrido buscar tu salón de clases? Venir a la universidad no es un paseo.

-No seas tan estricto, es solo que pareces un tipo muy serio y quiero que te diviertas conmigo.

A Law le iba a dar una taquicardia, era seguro. -¿Qué insinúas? ¿Qué soy un amargado, que no sonrío? Además, ¿cómo podría divertirme el solo hecho de buscar un salón de clases?

El menor miraba hacia arriba, como si no hubiera escuchado nada de lo que Law decía. –Sería genial que mi salón estuviera allá arriba –comentó muy ilusionado, al parecer le gustaban las alturas. Pero Trafalgar estaba que explotaba por dentro. Era la primera vez que era ignorado de esa forma, pero lo peor es que su enfado siempre desaparecía porque simplemente Luffy tenía una cara de pura inocencia-ignorancia, y eso al menos le calmaba.

-Está bien –cedió Law. Iba a dejar que la corriente lo llevase, pues por algo se había saltado su clase: por el aburrimiento. ¿Qué podría perder? Bueno, además del tiempo y probablemente la poca cordura que le quedaba ante tal exasperante muchacho.


Hasta aquí llega la primera parte de la historia, espero les haya agradado. x3


Mi comentario: Como verán, Luffy es un estudiante de veterinaria, cosa que reusltaría raro para algunos... Bueno, quizás hasta para mí. Pero hay que darle el crédito al chico ya que este es un universo alterno donde es un estudiante universitario. La verdad, también se me hizo difcícil encontrar una carrrera donde podría aplicar Luffy. Pero como hemos visto en la serie, le gustan lo animales y se lleva bien con ellos... Siempre y cuando no sean su comida. xD


Bien, esperen el próximo episodio y también espero sus comentarios. :B Gracias por leer. :)