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Por Aomine Daiki


II


Al echarse hacia atrás las patas de la silla chirriaron contra el piso, produciendo un desagradable ruido, el cual no escuchó en absoluto. El éxtasis recorriéndole las venas le impedía centrarse en detalles como esos. Se levantó con los ojos dilatados, mirando hacia el techo sin importarle la molesta luz blanca emitida por el ventilador, esa que parecía estar ensañada con sus pupilas.―Por eso sus gafas contaban con micas polarizadas, en un intento por no empeorar más su ceguera—. Inhaló más veces de las que exhaló. Arrastró los dedos en la metálica mesa, rayando la superficie con sus uñas largas, y trató de contener aquel grito subiendo vertiginoso por la tráquea.

Apretó los puños e intentó no sonreír. Le estaba costando bastante el contener sus emociones y esto la puso a sudar espantosamente. Esa ridícula resistencia suya que no sabía con exactitud de donde venía. Los temblores la asediaron, agitándole el cuerpo. Era inútil, el contenerse. Y a pesar de saberse deseosa de estallar de euforia continúo frenándose. El rostro empapado dio de inmediato cierta duda acerca de si ya se había puesto a llorar o no. Su estado caótico parecía ser similar a los anteriormente presentados, o al menos eso fue lo que pensó su asistente, ese que le miraba con cierto miedo y preocupación desde el otro extremo de la mesa. Hubiera imaginado, si le hubiese interesado en su momento, la expresión del joven pero lo otro la mantenía atrapada dentro de un enorme torbellino de ideas seductoras y teorías desgarradoras que no tenía tiempo como para detenerse a pensar en qué expresiones faciales estaba haciendo ese hombre.

Entre abrió la boca dejando salir un jadeo el cual le erizó la piel a su asistente. Su situación empezó a empeorar rápidamente alertando así al joven, quien impulsado por la desesperación y miedo de que la situación se les fuese de las manos se apresuró a moverse de lugar.

"Han-", intentó llamarle por su nombre pero calló súbitamente cuando le vio paralizarse y entre abrir los labios tan mojados como su entera figura.

Silencio, uno pesado, por parte de ambos.

Y de pronto una voz profunda, misteriosa y enigmática destrozaba la breve quietud.

"Esto es... insólito", lo dijo, el joven a unos centímetros sabía que no era para él, casi nunca lo era.

"¿Bun-taichou?, pero su asistente preguntó de todas formas, aún cuando sabía que no se le respondería.

Estaba comenzando a aceptar esta extraordinaria situación. La cabeza empezó a bajar a hasta su postura habitual. Los espasmos disminuyeron y el entusiasmo tomó un gesto suave, absurdamente armonioso.

"...Debo ¡examinarlo!"

Precipitada tomó el estuche de disección dispuesto frente a ella. No reparó en que se encontraba semi abierto y que las pinzas de piel y campo cayeron a sus pies.

"ABRE LA PUERTA, MOBLIT. AHORA. NECESITAMOS SABER LA RAZÓN DEL PORQUE SIGUE VIV-"

Como un volcán erupcionando se lanzó contra la habitación dispuesta ante ellos casi como si intentara fundirla. Arañando sin lograr sujetarse a la perilla debido a la emoción fluctuante en sus venas.

"¡Buntaichou, cálmese!, ¡por favor conténgase!, ¡el comandante no ha dado su autoriza- ¡Hanji-buntaichou!"

Esta vez Hanji sí escuchó cada palabra soltada por Moblit pero solo para ignorarlas e incluso reírse entre dientes. No iba a detenerse, no ahora que por fin habíase repuesto del shock ocasionado por lo que se encontraba bajo custodia en aquel cuarto de paredes de níquel titanio y una amplia ventana de vidrio blindado.

No apartó las manos de Berner cuando estas se prensaron a sus antebrazos. Ni dejó que el aliento se le enfriara. Estaba perdida en el origen del enigma, de ese que habían comenzado a investigar 17 años atrás como para preocuparse de esos detalles. La oportunidad se presentaba, allí, justo ante sus ojos. ¿Cómo ignorarla?, ¿cómo desaprovecharla? No iba a sentarse a esperar pacientemente. Ya no.

"NO PODEMOS ESPERAR A QUE REGRESE ERWIN. ASÍ QUE..."

Revolvió el bolsillo derecho de su bata para sacar de ella una tarjeta con banda magnética.

"¿Eh?, eso es... ¡Buntaichou, no!, no puede ser, ¿cuándo?"

Moblit lo dijo todo con esa cara tan pálida como el suelo de la habitación. Pero esa no era la pregunta que debía formular su eficiente compañero, no, si no la del ¿por qué Erwin no le había hecho entrega total del espécimen cuando sabía perfectamente que ella era la encargada del área de investigación?, ¿no era siempre así?, ¿qué tenía de especial este elemento?, bueno Hanji por sí sola sabía que esto era único, pero ese detalle lo convertía en algo mucho más preciado e inaudito.

"Deja de pensar en cómo lo conseguí y céntrate en lo que estamos a punto de descubrir, querido Moblit"

Zoe se lo sugirió al guiñarle el ojo antes de decidirse a deslizar la tarjeta por la ranura correspondiente.

"Estamos a un paso de saber la verdad"

Cada rasgo en su cara exponía alegría y ansias. La emoción era tal que las bajas temperaturas asentadas por la temporada y la altura de aquel piso situado en la parte más alta del edificio apenas si lograban percibirse. Esto tenía el aspecto de un sauna gracias a la demencia rauda y constante de Hanji Zoe pululando sin control alguno a lo extenso de la habitación.

"Reconsidere"

Berner insistió una vez más al usar un tono gentil. Pero nada. La determinación estaba plantada y ésta no pretendía irse a ningún otro sitio.

Deslizó la tarjeta lentamente, disfrutando del momento, conteniendo el aliento y aguardando como un lobo hambriento a que se le revelara la presa.

"Tú me darás la respuesta Er-... ¿huh?"

Sin embargo algo la detuvo. Impidiéndole tener acceso a la celda, si es que podía llamarla como tal. Porque para ser sinceros a Hanji se le antojaba más a una pecera con un raro y único pececillo capaz de vivir sin agua, al menos por un buen rato por lo que a ella constaba. La enérgica presión asestada en su cabeza le heló el movimiento por completo. Los dedos soltaron la tarjeta y la sudoración se tornó fría.

"Ni lo pienses, subnormal"

Esa voz, la densa presencia y la capacidad peculiar para dominarla con facilidad le contaron sobre quien se trataba. Al fin y al cabo resultaba lo suficientemente obvio como para no deducirlo con esos simples pero poderosos datos.

"¡Levi!"

Hanji trató de girarse pero solo consiguió desviar los ojos en su intento por querer mirar directamente a éste.

"¿Qué haces ngh aquí?"

Pujó a causa del esfuerzo que estaba haciendo por volverse, ganándose el sudar nuevamente.

"Deteniendo a una loca"

Fue entonces allí que Levi dejó de presionarle el cráneo, permitiéndole por fin girarse. Hanji parpadeó un par de veces antes de clavar la vista en el rostro de aquel hombre de aspecto abrumado. Levi no la estaba mirando, ya no, de hecho parecía perdido en algún punto de la habitación. Las bolsas negras acentuando la frivolidad de sus pupilas sumadas a la pálida piel y a esos labios rojizos cuarteados por falta de lubricación, le daban un aspecto intimidante. Peligroso. El cual Zoe ignoró. Como ignoró el insulto. Porque a diferencia de los demás, Levi Ackerman, ese hombre de estatura baja, lo último que inspiraba en ella era temor.

"¿Lo has visto?"

Preguntó justo antes de que Levi se recargara de espaldas justo donde terminaba el vidrio blindado.

"...Es imposible"

Arrastró las palabras, dándole un tono profundo y serio queriendo obviar la intriga que le generaba. A esto el recién llegado respondió con una mirada fugaz al interior de la celda mientras que Hanji se acercó hasta ésta con la mirada perdida y un aire enfermizo.

Levi la creyó envenenada.

"Su pulso está acelerado. La temperatura corporal se ha mantenido en 38.9 grados Celsius sin mostrar alteraciones en sus sistema nervioso. Sus ondas cerebrales continúan excitadas. Ya han pasado 3 horas y luce como u-"

"Una gata en celo"

Hanji lo volteó a ver. Levi lo había soltado directo e indiferente, no, mentira, con cierto asco. Se quedó observándolo por segundos aún cuando el otro le devolvió la misma mirada apabullante de siempre.

No dijeron nada. Y Moblit permaneció expectante y con los nervios de punta a unos pasos de los dos.

Tampoco se movieron, salvo cuando Zoe apoyó ambas manos contra el vidrio en un intento de sentir el calor acumulándose al otro lado de la barrera. Ese que estaba segura era mucho más elevado que el que ella misma había generado tras su propia excitación ante lo insólito y desconocido.

Pasaron minutos sin decirse nada. Solo mirando lo aprisionado en esa celda. Hanji con su vista hechizada, Levi con un escrutinio severo que lucía nauseabundo. Moblit por su parte con la duda en si acercarse también o no.

Cada uno estaba tan ensimismado en sus asuntos que no se percataron de cierta presencia. Ni siquiera Levi que podía escuchar los pasos de una hormiga en un radio de 200 metros. Constatado por los experimentos de Hanji desde luego, esos que la colocaron en más de una ocasión cerca de la muerte. Todo porque ésta creía que Ackerman era una especie de extraterrestre o semejante.

"Me intriga saber qué es lo que les tiene tan absortos que incluso, tu, Levi, no has notado mi presencia"

El mencionado no se movió de lugar, tampoco descruzó los brazos, solo le miró fugazmente para en seguida volver la vista al interior de la celda. Por su parte Hanji golpeó el vidrio con violencia antes de correr hasta el recién llegado.

"ERWIN"

Las pupilas dilatadas, la presencia de su excesiva sudoración asomándose por ese pecho semi descubierto junto a su controlada excitación hicieron sonreír mentalmente a Erwin.

"ESTO ES EXTRAORDINARIO. ES... ES... HYUUUU"

La dejó clamar tonterías, estremecerse y experimentar mil y un orgasmos allí parada.

"Haz algo antes de que empiece a desvestirse. No tengo ánimos de verla con las tetas de fuera"

En cambio la petición de Levi hizo a Erwin enarcar la ceja izquierda y curvar los labios en una verdadera sonrisa. Mientras que Moblit solo pensaba en lo hilarante que resultaba esa escena. Daban la impresión de ser dos niños pidiéndole a papá por que les comprara una nueva mascota.

"Esta es la primera vez que realmente se nos presenta la oportunidad de acercarnos al verdadero origen de lo que hemos estado investigando desde hace 17 años"

Erwin extendió los dedos hasta la camisa desabrochada de Hanji para abotonársela con suma delicadeza. Acto que a nadie le importó, salvo a Moblit quien apretó los dientes.

"Y parece ser que nuestra valiosa pista es un miembro de la interpol, ¿eh?"

Zoe, al mismo tiempo que Erwin, miraron en dirección a la celda. Se acercaron lo suficiente para ser capaces de contemplar con claridad lo que allí se encontraba.

Los iris azules de Erwin brillaron de forma distinta a los caoba de Hanji y a los grisáceos de Levi. Exponiendo un sentimiento tan ambiguo como el de los otros dos. Moblit quiso entonces acercarse también pero esos tres individuos estaban emanando un aura amenazante y territorial tan abrumadora que no consiguió acercarse lo suficiente. Quedándose clavado al suelo sin poder moverse. Y es que para ser sinceros no había tenido el valor de asomarse por temor a encontrar algo capaz de robarle el sueño y deteriorarle el raciocinio. Además de que no deseaba que su alcoholismo empeorara.

Pero aún así, ¿qué había al otro lado de esa ventana de cristal?, ¿qué?

"Fascinante"

La voz del comandante Erwin sonó gutural y eso empeoró la curiosidad de Moblit quien luchó nuevamente contra su inseguridad hasta ganar la suficiente movilidad en sus extremidades para romper las estacas del miedo que lo tenían fijo al piso. Haciendo entonces sumo esfuerzo logró llegar hasta el vitral donde encontró algo que le arrebató el habla y le perforó la boca del estómago.

En mitad de la celda se hallaba el cuerpo de un niño, no, de un adolescente semi desnudo. No llevaba puesto los pantalones ni tampoco ropa interior. Los genitales estaban expuestos y con ellos una notoria erección. La camisa que portaba, esa manchada de lo que parecía ser sangre, le mantenía descubierto el pecho, dejando expuesta una blanquecina piel. Realzando la ausencia de color sus pezones rozados y erectos. Su rostro sonrojado y los labios rojos como las cerezas se miraban tan húmedos que Moblit creyó que de ellos se podría beber. Pero había algo en específico que impactaba más que lo anterior y eso eran sus bellos y enormes ojos. Estos eran de un verde intenso. Profundos como los bosques. Refrescantes como el eucalipto y ardientes como el verano. Las largas y tupidas pestañas en conjunto a sus pronunciadas cejas enmarcaban una mirada tóxica y encantadora. Moblit nunca había visto algo similar. Ni siquiera en sus sueños más húmedos.

" ¡! "

La repentina realización de sus pensamientos le hizo sobresaltarse y darse cuenta de que el haber visto a este niño le había excitado al punto de endurecerse lo suficiente como para tener que cubrirse la entrepierna con la bata que portaba. Volteó a ver tímidamente la parte baja de Erwin y la de Levi, pero ninguno de los dos se hallaba tan emocionado como él. Y eso lo hizo odiarse. ¿Cómo podía ponerse así por un niño, peor aún, uno que estaba bajo el efecto de una droga mortal y cuando él estaba seguro de albergar fuertes sentimientos por su líder de escuadrón?

Se reprimió mentalmente, haciéndose hacia atrás y bajando la cabeza avergonzado.

Por su parte Hanji contaba en voz bajísima los segundos. Levi mantenía esa expresión de hastío y cierto enojo en sus pupilas. Mientras que Erwin parecía meditar profundamente el qué hacer. Así duraron un par de minutos con esas posturas hasta que el mismo Erwim terminó por romper el cuadro al decidirse.

"Levi"

El aludido respondió con solo verlo.

"Es momento de saludar a nuestra joven promesa"

Y Erwin sonrió de una manera que Levi identificó como peligrosa. Pero confiaba en que ese hombre sabía lo que hacía. Como confiaba en lo que él mismo haría.

Hanji esta vez sí escuchó y a diferencia de su usual comportamiento, se limitó a esperar la autorización de Smith para actuar.

El comandante se acercó a la puerta de acceso para sacar del bolsillo ―ubicado en el interior de su saco― una tarjeta parecida a la que Hanji hurtara.

"¡Eso es-"

Moblit se quedó a medias, sorprendido de ver que el comandante tenía la misma tarjeta que su líder. ¿Qué ella no la había robado?; volteó a ver a Hanji quien a diferencia de él no se veía sorprendida en lo absoluto.

"Una vez que abra la puerta tu misión será contenerle"

Erwin se lo dijo a Levi de forma seria, demasiada, y éste solo contestó: "No te quejes si se rompe"

"Solo no le mates, es necesaria su participación"

"Lo que sea"

El comandante deslizó la tarjeta para posteriormente introducir una serie de números y letras que liberaron los cerrojos de la puerta. Los múltiples clics y el sonido de seguros abriéndose aumentaron las expectativas del encuentro. Congelándose el momento cuando el vacío ocasionado por el cierre se rompió, dejando escapar una especie de vapor tan caliente como cuando el hierro se funde. A ese vapor le siguió una ventisca salvaje, la cual se filtró a través de la ranura formada por la entrada y el marco de la misma. Ese fuerte viento los abofeteó tan duro que Zoe sintió por momentos que las piernas se le desvanecían.

"Ugh"

Levi contuvo el aliento. El aire tenía algo raro, un aroma peligroso lo envolvía.

"¿Veneno?"

Era demasiado intenso. Dañino. Podía sentirlo atravesarle la piel, rasgarle los músculos, cortarles los nervios y profanarle las venas. Mezclarse con su sangre. Paralizarle el cerebro. Dominarlo por completo.

"Tsk"

Esto no estaba bien, la situación se revelaba demasiado peligrosa. Y supo que así era cuando la mirada desquiciada de Hanji se apoderó de sus ojos. Ella corrió al interior de la celda guiada por el venenoso aroma. Ansiosa, desesperada y excitada. Erwin no hizo nada por detenerla, uno: porque no lo creía necesario; dos: porque Levi estaba presente.

"¡POR FIN, POR FIN PODEMOS ESTAR JUNTOS, TU Y YO, ER-"

No fue a ninguna parte, no, porque Levi ya la tenía sujeta del brazo derecho. Sin embargo Zoe intentó zafarse, forcejeando con todas sus energías, importándole poco si Levi le rompía el brazo o no.

"¡AHHHH, AHHHHH!, ¡NO, NO!, ¡AHHHHH!"

"Cie-rra la boca"

"NO. NO. NO."

Moblit pensó en ayudar a Levi a contenerla pero solo se quedó allí. Petrificado por el aroma. Prefiriendo cerrar los ojos y no ver como Levi perdía la paciencia al dislocarle el brazo a Hanji en su intento por someterla.

"Te dije que te callaras"

La tumbó con un golpe en los talones para sentarse en la espalda de ella con el objetivo de calmarla. Hanji lo hizo, se tranquilizó, pero no solo debido a la acción efectuada por Levi si no por el dolor y el cansancio ganados tras su arranque desesperado por acercarse al mocoso frente a ellos.

"Buen trabajo"

Dijo Erwin y Levi solo desvió la vista molesto.

"Date prisa. Este hedor es asqueroso"

No. No era asqueroso sino embriagador, dulce, picoso, delicioso. Oscuro. Letal.

Erwin se acercó hasta el niño, quien al notar su presencia pareció convulsionar. Estaba temblando incesantemente, como si tuviera frío. No, como si no pudiera ser capaz de contener las sensaciones que su cuerpo estaba experimentando. Abriendo las piernas de forma descarada, elevando las caderas para mostrarle su masculinidad totalmente erecta. Salivando en exceso. Jadeando, gimiendo, como si estuviese en celo.

"Ah... mnh...ngh..."

Su dulce voz cantaba una tenebrosa letra. Y su hermosa figura dibujaba la imagen de la muerte ponzoñosa.

"Ha pasado tiempo desde la última vez que nos vimos"

Esto lo murmuró tan bajo que nadie, salvo él mismo, pudo escucharlo.

"Es terrible, el no poder ser dueño de tus acciones"

Empezó diciendo, ya en un tono alto, Erwin al tiempo en que se arrodillaba a centímetros del chiquillo. Todo bajo la atención de Levi.

"Debe ser doloroso saberse consciente y no poder tener control de la situación"

Extendió la mano hasta rozar con la yema los dedos del pie derecho de aquel niño.

"Está ardiendo", pensó. "Por ello. Déjame ayudarte"

Apartó la mano con delicadeza y usó un tono amoroso para continuar, uno tan impropio que descolocó a Levi en su totalidad.

"Eren"

El jovencito como respuesta abrió ampliamente la boca intentando decir algo pero solo dejó salir un ruido que hizo tambalear la determinación tanto de Erwin como de Levi. Trató de incorporarse pero falló vilmente. Consiguiendo únicamente girarse boca abajo para entregarles una clara visión de su trasero y con ello romper la seriedad de Smith, quien tragó duro.

"Levi"

Le oyó llamarlo pero no dejó de mirar a Eren y a su suave, pequeño y firme trasero.

"Quiero hablar a solas con Eren, ¿podrías dejarnos solos?"

Hanji seguía semiconsciente cuando lo escuchó, también cuando Levi tardó en levantarla como signo de obediencia a la orden dada. Incluso cuando los dejó atrás y le susurró a Moblit un: "Largo. Nada de vouyeristas"; y su asistente salió apresurado de la habitación. O cuando a las afueras, en el pasillo, Mike custodiaba la entrada de la habitación.

Pero sobre todo cuando oyó el cinturón de los pantalones de Erwin vencer el broche y la cremallera de estos deslizarse hacia abajo mientras ella se aferraba a la corbata de un Levi agobiado.


El callejón se encontraba sin iluminación alguna debido al amanecer prematuro y las densas nubes cubriendo el cielo; los faros se habían apagado 30 minutos atrás, el sistema de electricidad del gobierno francés daba por hecho que a estas horas el sol era suficiente para iluminar la ciudad. ¿Qué no tenían algún programa que prolongara la iluminación durante casos como estos?

Reiner suspiró resignado, la luz era la última de sus preocupaciones. Había estado marcando desde las 23:30 al celular de Eren sin respuesta alguna ya que al parecer a ese idiota le había dado por desaparecer sin decir palabra alguna. Y dejó de hacerlo cuando alrededor de las 2:15 la voz de la contestadora dijo: Lo sentimos pero el número que está intentado contactar se encuentra apagado o fuera del área de servicio. Le sugerimos llamar más tarde. Gracias. Y ahora ese mocoso tenía los huevos suficientes como para apagar su móvil. Volvió a suspirar y a rascarse la cabeza exasperado. ¿Y ahora?, ¿qué debía hacer?

Nervioso se apresuró a marcar el primer número de su lista de contactos. Esperó impaciente a que tomaran su llamada. Cuando lo hicieron se le vació el estómago.

"¿Me escuchas?, las cosas no han salido como se planearon. No, ya te dije que no. Debemos pensar en otra cosa. ¿Qué? Si, lo sé pero... ¡Lo sé!, sé que es indispensable para todo esto. Pero es imposible lo que me pides. No, no es que no quiera hacerlo, entiende. Es que lo he perdido, he perdido a Eren"


Continuará…


Oh por Dios, ¿estoy actualizando, de verdad estoy actualizando esto?, mierda. Los errores serán corregidos en algún momento de mi shit vida.