Hola, Hola.
Esta vez vengo con un One-Shot. Qué la verdad se me ocurrió muy espontáneamente.
Género: Drama y Romance.
Pareja: RiRen (Rivaille / Eren)
Pareja secundaria: Erwin x Eren.
Disclaimer: Los personajes no me pertenecen sino a hajime isayama
Espero que les guste~.
Cuando ya no te recuerde.
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El sol se había despejado con los colores cálidos del atardecer. El viento viajaba moviendo lentamente los cabellos azabaches de Rivaille. Llevó lo último que quedaba de su café a su boca para por fin beberlos con amargura. Los días habían apartemente iguales: Melancólicamente resígnales.
Tal vez podía hacer varias cosas. Pero había una que no. Una que le oprimía.
Sus oídos captaron esa cantarina voz, se escuchaba feliz, era la voz de aquél castaño de ojos vivaces. El chico que pudo encender una flama en su cohibido corazón. Un día despertó con sentimientos diferentes, unos que estremecían cada parte de su cuerpo, unos que electrizaban su ser, sus emociones. Y cuando lo vio a él, a Eren, a aquél mocoso titán del cual se hizo cargo…desfalleció.
Sin embargo el chico no parecía estar solo, se escuchaba la voz de alguien más. Su mirada viajó al piso, no quería verlos, a ambos, de esa manera: Junta. Pero el destino no escuchaba sus tristes peticiones. De la esquina del lugar, surgió el castaño sonriendo ampliamente tomando ligeramente la mano del comandante Irvin, el cual al mirar al azabache dejó de sonreír y poner un semblante de no saber qué exactamente decir, pero retomó su confianza y le dedicó también una leve sonrisa.
—Heichou, qué sorpresa. —exclamó Eren, estaba de buen humor. Por otra parte no había visto al azabache por una corta cantidad de tiempo.
El nombrado solo giró su cabeza. No quería verlo. No quería ver aquellos ojos, aquella sonrisa, aquél cuerpo qué ya no era suyo.
—¿Paseo de pareja? —preguntó irónico Rivaille.
—Quisiera que fuera así. —Respondió Irvin juntando más al castaño consigo el cual reaccionó gustoso. —De hecho vamos a la cena. ¿Irás? Quisiera que estuvieras ahí para aprobar también nuestro compromiso.
Esas palabras le parecieron cínicas. Le restregaba en la cara lo que le había quitado, era injusto. Había perdido injustamente. La sangre le hervía, las palabras le caían veneno, quería golpear al rubio sin importar qué, pero si lo hacía todo se volvería en su contra. Él todavía mantenía una creencia: Volver a tener a su lado al joven castaño, a Eren.
Rió con ironía.
—¿Enserio la quieres, eh Irvin?
—Totalmente cierto. —respondió serio.
—Por favor, Hichou. A pesar de su frialdad y gélido corazón me gustaría que estuviera ahí. —dijo queriendo hacerse el simpático pero a la vez detrás del comándate para no arriesgara su vida.
El azabache lo miró con ojos gélidos por un determinado momento y asintió.
—De acuerdo, mocoso. —concluyó mientras se retraba caminando hacia el gran comedor. Pensaba en esa decisión, era obvio que aceptó por que el castaño se lo pidió sin embargo no podía aceptarlo.
En su dura caminata se encontró con aquella castaña fastidiarte. Se sorprendió ella, no esperaba verlo realmente.
—¡Rivaille, decidiste venir! —exclamó sorprendida.
—Eren me lo pidió. —respondió ignorándola.
Ella sin embargo sonrió tristemente.
—¿Todavía estás con eso?
—¿Por qué simplemente no decimos la puta verdad? —respondió hostil mirándola directamente
—Rivaille, ¿acaso no entiendes?, aún si la decimos, sus sentimientos no cambiaran.
—Vete a la mierda, tú, el bastardo de Irvin y todos los demás. —respondió mientras se adentraba a aquél lugar.
Hanji solo lo miró, le tenía lástima.
El azabache solo pensaba, su mente le volvía loco con aquellos momentos del pasado cuando había encontrado algo que podía hacerlo feliz, pero ahora solo el presente los torturaba. Quería que los días viajaran hacía atrás, el pasado que había sido fino, tal vez no perfecto, pero le bastaba, le llenaba, no sentía que le faltara algo, todo lo tenía, tenía a Eren, le hacía de alguna manera sentirse completo. Si hoy era martes, que mañana fuera lunes, si estaban en Marzo, que el siguiente mes fuera febrero. Pero entonces ese recuerdo volvió a su mente a colapsar todo.
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—¿Volverás temprano? —preguntó Eren desde la cama viendo como su amante se ponía su uniforme.
—No sé—respondió el otro nada entusiasmado.
—Yo también quiero ir.
—No puedes, así que deja de andar de metiche y preguntón.
—Me aburriré.
—Ese no es mi problema, resuelve tu aburrimiento solo.
—Mngh.—se quejó el castaño.
El azabache suspiró fastidiado por su parte.
—Cuando vuelva terminaremos esto. —dijo señalando a Eren, quien estaba enrollado entre las sabanas de la cama.
—¿Enserio?
—¿Dudas de mi palabra?
—claro que no, señor. —respondió esbozando una sincera pregunta.
—Así se dice. —respondió ya vestido y se acercó al castaño para besarlo en los labios.
"Su último beso"
Acto seguido el azabache salió para atender otros asuntos pendientes, sin embargo el castaño decidió vestirse para hacer algo más qué quedarse acostado viendo su techo.
Una vez que se vistió, prosiguió a subir con sus compañeros a distraerse. A primera vista se encontró con Christa quien trapeaba el piso. A su lado hablaba con algunos de sus amigos, sobre un favor. Él se acercó para mínimo ofrecerse a hacer algo.
—Nadie te llamó, inútil. —dijo Jean al ver que Eren se ofrecía.
—A ti tampoco, cara de caballo. —respondió molesto para después voltear su vista a la chica de cabellos rubios.
—¿Enserio puedes hacerlo? —preguntó ella con amabilidad.
—Claro que sí, solo espera…
—¡Alto!, tú puedes romper el contenido de las cajas tonto. Eres muy impulsivo. —le dijo otra vez Jean mientras se acercaba ala escaleras con cuidado. —será mejor que yo lo haga.
—Claro qué no. —respondió Eren mientras corría a las escaleras sin cuidado adelantándose aún mirando al otro. —¡Ya verás que yo...! —exclamaba sin ver donde pisaba sin embargo fue interrumpido por una mala pisada.
"Una qué cambiaría todo"
—¡Oye, esper…!—exclamó Jean también percatándose del continuo error del otro.
Eren resbaló de espaldas contra las escaleras, y cuando hubo tacto, una parte de su cabeza hacia atrás. Solo un golpe, pero un fuerte impacto.
Jean llamó a los demás cuando vio la sangre correr. No estaban tan abrumados a excepción de Mikasa y Armin pues la recuperación de titán del castaño le ayudaba. Sin embargo ese golpe traería consecuencias.
Al regresar, Rivaille fue avisado sobre el golpe del castaño y que ahora se encontraba inconsciente en la enfermería. Este fue a verlo para ver si ya se había levantando, sabía que se recuperaría pronto, no había problema a excepción de la castaña que quería ver a Eren y otras observaciones para motivos totalmente científicos, eso decía ella.
Una vez a dentro, el castaño se veía reposar en una camilla. La castaña entro para observarlo y tocarlo detenidamente a la mirada molesta del otro. Y en unos minutos, Eren despertó.
Su mirada fue confusión. Miró a Hanji y a Rivaille detenidamente. No supo que decir.
—¿Quiénes son ustedes? —preguntó el castaño.
Y el mundo de Rivaille se derrumbó.
Hanji lo estudió más, solo un poco, pero el castaño pudo recordarla un poco. Pero al azabache, para Eren siguió siendo alguien desconocido.
Él quería decirle la verdad. Pero la sargento le detuvo, tenía que analizarlo antes, no podía forzar su memoria.
Después todo empeoró, él quería recobrarlo, quería recobrar el amor de Eren. Pero Irvin se lo impidió. Lo mandó a una misión lejos unos dos meses. Eso le bastó para que el rubio le robara a Eren, lo enamoraba, aún sin decirle la verdad. Eren era suyo, no de Irvin, y no pudo hacer nada.
Irvin sabía sus sentimientos y aún así se lo robó, se lo arrebató.
Todo fue…Injusto.
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Había pasado exactamente una hora del festejo, Rivaille siempre pensaba en lo mismo. No podía pensar en algo más, esa celebración le abrumaba. Era tiempo de retirarse, no le importaba en absoluto ese patético festejo. Se levantó de su asiento, nadie se le impidió y salió hacia fuera. A unos cuantos pasos fuera una voz lo detuvo. Una que lo hizo detenerse.
—Heichou, no se vaya aún. —Le rogó el castaño mientras se acercaba al azabache.
—¿Por qué? ¿Me extrañas acaso? Ya tienes a "Irvin" para eso. —Dijo con molestia resaltado en el nombre del rubio.
—Yo…Yo no lo sé—confesó confundido a la vez que se acercaba cada vez más al toro quedando muy cerca. —Yo solo quiero que usted esté ahí. —confesó mientras miraba con sus ojos vivaces al otro, directamente a los ojos.
Sintió una conexión. Había silencio, pero también magnetismo. Eren no lo pudo entender. Pero era como si una chispa encendiera su cuerpo. Le dijera cosas en otro dialecto qué él no podía entender. Sin embargo él no podía dejar de verlo de admirarlo, quería…besarlo. Sentir sus labios su piel. Una ráfaga de memorias cortas en su cabeza la invadieron. No sabía que era y no sabía qué hacer.
El azabache lo entendió también, sentía esa sensación, la conocía. Ambos acercaron sus rostros para conectarse en un beso, pero el castaño se separó. Eren se dio cuenta de sus actos. Eso estaba mal. Él ya estaba con alguien, eso sería serle infiel. Y eso Rivaille pudo entenderlo.
—Yo…no debí hacer eso, perdón señor.
Rivaille suspiró.
—Puedes hacerlo. —respondió seriamente.
—Yo no puedo, señor. Usted lo sabe bien, yo estoy…
—Lo sé. No lo digas. —dijo sin querer escuchar más y querer irse.
El rostro de eren demostraba tristeza, no supo porqué. Bajó el rostro y dio media vuelta, era su celebración después de todo. Una que no podía disfrutar a gusto. Porque sabía que había algo en él que no estaba bien, esa chispa, ese furor al estar con él azabache no estaba. Le invadía pero no sabía por qué, a veces simplemente quería estar solo con él y no entendía la razón. Era algo que no podía comprender.
Tal vez solo era su imaginación.
Rivaille lo vio partir a aquél lugar solo deseando, deseando que lo volviera a recordar.
La verdad es que ha sido muy sencillo uvu Pero aún así espero que les haya gustado.
Espero que les haya gustado. Hasta la próxima.
Gracias por leer.
Si quieren igual y lo hago two-shot(?) xD Un final más feliz.
Saludos :3