Epílogo

Desde que la había visto por primera vez, había notado algo en ella. Si Candy fuera hombre … sería el clon de Albert.

Salía del colegio San Pablo, con la noticia de que la preciada hija adoptiva del bisabuelo William se había fugado del Colegio … eso sí, dejando muy educadamente cartas para todos, pero sin un centavo en el bolsillo.

Un deja vú lo invadió. Aún recordaba el revuelo que se había armado cuando cierto muchacho había hecho lo mismo … por diferentes razones, pero al fin de cuentas … lo mismo.

¿Habría visto Albert que Candy era casi como su espejo?

El sólo esperaba que entre esos dos no lo mandaran prematuramente a la tumba con todas las "grandiosas ideas" que tenían. Ya era demasiado viejo para esos trotes, y parecía que ninguno de los dos tenía llenadera. Ya se lo decía su madre, que mejor fuera doctor … ¡en fin!

Sin perder más tiempo, se dirigió a poner un telegrama y a tomar un barco rumbo a Africa.

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Para Albert fué toda una sorpresa la noticia ... ¡Candy y sus locuras!

Esperó pacientemente la llegada de George y se alegró sinceramente de verlo. El pobre hombre parecía que cargaba el peso del mundo sobre sus hombros, y encima ... ¡el calor!.

Llegaron a la casa de Albert y se sentaron a platicar disfrutando del caer de la tarde.

-Aún no lo puedo creer - comentó George tomando un sorbo de su refrescante bebida - ¡Tu querida hija adoptiva se escapó del colegio!

Albert comenzó a reir. Si lo veían con otros ojos, era hasta divertido.

George ya había tenido suficiente. Sus pobres huesos crujían ente el peso de las ideas de los dos más locos del Clan Andrew, que para fortuna o desgracia estaban bajo su cuidado. ¿Por qué a él que era tan responsable le tocaba pasar por todo eso?

-La Sra. Elroy se pondrá furiosa …

-Eso déjalo de mi cuenta.

-¡Pero también está furiosa contigo!

-¡Por eso! - contestó con desenfado y sonriendo - ya está acostumbrada … no va a pasar nada.

-Albert - murmuró George tratando de averiguar un poco más - cuando te escapaste del Colegio … pudiste haber sacado dinero.

Albert volteó a verlo y comenzó a reir.

-¿Y dónde quedaba la aventura si hacía eso?

George movió la cabeza en señal de resignación. Albert era un cabeza dura … ¿pero Candy?

-La Srita Candy …

-Estará bien - respondió seguro de sí mismo - no te preocupes por ella George. Estoy seguro de que le irá mucho mejor de como me fué a mí.

-¡Ustedes de verdad son tal para cual! - exclamó George … y no precisamente como un halago.

-Eso espero – murmuró Albert para sí, e ignorando la intención.

La verdad era que nada le gustaría más que George tuviera razón también en eso, pero Candy había entregado su corazón a otra persona, y él estaría al lado de ella para apoyarla en cualquier decisión que tomara, aunque eso significara sacrificar su propio corazón en el intento. Después de todo, se prometió velar por ella siempre … y él jamás faltaba a sus promesas.

-Mucha suerte querida Candy … hasta que nos volvamos a encontrar.

Fin

Tarde pero sin sue;o! jijijiji! lo iba a subir hace mil a;os, pero hasta ahorita me puse a escribirlo y terminarlo jijijiji! Les dije que me faltaba la inspiracion, pero como ya llego ... la estoy aprovechando :D

Aqui les dejo el epiiiiilogo y espero que tambien les guste!

Miles y millones de gracias por leer y por comentar ... y aqui van mis AGRADECIMIENTOS ESPECIALES Y CON FANFARRIAS PARA: Gatita Andrew, Amigocha, Stear's Girl, Flor Fritzenwald (prometo que te hare ese songfic ... en serio!), verito, Usagi13chiba, Maxima, Clau Ardley, Blackcat2010, abiudzarahid (plop!) y Lady Lyuva Sol. Gracias con todo mi corazon amigas ... espero que les guste el final tambien ;)

Besos y abrazos de

Scarleth Andrew ... ;)