Ucuz kolonya
Esperas, el reloj de la pared marca pasadas las 3 de la madrugada y el aun no aparece, lo sabes, sabes que esta con alguien más, te cuesta creerlo pero al pasar de las horas te has dado cuenta de que estas en lo correcto, tu mente se niega a ver lo que desde algún tiempo está ocurriendo; Sadiq está engañándote.
Cada botón perdido, cada colonia barata, cada rojo en su camisa, los rasguños que sabes no hiciste, las llamadas cortantes, los planes pospuestos, las peleas de todos los días, un golpe, lagrimas, un abrazo, las rosas que te lleva todos los días. Ambos lo saben pero retrasan lo inevitable, es momento de terminar su relación.
Es tan triste pensar en todo lo que vivieron, amigos de la infancia que se reencuentran en la universidad por el característico andar de gato que tú, Heracles, posees. Entablaron su amistad de nuevo que pronto se convirtió en algo más, se mudaron a vivir juntos, no tenían mucho pero aun así se amaban y creían ser felices. Pronto las peleas se hicieron más constantes por la situación tan mezquina que llevaban, Sadiq consiguió un mejor trabajo y consiguió costear los caprichos de Heracles, pero la monotonía lo mataba y una puerta se habría ante él, tan vieja como nueva; adulterio.
Además de eso se convirtió en un hombre frio e irritable, que distaba de ser el joven amable y extrovertido que solía ser. Conforme las peleas aumentaban también los golpes y hubo un momento en el que Sadiq no pudo parar, rompió el brazo de Heracles y tras un tiempo en el hospital un simple perdón junto a un nuevo gato lo solucionaron todo.
Pero Heracles se cansó y ya no quiso esperar a que el cambiara, hizo las maletas y salió por la puerta delantera junto a toda la bandada de gatos, mientras que Sadiq lo observaba con los ojos cegados por el miedo y el arrepentimiento.
-No te vayas Canım, todo cambiara, esta vez te juro que cambiara-susurró mientras te abrazaba por la espalda, es tan triste que no puedes evitar girar y darle un abrazo.
-Espero que esta vez no me mientas Sadiq, juégame sucio de nuevo y juro que voy a matarte.-aspiraste su esencia ¿y adivina qué?, estaba entremezclada con la misma colonia barata de siempre
Volviste de nuevo al juego, ¿no Heracles?