Hola! Comenzamos con una nueva historia de nuestro querido príncipe. Esto se sitúa luego del Cell game, durante la depresión que sufrió Vegeta. Espero y les guste esta historia.

Textos entre guiones –son diálogos hablados de los personajes- mientras que "entre comillas" son pensamientos. Si llego a escribir algo (entre paréntesis) son notas del autor.

CONFUSIÓN ENTRE DIMENSIONES II: REUPERA TU ESPÍRITU VEGETA

CAPITULO 1:

DEPRESIÓN

Era una mañana como muchas en la Corporación Cápsula desde el Torneo de Cell. Desde entonces, Vegeta como siempre, despertaba hasta tarde, se bañaba, bajaba, desayunaba, y se la pasaba viendo televisión todo el día. Así era ahora su rutina desde aquel día en que Kakarotto, su rival, su némesis, había sacrificado su vida por, según el príncipe, éste estúpido Planeta llamado Tierra.

Se sentía completamente derrotado, primero, el hecho de ser un príncipe sin corona, sin reino, sin súbditos a quien gobernar, segundo, ser un huérfano y haber tenido que servir al verdugo de los suyos, y no haber sido él quien cobrara con sangre los pecados de Freezer. Ahora, su rival, aquel a quien se propuso vencer desde que lo conoció, aquel que debía morder el polvo debido a él, no sólo lo había superado nuevamente, sino que, una vez más tal y como pasó con Freezer, otro le había arrebatado el poder derrotar a su némesis. Y por si todo eso fuera poco, el hijo de su gran rival también lo superó en fuerza, y para colmo, ese maldito de Cell había matado a su hijo venido del futuro.

"¿Y qué si lo revivieron?" pensaba Vegeta "¡ESE MALDITO CUCARACHO LO ASESINÓ! Y yo… no pude vengarlo" pensaba con resentimiento mientras se veía al espejo antes de salir del baño luego de su ducha de todos los días. Luego de unos minutos finalmente salió del baño con la toalla enredada en la cintura, se vistió y bajó a desayunar.

-Buenos días Vegeta- dijo Bulma

Sólo un gruñido hubo por respuesta. El príncipe se sentó y comenzó a comer. La verdad es que hasta su apetito había cambiado, si bien, seguía comiendo como todo un saiyajin, la ferocidad al comer, y la cantidad se había visto mermada.

Bulma estaba bastante preocupada por su príncipe, ya había pasado 1 mes desde aquel fatídico día, ella extrañaba a su gran amigo, claro que si, pero pasar por ese duelo teniendo a su hombre en esa situación, no sabía qué hacer, qué decir, cómo manejarlo, más porque el príncipe era un témpano de hielo cuando de expresar sus sentimientos se trataba –Vegeta ¿Qué crees?- dijo con entusiasmo, esperaba que con eso, el saiyajin recuperara su espíritu guerrero

Él sólo gruñó

-Le hice unas mejoras a tu cámara de gravedad, aumenté su capacidad, y aparte, los robots te apoyarán mejor en tu entrenamiento, casi será como si pelearas con alguien- dijo con entusiasmo, esperando una reacción positiva de su hombre

-No me interesa- dijo mientras se levantaba de la mesa para caminar hacia la estancia, sentarse en el sofá y encender la televisión, o como él mismo decía, la caja idiota.

-Vegeta- dijo con voz inaudible, bastante preocupada por su príncipe "¿Qué puedo hacer por ti Vegeta? ¿Cómo ayudarte?" pensaba hasta que

-BUAAAA BUAAA BUAAAA- el llanto de su pequeño la sacó de sus pensamientos

-Trunks, ya despertaste- dijo para si misma, mientras se levantaba de la mesa, se dirigía hacia la barra de la cocina para tomar un bote de alimento de bebés y una cuchara. Caminó hasta las escaleras, subió, y se dirigió hacia la habitación del pequeño. Abrió la puerta y lo encontró parado en su cunita –Buenos días Trunks- dijo con una sonrisa mientras colocaba el alimento en una mesita.

Tomó al nene en brazos y lo sentó en una sillita para bebé, fue por el alimento, lo abrió y comenzó a darle de comer al pequeño –Eso bebé, come para que seas fuerte y guapo- decía con entusiasmo. Luego que Trunks terminó, lo cambió de pañal y ropa, lo tomó en brazos y volvió a bajar, topándose con su príncipe casi en estado de zombie frente al televisor –Vegeta- dijo con melancolía, mientras que, con su bebé en brazos, se encaminó hacia su laboratorio

Mientras tanto, Vegeta, sólo pasaba de un canal a otro por inercia, no prestaba demasiada atención a la programación, de vez en cuando si es que algo se veía un poco interesante, tal vez valdría la pena detenerse y prestar un poco de atención a ello, pero en realidad, la tv se había convertido en una especie de placebo, o en, algo para matar el silencio que sentía que lo abrumaba, ese silencio en el que, sus pensamientos, sus sentimientos, todo le atormentaba.

Navegaba entre canales, y una escena donde un padre lloraba ante el cadáver de su hijo, trajo un recuerdo a su mente

FLASHBACK

Luego de que Gokú hubiera teletransportado a Cell con Kaiosama para que explotara allá y no en la Tierra, todos daban al androide y Gokú por muertos, en parte tenían razón. Pero, ante la mirada atónita de todos, aquel androide hecho con las células de los guerreros Z había regresado a la Tierra en su forma perfecta, en medio de una gran polvareda. De aquella nube de polvo salió disparado un rayo de ki que atravesó por completo a Mirai Trunks, tumbándolo en el piso.

El ki del muchacho comenzó a disminuir dramáticamente, escupió sangre y entonces… murió

FIN DEL FLASHBACK

-Maldición- dijo el príncipe con melancolía al recordar ese negro episodio. Si, al chico lo revivieron, pero eso no quitaba el hecho de que alguien haya osado tocar a su hijo, su cachorro, su orgullo. Si, se sentía orgulloso de ese guerrero con quien peleó codo a codo, pues era su sangre, su carne, y alguien, un maldito androide se había atrevido a matarlo como si fuera un insecto, a Trunks, su primogénito, el heredero de su título, si estuvieran en Vejitasein, Trunks sería quien le sucediera a él como rey de los saiyajin.

Cambió nuevamente de canal, intentando alejar a esos fantasmas de su cabeza, intentando adormecer ese dolor, esa frustración, esa rabia que sentía, y que lo carcomía por dentro.

Por su parte, Bulma había bajado las escaleras, y vió al príncipe, que seguía en ese estado de zombie, le dolía en lo más profundo del alma ver a su amado en ese estado. Suspiró y continuó su camino. Si por ella fuera, correría a abrazarlo, para que se desahogara, pero era Vegeta, el ser más orgulloso y menos expresivo del universo, totalmente hermético, cuyos sentimientos había que descifrar como si de acertijos se trataran.

Finalmente llegó a su laboratorio, encendió la luz, depositó a Trunks en un corral de bebé, y se sentó frente a la computadora. Estuvo trabajando un rato, hacía cálculos, diseños, etc, pero la verdad, no podía concentrarse "Vegeta, ¿qué puedo hacer por ti? ¿Cómo puedo ayudarte?" era el pensamiento que retumbaba en su mente.

Había pensado en enviarlo con un terapeuta pero, Vegeta, contándole sus tragedias a un humano "si claro" pensó ella, adivinando que el príncipe, en principio de cuentas, ni siquiera pisaría el consultorio.

-Si tan sólo… si tan sólo hubiera alguien- dijo Bulma para si misma –alguien con quien te pudieras abrir- frunció el ceño –está claro que yo no puedo romper esa barrera tuya… al menos no del todo, pero… si tan sólo alguien pudiera acceder a ti- decía con preocupación. Siguió ensimismada en sus pensamientos hasta que recordó ciertas visitas inesperadas que recibieron hacía unas cuantas semanas atrás -¡ESO ES!- sonrió victoriosa, se levantó de su asiento y fue hacia un rincón del laboratorio. Movió algunas piezas y máquinas -¡SABÍA QUE AQUÍ ESTABA!- dijo mientras sonreía y sacaba un aparato de entre aquellos mecanismos.

Lo llevó hasta su área de trabajo, y comenzó a ajustarlo, y a programarlo en la computadora. Continuó trabajando y las horas pasaron y siguieron su curso -¡TERMINÉ!- dijo mientras pasaba una mano por su frente, y sonriendo

-Bulma!- dijo una voz femenina desde la entrada –Es hora de cenar cariño-

-¡si mamá! Ya voy- respondió la peliazul

-Traje unos pastelillos deliciosos que… ¡Tienes que probarlos!- dijo la sra. Con su característico entusiasmo

-bueno, mañana sigo con esto- dijo para si misma. Fue al corralito, tomó al pequeño en brazos –bueno Trunks, vamos a cenar y a descansar, que mañana tenemos una misión muy importante mi cielo- dijo con ternura. Se retiró y se dirigió al comedor.

A la mañana siguiente, nuevamente la misma rutina comenzó. El deprimido saiyajin se levantó, se bañó, los pensamientos le atormentaron frente al espejo, se vistió y bajó a desayunar

-Buenos días joven y apuesto Vegeta- dijo la madre de Bulma mientras servía la mesa

-¿Y la mujer?- preguntó al no encontrar a Bulma como siempre que le recibía con el desayuno

-Bulma dijo que tuvo que salir, llevó a Trunks con ella, pero dijo que regresaba más tarde- respondió

Vegeta sólo gruñó, se sentó y procedió a desayunar. Después de eso, como cada día hasta ahora, se sentaba con la televisión encendida, para acallar sus demonios internos.

-CONTINUARÁ-

¿En qué aparato habrá pensado Bulma? ¿A dónde fue? ¿Logrará rescatar a Vegeta de su depresión?

Lo sabremos en el siguiente capítulo. Si les gusta la historia, dejen Reviews ;-) Saludos!