Les traigo un nuevo capítulo, espero les guste. Y gracias por los reviews: Cely Peralta, Soledad Cullen, Laura Katherine y Jupy. Me emociona leer sus comentarios.

DISCLAIMER: Los personajes le pertenecen a S.M.

All this time.

La habitación blanca era iluminada por la luz del medio día, los muebles blancos con detalles en negro eran cubiertos por planos, escalas de colores, pinturas, pinceles, telas, catálogos de muebles entre otros objetos. Ahí se encontraban dos mujeres la de los cabellos color caramelo miraba un catálogo sentada frente al escritorio mientras la mujer más joven de cabellos castaños daba vueltas en la habitación con una escala de colores.

-Creo que sería buena idea cambiarnos de entorno- le dijo Esme tomando algunos documentos, Bella levantó la mirada y la siguió al elevador, Esme presionó el botón del último piso seguido de la clave de acceso, al llegar y abrirse la puerta Bella pudo ver una habitación con paredes y techo de cristal con vegetación que estaba en paredes, colgando del techo y maceteras, en el centro del lugar había una mesa de centro rodeada por sillones, había un archivero, una pantalla y un sistema de audio.

-Paso mucho tiempo en la oficina así que este lugar me relaja, puedes utilizarlo cuando quieras, la clave es la fecha de cumpleaños de Alice- le dijo Esme sonriendo.

-Gracias- le dijo Bella mirando por un momento la ciudad para después seguir trabajando. Hacía una semana trabajaba con Esme en los corporativos de la compañía Wallen que le había dado el contrato a las dos.

Eran más de las ocho cuando Bella caminaba por el estacionamiento buscando su auto para regresar a su casa mientras se mensajeaba con Emmett el cual aún no cumplía la apuesta al estar en un viaje de negocios, la relación de ella y los hermanos Swan de nuevo era buena, ella los veía como un par interesante, le agradaban hasta cierto punto y no le importaba tratar con ellos también. Caminaba tan distraídamente que no se dio cuenta del hombre que la esperaba frente a su auto.

-Buenas noches- le saludó una voz varonil, la mujer sin levantar la vista sabía quién era.

-Señor Carlisle- le dijo Bella mirándolo.

-No he podido hablar contigo.

-He estado un poco ocupada, será algún día de estos.

-He estado pensando en cómo hacerte cambiar de opinión sobre los Swan pero creo que al final pude entender tu decisión y la respetaré pero con lo que has hecho con mis hijos, por Alice, estoy en deuda contigo,

-¿Qué hiciste por mi Alice?- preguntó una voz acercándose por un costado, era Esme.

-Será mejor que me vaya- dijo Bella, Esme intentó taparle el paso pero su esposo la retuvo.

-¿Qué es lo que sucede Carlisle? ¿Qué es lo que no me estás diciendo? Ustedes parecen muy cercanos últimamente, desde la fiesta de vinateros en Italia.

-No es nada, tranquila, es hora de irnos- la pareja se dirigieron a su auto y se fueron de ahí.

Bella llegó a su departamento una hora después, subió a su departamento, había comprado comida en el camino así que cenaría e iría a dormir, en los últimos siete días trabajaba mucho y dormía poco, su mal humor salió a flote cuando vio a cuatro mujeres paradas frente a la puerta de su vecino nuevo, desde hacía una semana todos los días esas mujeres estaban ahí hasta altas horas de la noche tocando la puerta y el timbre pues hace siete días que se había mudado alguien a su lado, ella aun no conocía al hombre pero por lo que había escuchado era un hombre joven y bien parecido, además de bien posicionado económicamente, lo cual resultaba en un montón de mujeres persiguiéndolo, en lo personal a ella no le importaba solo quería un poco de paz, tecleó la clave de acceso y entro a su apartamento, encendió el mini componente donde comenzó a sonar música clásica, se sentó en el comedor a cenar mientras pensaba en trabajo para que su mente no se desviara a Edward, el cual no llamaba desde que Bella le enseño el corporativo terminado, suspiró y cuando terminó de cenar tiró la basura y se dirigió al baño para preparare para dormir cuando algo más ocupó su mente las últimas palabras de Calisle Cullen, ¿Qué había hecho por Alice ella? En realidad era al revés ya que la pelinegra era quién le había dado tantas cosas a ella cuando eran unas crías pero… quizá debía ser algo relacionado con Aro. Ese pensamiento no abandonó su mente hasta que se durmió.

Al día siguiente llegó Bella a su empresa debía recoger algunos planos cuando su secretaría le dijo que la esperaba un abogado en la sala de juntas.

-Buenos día señorita Peeters- saludó el hombre levantándose de su asiento- Siento mi intromisión pero necesito que me firmé algunos documentos, vengo como representante legal de B&E Wines Premium.

-No sé de dónde viene en realidad, yo no tengo ninguna relación con esa empresa.

-La empresa sufrió un cambio de nombre en estos días, pero el CEO es el señor Edward Cullen- le dijo el abogado dándole una carpeta, la mujer lo recibió y se sentó a leer los documentos, los cuales decían que esos documentos la hacían acreedora del 50% de las acciones de la compañía y le daba cierto porcentaje de ganancias mensuales.

-Iré a ver al señor Cullen ¿Puedo encontrarlo en su oficina en este momento?- preguntó Bella.

-Sí, si gusta la llevo, podrá atenderla hasta antes de las once ya que tiene una rueda de prensa pronto.

Al llegar al lugar el abogado acompañó a Bella al último piso, llamó a la puerta de la oficina de Edward y abrió.

-Señor Cullen la señorita Peeters quiere hablar con usted algunos términos del contrato.

-Hazla pasar y puedes retirarte- escucho la voz aterciopelada del hombre.

-Adelante- le dijo el abogado a la mujer.

-Gracias- le dijo sonriéndole y entrando, esperó a escuchar el cierre de la puerta para mirar al hombre, el cual como siempre lucía apuesto, estaba sentado tras un escritorio de roble con un traje gris, camisa blanca y corbata azul eléctrico. Bella se sentó en uno de los sillones de la habitación quedando de perfil al hombre que miraba unas hojas.

-¿Quieres un porcentaje mayor? Bien, te lo daré- le dijo el hombre sin mirarla, ella se enfadó, no sabía de él hace siete días, ni una llamada, un mensaje ¡Nada! Y ahora ¿Le hablaba de dinero?

-Me siento como si fueras a pagarme para después deshacerte de mí- le dijo la mujer levantándose y parándose frente al escritorio, le hombre alzó la mirada.

-¿Deshacerme de ti?- le dijo Edward para sonreír burlonamente- No puedo vivir sin ti, solo que en estos días he estado muy ocupado, lo siento, las licencias, los contratos, las propiedades, los vinos, viñedos, todo es tan…absorben mi tiempo.

-Si me hubieras llamado te hubiera podido ayudar- le dijo la mujer relajando su postura viendo las ojeras del hombre y los signos de cansancio.

-Tú tienes tus propias ocupaciones y más con el contrato que obtuviste de Wallen, estoy bien.

-Bien pero quiero que sepas que no firmaré lo que me llevaron.

-Entonces no abriré el corporativo.

-No lo hice para recibir algo a cambio y lo sabes.

-Sí pero tú fuiste quien mencionó algo cuando estábamos en Italia, estamos juntos ahora y no nos separaremos, entonces mis bienes materiales son tuyos también.

-Al igual que los míos pero es demasiado era el negocio de tu abuelo.

-Si mi abuelo estuviera viéndome estaría de acuerdo en que te quedaras con todo y a mí me calificaría de incompetente.

-No quiero nada.

-Lo recibirás o atrasaré la apertura y tengo a reporteros en el salón principal para que lo den a conocer.

-Será el 30% y sin ganancias adicionales y no aceptaré más- le dijo la mujer mirándolo con una expresión seria, Edward llamó a la secretaría por el intercomunicador.

-Dile al abogado que re imprima el acuerdo solo que con el 30% de acciones y sin ganancias- le dijo para después colgar, Bella sonrió y se volvió a sentar en el sillón.

-También le cambiaste el nombre, sé que tu abuelo era Edward Benjamín ¿Por eso B y E? Benjamín & Edward.

-No es por la dueña de la otra parte de la empresa- dijo Edward, la mujer volteó a verlo sorprendida, no esperaba eso, alguien llamó a la puerta, Edward dejó pasar a quién llamaba, el abogado entró y se dirigió a Bella, le dio los documentos, sin mirarlos la mujer firmó .

-Señor ya es hora de la rueda de prensa- dijo la secretaria parada en el marco de la puerta.

-En un momento voy, gracias- le dijo el peli cobrizo el abogado y la secretaria salieron, el hombre se levantó, acomodó su saco y caminó a donde estaba la mujer.

-¿Vendrás?

-Sí, pero miraré de lejos- le dijo Bella levantándose del sillón.

-Y también quiero que vayas a la fiesta de hoy en la noche- le dijo Edward tomando sus manos.

-No lo sé, no debería- le dijo la mujer mirando cómo las manos fuertes de él tomaban sus manos.

-Por favor- le dijo el peli cobrizo en tono suave.

-Bien, estaré ahí, ahora tienes que bajar- le dijo la mujer mirando los ojos verdes de él.

-Gracias, por todo, sin ti esto no hubiera vuelto a la vida- le dijo Edward abrazando a la mujer, ella le regresó el abrazo. Volvieron a llamar a la puerta.

-Ve, te están esperando, un día de estos te secuestraré y no te compartiré con nadie.

-Ese plan me agrada, debo decirte otra cosa pero será después.

-Bien, te veré abajo- le dijo la mujer dándole un beso en la mejilla, él sonrió y salió.

Bella miró la rueda de prensa casi hasta que terminó ya que Esme la estaba buscando y era urgente así que tuvo que salir del lugar. Bella sonreía veía a Edward bien, ya había cierta luz en él, ya no era tan sombrío, aun era rudo en cuanto al trato de los demás pero ese ya era su carácter con el que se había formado ahora intentaba ser cordial con los demás, y con ella era otra persona, la miraba con ternura, felicidad y siempre tenía una sonrisa para ella, llegó al estacionamiento de la empresa de Esme, se estacionó, tomó sus cosas y salió de su auto más adelante la esperaba Esme.

-Disculpa pero me surgió un asunto legal y tuve que atenderlo pero ya tengo una solución para lo que me mencionaste- le dijo Bella pero no recibió respuesta al momento- ¿Está bien?

-Ayer estaban Carlisle y tú hablando de un tema relacionado a Alice ¿Qué era?

-Lo lamento pero no quiero hablar del tema, si quiere saberlo pregúntele a su esposo y no hablaré con usted de otra cosa que no sea de negocios.

-¿Estas metidas en problemas? No quiero que mis hijos se vean en una mala situación, Alice te considera como su hermana y Edward…sobra decir que te adora aunque lo niegue, sé que no llevo una buena relación con ellos pero aun así soy su madre, no quiero que pasen más malos momentos.

-En realidad le debo una disculpa a usted por lo que mencioné la última vez que la vi en mi oficina, yo no quería decirlo y sí estoy metida en problemas pero de ninguna manera haría que llegarán a sus hijos, ellos fueron los que más me apoyaron cuando nadie más lo hacía, Alice me brindó su amistad, pude experimentar que alguien te aprecie como un familiar y Edward… me mostró que es el amor, estoy con su hijo en este momento, le amo pero no sé cuánto tiempo más pueda estar con ellos, no diré más pero en cambio me atreveré a pedirle algo, por favor, acérquese a sus hijos, Alice no sabe cómo acercarse y quiere su atención y cariño, con Edward no será tan fácil pero si no puedo quedarme con él no quiero que se quede solo- le dijo Bella, miró por un momento a Esme, mordió su labio, no sabía si debía decir algo más o simplemente marcharse, decidió hacer lo segundo y se dirigió al elevador, al último piso donde llegó Esme un par de minutos después.

-Buenas tardes señora Cullen disculpe que no llegara antes pero tuve asuntos legales que atender, lo lamento- le dijo Bella como si fuera la primera vez que la viera en todo el día al principio la señora Cullen se extrañó pero después sonrió,

-No te preocupes, sé que hay más asuntos que requieren tu atención. Hablando de eso, el día de mañana llegaré a las diez, también tengo unos asuntos pendientes.

-Bien llegaré a esa hora, ahora comencemos a trabajar- le dijo Bella sonriendo.

Al igual que el resto de los días Bella salió del lugar a las ocho de la noche pero en lugar de ir a casa iría a una estética a que la peinaran, maquillaran y a vestirse para ir a la fiesta de re apertura de la empresa vinatera de Edward en realidad no quería ir pero se lo había prometido así que a las nueve y media llegó al salón de fiestas, vio a su alrededor había importantes personas en el mundo del vino, empresarios y directores de empresas con diferentes áreas además de una que otra celebridad. No había caminado mucho cuando Alice, Rosalie y Jasper se acercaron a ella.

-Hola, no esperaba verlos aquí- les dijo Bella.

-Hice a mi hermano que me diera cinco boletos- dijo Alice sonriente.

-Me agrada tener personas conocidas con quien conversar- dijo Bella regresándole la sonrisa.

-Y con quién bailar- dijo Jasper tendiéndole la mano, una invitación a bailar, Bella dudó por un momento pero aceptó, se internaron en la pista de baile con un par de bailarines más.

-Quiero ofrecerte una disculpa, por lo que les hice pasar, a Emmett y a ti, ya no es necesario que vean a Aro de ahora en más se encargará las agencias- le dijo Bella mirando al rubio.

-Sé que tienes una razón para actuar, todos tenemos un motivo así como para nosotros es nuestra hermana, tú debes tener el tuyo, olvidémoslo y sigamos adelante.

-Bien, me divierte el estar con Emmett y es interesante hablar contigo- le dijo Bella sonriendo.

-Y ¿Cómo te va con el trabajo?- le preguntó Jasper.

-Muy bien, gracias. La arquitectura me apasiona y estoy teniendo grandes oportunidades para trabajar.

-¿Dónde estudiaste la universidad?

-En Francia.

-Vaya ¿De Chicago a Francia?

-Sí, obtuve ayuda.

-Desde ese entonces eras talentosa- le dijo Jasper sonriendo al saber más de ella, aún él no confirmaba que fuera su hermana pero él la consideraba ya su hermana, dentro de un par de días tenía planeado viajar al internado donde ella había estudiado para iniciar su investigación.

-Gracias- le dijo Bella, se separó del hombre cuando la pieza terminó- Iré a buscar algo para tomar, te veo después.

-Claro- le dijo Jasper regresando con los demás mientras Bella se internaba en la multitud, tomó una copa de champagne y salió a uno de los balcones, miraba la ciudad cuando sintió que alguien se acercaba, deseaba fuera Edward sino debería de huir, en realidad no quería hablar con alguien más.

-Creo que cada vez te debo más- le dijo Carlisle Cullen, la mujer consideró marcharse pero se quedó dónde estaba- Haz ayudado tanto a mis hijos.

-¿Puedo hacerle una pregunta?

-Claro.

-¿Por qué se dedicó a ponerle tantos obstáculos a Edward en su vida?

-Al principio me basé en los errores de mi padre sin darme cuenta que los errores que estaba cometiendo yo eran peores. Mi padre no tenía disciplina conmigo, no sabía dónde estaba o qué era lo que hacía la mayoría del tiempo, así que comencé a romper reglas a hacer lo que quería lo cual me llevó a Marco Vulturi y lo que después me llevaría a la cárcel así que pensé que tendría que ser estricto con Edward, saber lo que hacía, decirle que hacer, limitarlo y ser severo, él estaba yendo por el camino que yo le marcaba, no cuestionaba, todo lo hacía de forma automática hasta que conoció a una revoltosa que lo cambió completamente una señorita rebelde, con energía, ideas independientes, fuerte, que le hizo cambiar su forma de pensar y de actuar. Una noche en una fiesta miré los ojos de mi hijo y vi un brillo que nunca antes había visto, era cómo una llama, desde ese momento supe que no sería lo mismo, que mi hijo había cambiado.

-Así que por eso me odiaba, por cambiar a su hijo y… ¿Por qué llevaba tanto tiempo buscándome? ¿Será que a la niña que buscaban esa noche hace diecinueve años no era realmente a mí sino a Alice?

-Sí, por mi culpa es que te alejaron de tu familia y estás pasando todo esto, desde que supe que eres Isabella Swan me he preguntado cómo sería tu vida sino te hubiera alejado de tu familia.

-Lo deduje así pero en este momento no tengo el tiempo para imaginarme lo que a usted le agobia, no me arrepiento de nada, pero ahora que sabe que soy la hija que perdieron los Swan, ¿Por eso me trata bien y eso le hace pensar que ya no soy la peor persona?

-Debo admitir que eso me hizo ser más flexible con mi perspectiva, me di cuenta que fuiste y eres una gran influencia para mis hijos desde antes, ellos te aprecian, has hecho tanto por ellos. Yo no quería aceptarlo, no quería verlo porque me hiciste perder el control sobre mis hijos pero eso era parte de que crecieran, creo que tenía ese rencor hacia ti desde que tenías dieciséis años pero ahora me disculpo por todo lo que te he hecho, me arrodillaré si es necesario- le dijo el rubio haciendo ademán de ponerse de rodillas pero la mujer lo tomó del antebrazo.

-No es necesario, en verdad, son sus hijos a fin de cuentas, parte de usted. Me imagino que debió haber sentido y no le guardo ningún rencor siempre veré por Alice y Edward sin importar que piensen de mí.

-También me gustaría ayudarte, en lo que sea- le dijo el hombre, Bella le sonrió, lo cual le pareció raro a dos personas que veían a lo lejos desde diferentes puntos: Esme y Edward.

-Quizá el día de mañana vaya a desayunar a mi restaurante favorito por ahora me retiro si Edward o Esme nos ven podrían pensar cosas que no son- le dijo Bella retirándose de ahí y buscando a Edward, logró verlo a lo lejos, tan guapo como siempre, caminó hacia él hasta que sintió un fuerte dolor de cabeza, se sujetó de una trabe cerca de ahí, respiró profundamente y cuando pudo moverse salió al jardín. Últimamente por el trabajo las horas que le quedaban de sueño eran alrededor de cinco diarias pero en lugar de poder dormir tranquilamente siempre era atormentada por pesadillas, escuchaba gritos, llantos y sentía desesperación lo cual la hacía levantarse agitada a mitad de la noche pero había algo que le causaba curiosidad ¿Serían pesadillas o recuerdos esos sueños?