Finalmente me decidí a publicar este tierno fic.
Se me ocurrió, de repente, y realmente me enamoré.
Narrar desde Castiel es difícil, porque yo no soy tsundere (?)
Pero gracias a mi novio -al que le dedico el fic- pude hacer un intento, espero les guste.
Cas, así quiero verte en unos años.
¡Espero que les guste! Será un mini-fic de máximo 4 capítulos.
Disfruten.
-Castiel, ya es tarde. Arriba.- Escuché la voz de la chica de cabellos naranjas con el cual estaba tan familiarizado. Suspiré, había sido una noche fantástica, pero había dormido poco. Me revolví un poco entre las sábanas y parpadeé observando a mi esposa ya levantada, acomodando sus largos mechones a un lado y dejando ver su bella espalda descubierta. Sonreí. Era molesta, fastidiosa, chillona, pero desde que nos conocimos en el instituto, sólo había querido protegerla. De Ámber, de la zorra de Debrah, y por supuesto, de los otros chicos. Tuvieron que pasar 2 meses para que aceptara estar loco por ella. Y no me arrepentía. Nunca le mostraba mis sentimientos, rara vez le hacía un regalo, jamás le decía lo que sentía, y aun así, esa mujer de tez blanca y ojos tan bellos de un color rosa, me amaba. Era un asco como esposo, yo lo sentía. Pero cada noche, ella me hacía sentir que valía la pena estar conmigo. La adoraba, sencillamente. Y con un gruñido, la respiración entrecortada y un estúpido sonrojo en mi cara, se lo dije mientras la hacía mía. Le susurré: "Te amo". Abrazó todo mi ser cuando me escuchó, y hacerla feliz en ese momento, me hizo pensar mil y un maneras de agradecer al cielo por haberme dado ese fastidio tan hermoso.
Y vaya que hice bien en casarme con ella. Era un 25 de mayo cuando se lo pedí. Solamente 3 meses después de graduarnos del instituto, en la universidad.
-Eres una idiota si crees que voy a dejar que andes por ahí, sin nada que diga que eres mía.- Ella abrió sus rosados y preciosos ojos, sorprendida. No entendía, era una ilusa cuando se lo proponía.
-¿Qué quieres decir, Cas? No, señor, no pienso tatuarme tu nombre. ¡Tampoco quiero que mandes a Lysandro para vigilarme o algo así! Ya soy mayor, y tengo derecho de…-
-Que te calles, demonios. Lo he decidido. No saldrás sin esto, ni un solo día desde ahora. –Saqué la maldita caja con el anillo. Sabía que estaba sonrojado, pero intentaba ignorarlo y lucir como que me importaba una mierda. Carajo.- Y mientras más pronto hagamos esa ceremonia o lo que sea, más rápido podré decirles a todos estos prematuros que me perteneces. Te casas conmigo, sí o sí.- Se quedó en silencio. Abrió la boca sorprendida, un carmesí inundó sus mejillas y lágrimas resbalaron por su bello rostro. ¿Fui demasiado rudo? Suspiré, estaba a punto de pedirle una disculpa cuando me abrazó con fuerza. No dejaba de chillar. La abracé soltando un bufido.- Twi, no estés lloran…-
-Si quiero, tonto. Si quiero.- Ya no pude decir nada más. Me besó, la besé. Me ama, la amo.
"Sencilla" había sido la palabra con la que Twilight describió sería nuestra boda. "Nada ostentoso" "Sin muchos invitados" "Íntimo".
Íntimo, dijo ella.
Privado, dijo ella.
Nada ostentoso, dijo ella.
Fue exagerada, grande, complicada y todo un dolor de cabeza. Para ella. Lo primero que hizo después de cortar el pastel aquella noche, fue dar el suspiro más largo de su vida, seguido de un "Al fin". Estúpida. No sólo estaban todos, todos los compañeros del instituto, -Incluso el hijo de su gata madre de Nathaniel- sino también los de la universidad y sus familiares. Pensé que había sido un fastidio al principio, pero recibir todas esas felicitaciones, consejos y demás de todos los invitados, hizo sentirme por primera vez… No tan odiado.
Incluso, ese día el cabrón de Nathaniel y yo, hicimos las paces. Nadie se lo creía.
Pero lo mejor de ese día, fue cuando le dediqué una canción a Twilight enfrente de todos. Nunca había cantado en público, pero esa noche, toqué y canté para ella, una composición especial titulada "No luna ni estrellas, yo me quedo con el crepúsculo". Quedó curioso, pero le encantó.
Si en algo me destacaba, era en demostrarle mi cariño de la mejor manera en la que sabía hacerlo: Sin palabras. Besos, caricias y sensaciones se lo expresaban todo y más. La luna de miel había sido simplemente encantadora. Me esforcé más de lo normal por ser detallista, y casi vomito arcoíris cuando decidí hacer un montón de adornos en la habitación del hotel para nuestra noche de bodas. –Ayuda de Alexy, sé una mierda acerca del romanticismo.- Pero mi recompensa con tanta cursilería fue buena: Orgasmos hasta desfallecer.
Y me maldigo por tener tan buen tino. Apenas 3 meses después de nuestra luna de miel, la peli naranja resultó embarazada. No me lo podía creer.
¿¡Yo, el rudo Castiel, siendo padre!?
No es verdad. Buena broma, Twilight. Muy buena.
La noticia me había caído al hígado. Tuve que hablar con Lysandro y el babas de Kentin para tranquilizarme. E incluso Nathaniel me dio consejos. Me sentí estúpido, pero me di cuenta que debía aceptarlo. Una noche después de mi trabajo como presidente en la disquera más importante del país, manejaba en mi convertible negro cuando una pareja joven iba saliendo de una tienda para bebés. El semáforo tocó en rojo. La mujer tenía avanzada gestación, y el hombre no podía hacer más que besar y mimar a su esposa. Rebozaban de alegría. Tenía ganas de ir y preguntarle ¿Cómo puedes con eso, hombre?
Claro que puede con eso. Y es un simple idiota. Tú eres Castiel. Castiel. Claro que podrás con eso. Y con todo. Me estacioné enfrente de la tienda, y apenas entré vi unos zapatos color negro con un estilo punk. Reí. "Tendrás un mini-Castiel. Sí". Por mi mente pasaron imágenes de un niño aprendiendo a tocar la guitarra. Tan sensacional como papá. Claro que puedo con esto. Tomé los zapatos y se los llevé a Twilight.
Ella soltó una carcajada, y me abrazó. Lo había aceptado. Seremos padres. Excelentes padres. Y ambos podríamos con eso.
O eso creí, hasta que el embarazo avanzó. Si de por sí era fastidiosa, se volvió I-N-S-O-P-O-R-T-A-B-L-E por los siguientes 9 meses.
"No Castiel, estoy cansada." "No Castiel, aquí dice que puedes dañar al bebé." "Castiel, ¡Despierta! Se me antojó una sandía con camarones y arroz a la veracruzana" "Castiel, no puedo dormir, me siento una pelota." "Castiel, ¿Me veo gorda con esto?" "¡Castiel, se me cayó el vaso, soy idiota!" "Castiel, no me tocas nunca. ¡Ya no me amas!" "¿Castiel, por qué hablas con esa mujer?" "¡Castiel, ya sé que me eres infiel!" "¡Castiel, me hiciste llorar otra vez!"
¡CASTIEL, CASTIEL, CASTIEL!
Y como dijo Nathaniel.
-Respira, hombre. Cuenta hasta tres… Mil, en tu caso. Camina lejos de ella. Salte de casa, piensa cuánto la amas y en tu hijo. Regresa, y dile que sí a toda la mierda.- Y el rubiecito había dado un buen consejo, pues eso me mantenía en mis casillas. Pero explotaría en cualquier momento.
Y oh, qué momento. 27 de noviembre, 2:50 a.m.
-Cas… Casi… No me siento bien.-Bufé. Habíamos discutido hace unas horas porque no había querido ir por su helado triple de frambuesa y mermelada de plátano. Puaj. Hasta me daba asco con imaginarlo. De seguro estaba resentida y me quería fastidiar.
-No me friegues, Twilight. Y duérmete. - Le susurré con molestia. Tenía noches que no dormía bien por su culpa, y mañana tenía una junta importante, por lo que estaba muy estresado. Sentí que se levantaba de la cama, y lo dejé, volviendo a dormir.
Por unos minutos, pues momentos después la sentí jalarme.
-Castiel, es enserio, no me siento bien. Me duele mucho.- Su tono se escuchaba bajo. Suspiré y me senté, enserio no podía con ella. Según los estúpidos cursos de preparación de parto, debía acariciarla y tranquilizarla ya que estaba en el penúltimo mes. Hice una mueca y la atraje hacía mi, sentándola a un lado y recargándola en mi torso desnudo. Me sentí idiota acariciando su abultado vientre, pero alguien debía hacerlo.
Y el esposo era yo. Hoy no dormiría tampoco.
-Tranquila, ya pasará.- Solté un bostezo. Se quedó quieta sin decir palabra, le gustaba que le hiciera ese tipo de mimos, como a mi perro.
Sentí que se quedó dormida, y estaba a punto de hacerlo yo también, aunque fuera en esa posición, cuando soltó un grito que nos despertó.
-Una contracción.- Gimió. Suspiré, quizá exageraba.
-¿Estás segura, Twi? ¿Te dolió mucho?- Se levantó agarrando su vientre mientras asentía.
-Quiero ir al baño. Llama a mi mamá, por si acaso.- Dijo, mientras caminaba al baño de nuestra habitación. Bufé. No, no la señora-molestia-suegra. Agarré el teléfono sin ganas. Sentía que exageraba, aun no era su tiempo. Hice como si marcara y luego colgué, caminando al baño y abriendo la puerta.
-No contesta, amor. Mejor dejémoslo así y mañana te llevo… ¿Qué…? ¿Qué tienes…?- Me miró con rostro asustado. Estaba frente al retrete con las piernas separadas, y el piso estaba mojado.
Madre mía.
-Es hora, Cas. Rompí la fuente.- Me dijo. Alarma negra. No existía ese tipo de alarmas, pero era peor que la roja. Me bloqueé por una fracción de segundo, pero rápidamente la tomé en mis brazos y la guie a cama, secándola con rapidez. Llamé al hospital y ordenaron que la llevara de inmediato. Apenas y supe cómo cambiarla mientras ella respiraba agitada, estaba asustada.
Yo lucía rudo, pero tenía un miedo que me comía la sangre.
Mientras conducía a toda velocidad por las casi vacías –gracias al cielo- calles de la ciudad, decidí llamar ahora sí, a mi señora-molesta-suegra. La loca mujer gritó incongruencias y sólo entendí "Voy de camino al hospital" antes de colgar. Llamé a Lysandro y Nathaniel, que eran los que habían estado más al pendiente de nosotros, y a sus respectivas esposas y amigas de Twilight, Pinkamena y Jackeline. Lys le avisó a su afeminado hermano, y éste, a su molesta esposa Rosayla.
Cuando llegamos al hospital, estaba medio mundo esperándonos. ¿¡Cómo demonios llegaron antes que yo?! Rápidamente se llevaron a mi peli naranja, y me hicieron esperar con los demás. Nathaniel no ayudaba con mis estúpidos nervios, y Kentin se burlaba de ello.
Y el circo terminó por llenarse cuando Debrah, la mujer que me sigue peor que una mosca a la basura, se apareció como si nada en el lugar. Todos guardaron silencio, pero yo quería mandarla a volar de una patada.
-Tienes 5 segundos para irte. 1, 2…- Comencé a contar cuando me interrumpió.
-Gatito, no seas así, supe que tendrías un bebé y quise…-
-En tu vida, me llames gatito. Soy un hombre casado y efectivamente, tendré un hijo en unos minutos. Por lo tanto, que sea la última vez en tu vida que me llames así. Odio-los-gatos.-
-Oye.- Escuché la voz del ex delegado. Sabía que adoraba a esas mierdas con pelo.
-Cállate.- Bufé. La mujer estaba a punto de contestar algo cuando el doctor salió de la habitación de Twilight.
Sonrió.
Y sonrió.
Y sonrió.
Quería golpearlo.
¡Deje de sonreír, con una mierda!
-Es una niña.- Mi expresión cambió de nuevo. Y de nuevo, mi mundo giró en otra dirección.
¿Niña? ¿No un mini Castiel?
¿Una…Castiel?
Notita: Mi sucrette tiene el nombre de.. Twilight Sparkle (?) Pero no es ella. Es decir, físicamente no es así, ni mentalmente. Es mi sucrette sin un nombre bueno.
Pero, si me basé en las amigas para mencionar a las esposas de cada chico (Sólo quedó Pinkie igual...) pero a las otras les cambié el nombre: (Jackeline= AppleJack, Rosayla.. Pensaba en Rarity, pero puede ser Rosayla, ustedes decidan xD)
Igual, no es un crossover. Todas son OC (Original Character) con algunas bases.
Bueno, aclarado eso, ustedes critiquen.
¿Quieren siguiente cap? ¿Falta algo? ¿Es genial?
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WinryAndy00