Buenas a todos.

¿Que tal? Soy nuevo en esto y este es el primer One-Shot que hago, realmente ha salido en un momento de inspiración instantánea. No había tenido planeado escribir nada pero esto ha salido tan derrepente que me tomó por sorpresa.

Espero os guste.

Disclaimer: Los Personajes de Katekyo Hitman Reborn no me pertenecen, son entera propiedad de Akira Amano. Lo que leerán a continuación en una simple historia que no tiene nada que ver con el anime, realizada en un AU.

Pareja: R27

Advertencia: Los personajes han salido algo OoC, solo lo suficiente para adecuarse a la pequeña trama que tenía en mente.

Summary Completo: Porque se amaban. Porque se odiaban. Porque no podían estar sin el otro pero tampoco podían estar juntos. Porque querían alejarse pero eran demasiado egoístas para dejarse ir. Mantenían una relación enfermiza, desquiciada, dañina; algo que nadie mas que ellos comprendía. Algo que nadie mas que ellos podría sobrellevar como lo hacían. Porque si de amor al odio hay un paso, su amor y odio iban dela mano, en la misma relación y al mismo tiempo. Pero no les molestaba, lo disfrutaban y lo aceptaban.


Porque se amaban.
Porque se odiaban.
Su amor era enfermizo.
Su odio dañino.
Porque así eran felices y no deseaban cambiar.

- Reborn. - Llamo un encantador castaño de ojos avellana, su mirada poseía un brillo único que le entregaba una apariencia que podría resultar infantil pero sin perder la madurez que los años le habían entregado; aquella mirada se mantenía fija en el hombre que le acompañaba en la cama, esperando su respuesta mientras con su dedo indice hacia dibujos indescifrables en el desnudo pecho ajeno.

- ¿Que? - Fue la simple respuesta de un hombre de patillas rizadas, largas y singulares, de una penetrante mirada negra que se mantenía fija en el techo sin prestar la debida atención al joven entre sus brazos. Ambos se mantenían completamente desnudos, sin importarle realmente aquel estado, mantienen un semblante calmado y hasta divertido, de parte del castaño.

- Te odio. - Contesto con simpleza, deteniendo los dibujos con su dedo índice para levantar más la mirada, manteniendo una leve sonrisa entre sus labios como si su frase no hubiera sido más que un recordatorio, simples palabras lanzadas al aire que no tenían significado pero que al mismo tiempo lo poseían, uno muy pesado y hasta doloroso si no hubiera sido por el hombre fuerte e indiferente al que había sido dirigido.

- Ya lo se. - Un leve encogimiento de hombro de parte del mayor antes de levantarse de la cama donde hace solo un par de horas, tal vez menos, había unido su cuerpo con el joven castaño que no se había movido de su posición. - Te amo. -Agrego al final mientras se levantaba para caminar directo al baño dispuesto a quietar todo rastro pegajoso que pudiera adornar su tersa y bronceada piel.

- También te amo. -Correspondió el castaño, apoyando su cabeza en la palma de su mano mientras miraba al contrario caminar al baño; en su mirada se podía notar la sinceridad de sus palabras, del amor y al mismo tiempo del odio que había profesado hacia el contrario.

- Y también te odio. -Respondió el mayor sonriendo, por primera vez, con malicia y diversión mientras ingresaba al baño sin esperar alguna respuesta.

Porque no podían verse.
Pero tampoco separarse.
Querían matarse.
Aunque no querían estar sin el otro.
Un amor enfermizo y dañino.

Tsuna miró con aburrimiento los papeles entre sus manos, pasando las hojas bajo la atenta mirada de aquel hombre que no se había movido de su lugar a pesar de llevar cerca de una hora en la misma situación. Su mirada chocolate se elevó para mirar al mayor con molestia, frunciendo el ceño al encontrarse con aquella mirada onix tan insistente.

- Ya lárgate. - Ordeno no soportando mas aquel escrutinio al que se veía sometido, la mirada del mayor parecía recorrer su cuerpo son insistencia y un deseo mal contenido, con odio y amor al mismo tiempo, podía sentirlo. De solo sentir aquella mirada sobre su cuerpo le hartaba y sofocaba, sintiendo como el odio hacia el contrario emergía en su cuerpo.

- ¿Por qué ha de hacerte caso? - Replicó, aún sentado en la silla frente al escritorio del menor, de brazos y piernas cruzadas, mientra sus ojos recorrían las facciones ajenas. Su actuar le irritaba, que le ordenara lo molestaba y su odio se vía alimentado.

- Porque no te soporto acá, vete. - Replicó esta vez, casi ignorando su pregunta para darle la razón por la que no lo deseaba en su oficina, frente a él mirándolo de aquella forma.

- ¿Porque no me quieres cerca tuyo? - Cuestionó esta vez, suavizando su expresión seria y molesta que hace solo unos instantes tenía. El odio y molestia que había expresado se habían suavizado para dejar entrever parte de la resignación que sentía a la próxima respuesta.

- Porque te odio. - Respondió sin dudar, dejando ver aquel brillo molesto, que denotaba la voracidad de sus palabras, dejando al mayor observándole antes de encogerse de hombros.

- Bueno, coincidimos en eso al menos. - Dijo mientras se levantaba de donde estaba, caminando directamente a la puerta del despacho sin dar una mirada a su espalda.

Porque se deseaban.
Porque no se soportaba.
Porque día a día decían odiarse
Porque a cada instante se amaban más.
Una relación que solo ellos entendían y la aceptaban por egoísmo.

Una sonrisa se extendió por el rostro de Reborn, las yemas de sus dedos pasaron con suavidad por la espalda del castaño, delineando las vértebras que se notaban a través de la piel con levedad; una sonrisa encantadora fue su respuesta a tal tacto mientras el cuerpo a su lado se arrimaba a él.

- Me has despertado. - Reprocho con un tono calmado, sin demostrar la molestia ante tal acción contraria, dejando que la sonrisa se extendiera por sus labios mientras estiraba una de sus manos al pecho del contrario.

- Y eso que intenté no ser tan obvio. - Mintió sin el esfuerzo de parecer creíble, acercando su rostro al contrario para depositar un beso sobre su mejilla, rozando sus labios por su pómulo pasando por su sien hasta llegar a su frente donde depositó un nuevo beso. - Buenos días.

- Buenos días. - Respondió el saludo en un susurro, acompañado de un suspiro satisfactorio ante las caricias que el mayor le proporcionaba dejando entre ver con su mirada el amor hacia el mayor que lentamente parecía crecer aún más. Sus dedos se movieron por el pecho ajeno, ascendiendo hasta pasar por su cuello hasta llegar a su rostro, pasando sus yemas por su mejilla hasta llegar a sus singulares patillas.

- ¿Has dormido bien? - Cuestiono mientras se dejaba hacer por el menor, siendo el único con el privilegio de tocar aquella parte de su cabello tan singular y llamativas. Sus labios pasaron por su mejilla una vez mas, bajando por su mentón hasta su cuello en donde mordió una vez mas sobre la marca que la noche anterior, envueltos en el placer y la pasión, había dejado sobre el cuerpo del muchacho.

- De maravilla. - Murmuró sin querer cortar aquel momento, deseando que perdurar para siempre, deseando estar en brazos del contrario sin importar lo que otros pudieran decir. - Te amo Reborn. - Elevo su mirada para ver al contrario con una encantadora sonrisa.

- Te amo Tsuna. - Contesto correspondiendo su sonrisa con una igual de sincera, amorosa e, incluso, lujuriosa.

El egoísmo los mantenía juntos.
El deseo los hacía amarse.
La molestia los hacía odiarse.
Se amaban y odiaban que les dolía.
Pero no querían dejarse ir porque eran demasiado egoístas para compartir.

- ¿Saben el motivo de su visita? - Cuestionó una mujer de cabellos negros y ojos esmeralda, mantenía su mirada fija en la pareja de hombres que frente a ella se mantienen serenos sin mostrar algún tipo de reacción ante su pregunta. - ¿Por qué no empiezan por decirme que sienten por el otro?

- Le odio. - Contesto con simpleza un castaño cruzado de brazos, sin volver su mirada a su amante que se mantenía a su lado, sin aparentar algún tipo de reacción ante su afirmación. La mujer lo miro entre incrédula y sorprendida mientras una de sus cejas se arqueaba; volvió su mirada al hombre de patillas rizadas en busca de una respuesta a su pregunta.

- Le amo. - Hablo cuando sintió la mirada de la mujer sobre su persona, manteniendo sus ojos fijos en aquellos que parecían escrutar con detenimiento. Una mueca se dibujó entre los labios del castaño al ver la mirada fija que aquella mujer le daba a su acompañante.

- ¿Por qué están juntos? - Cuestionó esta vez, carraspeando para que su voz no sonara sorprendida.

- Porque le amo. - El castaño, una vez más que el primero en dar su respuesta, mostrando una encantadora sonrisa como si su declaración no hubiera sido sucedida por una declaración de odio. La mirada de la mujer volvió abrir una vez más antes de volver al hombre mayor.

- Porque le odio. - Esta vez no hubo posibilidad de que la sorpresa pasara inadvertida por el rostro de la joven mujer, alternando su mirada entre amos hombres en busca de una respuesta coherente que no le provocara una mas confusión, que no le llevara a pensar en lo enfermiza y desquiciada relación que parecían llevar por delante.

- ¿Que los lleva a seguir con su relación? - Cuestiono, ahora indecisa de si seguir con aquellas preguntas que solo hacían dejarla más desconcertada por las respuestas entregadas.

- Porque me pertenece. - La respuesta al unísono sobresalto a la mujer, observando aquel par de ojos decididos, posesivos y territoriales que la miraban como un enemigo, como un simple insecto que no debía existir.

Finalmente llegó a la conclusión de que aquella relación frente a ella no era sana; eran enfermiza y dañina.

Porque se amaban.
Porque se odiaban.
Porque eran demasiado egoístas para dejarse ir.
Porque su relación era enfermiza y dañina.
Pero ellos disfrutaban de esa relación, era suya y ya no había vuelta atrás.


Bueno, eso ha sido todo, espero les haya gustado.

Tal vez me anime a escribir algo más, pero primero deseo saber que opinan de este pequeño One-Shot.

Nos vemos~

P.D.: Un Review es el motor de un escritor~