Disclaimer: applied.

El fic participa en el reto temático de Diciembre "Annie&Finnick" en el foro "Días Oscuros".


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VERDE MAR

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Así son sus ojos: bonitos y melancólicos, como un caleidoscopio de diversos colores. A veces, bajo la luz, pueden verse clarísimos, otras (cuando mira al mar) pueden ser azul noche, y ante las cámaras al sonreír de esa forma vaga y artificial sus ojos son verdes opacos, vacíos de vida aunque su boca se empeñe mostrar lo contrario.

Pero siguen siendo hermosos, los ojos más bonitos que Annie tiene la suerte de contemplar, aunque la mayor parte del distrito 4 tenga ese color característico en sus iris. Hay algo en ellos que lo hace especial.

Annie ha visto de todo en esos ojos, desde la más chispeante diversión cuando la ve esconderse de él con timidez, hasta el más profundo de los miedos al despertar de una pesadilla.

A veces, quiere ir con él, esconderse bajo las mantas y abrazarlo hasta que sus gritos cesen, porque cuando escapa a escondidas para ir a dejarle algunas chucherías que recoge las mañanas en el mar (caracoles y estrellas), lo oye gritar, aterrado y desesperado. Y quiere calmar su dolor, decirle que todo está bien aunque sea falso.

Pero la noche termina, ella se va, y él sigue con su vida.

Pronto, deja de ser una niña, pero el sigue siendo un vencedor con una retafila de amantes guapas y ricas.

Eso no ha detenido su admiración, tampoco sus sonrojos cuando sus ojos se encuentran y él la saluda, recordando a la niñita de coletas que le dio un beso en la mejilla después de su coronación. Le cuesta, pero toma valor y empieza su lucha. Empieza saludándolo, entregándole en las manos las chucherías que colecciona aunque después huye con pavor. No se siente tan bonita como algunos aseguran, cuando está frente a él su cuerpo se congela, y se siente pequeña, tonta y vergonzosa. Y por eso, da un paso y retrocede dos. Sin embargo, una noche la rutina entre los dos se rompe.

Deja las conchas marinas y las estrellas en su puerta, y luego va al mar para nadar. Juguetea y ríe sin ser consciente de que está siendo observada. Cuando sale toda empapada, con la ropa pegada al cuerpo y tiritando de frío, los ojos (sus ojos chispeantes) están mirándola con diversión.

Simple y llana diversión.

Él le tiende la mano, ella se petrifica de nuevo. Aquel es el comienzo de una extraña amistad.

Annie aún tiene miedo, timidez en realidad, y suele hablar bajito cuando él la mira con atención. Es un caballero, aquel que no es en las cámaras de televisión, pues las mujeres del Capitolio quieren y exigen un hombre descarado y perverso. Es amable, honesto, quizá algo cínico y amargo, pero también extrañamente dulce y distante. Existen momentos en los que camina junto a ella en la arena, y su mente está a kilómetros de allí. Annie se pregunta si es realmente una amiga o una conocida, quizá menos que eso. Él no la aleja pero es demasiado reservado, pide poco y da tanto.

Es uno a su lado, y otro dentro del Capitolio. Pero ella no se queja, lo recibe con una sonrisa y muchas chucherías cuando baja del tren después de cada juego. Caminan por la arena, ella habla, ella ríe, ella le da la mano y lo contagia de un poquito de esperanza. Porque él con sus sonrisas decaídas, sus ojos tristes y su alma quebrada, está tan contaminado de la locura de sus opresores que quiere rendirse.

Annie no lo permite. Lo ama demasiado. Quiere que él viva, que él la vea como una razón para resistir a ese mundo cruel. Y, una noche antes de la nueva cosecha lo lleva a la playa.

Canta para distraerlo, aunque lo hace terrible. Él se ríe, ella se sonroja. Finnick está relajado para la fecha que se acerca, y Annie nota que la observa de un modo extraño. Balbucea un poco, azorada ante la intensidad de sus ojos, pero al final se pone firme.

Es su noche, la vergüenza no arruinará nada.

—¿Quieres decirme algo, Annie? —pregunta Finnick.

Asiente con un poco de timidez, y se acerca a él. Finnick alza una ceja pero no pierde su sonrisa.

—Soy todo oídos —replica guiñando un ojo. Le toma una mano, y ambos notan que ella está temblando.

Finnick la mira sin entender, y Annie pierde la capacidad de pensar. Lo besa. Echa sus manos alrededor de su cuello, enrienda los dedos en el cabello broncíneo, y presiona sus labios contra los de él. El contacto no dura mucho, Annie no sabe nada de besos, y está por rendirse cuando Finnick sale de su asombro y la besa a su vez.

El contacto es diferente, más… intenso, más apasionado.

La felicidad estalla en su pecho, entre susurros y un caudal de cortos besos, él le dice una y otra vez toda la noche "te amo". Dos simples palabras que cambian su mundo entero.

Y siente que puede atreverse a ser feliz.

Al día siguiente, su nombre sale en la cosecha, y la felicidad se estrella contra la realidad.

No llora pero sabe que ha perdido, es imposible ganar. No tiene ninguna habilidad además de nadar.

Morirá.

—Cuando estés en la arena concéntrate en sobrevivir —le dice Finnick aferrándose a sus hombros. Está desesperado y aterrado, no quiere verla morir. Annie sabe que él hará cualquier cosa por sacarla con vida de la arena—. Utiliza todo tu ingenio para ocultarte y esperar. El resto déjamelo a mí.

Se aterra, y siente desprecio por su propia debilidad. ¿Cómo dejarlo quebrarse por ella?

—No, no hagas nada. Déjame sola, déjame morir. ¡No te vendas por mí!

Finnick sonríe de forma agridulce.

—Si mueres, moriré también. Mi cuerpo no me pertenece, quizá nunca me perteneció, es del Capitolio —murmura, y le pasa los labios por la frente—. Pero mi corazón es tuyo, te lo entregué hace mucho. Así que déjame usar sus trucos contra ellos. Tienes que vivir para que yo viva. Júramelo.

La besa. Annie se aferra a él, a sus labios, a su piel, se aferra al "te amo" que le susurra de nuevo, y sabe que no puede cambiar su opinión.

Las lágrimas inundan sus ojos, pero se niega a llorar. Irá con la frente en alto, recordando a Finnick y sus ojos, claros y oscuros a la vez, opacos y llenos de vida.

Sus ojos que son como un caleidoscopio.

Sus ojos verde mar.

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Bueno, lo subo de una vez :3, aquí está mi aporte. Espero les guste.

Bella.

Editado (02/09/2019): Sip, cuando más leo mis fics antiguos me doy cuenta que solía ser muy… cursi e.e.