Let's Play Pretend

Creadoras:
anxioussquirrel (texto) & headbandxbowties (arte y video)
Traducción autorizada a cargo de Darren's Loveeer

Título inspirado en la canción "Pretends" interpretada por Lights

Nota técnica:
Casi todos los capítulos cuentan con contenido visual adicional (photosets, incluso videos) hechos por Hachi, pero FF no permite imágenes o links. De igual manera, la historia tiene canciones específicas. La traducción está disponible también en AO3 y en scarves&coffee con todo el contenido visual que corresponde a cada capítulo. En mi perfil encontrarán los enlaces a AO3, y a scarves&coffee.


Misterio


Chismes.

Cada escuela secundaria se alimenta de ellos, depende de la afluencia constante de jugosas novedades para amenizar el aburrido proceso de aprendizaje. William McKinley High School en Lima, Ohio no es la excepción. Ya sea a través de los rumores en los pasillos y en el almuerzo, o a través del periodicucho escolar, o del blog de Jacob Ben Israel, los chismes circulan por las venas del cuerpo estudiantil y los mantienen vivos.

Esta semana -la primera semana del tercer año de secundaria de Blaine Anderson- el tema más candente es un par de nuevos estudiantes transferidos de LA. Son inmediatamente fascinantes porque wow, LA, ¿por qué iba alguien a querer mudarse de Los Ángeles a Lima? Pero esto no es lo único que los hace ser dignos de ser el chisme central.

Ellos son simplemente... diferentes.

Blaine nunca se ha preocupado mucho sobre los chismes, pero para el Viernes incluso él no puede escapar de los rumores que se riegan por toda la escuela como olas. Las chicas de su club Glee no dejaban de balbucear acerca de los nuevos estudiantes, contando más y más historias fantásticas. Pronto Blaine sabe más de lo que quería saber acerca de los dos extraños, a pesar de que sospecha que la mayoría de esos rumores, no tienen nada que ver con los hechos.

Y okay, su curiosidad puede haber alcanzado su punto máximo.

Sus nombres son Rachel y Kurt Hummelberry. Son hermanos -ambos estudiantes de tercero, así que probablemente gemelos, a pesar de que no son ni remotamente parecidos. Se mudaron a un vecindario no muy lejos del de Blaine a principios de Agosto, y sin embargo nadie los había visto por aquí hasta el primer día de clases.

Alguien escuchó que habían estudiado desde casa y que esta era su primera vez en una escuela secundaria de verdad -o incluso una escuela en general. Alguien más jura que oyó algo acerca de un programa de protección de testigos, lo que conduce a descabelladas congeturas acerca de conexiones con la mafia, o que los hermanos fueron testigos de un crimen -o que participaron en uno, porque ¿por qué no, cierto? Eso explicaría la extraña vibra que emiten. Algo inquietante, una especie de distancia que mantienen, que inmediatamente genera miradas curiosas y, en algunos casos, malos comentarios.

— Ni siquiera intentan encajar, —señala Mercedes mientras todos comen su almuerzo en la mesa de siempre del club Glee.— O sea, ¿sus ropas? Vamos, es la secundaria, no una cena en un club estilo country. Entiendo lo de los vestidos, ¿pero trajes o camisas de vestir cada día? Además, ¿alguna vez los han visto hablar con alguien más que no sean ellos mismos?

— Tal vez son gemelos siameses, —medita Brittany, sin levantar la vista de su plato.— Vi un programa acerca de eso.

— Britt, en realidad no están unidos de la cadera. —se burla Artie.

— Bueno, no, pero tal vez ya los separaron y no pueden acostumbrarse a ello. Eso debe ser demasiado duro para ellos.

De hecho, aparte de la teoría de Brittany, Blaine sólo ha visto a los hermanos juntos, ya sea en clases o en los pasillos. Incluso ahora están sentados en una pequeña mesa afuera en el patio, solos. Y no es porque tengan que hacerlo, él lo sabe. Todo el mundo siente curiosidad respecto a ellos; incluso el grupo de los populares probablemente los aceptaría, aunque sea sólo para aprender acerca de la vida en LA. Pero ellos responden en monosilabos cuando alguien se les acerca y rechazan cualquier intento de amistad sin una segunda mirada, como reporta Santana con un bufido burlón. No tiene precedentes. Todo el mundo quiere ser popular, ¿no?

Todo el mundo menos ellos, al parecer

...

Unos días después, los rumores alcanzan ridículos niveles.

Los Hummelberry son los hijos ilegítimos de una celebridad de LA, que los mantuvo ocultos durante un largo tiempo. La prensa se enteró de su existencia por lo que fueron enviados lejos.

Están teniendo una incestuosa historia de amor.

Van a heredar una enorme fortuna si es que llegan a los 21 sin ser asesinados -así que, por supuesto, no interactuarán con simples mortales. Además, no es como si confiaran en alguien.

Es una locura, y Blaine empieza a sospechar que Jacob Ben Israel está poniendo en acción una especie de concurso para determinar cuales son las especulaciones más dementes.

Y en serio, una vez que te tomas un momento para observar realmente a los hermanos sólo un poco -Blaine tiene una hora libre y ellos están sentados convenientemente cerca de él en la biblioteca- ellos se ven bastante normales, al menos para él. Sólo un par de chicos de transferencia que no se han adaptado aún a su nueva escuela, nada que ver con lo que los fanáticos del chisme están haciéndoles parecer.

Excepto que... tal vez haya algo que ver. Tal vez son una especie de creaturas mágicas, de hecho, porque una vez que Blaine empieza a mirar... simplemente no puede parar. Es como si de repente fuera incapaz de controlarse a sí mismo

Ambos son atractivos, tiene que admitirlo. Esto lo toma por sorpresa, porque mientras que la belleza de Rachel es bastante obvia, en realidad él nunca antes miró a un chico y pensó Wow. Él es impresionante. Pero entonces, Kurt es completamente diferente a cualquier chico que Blaine haya conocido antes -elegante y perfectamente elaborado, casi extrañamente hermoso. Hay algo etereo acerca de él -acerca de ellos; con sólo un poco de caracterización podrían pasar por elfos, o tal vez hadas. No puede dejar de pensar en cuán más hermosos serían si sonrieran. Nunca lo hacen, o al menos él nunca lo ha visto.

Okay, suficiente, decide una hora después, dejando la biblioteca. Él ya les ha dedicado demasiado tiempo y atención. Es hora de sacarlos de su mente antes de que llegue a estar tan obsesionado con ellos como la mitad de la escuela parece estar.

...

Para el siguiente Viernes, Blaine ya no puede engañarse a sí mismo -es demasiado tarde, y ya está bajo su hechizo.

Cada vez que los hermanos pasan junto a él en los pasillos llenos de gente, no puede evitar mirarlos. Y no es sólo porque Rachel tiene unas piernas fantásticas y que esas medias a la altura de la rodilla que le gusta usar, sean algo sexy.

Algo acerca de los Hummelberry lo atrae, reclama su atención. Así que sigue mirándolos, cada vez que puede -preguntándose si ha cruzado la línea a ser ya espeluznante, esperando que no. Prometiéndose que dejará de hacerlo pronto.

No es tan fácil.

...

Un mes después, el consenso general acerca de los nuevos chicos es que, cualquiera que sea su historia, siguen apartados de la gente, actuando como si fueran mejores que cualquiera en Lima. La gente ya no trata de hablar con ellos, y hay alguna mirada ocasional cuando ellos hacen algo extraño, como caminar por los pasillos con los brazos entrelazados. Su extraña y constante cercanía mantiene los rumores con vida, por supuesto. Pero tal vez así es en LA.

De cualquier manera, Blaine y sus amigos del club Glee tienen problemas más grandes que los poco sociables y nuevos estudiantes.

Una vez más, hay muy pocos de ellos para las competencias. Los folletos han sido colgados por toda la escuela por días, incluso cantaron Empire State Of Mind en el patio, y sin embargo nadie ha preguntado acerca de unirse. Saldrán adelante, como siempre lo hacen, pero necesitan conseguir que al menos dos personas más se unan pronto, o estarán condenados. Si no compiten este año -o si llegan a las Nacionales y no ganan- será el fin de New Directions, de una vez por todas. El Director Figgins se aseguró de advertirles acerca de eso. Dos veces.

Así que cuando los hermanos Hummelberry simplemente entran en el salón del coro un día a finales de Septiembre, el Sr. Schue casi se olvida de una audición a causa de su emoción. Sin embargo, da un vistazo a los rostros dubitativos en todo el salón, y pregunta tímidamente si tal vez tienen algo preparado -cualquier cosa- para mostrar sus habilidades. Por supuesto que no es más que una mera formalidad. El club sólo necesita dos miembros más, aunque sólo sea para balancearse rítmicamente en el fondo y muevan sus labios en sincronía. Y tomando en cuenta el poco interés que Rachel y Kurt han mostrado en cualquier club o interacción humana básica, incluso Blaine secretamente duda de que puedan ofrecer mucho más que eso.

Blaine los observa -por primera vez no se siente como un acosador, lo que es agradable- mientras hablan con la banda y toman asiento en los bancos altos uno al lado del otro. Por supuesto que van a cantar juntos.

Lucen tan elegantes y agraciados como siempre -Kurt en un traje plateado, Rachel en una sencilla blusa de estilo marinero y una falda negra- pero lo que más sobresale para Blaine es lo compuestos que son, lo relajados que lucen mientras se sientan frente a la pequeña audiencia, sus posturas son un exacto reflejo del otro, y esperan a que la música empiece. No hay un atisbo de nervios en su comportamiento, lo que le hace pensar que son completamente novatos o que confían mucho en sus habilidades, porque nadie les ha dicho lo contrario, o de verdad saben lo que están haciendo.

Y empiezan a cantar y oh, ellos saben lo que están haciendo.

Es un dueto de Happy Days Are Here Again/Get Happy, que puede muy bien haber sido escrita para ellos porque son casi tan buenos como Barbara Streisand y Judy Garland. Sus voces son asombrosas -ambas puras y fuertes, deslizándose por las notas sin esfuerzo alguno y combinándose perfectamente. Y se ven tan radiantes cuando cantan. Es inmediatamente obvio que no son ajenos al canto -y Blaine lo sabría porque él tampoco lo es. Voces como las de ellos -son más que simple talento; son años de práctica también.

Es absolutamente claro para todos que no sólo acaban de encontrar a los dos nuevos integrantes del club Glee. Es posible que hayan encontrado a dos nuevos líderes para el club Glee, y Blaine sabe que estará feliz de compartir la atención. Incluso Mercedes, su voz femenina más fuerte hasta el momento, luce sorprendida cuando Rachel entona sus notas más agudas, y cuando Kurt se une a ella sin esfuerzo, todo el mundo se queda en estado de shock porque eso simplemente no debería de ser posible. El Sr. Schue parece que va a llorar de felicidad.

Son aceptados con los brazos abiertos, por supuesto. Y si Blaine está feliz al respecto, bueno... él quiere sólo lo mejor para el club, ¿okay?

...

Pasan los días y los Hummelberry están ahí, entre ellos y de cerca, y ya no parecen extraños o distantes. Siguen sentándose juntos y no hablan mucho, pero se siente como si de alguna manera hubieran bajado sus defensas. Algunas veces sonríen (y sí, ambos son mucho más hermosos cuando lo hacen), y observan las acostumbradas bromas y el drama con ojos curiosos, y la fascinación de Blaine que apenas ha empezado a desvanecerse estalla de nuevo con venganza.

Unas semanas después es difícil imaginar a New Directions sin Rachel y Kurt. Sus contribuciones de voz son más notables, por supuesto, pero su baile no es malo tampoco, e incluso hablan un poco más, aunque sólo sea acerca del club Glee y de asuntos escolares, manteniéndose extremadamente herméticos más allá de eso. Demuestran que ambos son espectaculares cantando en solitario o en pareja. Ya no parecen tan distantes, al menos no en el salón de coro, y la mayoría de las molestias que el resto del club Glee sintió a su alrededor, se ha ido. Son simplemente dos chicos más de Glee, únicos y diferentes en su propia forma. De alguna manera sus peculiaridades los hacen encajar en el grupo en lugar de alejarlos más. Después de todo, New Directions se compone de personas que destacan, de una u otra manera.

Ellos no son de los que agradan automáticamente, por supuesto -todavía hay algo en ellos que hace que la gente no se acerque demasiado, y francamente, su actitud puede ser un poco áspera algunas veces. Tal vez es lo tranquilos y seguros de ellos mismos que son, o como algunas veces intercambian esas miradas, como si conocieran más y supieran más; como si la elección de canciones para las Seccionales fuera un detalle de tan poca importancia en la gran escala de la vida. Lo que obviamente es cierto, pero, ¡vamos! Además de que Rachel particularmente se comporta como una diva a veces, demasiado entusiasta y demandante, y entonces es realmente difícil que te agrade.

Aún así, el pequeño enamoramiento de Blaine persiste y lo curioso es que él ni siquiera está seguro de quién se siente atraído. Sería natural si sólo se sintiera atraído por Rachel, que es una niña preciosa después de todo, inteligente y con una voz para morirse -pero no es así de fácil.

Es como si ella sola no le provocara nada -también es él... Kurt. Son ellos, juntos. Esto es nuevo y extraño, y algo más que es inquietante acerca de los hermanos, pero Blaine elige no pensar demasiado en ello. No es como si él fuera a hacer algo al respecto. Ellos nunca han hablado aparte de algunas cuantas palabras fugaces durante los ensayos. A él simplemente... le gusta observarlos. En el salón de coro y en clase, y algunas veces en los pasillos. Son como bonitos pájaros exóticos. Y si ellos atrapan su mirada y le sonríen algunas veces -bueno, no significa nada.

Pero ellos atrapan su mirada y le sonríen, a cada rato, e incluso sin palabras, se siente bien. Se siente como una especie de honor porque ellos no parecen hacerlo con nadie más fuera del salón de coro. Conforme pasa el tiempo, Blaine comienza a esperar la oportunidad de pasar junto a ellos en la zona de casilleros, o sentarse cerca en el patio donde ellos siempre almuerzan, sólo para atrapar la mirada del azul o el marrón de sus írises.

Es en una de esas ocasiones, tres semanas después de haberse unido al club Glee, que es testigo de una sombría escena.

Los hermanos están de pie por el casillero de Kurt antes de las clases de la mañana cuando Blaine se acerca, listo para pasar junto a ellos, deseoso de ver el brillo de reconocimiento en los ojos de Rachel, el hoyuelo en la mejilla de Kurt cuando le sonríe, casi tímidamente. Pero ellos no le prestan atención esta vez, absortos con ellos mismos. Kurt sosteniendo a Rachel llena de lágrimas, la abraza fuertemente, sus ojos nublados y preocupados, y la sonrisa radiante de Blaine se desvanece rápidamente, sustituida por preocupación. Quiere preguntar qué pasa, ofrecerles su ayuda, pero no tiene idea si hay algo que él pueda hacer, o si ellos incluso, quieren que él se entrometa en su momento privado.

Al final, no se acerca; no se siente con el derecho de hacerlo. Ellos parecen absortos en su pequeño mundo, incluso más que de costumbre. Pero mientras Blaine se da la vuelta para irse, Kurt atrapa su mirada, y aunque no le sonríe esta vez, hay algo en la intensa tristeza en su mirada que se dispara directo al corazón de Blaine, extraño y agudo.

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Rachel está temblando en brazos de Kurt, exhalando sollozos, estremeciendo todo su cuerpo, y él solo puede sostenerla y tratar de tranquilizarla, le promete que todo estará bien, aún cuando él sabe que es una gran mentira. Pero es lo que ella necesita en este momento, así que desempeña su papel mientras muerde el interior de su mejilla, duro, porque ahora no puede pensar en él mismo, en lo que significa para él. Están juntos en esto, pero ella es la fuerte, siempre lo ha sido.

Rachel no ha dicho una sola palabra todavía, ha estado llorando desde que salieron de la cocina después de la conversación con sus padres -despues del ultimatum- y por el amor de Dios, ¿tenían que hablar de esto antes de ir a la escuela? Tienen examen de matemáticas del primer periodo, y un día entero lleno de clases, y ahora Rachel es un manojo de nervios y no hay mucho que pueda hacer Kurt.

Lo intenta, de cualquier manera, abrazándola más fuerte y susurrándole al oído, ignorando las miradas de los estudiantes que rondan por ahí.

— Hey, ssshhh. Todo va a estar bien. Sé que duele; me duele a mi también, pero vamos a sobrevivir. Siempre sobrevivimos, Rachel, tú lo sabes. Podemos seguir cantando en casa como siempre, no necesitamos al club Glee para eso; no es lo mismo, pero de todas maneras somos fabulosos. Vamos, le diremos al Sr. Schue durante el receso, y después compraremos un montón de helado de camino a casa, y tendremos una buena e indulgente tarde. Haremos todo lo que tú quieras, te lo prometo. Incluso puedo...

Ella sólo llora más fuerte, pero de alguna manera logra decir algunas palabras, húmedas y ásperas.

— Kurt, no, yo sólo...

Lo que sea que ella está tratando de decir, es interrumpido por una nueva oleada de lágrimas y Kurt se queda devanándose los sesos febrilmente en busca de otra razón.

— Espera, ¿estás preocupada de que ellos no puedan arreglárselas sin nosotros? Hey, estarán bien. Con la unión de Sam y la chica que Puck trajo la otra vez, estarán bien, hay gente suficiente para competir. Sé que no será lo mismo sin nuestras voces, pero no podemos hacer nada, ¿o sí? ¿Rach?

Ella está mirándolo ahora, negando con la cabeza, sus sollozos disminuyendo lentamente, y hay mucho dolor en sus ojos, tanta desesperación que lo asusta. Es demasiado intenso, incluso para ella, y Rachel es la viva imagen de la intensidad en un día cualquiera, así que eso dice mucho. Ella abre la boca, vacilante, y Kurt tiene el repentino impulso de tapar sus oídos, temeroso de lo que va a escuchar.

Por supuesto que no lo hace.

Kurt... No quiero dejar Glee.

Lo sé, yo tampoco, pero...

No hay que dejar Glee. Por favor.

Ella está rogando. Implorando incluso; sus ojos enormes y húmedos. El corazón de Kurt parece detenerse.

Pero Rach, eso significaría...

Sí.

Perderíamos un año. Ellos no van a cambiar de opinión.

Lo sé. Pero... No puedo renunciar a eso, a este sentimiento de estar viva. ¿Cuándo fue la última vez que te sentiste tan vivo, Kurt?

Él siente ganas de llorar. De gritar o tal vez huir y esconderse en alguna parte. Pero eso no ayudaría, ni siquiera un poco, porque él no puede esconderse de sí mismo, o del hecho de saber que ella tiene razón. Nunca se ha sentido tan real como se siente ahora en el club Glee, ni siquiera cuando ellos... Simplemente no.

¿Pero está listo para renunciar a un año de su vida por esto?

Desde el otro lado del pasillo, atrapa un destello de enormes ojos color ámbar, fijos en ellos. Inquietos. Es ese chico otra vez, ese adorable chico del club Glee. Blaine.

Hay tan poco tiempo, y tantas cosas que Kurt quiere hacer.

-8-8-8-8-8-

Blaine saca esa escena de su mente mientras él sigue adelante con su día, anulando la inquietud que trata de volverse preocupación. No ayuda mucho sin embargo, y cuando llega la hora del ensayo del club Glee, se siente un poco desesperado de saber si los hermanos están bien. No está seguro de lo que espera encontrar cuando casi tropieza por la puerta del salón en sus prisas, pero no es eso.

Rachel y Kurt están en sus asientos habituales, hablando en voz baja -sin angustia visible en sus rostros, no hay señal de que algo fuera de lo ordinario ocurrió. Rachel incluso parece más radiante que de costumbre, rebosante de felicidad mientras escribe algo en su cuaderno forrado de rosa. Es como si Blaine se hubiera imaginado la escena de la mañana, inventándolo en su cabeza -lo que es bastante seguro que no hizo.

El todavía está observándolos cuando Kurt levanta la mirada, viendo directamente hacia él y sonríe, más abierto y más cálido que su habitual sonrisa reservada. Al instante siguiente Rachel echa un vistazo entre su hermano y Blaine, algo está cambiando en su rostro, y entonces ella le sonríe alegremente también. De pronto Blaine se siente atrapado, enredado en una red, que ni siquiera quiere intentar luchar -sus hermosos rostros, sus sonrisas, sus ojos, diferentes pero similarmente intensos, manteniéndolo cautivo.

Sólo dura unos instantes antes de que el Sr. Schue entre en el salón, disparando, de buenas a primeras, nuevas ideas, y los hermanos se apartan. Aún así, la cabeza de Blaine está girando, con el corazón pleno y golpeteando mucho tiempo después, y es una tontería cuando nada realmente sucedió -nada, ni siguiera una palabra intercambiada entre ellos.

Es sólo que... él no puede evitar sentir que algo acaba de suceder. Como algo que se ha decidido y que es sólo cuestión de tiempo antes... de que... él no lo sabe. Pero Blaine piensa que está listo para averiguarlo.