¡Hola a todos!, ¿cómo han estado? Espero que estén bien en este domingo :D.

Aquí les caigo con un drabble que se me acababa de ocurrir XD. Ojalá les guste.

¡Un saludo!

Vicka.

P.d: Los personajes de South Park no me pertenecen... Lástima...


Penoso malentendido.

Randy estaba sudando frío.

Lo que escuchaba detrás de la puerta de la habitación de Stan era una cosa inaudita, indescriptible, alocada… Simplemente estupefacta.

- Ngh… M-Mark- se escuchaba un susurro del otro lado de la puerta -… M-Mark… ¡Oh, Mark! D-Dios… ¡Se siente bien!

- ¿Te gusta?

- S-sí… M-Más…

- Bien…

- ¡Ah! ¡Sí, sí, sí! ¡Ahí! ¡Ahí! ¡Rápido, por favor!

- ¡Lo que tú digas, Stan!

El señor Marsh no podía creerlo.

Su hijo y Mark Stomper, compañero de escuela del primero, estaban teniendo sexo y de manera descarada en su habitación.

Hasta podía imaginárselo: Uno metiéndole la polla al otro, haciendo veinte mil posiciones indecorosas dignas de adornar las páginas del sagrado libro del Kamasutra. Su hijo abriéndose de piernas a un chico que estuvo en la correccional juvenil por haber agredido a quién sabe cuánta gente era una imagen desagradable, y eso que no tenía nada en contra de los homosexuales.

- ¡Basta! – exclamó.

Giró la perilla y entró intempestivamente a la habitación.

- ¡Muy bien, hijo de puta, aléjate de mi hi-!

Lo que Randy vio… No fue una cosa de otro mundo.

Stan estaba en la cama con su pierna enyesada; el chico Stomper, por su parte, estaba metiendo un rascador dentro de la pierna dañada.

- Oh, mierda... – murmuró el bigotudo muy, pero muy avergonzado.

- Papá, ¿qué rayos haces en mi habitación? – le preguntó Stan muy molesto.

- Oh – titubeó Randy -… Errr… Iré al baño.

Dicho eso, cerró la puerta.

- ¿Tu papá está bien, Stan? – le preguntó Mark – Parecía que estaba… ¿Traumado?

- Neurótico, dirías bien. ¿Quieres ver una película?

- ¡Claro!