Drabble -no tan drabble porque me quedó más largo- Número Nueve
Título: ¡Al Trabajo con Papá, Dattebayo!
N/A: Darlings, de nuevo me disculpo por mi "constante inconstancia". Es que no saben cómo me cuesta hacer tiempo para escribir, y a parte las dificultades de no tener ninguna idea más que el título del Drabble. Este se lo quiero dedicar a una persona muy especial que me ha estado dando ánimos para continuarlo, es Martha IP.
Y otro anuncio: Ya no haré más Drabbles de Mina-chan. Ya al terminar este les explico mejor ;)
Enjoy it.
Hinata Uzumaki Hyuga era una mujer dulce, pasiva y muy trabajadora. Ella podía ser demasiado servicial y cortés si se lo proponía. Hinata era hermosa tanto por dentro como por fuera, y amaba a su esposo como a nada más en todo el planeta. Pero si su pequeño bebé lloraba a las dos de la madrugada, y ella había ido a dormirse a la una, definitivamente alguien más debería salir de la cama a ver qué sucedía.
Esperó unos segundos, como le dijo Temari que hacía para ver si su bebé callaba o realmente necesitaba algo, y al cabo de medio minuto –es que no aguantó los sesenta segundos completitos, como le había dicho su compañera- el corazón se le empezó a estrujar. Pero cuando estaba por levantarse, ¡Paw! Su cuerpo no quería responder. Es que ser madre y encima tener trabajo puede ser muy, muy, muy agotador. Admiraba en este sentido a Sakura, que podía cuidar de su hija, jugar con ella de vez en cuando y tener sus paseos familiares incluso a pesar de tener trabajo como médico en el hospital de Konoha. Esperaba algún día poder acostumbrarse a este ritmo de vida en el que solo llevaba metida unos ocho meses, porque realmente quería muchísimo tener otro bebé. Y que ahora fuese niña.
-Naruto-kun…- intentó despertar a su querido con voz suave, para que no se alarmara ni nada por el estilo. ¿Y qué consiguió como respuesta? Que Naruto roncara más fuerte y le diera la espalda. Después, cuando ella le sacudió un poco el brazo con su pequeña mano, Naruto murmuró algo en sueños y le dio un manotazo. ¿¡C-cómo en este mundo Naruto se atrevía a ignorarla cuando ella necesitaba un favor!? Alguien definitivamente sería privado de comer ramen durante un mes entero. ¡Entero!
Ni modo, le tocaba levantarse para ir a ver a Mina-chan. Se sentó, aspiró aire y empezó a colocarse sus sandalias, pero una ola de coraje le entró. ¡Ella solo había dormido una hora, y Naruto ya iba para la octava! No, no, y no. No señor, hoy sería papá quien cuidaría de su hijo mientras ella visitaba a Ino para que fueran juntas a un spa. No supo nunca de dónde agarró fuerzas, pero con sus dos manos empujó a su esposo por la espalda, haciéndolo rodar hasta tirarlo de la cama.
-¡Hinata!- Él se levantó haciendo un puchero que a la peliazul en lo personal le pareció de lo más adorable. Tanto que le dieron ganas de disculparse y comérselo a besos. Pero….
-¡Naruto-kun, el bebé lleva llorando ya dos minutos y tú no te has levantado! ¡Y-yo no llevo ni dos horas dormida, así que te toca ir a ti!-
-Pero…-
-¡Pe-pero nada! ¡Y lo vas a cuidar todo el día!- Sin decir más, ella se volteó y cayó dormida. Hasta empezó a roncar, y a Naruto le sorprendió realmente eso. Pero ahora que lo pensaba, todo eso de cuidar a Mina-chan podía ser muy divertido.
-¡Ya llegamos, dattebayo!-
Aquel grito masculino había resonado en todo, todo el edificio donde trabajaba el Hokage. Era normal oírlo gritar, maldecir el usual papeleo, escuchar tantos "Dattebayos" a lo largo del día y sentir el aroma a la comida preparada por Hinata, que al parecer se daba a la tarea de hacerle lo suficiente como para compartir con un ejército entero. Nadie se sorprendió, ni siquiera la kunoichi de la aldea de la arena, que los visitaba por segunda vez en su vida. Es que Naruto era muy conocido en todas partes, tanto por su heroísmo en batalla como por su brillante aspecto y carisma.
Lo que sí se les antojó a todos súper, ultra, mega extraño, fue escuchar la risa dulce y tierna de un bebé en aquellos lares. ¿Es que acaso había traído a su hijo? Si. La respuesta a ese cuestionamiento era afirmativa. Y ellos que creían que serían fastidiados por el 'mini-Naruto' hasta dentro de unos años más. No ahora que a penas y hablaba unas sílabas.
-¡Bienvenido Hokage-sama!- le saludó la enviada de Gaara. -¿Este es su bebé?-
Y entonces Naruto no pudo dejar de sonreír. Infló el pecho, se irguió, afianzó más a su bebé en brazos y rió.
-¡Claro que sí, dattebayo! ¡Él es el precioso y muy parecido a su madre hijo del Hokage!- la joven también rió.
-¿Puedo cargarlo?-
- Por supuesto.- Y posterior a eso siguió un día de trabajo entero en el cual Naruto Uzumaki no hizo nada de nada. No revisó papeleo, no envió telegramas, no dio charlas a ninjas ni tampoco habló con otros concejales. Solamente se dedicó a jugar con Minato.
-¡Shikamaru, hombre, no seas así de aguafiestas!-
-Naruto, no estoy en contra de que estés con tu hijo, y tampoco estoy tan en contra de que lo traigas al trabajo. Pero a mí no me pagan para cambiar pañales a bebés en la torre del Hokage. Y si no sabías como hacerlo debiste preguntarle a Hinata.-
-¡Pero es que ella solo se quedó dormida y ya! ¿Y qué quieres decir con que no estás 'tan en contra'? ¿Te molesta mi hijo?-
-No, Naruto, pero…- ah, esto no tenía solución. Lo mejor era ir a revisar el papeleo por su propia cuenta. –Olvídalo.- bufó.
-¿Lo escuchaste, Mina-chan? Tu tío Shika es muy, muy malhumorado. Pero no tanto como Sasuke-teme. ¡Él no se ríe por nada!-
-¡Teme!-
-¡No, Minato, no digas eso o Hinata se enfadará! Y si se enfada no habrá se…- ¡Ay, Dios! ¿Qué le pasaba que cuando estaba con Minato le salían las palabras sin pensar?
-¿Se?-
-No, no. Mejor vamos a que Sakura-chan te haga un chequeo médico. Estoy seguro de que se pondrá feliz de verte, siempre ríe mucho contigo.-
-Tí-a.-
Naruto no pudo evitar sonreír: Hinata era quien le había enseñado al pequeño Minato a decirle tía a Sakura… Y como para que luego fueran a decir que ellas dos no eran amigas. Cuán equivocados podían estar los rumores, ciertas veces.
Seis de la tarde. A esa hora era cuando lo cielos de Konoha comenzaban a teñirse de oscuro, y todos los niños pequeños iban entrando a sus casas para cenar. Por algunos lugares encontrabas ninjas persistentes entrenando, y la familia Yamanaka –que estaba por añadir un nuevo miembro a la comunidad, pues Ino recién se enteraba que estaba embarazada- cerraba las puertas de su floristería.
Y el pequeño bebé rubio de la familia Uzumaki Hyuga estaba… sí, estaba roncando como animal. Y es que su papá lo mantuvo con él durante su larga jornada de trabajo: le llevó a un tour por las instalaciones en las que usualmente trabajaba, jugó con él a llevarlo a caballito, Lo presumió delante de otro montón de personas luego, le alimentó mucho y no le dejó tomar una siesta en horas a causa de la emoción de llevarlo al trabajo con él. Había sido un día salido de la rutina habitual del bebé de dieciséis meses, pero no podía negar que fue divertidísimo. Ojalá y esa clase de cosas se repitieran cuando ya fuera más grande, para que pudieran hacer muchas actividades más juntos. Bueno, hoy Naruto se retiraría media hora más temprano, por razones obvias. Y al llegar a casa le estaría esperando una Hinata ya descansada, relajada y feliz, con el cabello recogido en una coleta y su platillo tamaño extra grande de ramen. Y cada vez que Hinata le recibía con un abrazo duradero y su comida favorita recién elaborada, sabía que a ambos les esperaba bastante diversión por la noche.
N/A (2): bueno, ¿Les dije que les explicaría por qué no haré más drabbles, verdad? Es que la verdad con la aparición de Bolt y Himawari me desanimé. Es como si la realidad llegara a darle una bofetada enorme a mi pequeño bebé OC. Además creo que luego de ver a los hijos reales ya no querrán saber mucho más de esto, porque ahora ya no tiene mucho sentido.
Peeero no digo que desharán de mí. Para los que me han dado follow, y los que me siguen en mi página de facebook "GirlBender L", ya luego les estaré dando noticias sobre una posible serie de Drabbles llamada 'Daddy's Princess'. Ya les tengo la portada hecha, así que solo me falta decidirme cuándo empezar a publicar.
Y bueno, no me queda más que despedirme hasta el siguiente capítulo, que ya será el final.
Besos desde Guatemala! :D