Nota: ¡Por fin, pude escribir algo decente! La verdad es que es incluso lo que muchos han esperado. De verdad que lo siento por la tardanza y gracias a todos los que me mandaron mensajes de apoyo, realmente se siente bien saber que no todo es tan malo como parece.

Por otro lado, espero que no me maten por este capítulo.

Solo diciendo…

Disclaimer: One Piece no me pertenece.


Luffy gano.

Podía decir eso por el nombre que gritaban los espectadores, el sonido retumbando por las paredes hasta llegar a la esquina contra la que estaba sentada- No podía ver, una pared cubriendo su paso y la poca luz que llegaba hasta sus pies, dejándola bastante cerca de las sombras. Hubiera querido decir que era lo suficientemente oscuro como para no poder ver lo que había frente a ella, o como para no poder distinguir la expresión de la persona parada contra la pared contraria, pero eso ya hubiera sido una mentira; Yue indudablemente deseaba no poder ver los ojos pesados de Bellamy en la oscuridad, los que parecían simplemente querer penetrar su alma para descubrir todos y cada uno de sus secretos.

Era estúpido, ya que cinco minutos atrás ya había descubierto el más grande que Yue tenía guardado.

La verdad era que se sorprendió incluso a ella misma por no haber corrido después de que se dio cuenta de lo que estaba haciendo, pero ya había sido demasiado tarde- Para cuando se le ocurrió que tal vez correr realmente era la mejor opción, Bellamy ya estaba caminando en su dirección para después arrastrarla por un brazo hasta la situación en la que actualmente se encontraba. La verdad sea dicha, ella no se resistió ¿Pero qué bien hubiera hecho eso? Seguramente solo hubiera empeorado la situación- Si es que podía llegar a ser peor que eso; Yue siempre había pensado que el silencio era muchísimo peor que los gritos, y ya que no habían cruzado palabra desde que la había empezado a arrastrar, la situación cumplía con los requisitos necesarios para ser clasificada como horrible.

Por lo menos para ella.

"Debí haberlo sabido" Salto en su puesto e inconscientemente se aplasto aún más contra la pared, sorprendida por las inesperadas palabras; en esos momentos de silencio se había imaginado todas las situaciones, para ella, posibles, y las opciones abarcaban desde gritos hasta insultos y después, tal vez, una pelea que por más que quisiera no podría evitar. Se había imaginado guardias llevándola hasta donde los miembros de la Familia Donquixote estaban, y se había imaginado la cara de Diamante cuando pusiera pie dentro de esa habitación; se había imaginado la cara de cada uno mientras Bellamy explicaba como la había encontrado, y la expresión que cada uno pondría al darse cuenta de que había pasado en realidad; y es que no hacía falta ser un genio para llamarlo traición.

Pero no se había imaginado eso.

Tampoco se había imaginado el tono normal y bajo con lo que lo había dicho, casi como si estuviera comentando acerca del clima. Yue miro de reojo su rostro, comprobando que seguía mirándola de la misma manera, pero no se sintió ni la mitad de intimidante que antes; su rostro era, aunque quisiera evitarlo, demasiado familiar como para no ser un tanto incomodo, pero cuando se dio cuenta de que no parecía molesto o irritado, extrañamente logro calmarse un poco. Pero solamente un poco. Paso saliva con dificultad, sintiendo un nudo en la garganta tratando de evitar a toda costa que dijera algo, tratando sin mucho efecto de ser tan firme con su voz como trataba de actuar.

Dudaba que funcionara.

"¿…Lo notaste?"

No fue la cosa más sensata que pudo haber dicho, tampoco las más inteligente- La verdad se sintió diminuta cuando se dio cuenta de lo rota que se había escuchado su voz al principio, durante y al final. Probablemente para él había sonado como si estuviera ilusionada por la idea de que tal vez no se había dado cuenta de toda la situación, pero por mas buena que fuera para engañarse a sí misma en momentos necesarios, Yue sabía que eso no estaba ni siquiera cerca a posible.

"No soy estúpido" Bufo, una risa seca escapando de sus labios, solamente acentuando la miseria interna que sentía la mujer en ese momento; si tuviera la fruta de diamante ya hubiera desaparecido en la pared contra la que se estaba recostando, porque ganas ciertamente no le faltaban "Tu tampoco lo eres; la verdad es que a veces eres demasiado inteligente para tu propio bien ¿Qué habías desaparecido? ¿Qué tal vez te habían secuestrado? No lo creí ni por un momento. Y al parecer yo fui el único que hizo las… conexiones necesarias cuando regrese y me aceptaron otra vez, y en verdad, no hacía falta ser un genio para darse cuenta de que te habías escapado"

"¿Fuiste el único?" Alzo una ceja un poco, sinceramente molesta; no era una sorpresa desagradable, porque eso indicaba que no era tan odiada como se imaginaba que era. Después de un segundo se sintió aun peor si era posible- Casi, y decía casi porque no quería rebajarse al nivel de pensar de sí misma de una manera tan odiosamente penosa, se sentía como probablemente se sentía un perro regañado cuando se sentaba en una esquina con las orejas bajas. Estaba demás decir que ese tipo de cosas no le ayudaban en lo más mínimo en ese tipo de momentos.

"Todos te siguen buscando" Escucharlo de una persona que no fuera Law era algo totalmente distinto a lo que se había imaginado, más aun por el hecho de que le hacía pensar en lo real que era la situación, y no era como si no se hubiera dado cuenta de eso mientras se escondía en ciudades por días enteros hasta que estuviera segura de que no había peligro de caminar a la luz del día; tal vez era el lugar lo que le afectaba, o tal vez era la persona que se lo estaba diciendo. Fuera como fuera, no le gustaba en nada "Doflamingo te sigue buscando" El hombre alzo una ceja, algo cercano a sadismo detrás de su sonrisa torcida- Nada a lo que ella no estuviera acostumbrada, pero habían pasado tantos años desde la última vez que lo había visto a él que había olvidado lo molesto que podía llegar a ser; Yue solo deseaba que su molestia fuera lo suficiente para borrar su miseria, pero incluso ella sabía que eso estaba lejos de cumplirse "Pero creo que eso ya lo sabes ¿No? Porque si no lo haces entonces corrijo, eres realmente estúpida"

Un largo momento de silencio se situó entre ambos después de eso.

Yue trato de no cerrar sus ojos, sabiendo que si lo hacía podría ver las imágenes de su memoria aún más claramente; sabía que lo hacía podía ver el color rosado de las plumas con muchísima más facilidad, sabía que podría escuchar la risa un tanto molesta con claridad, y sabía que podría llegar a sentir la misma cantidad de culpabilidad que había sentido hacía dos años. No planeaba mentir diciendo que no lo había hecho antes, porque habían veces en donde simplemente pasaba, como esas mañanas en donde llegaba el periódico con un artículo sobre él en la primera plana y ella lograba ver la foto antes de que Law lo quemara.

"Lo sé…" No estaba segura de si él la había escuchado o no, los gritos de la audiencia aun retumbando en las paredes a su alrededor, pero Yue tampoco volteo para confirmarlo; siguió mirando el punto hacía su derecha y la luz que entraba por la esquina, como si pudiera mirar aún más allá- Como si pudiera ver en su mente a Luffy saludando al público como probablemente lo estaba haciendo, o buscándola como también era probable que estuviera haciendo. Trato de imaginarse a Law entregando a Caesar, y la tripulación que los esperaba en la siguiente isla; En teoría era fácil imaginarse las cosas que en lo más profundo deseaba ver, pero la razón por la que trataba en lo posible de no cerrar los ojos era que sabía que otro rostro aparecería en su mente si lo hiciera.

El de un hombre rubio y plumas rosadas.

El de un cuarto con ventanas grandes.

El de flores blancas brillando en la noche.

El de un cuarto sellado del cual no había real salida.

Lo recordaba.

Lo sabía.

Y no se había hecho más fácil con el tiempo.

Simplemente se había acostumbrado a una cantidad asquerosa de sentimientos cruzados.

"Te estás arrepintiendo"

A decir verdad, fue un conjunto de cosas lo que la hizo saltar un poco; en primer lugar, no se había esperado sus palabras en lo más mínimo- La verdad era que no se había esperado escuchar nada por un buen rato, y darse cuenta del sonido había sido ya de por si un buen susto. Lo segundo probablemente fue la expresión que tenía, llena de incredulidad. Y por tercero, pero no por menos importante porque estaba segura que eso había sido lo que más le movió el suelo y por consecuente revolvió el estómago, fue el tono de verdadera sorpresa.

Trato de no verse muy desesperada.

Y, oh, dios sabía que trato de no verse como si la hubieran descubierto, porque en el fondo sabía que eso no era posible. Pero como era costumbre su cuerpo tenía una idea completamente distinta a la de ella; probablemente incluso tuviera un deseo un tanto masoquista, porque no había otra explicación.

Trato de componerse, pero la expresión en el rostro de Bellamy le dijo que no fue lo suficientemente rápido.

"No seas ridículo"

"Conozco tus caras, princesa, todas y cada una de ellas ¿Qué acaso ya se te olvido todas las veces que me dejaron como tu niñera? Porque yo ciertamente las sigo recordando" Una expresión que seguramente debió haber pasado por molesta cruzo su rostro por un momento, pero no duro mucho en su lugar; aunque hubiera sido por un minuto o dos Yue hubiera sido feliz de no ver la sonrisa torcida en su rostro "Puedes engañar a quien quieras fuera de este país con esa cara bonita y esa actitud de niña buena, pero espero que todos esos años no te hayan hecho olvidar que yo sé de lo que eres capaz" Algo parecido a una carcajada resonó por las paredes, y cuando paro, Bellamy seguía mirándola "Después de todo eres tan sanguinaria como yo, no es muy difícil adivinar qué es lo que piensas"

"Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos, así que te recordare lo que aparentemente has olvidado ya sea por preferencias o por simple y llana estupidez y soberbia de tu parte, aunque me siento inclinada por la segunda opción" Trato de fruncir el ceño, y ciertamente trato de sentirse tan molesta como se debería estar sintiendo en ese momento. Fue fácil engañarse a sí misma de que realmente lo estaba sí que esperaba que pasara lo mismo con él "Tú y yo, Bellamy" Se atrevió a mirarlo directamente a los ojos por un momento "No nos parecemos en nada"

"Si fueras alguien normal, me tomaría eso enserio, pero ya que no lo eres y nunca has sido buena ignorando lo que no quieres ver, entonces simplemente ignorare que trataste de negarlo" Señalo con burla, claramente buscando molestarla. Para su fortuna o desgracia, aunque más fortuna en ese momento, ella ya estaba acostumbrada a su actitud, por lo que simplemente rodo los ojos por un segundo antes de bajar la mirada otra vez.

"¿Y ahora que va a pasar?" Cuando se dio cuenta de que el minuto de silencio se alargó más de la cuenta la mujer levanto el rostro, encontrándose con Bellamy mirándola con una ceja alzada; esta vez, a diferencia de antes, no era en gesto de burla o de diversión interna, sino de algo que podía llegar a ser considerado como sorpresa si ignorabas la sonrisa torcida de sus labios. Entrecerró los ojos "No me veas así, si me conoces tanto como dices entonces sabes a que me refiero"

"Oh" La ceja se mantuvo alzada en su lugar, pero su cuerpo cambio de dirección- Se inclinó un poco hacía ella, pero no se separó de la pared de la que se recostaba, ni descruzo los brazos de su lugar. Sorpresa ya no se veía en sus ojos ni tampoco incredulidad; para la des fortuna de Yue, la burla había vuelto "¿A la parte en la que, por lógica, te entrego a Diamante y así recupero el puesto que tú sabes que perdí? Creo que incluso puedo ganar uno aun as alto"

Si hubiera sido otra persona, hubiera atacado en ese momento.

No hubiera sido muy difícil; Sanso le había enseñado como tumbar enemigos más grandes que ellas, y Bellamy ya de por si estaba herido. Hubiera sido demasiado fácil ahora que lo pensaba un poco más detalladamente.

Pero no lo hizo.

"Lo más probable" El murmullo salió entre dientes, casi rayando en lo seco.

"Si entro al barco de Doflamingo, lo hare por mis propios medios" Sus manos encontraron casi por inercia, y no pasó desapercibido para ella la manera en la que torció los labios cuando obviamente ese movimiento le produjo dolor "Sea lo que sea, lo que probablemente nos convenga a los dos sería básicamente pensar que esto nunca paso y que simplemente fue un muy extraño y distorsionado producto del cansancio y lo que podría llegar a ser demencia" Sin embargo, la sonrisa seguía ahí- Yue recordaba lo mucho que odiaba esa sonrisa, pero también recordaba lo bueno que era ese hombre siendo terco. Probablemente estaba más dolido de lo que parecía, pero seguía ahí, parado como si nada "Así que desafortunadamente, nuestro pequeño encuentro no puede seguir por mucho tiempo más. Yo tengo… trabajo" Frunció el ceño un momento, y por un segundo la mujer alzo una ceja en cuestionamiento; había sido casi como si al hombre no le gustara mucho el recuerdo de sus deberes "Y estoy seguro de que tu también tienes cosas importantes que hacer"

El ceño fruncido siguió en su rostro por más tiempo del que había anticipado, probablemente algunos segundos más- Bellamy tardo un poco en devolverle la mirada, pero cuando lo hizo la de ojos rojos pudo claramente ver en ellos el rastro de desconfianza. El rastro de duda.

El mismo rastro que tenía alguien cuando no estaba seguro de lo que hacía.

"¿Qué estas tratando de hacer, Bellamy?" Su voz salió un poco ronca, como si su garganta de repente estuviera completamente seca; paso saliva. Una. Dos. Tres veces. Negó con la cabeza sin romper el contacto visual, separándose mínimamente de la pared "¿Quieres que te crea? ¿Qué siga escondiéndome pensando que no saben que estoy aquí?"

"Quiero que no seas tan cabeza dura" Chasqueo la lengua, pero no fue en molestia "Sonríe ¿Qué acaso no eres mayor de edad ahora? Ve a tomar algo a algún bar- No sé, utiliza esa cara bonita para sacarle provecho a algún hombre" Alzo la ceja después de un momento, y ya que la sonrisa se volvió un tanto más torcida Yue supo instintivamente que no le iba a gustar lo que seguía "Al menos que ya haya uno esperándote en algún lado"

Y, como siempre en cuanto al hombre que tenía en frente, tenía razón.

No le gusto para nada.

"¿No estabas a punto de irte?" Murmuro entre dientes.

"No es necesario que me saques las garras a mi" Rio otra vez "Diría que fue un placer verte, pero nunca he sido bueno diciendo algo acerca de lo que no estoy seguro" Alzo la mano en un gesto de despedida, dándole momentáneamente la espalda mientras caminaba unos pasos hacía el pasillo principal. Sin embargo se detuvo el suficiente tiempo como para que Yue supiera que lo que venía era algo en lo que estaba pensando con la suficiente profundidad como para considerar peligroso, y ciertamente no supo cómo tomar la expresión sería con la que la miro por sobre su hombro largos segundos después "Pero si espero que sepas que viniendo a este país te estás haciendo más daño que bien"

El anillo fue un peso nulo en su dedo, casi como si se hubiera evaporado en el aire, pero Yue no estaba ni siquiera cerca de sentirse tan ligera como se debió haber sentido en ese momento- Por primera vez sintió lo que probablemente sentían las personas con las que había utilizado sus poderes; completamente atraída hacia el suelo y sintiendo que los brazos pesaban toneladas, era asfixiante, y por sobre toda las cosas, era algo a lo que temerle miedo. Nunca había pensado de su poder como uno grande sino como un vacío, algo como ver al cielo nocturno sin estrellas y no estar segura si algo realmente estaba dentro.

Como un cascaron vacío que, por más que esperes que algo vivo y hermoso salga de adentro, es solamente una falsa esperanza.

"No creo que pueda hacerme más daño a mí misma del que ya me he hecho"

"No lloraría en tu funeral, princesa" Volvió a mirar hacia el frente, y por alguna razón cuando volvió a caminar pudo escuchar sus siguientes palabras por sobre el sonido de sus paso resonando en la esquina que empezaba a iluminarse, como si el sol estuviera empezando a alzarse aún más "Pero supongo tampoco me reiría"

Para ella fue realmente ridículo sentirse mejor después de haber escuchado eso.


"¡Lo buscare con mi vida!"

"Pero que tipo más raro…" La mujer de ojos rojos miro con cierto grado de interés al hombre de pelo verde que aunque había estado parado a su lado hacia unos segundos atrás ahora corría a toda velocidad hacia algún lugar dentro del coliseo, buscando a Luffy con una motivación que realmente no sabía de donde la sacaba. Podría incluso jurar que seguía llorando de la emoción…

"No sabíamos que estabas con Luffy" Volteo a ver a Zoro, asomándose por entre los barrotes con una mueca en el rostro"

"Bueno, entre una cosa y otra…" El hombre se encogió de hombros.

"Tú también deberías venir"

"Tienes razón" Ladeo la cabeza hacia un lado, sintiéndose realmente feliz de poder salir de ese lugar sin la necesidad de dejar a nadie atrás; sería solo una cuestión de tiempo hasta que Luffy llegara y planearan la mejor manera de sacarlo, porque estaba segura que sacar a un gladiador por su cuenta era demasiado sospechoso aun para alguien que era supuestamente parte de la familia Donquixote. Miro por sobre su hombro después de un segundo "Dame un momento"

"¿Qué planeas hacer?" Yue volteo a verlo por un momento.

"Aunque no pueda sacar a Luffy creo que yo puedo salir por mi cuenta"

A decir verdad, no fue realmente difícil salir- No habían ni la mitad de cantidad de guardias como cuando había comenzado el torneo. Yue supuso que habían sido llamados para mover a los heridos de la batalla anterior, y aunque si se encontró uno o dos en el camino, si tuvieron la intención de detenerla entonces la escondieron muy bien porque no hubo absolutamente nadie que tratara de detenerla cuando cruzo la puerta que dividida la parte del coliseo en la que se encontraba con la salida y entrada principal para los espectadores. Se decidió por no decir nada cuando, incluso antes de que se acercara completamente a la puerta principal que se encontraba cerrada por una reja, uno de los guardias la abrió para ella; no hacía falta tener la mejor memoria del mundo para saber que era el mismo hombre que había tratado de detenerla antes. La mujer suspiro agradecida pero con disimulo cuando puso pie fuera del coliseo y las rejas se cerraron tras ella, tratando de mover los hombros para quitar la tensión que los había estado presionando desde que había entrado por primera vez ese mismo día.

No se quejaría en lo más mínimo si no encontraba razón para volver a entra.

Cuando levanto la vista de dio cuenta por primera vez de que al otro lado de la calle se encontraba un puesto de helados que, a primera vista, le parecía un tanto conocido. Parpadeo unas cuantas veces seguidas en confusión hasta que la imagen llego claramente a su mente, presionando nuevamente sus hombros con un deje de culpabilidad.

"¿Qué sabor quieres, Yue?"

"¿Y? ¿En cuántos problemas se ha metido Luffy hasta ahora?" Para su fortuna Zoro y Kinemon caminaron hacia ella, distrayéndola de sus memorias- La mujer suspiro otra vez cuando volteo a verlos, agradecía por tener algo con que distraer los ojos para no volver a ponerlos sobre el puesto, o por lo menos para intentar no hacerlo. Yue sonrió.

"En ninguno"

"Tienes una suerte increíble…" Murmuro entre dientes. La mujer abrió la boca para decir algo, pero fue interrumpida por una voz que sorprendentemente venia de arriba de ellos.

"¡Zoro! ¡Kinemon!" Mirando hacia arriba, tanto Yue como los dos hombres encontraron el rostro sonriente de Luffy entre los barrotes de la ventana, y si no fuera por las manchas de polvo en sus ropas nadie podría nunca siquiera pensar que había pasado por un campo de batalla en el que hasta los más preparados habían caído, e incluso con el casco y la barba su rostro era casi inútilmente infantil- En el buen sentido "¿Eh? ¿Yue? ¿Cuándo llegaste ahí?" La mujer sonrió de lado, saludando con una mano, riendo un poco cuando el muchacho prácticamente hizo un puchero "¡No es justo! ¡No viste mi pelea!"

"¡No chilles Luffy!" Murmuro Zoro entre dientes, una mano sobre la cinta que sostenía sus espadas. El capitán rio.

"El tipo del pelo verde me aviso. Pero le empezó a salir espuma de la boca en el camino" Rio otra vez, y Yue realmente tuvo serios problemas en tratar de ignorar la imagen mental que lentamente se formaba en su cerebro, pero con lo raro que sabía que era el hombre la verdad era que imaginarlo no era difícil "¿Pero qué hacen aquí? Pensaba que-"

Lo siguiente de lo que Yue fue consciente, fue el impacto de su cabeza contra la pared del coliseo que tenía en frente.

Cuando la cabeza dejo de darle vueltas fue capaz de intentar ver de reojo a Kinemon, quien estaba tratando de recobrar el equilibrio, por lo que dedujo que algo había impactado tras ellos con la suficiente fuerza como para empujarlos en distintas direcciones. Una vez pasado el zumbido lo suficiente como para analizar sus alrededores, la mujer se dio cuenta de que la mayoría de la gente presente en la calle estaba gritando, probablemente corriendo en distintas direcciones- Centro su vista en un punto de la pared mientras trataba con sus dedos si había algún rastro de sangre sobre la zona de impacto, pero aparte de una zona realmente roja y sensible al tacto que probablemente llevaría a un hematoma, no había nada.

Entonces Luffy grito.

No era un grito de dolor, tampoco era de preocupación o de miedo, y de alguna manera los primeros segundos Yue no pudo comprender de qué se trataba. Mirando tanto a Zoro como a Kinemon, se dio cuenta de que los tres hombres incluyendo al capitán miraban con expresiones un tanto horrorizadas algo que aparentemente se encontraba tras ella, tal vez siendo lo que había causado el impacto en primer lugar, pero por alguna razón las expresiones lograron sacar un sentimiento a flote que no le gustaba para nada. En alguna parte de su cerebro una voz intento impedir que se volteara, y a decir verdad Yue estaba tentada a simplemente quedarse como estaba mientras trataba de calmar el cosquilleo dentro de su estómago, pero tomando aire profundamente decidió que lo mejor para no ser inútil en caso de emergencia era voltearse.

Cuando lo hizo, se dio cuenta de que lo que Luffy había gritado hacia segundos atrás, había sido un nombre.

Tal vez contario al resto de los presentes en ese momento incluyendo a Luffy, lo primero que Yue quiso detallar cuando se dio la vuelta no fue el hombre en el suelo, y realmente no sabía si era mala suerte o no que no lo hubiera visto de primero. Porque, para todo lo que sabía, que sus ojos se hubieran fijado primero en las brillantes plumas rosadas había sido la forma más retorcida y asquerosa de humor que se le podría haber presentado en cualquier momento de su vida. Tal vez después nunca admitiría que ni siquiera se atrevió a respirar muy fuerte.

O quizás, ni siquiera admitirá que no se atrevía a pensar mucho en el asunto.

Fuera como fuera cuando llego a sus ojos llegaron a su rostro la única reacción coherente que pudo encontrar en las profundidades de su poco funcional cerebro por el momento fue quedarse completamente congelada.

Lo más probable era que nadie en esa isla en alguna otra pudiera comprender o adivinar cuantas veces se había imaginado un momento como ese. Un momento en donde estaría cerca, tal vez demasiado, y pudiera ver ese rostro una vez más y saber que con solo un movimiento de ojos podría verla- Entonces, en ese segundo en donde se quedaría congelada justamente como lo estaba en ese momento, todo acabaría. Para estar dentro de la tripulación en la que estaba se necesitaba un cierto nivel de inteligencia, y eso sumado con el estilo de vida que llevaba después de haber escapado, no la hacía precisamente estúpida, así que desde hacía años, no importaba cuanto Law la protegiera, Yue sabía que no podría correr para siempre.

Porque cuando una persona corre, se cansa.

Es el momento en el que pierdes.

Aunque quisiera olvidarlo esa era la manera en la que él le había enseñado a pensar, porque solamente así podías ganar como se ganaría en un mero juego.

¿Ella? A veces… a veces se cansaba. Entonces se asustaba. Entonces seguía corriendo, porque siempre se presentaba la oportunidad para seguir haciéndolo. No quiso pensar en un momento en donde no tendría esa oportunidad otra vez, por más probable que sabía que era.

Yue no era estúpida.

Ella ya sabía que ese tipo de libertad no podía durar para siempre.

Cuando tuvo un mayor control sobre su mente la mujer tuvo el suficiente interés en su propia salud mental como para bajar la mirada inmediatamente, dándose cuenta por primera vez del arma que sostenía en una mano mientras apuntaba hacia el cuerpo inerte de una persona sangrando a sus pies. A decir verdad, era algo a lo que se había acostumbrado. La gabardina negra casi no contrastaba con el rojo de la sangre aunque llegaba a teñir parte del suelo, el mismo liquido ocultando casi completamente los tatuajes que se esparcían por su torso.

Tatuajes que le parecían conocidos.

Tatuajes que ella misma había ayudado a diseñar.

Tatuajes que ella misma había visto hacer.

Tal vez fuera a gravedad de la situación que en ese momento no se tardó ni la mitad del tiempo anterior en hacer su cerebro reaccionar.

"Law" En ese momento, fue como si su cerebro, o mejor dicho su atención, se hubieran divido en dos partes casi iguales- Una de ella no sabía qué hacer ni que pensar puesto que Donquixote Doflamingo estaba parada en la misma calle que ella, a unos metros de distancia, y absolutamente igual a como lo recordaba; esa parte de su cerebro considero más de una vez la posibilidad de volver a entrar al coliseo y esconderse hasta que pudiera fingir que todo estaba bien. La otra mitad no estaba ni siquiera la mitad de dudosa que la otra, y fue la que analizo y percibió la cantidad de balas dentro del cuerpo del capitán pirata en el suelo. Por lo que para cuando se dio cuenta, muy probablemente después de un segundo o dos, sus piernas ya estaban empezando a moverse en su dirección "Law!"

"¡Espera, yo me encargare de esto!" Cuando Zoro se dio cuenta de que una mujer que para todo lo que el sabia estaba desarmada, su primer instinto fue estirar el brazo para poder detenerla, y a decir verdad sus reflejos fueron tan rápidos que casi lo logra- Si algo no hubiera empujado su brazo hacia abajo con suma fuerza, probablemente la habría atrapado "¿¡Pero qué demonios!?" Sostuvo el brazo con su otra mano, buscando con sus ojos la causa de lo que había pasado, pero aparte de la propia muchacha, no había nada lo suficientemente cerca como para hacer algo así.

Si Zoro hubiera prestado más atención hubiera podido notar el anillo rodando por el suelo hasta quedar a su lado, el material oscuro produciendo un sonido hueco y casi imperceptible cuando dejo de moverse. Incluso si hubieras podido concentrarte en otra cosa que no fuera los gritos repentinos de las personas que caminaban por la calle justamente en ese momento, es muy poco probable haberlo podido escuchar.

"¿!Que es esto!? ¡Doflamingo-sama, ayúdenos!" Hubo un momento en donde la única cosa que se podía ver claramente en esa calle era el caos. Los gritos de las personas que parecían estar literalmente flotando en el aire habían sido suficiente para ahuyentar a aquellos que habían sido afortunados y no habían estado dentro el rango de lo que fuera que estaba alzando en el aire los puestos de comida, juguetes y personas, lo mismo que lentamente empezaba a alzar los pedazos de edificios caídos que había dejado la llegada del Rey.

Decir que Yue podía darse cuenta de lo que estaba pasando con sus poderes en ese momento estaba un poco fuera el punto, porque aunque no estaba consciente de los gritos de las personas en el aire, de alguna manera u otra su mente capto la presión que su cuerpo recibía en ese momento; la sensación de fuerza que había tenido en el laboratorio cuando dejo a un lado el anillo para poder escapar ni siquiera estaba cerca a lo que sentía en ese momento, dejando todo lo que podía y tenia de un solo golpe y sin ninguna consideración alguna. Si lo pensabas, no podías culparla, considerando que lo único de lo que estaba completamente consciente era el hombre al que se estaba acercando en ese momento.

El hombre con heridas graves en el cuerpo.

El hombre que en ese momento estaba perdiendo demasiada sangre.

El hombre que en ese momento tenía los ojos cerrados, dando la impresión de que nunca los volvería a abrir.

"¡Fujitora! ¿¡Que se supone que esta pasando!?"

Que Doflamingo notara su presencia en ese momento era más que obvio, ya que Yue literalmente corrió por su lado hasta llegar al cuerpo que se encontraba tras él. La mujer realmente no presto atención al hecho de que la persona tras ella tenía un arma en la mano que fácilmente podría utilizar en cuestión de segundos mientras apuntaba a su espalda, y también ignoro el ardor de sus rodillas una vez se clavaron en el suelo- No, sus manos y su mente estaban demasiado ocupadas sosteniendo a Law, temblando de vez en cuando por lo quieto que se veía.

Casi como si estuviera durmiendo.

"No no no no no no no no, abre los ojos, por favor" Sostuvo la cabeza de Law cerca de su regazo con sus las manos en los lados de su cara, manteniéndola fija y buscando por los pequeños signos que indicaran que seguía con vida- El imperceptible movimiento de respiración fue tan corto y leve que logró arrancarle un sollozo por demás patético, haciéndola tener que quitar los lentes de su cara para no ahogarse ella misma con sus propias lágrimas "Por favor, por favor Law" Murmuro, tratando de acercar sus frentes, solamente por el bien de saber que su cuerpo no estaba frio como el hielo, que aun, aunque no fuera obvio y ciertamente no pareciera posible en ese momento, había esperanza "Por favor"

No le respondió.

Aunque la presión que sintió en su pecho fue ciertamente por la cantidad de poder que su inconsciente empujo hacia fuera de forma brusca, el dolor no era por la fatiga que rápidamente vendría, o por la debilidad por la que su cuerpo iría una vez la energía acumulada volviera a niveles normales- La falta de interés cuando por un momento incluso los cuerpos de Fujitora y Doflamingo flotaron en el aire antes de que el marine utilizara sus propias habilidades para bajarlos otra vez, ciertamente no tenía nada que ver con el hecho de que había pasado mucho tiempo desde la última vez que había hecho algo como eso. No tenía que ver con el hecho de que Doflamingo para ese momento ya la habría descubierto, y tampoco tenía que ver con el hecho de que esa era una situación de la que probablemente no podría salir, o que no sabía cómo tratar; aunque Zoro se encargara de todo como lo había dicho, e incluso si Luffy se le unía, no había garantía de absolutamente nada.

Tampoco la necesitaba.

En ese momento no.

Si alguien quería darle garantía de algo, solamente quería saber que el suave pulso que había logrado percibir en el cuello de su capitán se mantendría, o que el color no lo dejara completamente, o que su cuerpo no se volviera frio como el hielo. Lo único que pedía, por más incoherente que fuera, era que Law nunca hubiera pisado el territorio de Doflamingo.

No importaba si nunca haberse conocido.

No importaba si se hubiera quedado realmente sola por tantos años.

No importaba si nadie nunca le hubiera dado el valor para hacer todo lo que la habían llevado a saber lo que era caminar por las calles de una ciudad.

Si eso significaba nunca haber llegado a ese momento, entonces no se quejaría.

Por favor.

"….Mocosa ¿Fuiste tú?"

Como si fuera una medida ya aprendida, su boca instantáneamente de cerro aunque sus ojos y mejillas siguieran húmedas, ningún otro sollozo saliendo de sus labios. A decir verdad si era una medida aprendida, y por desgracia traía demasiados recuerdos como para que incluso respirar fuera cómodo o fácil- Si tenía que poner las cosas en orden por prioridad, realmente no sabía cómo comenzar.

Sabía que Doflamingo había aterrizado a su lado, probablemente parado a menos de cinco metros de ella, pero había solamente una cosa que Yue estaba dispuesta a ver para no verse como la misma niña encerrada en un cuarto sin el valor para siquiera abrir una ventana- La misma niña que, por años, había encontrado una salida a su soledad en un niño con ojos demasiado parecidos al cielo nublado y con vendas en los brazos. Mirando a Law era difícil ver a ese niño entre la sangre y los rasgos que solo podían dejar el paso del tiempo, pero para ella ese momento era algo que simplemente había sido pospuesto por una broma retorcida de lo que algunas llamarían destino así que era fácil visualizarlo.

Porque la suerte, de una manera u otra, se les había acabado.

Porque al igual que Law, ella sabía que el encuentro de ellos tres tendría que haber pasado hacia años atrás, probablemente solo unas semanas después de la primera vez que Law había apareció en su balcón, o tal vez después de que ella empezara a mostrar que su perspectiva de las cosas estaba cambiando. O tal vez, cuando Doflamingo empezó a notar que ya no era el centro de su universo.

¿Qué está pensando? ¿Está molesto?

Ya…. Ya no estaba tan segura.

Doflamingo gruño otra vez.

"¡Respóndeme! ¿Fuiste t-?"

En ese momento ella probablemente cometió el error más grande desde que habían llegado a esa isla. Probablemente el sumo cuidado que había tenido en ocultarse mientras estaban dentro de esa ciudad se vería estúpido en comparación al poco tiempo que le tomo arruinar las cosas- Tal vez, si hubiera mantenido la cabeza más fría o tuviera una relación menos personal con la persona que sostenía en sus brazos, hubiera dejado a Zoro atacar con todo lo que tenía o si quiera moverse primero. Si hubiera sido más inteligente, nunca hubiera movido los lentes de su rostro. Pero Yue no fue inteligente, ni pensó con la cabeza fría.

A Yue no le importo arruinar todos sus esfuerzos, o no secar sus lágrimas.

Porque cuando miro el rostro del hombre rubio y con abrigo de plumas rosadas parado a meros metros de ella, poco le importo firmar su sentencia de suicido, o parecer una niña pequeña- Sinceramente, poco le importo darle el poder a la situación para parecer ese día hace años cuando el único regalo que le había dejado su único amigo había quedado destruido bajo el zapato de la persona que le había criado desde incluso antes de poder recordar. Poco le importo dejar que el enojo y la tristeza de años y años acumulados inundaran sus ojos incluso más rápido que las lágrimas, acusándolo de cualquier cosa que el pudiera interpretar de esa mirada, enterrando en lo más profundo cualquier sentimiento de culpa que pudiera haberla controlado cuando recordó que había huido de ese lugar.

Sinceramente, poco le importo descubrirse ante la única persona que no quería ver.

"Debería odiarte" Ni ella misma supo si sus palabras fueron un murmullo o algo más que eso, pero fuera lo que fuera, lo increíble fue que Doflamingo lo escuchara. Yue había olvidado lo buena leyéndolo aunque los lentes siguieran en su lugar, y tal vez fue porque sabía que el hombre frente a ella no estaba por reaccionar en ningún momento pronto que se atrevió a soltar las palabras que estaba diciendo en ese momento.

Apretó los dientes, sintiendo como una última onda de energía golpeaba su cuerpo, el sonido de las balas aun resonando en sus oídos, levantando la mano sin ningún tipo de idea de que planeaba hacer ahora que no tenía el anillo, pero sabiendo que de alguna manera y otra algo saldría de sus acciones. No midió nada, no pensó en nada, no le temió a nada.

Sintió la onda salir de su cuerpo.

"Realmente debería odiarte"

BADUM

Lentamente, o lo que ella captaba como lento, el rostro de Doflamingo cambio. Ya no era neutro ni mantenía la boca ligeramente abierto debido a la sorpresa, pero aunque sus cejas llegaron a tocarse en algún momento por alguna razón Yue sabía que no era por tener el ceño fruncido, y que no era por enojo- Sorpresa quizás, e incluso tal vez preocupación. Pero eso no era algo que Yue estuviera en la capacidad de distinguir en ese momento, no cuando podía sentir el dolor hueco atravesando su pecho y el resto de su cuerpo.

BADUM

Trato de mover sus dedos, de sentir la mejilla sobre la que los estaba posando, pero aunque se esforzara no podía sentir ni siquiera su propia respiración.

…Badum

Duele

….

Cuando no pudo soportar por mucho más su propio cuerpo, Yue estaba segura alguien sujeto su cabeza antes de que llegara a siquiera tocar el suelo, y aunque no pudiera realmente distinguir mucho con su visión borrosa, supo que el sentimiento de algo presionado contra su rostro era familiar.

Eran plumas.

Plumas rosadas.