No sabía si quería seguir esto, pero se lo prometí a mi mejor fan, quien tras de una larga lucha contra el asesino silente ha declinado y perecido hace poco. Si no seguí este fic desde… donde lo haya dejado hace mucho tiempo, fue por causa de estar cuidando de ella. Dejé este fic y traté de que se fuera con la mayor información posible de un fic diferente: "El analista", debido a que era su fic favorito. Ese motivo atrajo también a alguien que creí no volvería a mi lado. ¿Quieres decir algo, Kaede?

–Mi hermana, Anahí, fue gran lectora del trabajo de Kaito, y mío también. Ella jamás me perdonó por dejarla en Guadalajara, que no siguiera siendo parte de la dupla que éramos en un tiempo Kaito y yo. En honor a ella, terminé lo más pronto posible mi especialidad… le mostré el diploma de especialidad… y tres semanas después falleció. No me pidió que regresara a este hobbie, pero yo quiero hacerlo.

–Es muy pronto para decir que Kaede y yo somos algo. De momento ha vuelto a Guadalajara, y ahora mismo está pasando por esto.

–Si he decidido volver… Es por ella, por Kaito, y por ustedes. Procuraremos avanzar estos fics de Naruto ya olvidados, así como el de Phineas y Ferb y MLP. Por ahora, continuamos este.

.

Sector Uzumaki

.

Era el tema del día. En un inusual día libre, la generación del fuego (los nueve novatos excepto Naruto y el equipo Gai) se reunieron para recibir la noticia. Era oficial: Naruto había pedido a Ino y Sakura en Matrimonio para iniciar el clan Uzumaki al lado de ambas. Mostrar los anillos fue una experiencia emocionante para ellas, algo de celos para ellos (por ser dos y no solo una) y una experiencia algo incómoda para pocos.

–Entonces es verdad: Naruto va enserio con esto del clan.

–Siempre ha ido enserio. Pero ahora es más que oficial. Seremos las esposas de Naruto.

–Fue un gran detalle que les pidiera a ambas matrimonio –dijo Chouji–. En su lugar no podría hacer tal cosa. Es bueno saber que ambas serán felices.

–Sí. Algunos pueden serlo –dijo Hinata en un susurro casi inaudible, que nadie escuchó.

–Oye, Ino. ¿Qué fue de Sai? –Dijo Kiba, encontrándose con un muro de miradas asesinas.

–Sai es un miembro juvenil anbu, está tan entregado a su trabajo que terminó eligiéndolo a él y no a mí. Una chica necesita atención.

–Les juro que si preguntan por Sasuke… -Sakura cerró su puño, apretándolo con tanta fuerza que… dio su punto a entender.

–Yo, es solo que Sai no se encuentra aquí. Me preguntaba por él, nada más…

–Bueno, pues espero que puedan convivir entre ustedes –dijo Tenten–. Compartir el mismo hombre no es algo común entre mujeres. Al menos no conscientemente. Si alguien hubiese querido tomar a mi Neji, yo habría actuado –por la manga de su camisa se dejó ver el brillo al sol de un arma blanca bien afilada–. Vaya, seguro que si habría actuado.

–Es Nuestra amistad la que nos hace sobrevivir los tres. Supongo que Naruto simplemente quiere hacer lo correcto, pero no entiende que lo correcto a veces es bastante relativo…

–Me causa preocupación –dijo Lee–. Dos amigos que comparten el mismo amor. No hay amistad tan fuerte como para ser unido por un tercero en ambos extremos. Una cadena de tres eslabones unidos no es muy usual.

–Lee, estás tratando con fuego –dio Neji–. En mi clan existe la misma ley de preservación, solo que nosotros no hemos estado por debajo del número necesario para considerarse en problemas. Muy de hecho, está prohibido seguir esa regla por considerarla deshonrosa y libertina. Solo la rama principal puede acceder a ese tipo de libertades.

–Y sin embargo, no lo permiten.

–No, no lo hacen. Deberían ser solo dos o menos integrantes del clan para considerarlo una posibilidad.

–En el Clan Akimichi no somos tan asiduos a esa posibilidad. Con todo este asunto de Naruto, le pregunté a mi padre. Él dijo que no somos un clan primario, pero que tenemos parte de esa posibilidad. Sin embargo no suele ser nuestro caso.

–¿Eso por qué? –Preguntó Shikamaru.

–No es común que dos chicas quieran algo que ver con un shinobi que pesa 130 kilogramos cuando está en forma.

–Consideraba que eras más pesado…

–130 cuando uso el modo mariposa.

–Oh… ¿Eso pesas cuando estás en forma?

–¿Por qué no está Naruto aquí? –preguntó Kiba.

–Está ocupado. De hecho a veces pienso que será aún más ocupado al ser el sexto… (esta historia no contempla a Kakashi como sexto Hokage, fue escrita mucho antes de los eventos de la cuarta guerra, aun cuando contempla algunos guiños hacia ella).

–Sexto Hokage. La ambición de Naruto siempre se vio como una posibilidad absoluta –Una voz familiar causó que las cosas se estremecieran. Una voz sombría, apagada y por debajo de los volúmenes de una conversación. Al mirarlo a los ojos, fue como ver al hombre que causó más daño en Sakura y Naruto de lo que jamás pudo hacerlo cualquier organización criminal. Sasuke había vuelto a Konoha, y estaba de pie frente a la generación que lo vio partir.

De inmediato muchos comenzaron a armarse, aún asolados por el pasado del azabache.

–Eso no será necesario –dijo Sasuke sentándose a la mesa. A su lado se sentó Karin, quien era una de las shinobis pacifistas más felices (amansada tras saber que estaba destinada a ser la única mujer de Sasuke)–. Naruto y la aldea de las cenizas tienen pacto de no violencia. Al menos hasta saber que han aprovechado nuestra próxima fundación.

–No ha pasado mucho desde que se acordó eso –dijo Sakura–. No es posible que ya esté a punto de fundarse.

–No, de hecho pasarán algunos años, pero será pronto. Muy pronto la hoja y las cenizas compartirán fines y posiblemente enemigos. Pero basta de hablar de eso. Vine a ver a las elegidas por Naruto para ser su esposa. De ese modo confirmaré que solo Karin puede tener descendencia conmigo.

–¿De qué habla? –dijo Hinata.

–Los líderes de las aldeas no quieren que el clan Uchiha se reproduzca por medio de dos raíces, dos mujeres a las que tenía el derecho a desposar. Karin y yo acordamos que sería ella una, pero esperaba que Sakura quisiera ser la otra –al mirarla a los ojos, Sakura se sintió acosada por una serpiente, y es que Sasuke había sido por mucho tiempo su mayor tentasión–. Sin embargo, los Kages tienen un mayor interés en que mi clan no inicie de esa manera, así que acordé que si querían que me privatizara a una sola mujer, Naruto estaba obligado a desposar a varias mujeres.

–Por que acordar algo así.

–Naruto siempre fue mi mejor amigo, aun cuando yo no pude ser siquiera un aliado la mayor parte del tiempo. Así que decidí que su clan merecía iniciar antes. Muy bien, ¿a quién escogió Naruto al final?

–A mí –dijeron ambas, mostrando ambos anillos.

Sasuke no miraba los anillos, las miraba a ellas. Poco es lo que sabía de Naruto desde que partió, y algo era seguro: había sorpresas en el aire. Cuando taka le informó secuestrar a Ino y no a Sakura para atraer a Naruto, hubo ciertas dudas al respecto. Hoy era real: Naruto había escogido a Ino sobre Sakura. Pero, ¿Por qué era Sakura la segunda, y no la chica Hyuga?

–Ustedes dos… pero –Sasuke miraba a Hinata con cierto desconcierto, provocando que ella enrojeciera–. Supongo que algún motivo tendrá. Muy bien, es oficial.

–¡Sí! –Karin se apropió de un susurro de felicidad. Sasuke ahora le pertenecía solo a ella, y no a Sakura como creyó hace tiempo.

–He pactado de verme con Naruto, para firmar mi convenio. Realmente esperaba más de él, pero me alegra saber que será feliz con ustedes.

–¿Feliz? ¿Qué sabes tú de la felicidad? –dijo Lee.

–Poco. Decidí renunciar a ella hace tiempo, pero sé que habrá ciertos cambios en la aldea –Sasuke mostró a todos un pergamino sellado–. Para bien de él y para ustedes –Acto seguido entregó el pergamino a Sakura, dejándole en claro al oído que no lo abriera hasta estar juntas las dos con Naruto.

.

Naruto se encontraba siendo examinado por Tsunade, Kakashi y Shizune en cuanto a las labores de un Hokage. Habían pasado ya seis meses desde que comenzó su capacitación en la oficina. Mientras pasaban algunos reportes por su mesa, todos ellos auténticas misiones a asignar, auténticos pactos diplomáticos y auténticas amenazas de Konohamaru hechas para molestarlo. De hecho estas cartas fueron vitales para que Naruto no completara el trabajo en el tiempo pactado por media hora, lo que hizo que Konohamaru fuera asignado a una serie de misiones de aseo solo por su chistecito. Cuando terminó el papeleo, Tsunade estaba conforme con el trabajo, pero Kakashi no demasiado.

–Tienen que entender que Konohamaru añadió esas cartas extra…

–Y tú te tomaste el tiempo necesario para castigarlo por ello.

–Sí, pero….

–A mí me pareció bien –dijo Tsunade defendiendo a Naruto–. Honestamente yo termino dos horas después.

–O tres días después –dijo Shizune recibiendo un aura oscura de Tsunade…

–Estas mejorando. Ahora podemos comenzar con la segunda parte de tu capacitación.

–¿Segunda parte?

–Todo el papeleo es la primera. Ahora viene el trabajo de campo. Hemos destinado a alguien para que te ayude con eso. Anteriormente fue el brazo derecho del tercer Hokage, y también maestro shinobi. Lo debes conocer bien:

–¡Iruka Sensei!

–No.

–¡Capitán Yamato!

–No.

–Hummmmm… ¿tu?

–Supongo que no esperas trabajar conmigo entonces –en la puerta apareció una kunoichi de alto rango, especialista en genjutsu y ahora madre de un pequeño miembro de la descendencia Sarutobi.

–¡Kurenai sensei! Espera, ¿Lady Kurenai fue brazo derecho del tercero?

–Eso hasta que su hijo se la arrebató –dijo Tsunade, causando cierto sonrojo en Kurenai debido a la certeza de este comentario. Se aclaró la garganta y continuó…

–Quizás esta sea la mejor parte de la capacitación: implica trabajo de campo con el pueblo.

–¿No más oficina?

–No mientras te capacite. Por hoy termina la sesión de hoy. Retírate y mañana nos veremos en las oficinas para que comiences con la fase dos.

–¡Perfecto! –Naruto se levantó de inmediato de su asiento, saltó la enorme e inestable pila de papeles y salió de la oficina temprano ese día, solo para toparse de frente con Sasuke y Karin en el pasillo. Estuvo a punto de toparse con Karin, y dio vuelta para evitarla, solo para estrellarse con una puerta que se abría, y de la cual salía Iruka en ese momento.

–¡Naruto! ¿Te encuentras bien?

–Algo confundido. ¿Sasuke?

–Supongo que era de esperarse. Hasta como futuro regente de Konoha eres un atolondrado.

–Mira quien lo dice –Naruto le extendió la mano y saludó a Karin con un abrazo (después de todo es en parte su prima)–. ¿Qué haces aquí?

–Vine a firmar el pacto de "No más de una mujer" hacia con la aldea de Konoha. Me he enterado de tu compromiso con las más interesantes kunoichis de aquí.

–Ino y Sakura. Dos florecillas con las que pasaré algo de emoción en mi vida. De hecho me da miedo solo pensarlo, pero fuiste tú quien me metió en este lio. ¿Qué te hizo hacer eso?

–Las presiones hacia mí por parte de los kages de las demás aldeas hicieron mi objetivo retenerse. Sin embargo, el clan Uzumaki fue históricamente más importante para Konoha, como aliado. Así que si ambos clanes se reinstauran como aliados, sería favorable para ambas aldeas…

–La verdadera razón.

–Quería darte ciertos problemas –Sasuke ingresó a la oficina de la Hokage, donde le esperaba la firma compromiso para el asunto principal. Antes de entrar completamente en la habitación, se detuvo a decir una última cosa–. Por cierto, tal vez debas investigar un poco sobre el clan más importante de Konoha hoy día. Han sucedido cosas de las que tal vez quieras enterarte.

Tras decir eso, Sasuke desapareció al cerrar la puerta.

.

Al regresar a casa antes de tiempo, Naruto se encontró con sus dos mujeres, ambas transformadas en la versión más infantil posible (cuando comenzaron su amistad). Ambas correteaban por la casa, persiguiéndose la una a la otra. Todavía no se habían enterado de la presencia de Naruto, por lo que él tratando de unirse se transformó en el pequeño Naurto de esa misma edad, sentándose sobre la mesa y observándolas jugar.

–¡¿Esto es lo que Hizo Naruto para conquistarte y pedir tu mano?!

–¿Puedes creerlo? Él me hizo recordar una vida a su lado sin que realmente estuviera allí para él.

–Te tenía puesto el ojo desde hace mucho tiempo.

–Y nosotras persiguiendo a Sasuke.

–Me hace sentir mal. Quizás la única que lo persiguió a él fue…

Ino notó a un pequeño niño rubio que les observaba sentado desde la mesa. Tratando de simular que no iba a decir nada, ambas comenzaron a correr a donde Naruto, saltándole al cuello para abrazarlo. El verlas aproximarse hizo que el rubio se petrificara de miedo por las consecuencias de los actos. Entiéndase: al recibir el abrazo, los tres salieron despedidos en dirección sinérgica a espaldas del joven, cayendo al otro lado de la mesa y llevándose el golpe consecuente.

–¡Hoy has llegado temprano, mi amor! –dijo Ino aún con la imagen de una niña.

–¡Te estaba esperando, mi cielo! –Dijo Sakura con la imagen de una niña.

Ambas le besaron las mejillas, tan sonoramente que parecían estar jugando. Esto causó que el joven Naruto riera sonoramente. Luego las pequeñas le besaron la frente, el cuello y por turnos los labios, haciendo que Naruto se sintiera abochornado.

–Si a esa edad hubieran hecho eso, me hubiera pellizcado el hombro tratando de despertar de mi sueño.

–Debimos haber comenzado a esta edad, Naruto –dijo Ino–. Pero una niña de esta edad sueña más que pensar. Además, tenías el estigma de Kyubi encima.

–Sí, lo sé. Pero, honestamente les puedo decir que a esta edad había soñado varias veces con las dos.

–¿Viste a Sasuke? –Preguntó Sakura con el rostro preocupado.

–Sí, lo he visto hace rato. Venía a firmar su pacto con Konoha sobre la "única raíz de no sé qué". Honestamente a mí me da igual que él tenga una o cien mujeres.

–Pero, si no hubiera aceptado esos términos, yo estaría fuera de tu vida, Naruto.

–No. Jamás estarías fuera de mi vida –Naruto besó a Sakura con ternura, recordando que tienen la imagen de unos críos–. Solo que no serías mi esposa. Ino lo sería –Acto seguido besó a Ino, quien era un poco más apasionada que Sakura al besar, lo que hizo que ambos se sintieran algo pervertidos.

–¡He, no es justo. Ino es una pervertida!

–¡Tuviste tu oportunidad, y no la aprovechaste!

–¡Quiero intentarlo! –Sakura le arrebató a Naruto, convirtiéndose en la Sakura genin y mirándolo a los ojos–. Jamás te dije lo que merecías oír. Lo siento, mi amor.

Al besarlo, Naruto adaptó la forma del joven genin cabeza hueca de Konoha. Ino al verlos más acaramelados, les imitó, solo que ella avanzó aún más en el tiempo a los tiempos anteriores a la cuarta guerra. Le arrebató a Naruto y lo miró a los ojos, notando lo embriagado de amor que estaba. Sin pensarlo adoptó la edad correcta cronológica comparada con Ino.

–Jamás me di cuenta de lo mucho que me importabas, hasta que decidí que te deseaba –Naruto extendió los brazos para abarcar el cuello de Ino, besándola con la delicadeza que ella merecía, enamorándola un poco más. Sakura volvió a su estado normal, abrazando a Naruto por la espalda y besando su cuello.

Cada que los tres se reunían, algo candente se cocinaba donde fuera que estuvieran. Embriagados de amor y lujuria, escalaban hasta perder la ropa. Sin embargo, al estar medio vestidos, algo cayó de la mesa, rodando hasta las manos de Ino, quien al recogerle se acordó de lo que había hecho Sasuke. Mientras Naruto y Sakura se besaban, ella extendió el pergamino, leyendo parte de la información contenida. La primera era un título de propiedad, el que le dio un gusto mayor a Ino, que solo se dedicó a sonreír en silencio. Emocionada comenzó a leer el siguiente pergamino: este era un poco más perturbador. Era sobre Hinata. Un reporte de los acontecimientos de la familia Hyuga que la involucraban a ella y a la rama principal de la familia. Preocupada porque Naruto llegara a leerlo, escondió el resto de los pergaminos, dejando solo el que tenía al principio. Habiendo ocultado este reporte, se dirigió a Naruto con el pergamino en mano.

–Cariño, Sasuke te ha dejado esto.

Deteniendo sus beso a Sakura (quien se molestó un poco con Ino), Naruto recibió el pergamino dándole una revisión general. Esto era un cese de derechos sobre un título propiedad, una enorme propiedad del tamaño de un sector poblacional.

–¿Por qué Sasuke me entrega el título del desaparecido sector Uchiha? –dijo Naruto algo extrañado–. Nada de eso está en pie aún.

–¿El sector Uchiha? –Sakura tomó el título y comenzó a leerlo. Había una clausula interesante sobre el sector Uchiha que pocos conocían, y Sasuke debía ser uno de ellos–. Al ser el próximo Haikage, no podrá reclamar esta garantía.

–¿Una garantía?

–Sasuke ha cedido sus derechos sobre el sector Uchiha a ti, y al clan próximo a nacer. Y te entrega una garantía firmada a perpetuidad por nadie más que el primer Hokage y nuestro primer señor Daimyo, de reconstruir completamente el sector en caso de destrucción cada vez que esto se requiera. ¡Naruto! ¡Sasuke te ha dado el espacio necesario para comenzar el clan Uzumaki aquí en Konoha!

–¡¿No lo entiendes?! Hablamos de un sector completo para ti, para nosotras y para nuestra descendencia a perpetuidad.

–Pero sería reconstruirlo todo, desde cero. Hablamos de un sector completo, vacío de vida hasta que comience nuestro clan. Solo seremos nosotros y un enorme espacio de nada.

–Bueno, sí –Sakura se unió a la fantasía de Ino–. Pero velo de esta manera, no tienes por qué quedártelo todo. No inmediatamente. Esto implica generar empleos, generar viviendas, generar espacio para los aldeanos de Konoha. Siempre puedes disponer de ese espacio para otros aldeanos. El sector Uzumaki se convertiría en una comunidad. Un pueblo dentro de Konoha, con tiendas, vecinos y familia. De solo pensar en la posibilidad… me entra un palpitar…

–Están más emocionadas ustedes que yo por esto…

–Esta casa es pequeña. Una familia no puede reducirse a un espacio tan pequeño. No una familia como la que el imperio desea que tengamos.

Naruto se puso a pensar seriamente sobre esto, aunque no por mucho tiempo. Verlas frente a él con tan poca ropa solo hacía que su mente se revolviera. Sakura e Ino lo sabían, y mirándolo con cierto morbo en el rostro…

–Supongo que es difícil pensar con nosotras así –Sakura comenzó a recoger su ropa–. Deberías pensarlo mejor, con la cabeza fría y tomando una decisión correcta. Vamos, Ino. Es hora de preparar la comida.

–Espera…

–No quiero que me malentiendas. A mi me da igual vivir aquí o en una mansión de lujo.

–No es eso. Yo… –Sakura miraba a Naruto enrojecer, lo que le daba la idea general…

–Me da gusto que me encuentres atractiva a pesar de todo.

–No eres solo tu –Ino se desvistió por completo, acercándose a Naruto para besarlo–. Tan solo es lo que es: un ser con deseo pasional.