A la mañana siguiente desperté feliz de saber que inuyasha estaba a mi lado, lo abrase más y el correspondió a mi abrazo
-Hola, ¿no te desperté?- pregunte viéndolo a los ojos
-Te estaba viendo dormir- declaró con una sonrisa en su rostro
Kagome se sonrojó
De repente una silueta iluminada por una luz blanca los iluminó, kagome se aferró a inuyasha cubirendose con la sabana completamente mientras él la abrazaba protectoramente y le gruñía a la silueta que estaba tratando de formar algo
-Inuyasha-
Esa voz los dejó a los dos tiesos
-Ki...¿Kikyo?- dijo inuyasha con temor, ¿que diablos estaba haciendo aquí?
Kagome trataba de no llorar, a esto se refería cuando dijo que no podía volver a confiar en inuyasha, le acababa de romper el corazón, una lágrima salió de su ojo e inuyasha lo notó porque la abrazó más fuerte
-¿Qué quieres?- dijo inuyasha enojado
-Quiero verte ahora- sentenció kikyo y su imagen desapareció
-Ve...-
Inuyasha se sorprendió al oír hablar a kagome
-Ti... tienes que ir con ella, te esta llamando-
Inuyasha tomó la sabana y la deslizó con cuidado revelando a una kagome indefensa que trataba de no llorar y ser fuerte, kagome lo miró a los ojos y vio la sonrisa alegre de inuyasha
-No voy a ir-
Kagome no podía creer lo que inuyasha le decía, se sentó en la cama y lo miró a los ojos
-¿No planeas ir?-
-No porque si lo hago te lastimare y no quiero eso- dijo inuyasha colocándole un mechón de pelo detrás de su oreja
Me esta tomando en cuenta, ¡por fin me está tomando en cuenta!
Kagome se abalanzó contra inuyasha abrazándolo
-Gracias por tomar mis sentimientos en cuenta inuyasha-
Kagome lo miró a los ojos alegre y vio la sonrisa encantadora de inuyasha
-Te dije que aprovecharía esta oportunidad al máximo kagome-
Kagome se sentía tan feliz pero algo le decía que estaba mal, su mirada cambió a melancolía alertando a inuyasha
-Creo... creo que es mejor que vallas inuyasha-
Inuyasha no lo podía creer, le decía a kagome que no iba a ver a kikyo por respeto a sus sentimientos y ahora ella le decía que fuera con ella, ¿sera una trampa?, ¿una prueba para ver si aunque ella le diera su consentimiento el se quedaba con ella?
-Iré-
Kagome lo miró con lágrimas en los ojos, no podía intervenir, ella le había dicho que fuera y tenía que respetar la decisión de inuyasha
-Iré... solo si tu me acompañas-
-¿He?-
Esto tomó por sorpresa a kagome, inuyasha quería que fuera a ver a kikyo con ella
-¿Pero si es algo importante?, ¿algo privado?-
Inuyasha se acercó a ella y susurró en sus labios
-No tengo porque esconderte nada sobre kikyo y yo-
Y sin decir nada más la beso con pasión, kagome se perdió un poco en el principio por las palabras de inuyasha pero después correspondió a su beso de igual manera, se separaron agitados
-Será mejor ir ahora antes de que se enfurezca- dijo kagome sonrojada por el beso
-No me importa lo que le pase a kikyo-
Inuyasha la volvió a besar pero esta vez era más exigente, kagome le correspondía de igual forma, se perdió en los besos de inuyasha que no noto cuando éste ya la tenía recostada en la cama y le besaba el cuello
-Inuyasha... para...-
Inuyasha se separó un poco de kagome y ella vio como los ojos ámbares de inuyasha ahora estaban de color rojo y sus irises eran azules, pero eso no ayudo a que su excitación desapareciera, al contrarió la reforzó haciendo casi imposible que pudiera pensar
-Kagome yo...-
Inuyasha se alejó de ella de un salto asustado, había dejado que su parte demoníaca tomara el control y el lo había permitido por el hecho de que ambos querían tomar a kagome al mismo tiempo, además el olor de kagome no ayudaba mucho ya que su olor a excitación lo atraía de sobre manera como una abeja la miel, el era la abeja que quería probar la miel de kagome y enterrarse profundamente en ella.
Kagome se levantó y lo miró sonrojada
-Inuyasha... ¿podrías salir para que me cambie de ropa?-
Sin protestar inuyasha salió de su habitación por la puerta cerrándola cuando salió.
Kagome no lo podía entender, casi se había dejado llevar por las emociones que inuyasha provocaba en ella y aunque no se lo pudiera creer ni ella misma, también quería ser la hembra de inuyasha, pero antes que nada tenían que aclarar el asunto de kikyo cuanto antes, salió de su habitación con un vestido morado de tirantes anchos, resaltaba más que nada su busto por que después le vestido era suelto, le llegaba un poco más arriba de la rodilla, busco a inuyasha quien se encontraba en la sala esperándola pacientemente
-¿Estas lista?-
-Si, ya vayámonos-
Inuyasha tomó su mano y juntos se dirigieron al pozo, kagome se lanzó primero seguida de inuyasha, al llegar inuyasha la cargó en brazos y de un salto salieron del poso, una serpiente de kikyo ya los esperaba, está los guió hasta donde se encontraba kikyo, al llegar inuyasha colocó a kagome enfrente de él abrazándola de la cintura posesivamente
-Te he estado esperando inuyasha- dijo kikyo con su típica voz fría de siempre
-Lo siento kikyo estaba ocupado- declaro rosando su nariz en el cuello de kagome quien se entregó a la exquisita sensación
-Te he llamado para que cumplas con tu promesa- dijo kikyo resaltando el tu en la oración y los miró con envidia, repulsión y celos contenidos tras su mirada fría
-Los siento kikyo no puedo cumplir mi promesa contigo- dijo restándole importancia y abrazando a kagome
-Inuyasha tienes que cumplir tu promesa conmigo quieras o no-
-Lo siento kikyo, no pudo cumplir mi promesa con un cadáver ambulante-
Kagome y kikyo miraron impresionadas e impactadas como inuyasha se había referido a esta última
-Te arrepentirás de tus palabras-
Kikyo apunto a la cabeza de inuyasha con su arco y flecha en un tiempo récord, inuyasha la miraba como si fuera una criatura insignificante y eso kikyo no se lo podía perdonar, lanzó la flecha sin dudar que daría en su objetivo pero para su sorpresa la flecha se dirigió hacía un árbol
-Por aquí-
Kikyo miró en dirección de esa voz y vio como inuyasha tenía a kagome entre sus brazos y estaban felices de la vida abrazados
-¿Como fue que...?, no importa esta vez no fallaré-
Kikyo volvió a apuntar a la cabeza de inuyasha, soltó la flecha y esta nuevamente se enterró en un árbol
-Date por vencida, soy más rápido que tu-
-Eso no es posible... no amenos que-
Kikyo dejo sus pensamientos en el aire al ver como inuyasha la tenía agarrada del cuello de sus kosodes y la elevaba viéndola a los ojos
-Amenos que sea un demonio completo-
-¿Como es que el esta libre?-
-Salí porque representas una amenaza a mi futura compañera y eso no me lo puedo permitir, así que con tu permiso-
Inuyasha tomo a kikyo con sus dos manos y destrozó el cuerpo hecho de huesos y barro viendo como las almas que estaban contenidas en el regresaban con su dueña, inuyasha vio como solo una alma se dirigía al cielo con ayuda de unas serpientes caza-almas, vio como estas se perdían en el cielo y regresó donde había dejado a kagome, estaba sentada en la rama alta de un árbol
-Kagome salta-
Kagome lo miró desde arriba y lo vio como si estuviera loco
-Me caeré-
-Confía en mi-
Diciendo ésto inuyasha vio como kagome se ponía de cunclillas en la rama y se lanzaba hacia el quien saltó tomándola en el aire, al tocar el suelo inuyasha soltó a kagome quien lo miró a los ojos y vio como su transformación de demonio desaparecía
-Ahora esta saliendo más tu demonio inuyasha-
-¿Te molesta?-
Inuyasha vio como kagome lo pensaba un poco y le dolió en el alma el saber que tal vez a su kagome no le gustara su yo demonio, que tal vez no aceptara esa parte de él
-No no me incomoda- aseguró kagome con una sonrisa en su rostro
Inuyasha se sintió plenamente feliz al saber que kagome lo aceptaba incluso siendo un demonio
-Será mejor volver antes de que otra cosa ocurra-
-Si-
Inuyasha tomó a kagome de la mano y ambos caminaron una al lado del otro hasta llegar al pozo pero inuyasha comenzó a gruñir, kagome no entendí porque gruñía hasta que a lo lejos vio un torvellino
-Kagome-
-H...hola koga-
Inuyasha estaba que hervía de celos, sin poder contenerse tomo a koga del cuello y lo lanzó lejos de kagome
-Aléjate de ella- sentenciaron inuyasha y su demonio interior
Kagome se asustó al oír la voz del demonio pero después se calmo, sabía que el no le haría daño, jamás
-Inuyasha-
El aludido se giro viéndola a los ojos
-Déjalo en paz no le hagas daño-
-Solo por ti-
Inuyasha dejó que su transformación desapareciera, tomó a kagome de la mano y con ella se lanzó por el pozo, al llegar entraron en la casa
-Oe kagome-
-¿Qué sucede inuyasha?-
-¿Me podrías hacer de comer?-
Kagome miró el reloj de la cocina y vio que ya eran las dos de la tarde, le dijo a inuyasha que se sentara, fue al refrigerador y decidió hacerse un sándwich, sacó los ingredientes necesarios, se dirigió a la alacena y sacó tres botes de ramen, les puso agua caliente y mientras esperaba a que estuvieran listos hizo dos sándwiches, lo colocó en un plato, tomo las sopas instantáneas, las colocó en un enorme plato y se las ofreció a inuyasha quien lo aceptó gustosamente, ambos comieron y al terminar se dirigieron a la sala a ver una película, inuyasha estaba acostado con kagome enfrente de él quien cambiaba los canales buscando algo bueno para ver en la televisión, se quedaron viendo un programa donde el conductos contaba historias increíbles de algunos objetos
-Aunque usted no lo crea- dijo el conductor y el programa se terminó
-¿Qué tal si vamos a tu habitación?- propuso inuyasha
Kagome asintió y ambos se dirigieron a la habitación de kagome, al llegar inuyasha la recostó en la cama y se colocó obre ella
-Inuyasha...-
-Shhh... no tengas miedo-
Ambos subieron a la habitación de Kagome e Inuyasha aprovechó el momento para recostarla con cuidado en la cama
-Inuyasha...-
-Shh... no tengas miedo-
Inuyasha la besó en los ojos, los pómulos, las mejillas y por último en los labios haciendo que Kagome se perdiera en el mar de sensaciones que él despertaba en ella.
Inuyasha con ayuda de sus garras destrozó toda la ropa de su Kagome, no quería ninguna prenda en el cuerpo de su hermosa Miko, cuando la vio desnuda se deleitó la pupila con la hermosa visión de su Kagome, su piel pura y blanca como la nieve lo invitaban silenciosamente a probarla.
Sin contenerse más desendió sus labios sobre el cuello de su Kagome, el movimiento había sido rudo por lo que Kagome se había tensado un poco pero Inuyasha con sus besos y lambidas se dedicó a hacerla sentir segura, protegida y sobretodo... amada.
Su demonio también hacía su parte al tocar con cuidado los senos de Kagome con sus manos y pasar juguetonamente su mano por las piernas de ella que al sentir la sensación suspiraba de plaser, los labios de Inuyasha desendieron hasta su clavícula y luego hasta sus senos, los lamió a ambos rápidamente en los pesones viendo como éstos al instante se erizaban.
Tomó uno en su mano mientras el otro era atendido por su boca, el seno que Inuyasha se habia metido en la boca lo disfrutaba como si fuera el más exquisito y sabroso manjar, lo lamía por lo ancho y largo para luego dar una rápida lamida a su pesón.
De pronto un olor dulce les llamó la atención, desendieron por el hermoso cuerpo de Kagome y encontraron la fuente de ese dulce aroma.
Sin pensarlo dos veces le dió un lenguetón a ese hinchado y necesitado botón rosa, Kagome dio un gritillo de sorpresa y plaser, Inuyasha vió como ella se alejaba como si estuviera huyendo de él pero su duda se disipó al ver como el botón de Kagome palpitaba pidiendo a gritos que alguien lo atendiera... Inuyasha estaba dispuesto a ser ese alguien.
Se acercó a Kagome y tomó con cuidado sus muslos colocándolos sobre sus hombros teniendo un mejor acceso hacia ese botón y sin previo aviso lo comenzó a lamer mientras ambos escuchaban extaciados los gritos, gemidos y suspiros de plaser de su Kagome.
Cuando llegó el orgasmo de Kagome ella gritó sus nombres mientras se derramaba en su boca, ambos bebieron gustosos el nectar que les ofrecía su Kagome.
Inuyasha se colocó encima de Kagome y vio como tenía sus ojos vidrioso con lágrimas retenidas
-¿Te estamos lastimando Kagome?- preguntaron temerosos
Kagome lo miró a los ojos y vio como Inuyasha tenía ya las marcas púrpuras en sus mejillas pero no les dió importancia, negó con la cabeza
-Esto... esto es tan hermoso...- declaró
Inuyasha se bajó de la cama dejando descansar a su Kagome mientras el se quitaba su ropa ya que desde hacia un rato su miembro le había empezado a incomodar, se subió de nuevo en la cama sobre su Kagome, el momento de su unión había llegado
-Te amo...- dijo Inuyasha mientras entrelazaba los dedos de sus manos con las de Kagome y las dejaba descansar sobre su cabeza una alejaba de la otra, Kagome sintió un golpe en su corazón, jamás se había imaginado que Inuyasha pudira ser tan dulce con ella.
Inuyasha y su demonio se adentraron en Kagome y cuando sintieron como los aceptaba hasta la empuñadura se quedaron estáticos por el seguro dolor que Kagome estaba experimentando y en cambio la besaron en las mejillas y jugaron con los lóbulos de sus orejas.
Inuyasha y su demonio querian que Kagome disfrutara al máximo este momento, querían que lo recordara por siempre, que lo disfrutara tanto o más que ellos por que este era su momento, era su momento para dejarse llevar por sus sentimientos y que experimentara toda clase de cosas con ellos, incluso si ellos se tenían que retener no importaba mientras ella gozara y ese simple hecho los haría felices.
Después de un rato Inuyasha y su demonio comenzaron a moverse lentamente en Kagome tratando de que ella lo disfrutara, cuando su Kagome se quejó por la velocidad de los movimientos Inuyasha y su demonio la atrajeron hacia si mientras se sentaban en la cama pomiendo a Kagome sobre ellos haciendo que la velocidad aumentara y que las estocadas fueran más profundas.
Cuando alcanzaron el orgasmo ambos mordieron a Kagome dejando la marca que la hacía legítimamente su hembra cuando de pronto olfatearon la sal y la agua mescladas, ambos miraron a Kagome quien tenía rastros muy marcados y húmedos en sus mejillas donde las lágrimas habían caído
-¿Kagome?- ella los miró a los ojos y luego con una sonrisa en su rostro se lanzó a su pecho llorando, ambos la envolvieron entre sus brazos
-Eso... fue lo mejor que has hecho por mi Inuyasha...te amo...-
Inuyasha y su demonio sintieron como el corazón se les revolcaba en el pecho, habían cumplido su cometido... hacer feliz a Kagome...
Se recostaron en la cama y se cubrieron con las sábanas de ésta mientras escuchaban a su Kagome sollosar de felicidad en su pecho para luego quedarse dormida.
Ese día Inuyasha hizo un pacto con su demonio, harían todo lo posible e imposible por ver a su Kagome feliz y sonriente todos los días de su vida... y jamás, jamás la volverían a dejar sola... jamás...