"Traducción autorizada por little rosebud".

Nota de autora: ¡Hola chicos! Ciertamente ha pasado un tiempo, ¿No es así? ¡Finalmente logré escribir un poco más, así que estoy de vuelta!

Vale, les prometí que el próximo capítulo sería de POV de Rick, pero por alguna razón la historia no quería escribirse desde su punto de vista, y me sentí frustrada así que desistí de la idea. Lo siento por eso, chicos T_T

Pero por otro lado, este capítulo termina la historia. Lo sé, es una desgracia, el final, pero tengo otra historia The Walking Dead en proceso de escritura, y aunque podría haber tenido esta en algunos aspectos, me decidí a tirar de ellos completamente aparte por diversos motivos. Así que esta historia termina aquí, pero voy a tener reservada la parte que a muchos de ustedes le gustó de mi historia :)

¡No les entretengo más! ¡Diviértanse leyendo!

¡Como siempre, no soy dueña de nada más que la historia!

Nota de traductora: ¡Hola a todos! Siento mucho haber demorado tantos meses. ¡Dios! Jamas pensé que demoraría tanto, pero si no era una cosa era otra y así...

En fin... espero que aún se acuerden de esta historia.

Disfrútenla.

Saludos.


Disclaimer: Los personajes The Walking Dead no me pertenecen, lamentablemente.


Capítulo 3. Llévatelo

Es el mundo que he llegado a saber.
Implacable y frío.
Llévatelo. Llévatelo.
No lo quiero.

Es una vida que estoy obligado a vivir.
No tengo nada más para dar.
Llévatelo. Llévatelo.
Ya no quiero.

Generation Dead - Five Finger Death Punch

Cuanto más tiempo pasa, me doy cuenta de la mirada persistente de Rick en mí a veces, y podía ver en sus ojos que algo le preocupaba. Aunque, no le pregunté. Supuse que me diría lo que estaba en su mente cuando estuviese listo.

Simplemente no esperaba lo que ocurrió, ni podría haber adivinado lo que estaba en su mente.

Era media noche y estaba paseando en silencio cerca de los bloques de las celdas, ya que era mi turno de guardia. De repente oí el suave llanto de Judith proveniente de la celda de Rick. Puse mi ballesta al hombro e inmediatamente fui a contestar su llamado. Encontré a Rick de pie, meciendo a Judith en sus brazos e intentando adormecer su espalda para que durmiera. Cuando sus ojos se encontraron con los míos, me acerqué a él y alargue mis brazos.

—Dámela —le pedí en voz baja y Rick asintió antes de entregarla.

Los gritos de Judith de inmediato se calmaron cuando estuvo bien resguardada en el refugio de mis brazos. Sonreí suavemente hacia ella y la mecí con cuidado, callándola y tarareando por lo bajo.

Mientras poco a poco Judith pudo volver a dormir, sentí la mirada de Rick en mí y levanté la mía para fijarla en la de él. Incluso a través de la oscuridad, pude ver el cariño brillando en los ojos de Rick lo que hizo que mi corazón latiera más rápido por alguna razón. Tragué el nudo de nervios que se había quedado atascado en mi garganta y puse cuidadosamente a Judith en su cuna una vez que ella se había dormido de nuevo.

Le acaricié suavemente el cabello con la yema de mis dedos callosos antes de darme la vuelta para enfrentarme a Rick una vez más. Él estaba sonriéndome de una manera que me calentaba por dentro. Últimamente, cada vez que él me sonreía de esa manera, siempre sentía esa calidez llenándome y no entendía porque nunca me había sentido así antes.

—Eres tan bueno con ella. Ella te quiere mucho, te lo aseguro —susurró Rick con cariño y yo me moví con vergüenza a cambio.

No estaba acostumbrado a los cumplidos. Estaba más acostumbrado a la inversa, que me dijeran que era un inútil pedazo de basura. Pero esta gente... estas personas eran buenas para mí. Por fin pude empezar a creer que tenía valor.

Sonreí con timidez, y traté de no mostrar mi vergüenza demasiado —Entonces, vamos en la misma dirección —respondí en voz baja para asegurarme de no despertar a Judith.

Ansioso por irme antes de avergonzarme a mí mismo aún más, asentí a Rick y salí de su celda. No di unos cuatro pasos por pasillo cuando sentí una mano cálida alrededor de mi muñeca. Mi primera reacción fue de luchar, así que me di la vuelta listo para atacar, pero me relajé cuando me di cuenta de que era sólo Rick. Él me había seguido fuera de su celda.

Rick me estaba mirando fijamente con algo que no podía descifrar, y estaba poniéndome nervioso.

— ¿Qué? —le pregunté defensivamente.

Rick mantuvo su mano en mi muñeca, como temiendo que me escapara si me soltaba. Estoy seguro de que lo habría hecho, porque de repente me sentí muy nervioso bajo la mirada de Rick. Él avanzó un paso más cerca de mí y me congele ahí, mirándolo con cuidado.

—Tú sabes que me preocupo por ti, ¿Verdad? —susurró Rick, sus ojos honestos y suaves.

Esto hizo que mi corazón latiera más rápido. Me quedé en silencio, temiendo a donde iba esta conversación.

Viendo que no estaba a punto de contestar nada, Rick habló de nuevo en un suave susurro, esperanzado; —He pensado mucho acerca de esto. Quiero que tú... formes parte de la vida de Judith... y la mía también.

Todo el aire pareció escapar de mis pulmones en una fracción de segundos. Rick no me estaba pidiendo lo que yo pensaba que era... ¿No? Era imposible. Debía aclarar las cosas.

—Estoy aquí, ¿No? —le respondí en voz baja, con la boca repentinamente seca.

Quería decirle a Rick que parara esto, porque no podía pasar. Simplemente no podía. Repentinamente la mano de Rick en mi muñeca se alejó hasta tomar suavemente mi mejilla en su lugar. Me sobresaltó el gesto y debería haberme retirado lejos del tacto, pero estaba demasiado sorprendido y mortificado para reaccionar. Simplemente miré a Rick, completamente inmóvil.

—No de esa manera. Me esperaba más que eso —susurró, con la cara tan cerca que su aliento en mi piel me dio escalofríos.

Y luego, los labios de Rick estaban sobre los míos, cálidos y dándome, y mostrándome lo que quería decir, lo qué exactamente quería decir.

Se registraría en mi mente sólo mas tarde que él me acababa de robar mi primer beso.

Me tomó unos pocos segundos darme cuenta lo que estaba haciendo Rick, y cuando lo hice, entre completamente en pánico, mi cuerpo se apoderó con el miedo bajo la violación. Violentamente empujé a Rick lejos de mí y le fulminé sombríamente con la mirada.

— ¡Suéltame! ¡¿Qué demonios fue eso?! —siseé lo más silenciosamente que pude, recordando que Judith estaba durmiendo a pocos pies de distancia de nosotros.

Estaba tan enojado y asustado por lo que acababa de hacer que no podía importarme menos el rechazo y la preocupación brillando en los ojos de Rick. Me di la vuelta y decidí salir, pero Rick cogió mi muñeca de nuevo y me lo impidió.

— ¡Daryl, espera! —me suplicó suavemente

Me di la vuelta para mirarlo de nuevo y tiré duramente de mi brazo, tratando de soltarme de Rick, pero no cedió. De repente me sentí como un animal atrapado y mi pánico creció.

— ¡Déjame ir! ¡Yo no soy tu perra! ¡No pienses que tú puedes hacer lo que carajos quieras conmigo! —siseé con ira, y mi miedo era tan fuerte que estaba seguro de que Rick podía sentirlo irradiando por todo mi cuerpo.

Rick me agarró de los brazos suavemente pero con firmeza, manteniéndome ahí, mientras él se quedó mirándome con una expresión suave y suplicante.

— ¡No me has entendido, Daryl! ¡No te usaría y desecharía! Nunca haría eso, créeme. ¡Por favor, cálmate y déjame explicarte! —Rick me lo pidió gentilmente y en contra de mi buen juicio, lentamente me calme, pero seguía mirando cautelosamente hacia él, listo para largarme en cualquier segundo.

Confiaba en Rick -más que en cualquier otra persona- y no quise creer que él era como Shane o todas las otras personas que me utilizaron en el pasado.

Se merecía que al menos lo escuchara.

Sintiendo que no huiría por ahora, Rick aflojó su agarre alrededor de mis brazos.

—Siento algo fuerte por ti. Realmente fuerte. No sé cuando comencé a sentir esto por ti, pero se hizo más fuerte después de Lori... —comenzó Rick, pero su voz se quebró.

La muerte de Lori estaba todavía demasiado fresca; todavía era incapaz de hablar de ello y yo entendí. Esperé en silencio a que continuara, mi corazón latía más rápido y más rápido a medida que entendía lo que sus palabras implicaban.

Una pequeña, un poco triste, sonrisa apareció en el rostro de Rick.

—No creo que pueda llamarlo amor aún, es demasiado pronto para eso, pero lo que sé con seguridad es que quiero una relación contigo. Estoy hablando de largo plazo aquí. Pero no voy a obligarte si no quieres eso. Es tu decisión. Si no sientes nada hacia mí, entonces me lo dices y lo entenderé —dijo Rick en voz baja y sus palabras fueron como una bofetada en la cara.

Jadeé y luché para estar fuera de las manos de Rick como si su contacto me quemara. Le di la espalda y traté de controlar mi respiración ahora errática. ¿Rick quería que yo…? ¿Él me deseaba del mismo modo que su esposa? Él sentía algo por mí, lo que fuera.

Pero, ¿Cómo podría él? ¿Cómo podía preocuparse acerca de alguien tan roto, sucio y usado como yo? Que no era digno de tales sentimientos. No era digno de tener un lugar tan importante en su vida. ¿Qué estaba pensando, cuando podría tener a alguien mucho mejor que yo?

Me mantuve de espalda y cerré los ojos mientras le respondía en un susurro dolido; —Tú no sabes lo que estás pidiendo. Tú no me conoces, Rick. Tú no sabes lo que he pasado y lo que hice. Tú... no quieres a alguien como yo, créeme.

El silencio respondió a mis palabras y pensé por una fracción de segundo que Rick se había ido, que simplemente había estado jugando conmigo para ver mi reacción y que no era en serio. Pero al segundo siguiente, sentí las manos sobre mis hombros, con cuidado girándome hasta que mis ojos torturados pudieran encontrarse con los de Rick.

Las manos en mis hombros se elevaron suavemente hasta la taza de mi cara, y me puse rígido por una fracción de segundo antes de relajarme cuando me di cuenta de Rick no se movería más que eso. Me sostuvo la mirada con suavidad.

—Daryl... me gusta la persona que eres ahora. Y quién eres ahora fue forjado por tus experiencias pasadas. Yo aceptaría todo, porque te hizo lo que eres. ¿No es todo lo que importa? —susurró, las palabras que me dijo golpearon directamente en mi interior.

Rick estaba serio. Él me estaba diciendo que aceptaría todo sobre mí. Que no le importaba nada de lo que podría haber hecho, de lo horrible que pudo haber sido mi pasado.

Aparté la mirada y me mordí el labio nerviosamente. Era demasiado para procesar estos momentos. Sólo quería salir de aquí antes de descomponerme.

—Yo... yo no sé si te puedo dar eso —dije con la voz quebrada y dolida.

No estaba mintiendo. Ni una sola vez en mi vida imaginé lo que sería estar en una relación. No sabía si aún lo quería. Me tocaron tantas veces en mi vida que esto me robó la voluntad de buscar el toque de otro ser humano.

Sin embargo, me di cuenta de que lo necesitaba mucho. Había necesitado confort y toques tranquilizadores por un tiempo, pero nunca supe cómo pedir por ellos. No sé si aun lo mereciera.

Rick me soltó y buscó mi mirada. Cuando me reuní cuidadosamente con sus ojos, vi a Rick mirando suplicante hacia mí.

—Sólo piensa en ello, ¿De acuerdo? —susurró Rick suavemente y esperó mi respuesta.

Asentí lentamente —Sí —respondí en voz baja, luchando contra el nudo de nervios formado en mi garganta.

Rick me dio una pequeña sonrisa de agradecimiento antes de darse la vuelta y regresar a su celda. Me apresuré en regresar a mi ronda de guardia asegurándome de evitar la celda de Rick por el resto de la noche.


Los siguientes días, independientemente de cuánto lo intentara, no podía deshacerme de lo que sucedió con Rick en mi mente. Estaría mintiendo si dijera que no estaba pensando seriamente acerca de lo que me preguntó Rick. Me encantó esa niña desde el primer momento en que la tuve entre mis brazos. No me importaría tener la oportunidad de verla crecer y darle la vida que yo nunca tuve.

Y Rick... estaba perdido sobre él. No sabía lo que sentía hacia él. Confiaba en él con mi vida, me sentía a gusto en su presencia y no temía ser yo cuando estaba con él. A veces, incluso consideré decirle mi pasado, lo que nunca hice con nadie antes. Él era la primera persona que me hacía sentir así y sabía que probablemente sería el último.

También sabía que era un buen hombre y que nunca me haría daño intencionadamente o me obligaría a hacer algo que no quería. Había sido un buen marido para Lori y me atrevió a pensar que estaría bien para mí también. Pero todavía estaba asustado, asustado de muchas cosas... asustado de abrir mi corazón herido a Rick, asustado de ser herido de nuevo física o emocionalmente, asustado de quedar atado a él y a Judith sólo para perderlos al final. Tenía dolor suficiente para toda una vida.

Entonces, pensé en lo que mi vida podría ser si ellos fueran una parte de ella. Ser capaz de cuidar de Judith, amarla y darle lo que nunca tuve... despertarme junto a alguien que no trataría de hacerme daño o usarme... sentirme protegido, y tal vez incluso amado...

Paré el hilo de mis pensamientos cuando esto quemó mi pecho dolorosamente. ¿Cómo podría alguien como yo, un campesino sucio, tener la esperanza de tal felicidad? Estaba demasiado roto y dañado para ser amado. Y aún así, Rick me quería. No entendía cómo podía quererme. Había sido tan serio, y me pareció que había estado pensando en ello por un largo tiempo. Él no se preocupaba por lo feo y oscuro pasado.

Me quería a mí, así de simple, y me encontré a mí mismo deseando poder decirle que quería estar con él también.

Pasaron unos días en que la vida siguió como normalmente pasarían en la prisión. Todavía mantuve la protección de los demás y el cuidado de Judith tanto como pude, pero traté de mantener mis distancias con Rick hasta que llegara a una decisión. Él pareció entender mi necesidad de un poco de espacio y tiempo, ya que nunca me preguntó por una respuesta. Estaba agradecido por ello. Necesitaba un poco de tiempo a solas para pensar cuidadosamente acerca de lo que quería, y si aún lo merecía.

Lo que me hizo decidirme fue una cosa simple, realmente. Una tarde, llegó el momento de poner a Judith en la cama y puesto que Rick estaba ocupado patrullando los pasillos asegurándose de que cada cerradura estuviese segura, le dije que yo pondría a Judith en su cuna. Estaba meciéndola suavemente y tarareando por lo bajo, jugando con su pequeña mano. Judith gorgoteaba feliz y le sonreí cariñosamente.

De repente, ella extendió su pequeña mano para tocar mi cara y me sonrió, gorjeando alegremente. Jadeé por la sorpresa. Nunca había visto la sonrisa de Judith antes. Ella estaba mirando directamente hacia mí y sonriéndome. Aquella sonrisa era todo para mí. Ella estaba feliz de estar conmigo, en mis brazos, y me lo demostró.

Ella no se preocupaba por mi alma y cuerpo sucio; vio más allá de eso.

Sin saber la razón, sentí que mis ojos quemaban y mi visión se nubló por las lágrimas contenidas, dejándome perplejo. ¿Qué demonios? No había llorado desde que era un niño, desde aquella noche fatídica que había perdido mi inocencia. ¿Por qué ahora? ¿Por qué me siento con la necesidad de llorar cuando mi pecho floreció con la felicidad de este momento? Oh, es por eso. Eran lágrimas de felicidad.

Esa pequeña era realmente algo. Por un pequeño gesto, ella me estaba mostrando que todavía había esperanza para mí, que yo no estaba irreparablemente roto, que algunas personas podían todavía cuidar de mí a pesar de mis defectos; que esto no importaba al final. Finalmente creí en Rick cuando me dijo que el pasado no importaba; finalmente creí que él podría quererme a pesar de la oscuridad de mi corazón.

Y así, supe lo que quería.

Cuando Rick regresó más tarde a su celda, yo estaba de pie junto a la cuna de Judith, la observaba con una mirada encariñada en mis ojos. Sentí la mirada de Rick en mí y giré mi cara lentamente a su encuentro. Rick sonrió suavemente hacia mí.

—Gracias, Daryl. Voy a encargarme ahora —dijo tranquilamente.

Asentí, pero en lugar de dejarlo como normalmente lo haría, me quedé ahí, volviendo mi mirada en Judith. Me quedé en silencio, y eso pareció preocupar a Rick ya que caminó hacia mi lado y trató de buscar mi mirada, llamándome por mi nombre en un susurro preocupado. Mis dedos se apretaron alrededor del borde de la cuna.

—Judith, ella... ella me sonrió. Me miró y me sonrió —susurré con voz temblorosa, recordando cuando me tocó y con ese pequeño gesto me trasladé hacia el pasado.

Entonces, tímidamente me encontré con los ojos de Rick, para encontrarlo detallando mi cara de cerca, bebiendo de mis rasgos. Me sentía muy vulnerable en ese momento, pero en vez de huir como mis instintos me decían que hiciera, me quedé ahí, sosteniendo la mirada azul con la mía. Tenía suficiente de correr. Tomé mi decisión y viviría por ella. Rick merecía saberlo.

—Me hizo darme cuenta de que... yo quiero estar ahí para ella, quiero verla crecer, y darle tanta felicidad como me sea posible. Quiero ser parte de su vida... y de la tuya —terminé, mi corazón latiendo más fuerte y más rápido.

No, lo dije. No había vuelta atrás. Esto es lo que quería: una oportunidad de amar, y tal vez ser amado.

La sorpresa brilló brevemente en los ojos de Rick, siendo reemplazado rápidamente por la felicidad. Una bella sonrisa apareció en su rostro y llevó una mano a la base de mi mejilla, lo cual me hizo estremecer instintivamente. Bajé los ojos con vergüenza cuando vi la preocupación en los ojos de Rick mientras se preguntaba si hacía algo mal.

¡Estaba tan enojado conmigo mismo por reaccionar de esa manera! Que podía contar con una mano el número de veces que fui tocado sin que ello me causara dolor. Estaba arraigado tan profundamente en mi alma que me tomaría tiempo acostumbrarme al toque de Rick y no retroceder. Pero, ¿Cómo podría decirle eso sin explicarle lo que había pasado?, ¿Por qué tenía miedo de su toque?

Rick levantó suavemente mi rostro y me sonrió cuando obligué a mi mirada de nuevo a mirarlo. Se inclinó más cerca a mí y me puse tenso involuntariamente.

Rick lo sintió y susurró cerca de mis labios —No tengas miedo... simplemente déjate llevar...

Si no estuviera tan nervioso y tan abrumado por el momento, habría sonreído ante la manera en la que Rick parecía haber leído mi mente. Me daba miedo lo mucho que nos comprendíamos sin necesidad de palabras.

Obligué a mi cuerpo a relajarse y me rendí por completo a Rick. Muy pronto, sentí la presión de los cálidos labios de Rick contra los míos. Esta vez, no lo empuje, pero todavía estaba indeciso cuando movía sus labios contra los míos, no sabía realmente qué hacer. Nunca nadie me habían besado antes, así que no tenía idea de qué hacer y me puse nervioso. La mano de Rick hizo lentamente su camino hacia la base de mi cuello y acarició suavemente mi piel, levantando escalofríos y relajándome por completo.

Sentí que mis piernas se debilitaban y agarré un puñado de la camisa de Rick para apoyarme, vacilante devolví el beso moviendo mis labios en sincronía con los suyos, copiando sus movimientos. Era un toque extraño para mí; porque todas las veces que había tenido sexo en el pasado, yo era virgen en muchos aspectos cuando se trataba de tener intimidad con otra persona.

Estaba un poco contento de haber podido dar aquellos primeros pasos con Rick.

Un agradable calor me llenó mientras nos besábamos suavemente y descubríamos el sabor y la sensación de los labios del otro. Dejé que ese calor me consumiera. Rick era gentil y entregado y, por primera momento en mi vida, me sentí a gusto bajo el toque de alguien más y en realidad deseaba que Rick nunca dejara de tocarme.

Desafortunadamente, tuvimos que separarnos por la falta de aire. Rick inclinó suavemente su frente contra la mía y sonrió brillantemente hacia mí. Le devolví la sonrisa lo mejor que pude. Por primera vez desde hacía mucho, mucho tiempo, tuve una verdadera razón para sonreír. Estaba feliz y contento con Rick.

—Me alegro de que... estoy tan contento de tenerte, Daryl —Rick susurró con voz temblorosa cerca de mis labios.

Quería decirle que sentía lo mismo, pero los gorjeos felices que vinieron de la cuna me detuvieron antes de que pudiera. Los dos nos giramos para ver a Judith sonriéndonos y agitando sus bracitos, gorjeos y arrullos felizmente. Me reí de eso y Rick sonrió con cariño, la diversión chispeante en sus ojos.

—Parece que Judith está contenta también —susurró y no podía dejar de estar de acuerdo con él.

La pequeña niña parecía demasiado feliz en este momento. Me incliné sobre la cuna y suavemente la recogí en mis brazos.

— ¿Has oído eso, cariño? No vas a librarte de mí nunca —le susurré en voz baja.

Me sobresalté cuando un par de brazos fuertes se envolvieron lentamente alrededor de mi cintura, pero pronto me relajé cuando el cálido pecho de Rick se presionó contra mi espalda y su barbilla se metió sobre mi hombro. Me eché contra él, dejando que su calor tranquilo y calmado me envolviera. Y en ese momento, cuando sostuve a Judith entre mis brazos y estaba envuelto en los brazos cariñosos y amables de Rick, me di cuenta de algo.

Esta era mi familia ahora. No estaba solo. Encontré mi lugar en este mundo.


Rick realmente era un buen hombre. Nunca dudé de él, pero me lo demostró durante el transcurso de esos dos meses que empezamos a salir juntos. Nosotros no guardamos el secreto. Cuando tú eres parte de un pequeño grupo encerrado en el mismo edificio, no hay mucho espacio para secretos así que ni siquiera nos molestamos. Muchos se sorprendieron por la noticia, aunque algunos de nuestros amigos habían sospechado que había algo entre nosotros, sobre todo las mujeres.

Sin embargo, no le importaba. Carl tuvo problemas para aceptarlo al principio, pero él cambió rápidamente. Estaban felices por nosotros, que lográramos encontrar un poquito de felicidad entre el horror que nos rodea. Carol fue un gran apoyo para nosotros e hizo todo lo posible para ayudarnos, aunque sólo fuese cuidando de Judith cuando queríamos algo de tiempo a solas.

Aunque no estoy orgulloso de decir que realmente aprovechamos este tiempo juntos, por mi culpa.

Rick y yo no dormíamos juntos todavía. Bien, dormimos en el mismo catre, pero no teníamos sexo. No fue la falta de atracción sexual, oh no. Rick era la primera persona que cuyo toque despertó un deseo ardiente en mí. Y sabía a ciencia cierta que Rick me quería también. Yo era el problema. Siempre que estaba a punto de ponerse serio, me asustaba y le empujaba. Rick estaba confundido al principio, sobre todo desde que no pudo encontrar una excusa para mi comportamiento.

Pero Rick no era estúpido. Estaba seguro de que él supo sumar dos y dos después de que ocurriera durante un par de veces y descubrió porque tuve problemas para conseguir intimidad. Él era tan observador que estaba bastante seguro que no se perdía el pánico y el miedo que se apoderaba de mí en esos momentos. Eventualmente el me dio mi espacio y dejó de concretar nuestros encuentros, queriendo asegurarse de que estaba bien con todo y que él no me empujaba demasiado lejos.

Él era muy bueno conmigo. Supe entonces que no importaba cuán frustrado sexualmente pudiera estar, nunca me obligaría.

Debido a que tenía necesidades, y no podía ocultarlas de mí tanto como le gustaría poder.

No podía dejar de sentirme mal por negarle algo que tenía todo el derecho a tener. Éramos una pareja ahora, era normal que él quisiera tener sexo conmigo y yo quería entregarme a él tan desesperadamente, pero no podía. No podía porque los recuerdos cada vez me llevaban contra mi voluntad al pasado atormentándome.

El sexo para mí era sinónimo de dolor, y vergüenza. Era un acto asqueroso en el que nunca ninguna vez encontré ningún placer. Yo sabía que sería placentero, cuando se hace bien y con la persona adecuada, pero tenía problemas para imaginarlo.

Después de algún tiempo, me di cuenta de lo estúpido que era. ¿Qué podía temer? ¿No confiaba en Rick para hacer las cosas bien? Él nunca me había hecho daño intencionalmente, lo sabía. Incluso sospechaba que si se lo hubiera pedido, él me había dejado tomarlo en cambio. Pero no quería que fuera así. Necesitaba tener a Rick, con la esperanza de que pudiera borrar algunos de mis malos recuerdos y reemplazarlos por buenos. Esto tenía que hacerlo, y cuanto más lo arrastrara, cuanto más sabía que era probable que perdiera mis agallas para acercarme cada vez íntimamente con Rick.

Necesitaba hacerlo. Pronto.


Me decidí. No era un cobarde y ya era hora que pasara esto. Al día siguiente, fui con Carol y le pedí vigilar a Judith esa noche. Ella estuvo de acuerdo con una pequeña sonrisa de complicidad. Rick y yo tendríamos toda la noche para nosotros sin temor a interrupciones. No había ninguna vuelta atrás. Lo lleve a cabo cuando arrastré a Rick a una celda vacía un poco más apartada de los demás, una vez que era hora de ir a la cama.

Mi corazón latía como loco cuando entramos en la celda. No me atreví a mirar a Rick a los ojos mientras con paso inseguro puse mi ballesta contra la pared. Cuando me di la vuelta para enfrentar a Rick una vez más, finalmente me encontré con su mirada y vi una ligera confusión en sus ojos.

Lo ignoré y rompí la distancia entre nosotros para reclamar los labios de Rick en un suave beso. Rick no tardó en responder y devolvió el beso, dejando que sus brazos se envolvieran alrededor de mi cintura para acercarme más. Cerré mis ojos, con el amontonamiento de mis entrañas. Podía hacer esto. Estaba con Rick, que nunca me había herido.

Podía hacer esto.

Mis manos temblorosas fueron a sus hombros y deslice el abrigo ellos, haciéndolo caer al suelo silenciosamente. Rick rompió el beso, haciéndome abrir los ojos y le miré fijamente sólo para ver un par de ojos azules preocupados devolviéndome la mirada.

—Daryl... ¿Estás seguro? —susurró Rick lentamente.

Quería hablar, para decirle que iba en serio, pero mi garganta se seco por el nerviosismo. Decidí asentir en su lugar y besé a Rick de nuevo. Lo bese devuelta, profundizando el contacto con avidez y sus manos me despojaron cuidadosamente de mi propio abrigo. Mi pulso cardiaco se aceleró aún más mientras arrastraba a Rick al catre y lo hacía sentarse en el borde.

Me senté a horcajadas sobre su regazo y reclamé los labios de Rick una vez más, dejando que mis manos acariciaran su pecho a través de la camisa. Rick suspiró y sus propias manos viajaron a mi espalda, acariciándola lentamente, haciéndome temblar de deseo. Su lengua pidió entrada y me rendí fácilmente, dejando que mis labios se abrieran para invitar a su lengua.

El beso se volvió acalorado, y lo mismo hicieron nuestras caricias. Me estaba perdiendo en el momento hasta que sentí las manos de Rick deslizándose lentamente debajo de mi camisa para sentir mi piel. Me quedé inmóvil y comencé a temblar, el pánico de que Rick sintiera las innumerables cicatrices ensuciando la espalda. En los últimos dos meses, siempre paraba a Rick cuando quería tocar mi piel. No quería que hiciera cualquier pregunta sobre cómo las conseguí.

Rompimos el beso y Rick atrapó mis manos temblorosas entre las suya.

—Estás temblando... podemos parar si quieres —dijo en voz baja, y vi en sus ojos que hablaba en serio.

El hecho de que Rick nunca me forzaría a nada bastó para matar la última de mis vacilaciones.

Deje un beso rápido en sus labios y le susurré cerca de ellos; —Yo quiero hacer esto. Tengo que hacerlo.

Rick pareció entender esto ya que él no presionó sobre el tema ni tampoco me preguntó de nuevo. Me alegré por ello. Mis manos agarraron el dobladillo de la camisa de Rick y la levanté. Con su ayuda, nos deshicimos de la camisa y la tiré al suelo. Miré su pecho, me incorporé por un momento antes de inclinarme y finalmente besar y mordisquear a lo largo de él.

Yo era bueno en dar placer a otros y le di todo lo que tenía a Rick. Sabía que estaba haciendo las cosas bien cuando Rick llevó una mano para enterrarla en mi cabello alentándome mientras su otra mano reanudó acariciándome la espalda, me puse rígido sólo por un momento antes de relajarme nuevo. Besé un sendero hasta la correa de Rick. Mis manos lo agarraron y hábilmente desaté el cinturón.

Estaba a punto de arrastrar la cremallera de los pantalones de Rick cuando mis manos de repente fueron agarradas suavemente. Miré a Rick, sonriéndome. Él no dijo una palabra. Simplemente me soltó una vez que estuvo seguro de que no iba a reanudar mis acciones anteriores y sus manos fueron hasta el dobladillo de mi camisa, tirando de ella.

Tragué el nudo nervios en mi garganta y mecánicamente levanté mis brazos, dejando a Rick deshacerse de mi camisa. Cuando sentí el peso de su mirada; los viajes sobre mi pecho lleno de cicatrices, bajé los ojos con vergüenza. No podía soportar ver la mirada de Rick, por temor a lo que había leído el mismo. Todos los que vieron mi cuerpo lleno de cicatrices me miraban con disgusto. Era la prueba viviente de lo dañado y utilizado que estaba, cómo no merecía el amor de Rick y la atención que me daba.

Mi coraje se desvaneció en un segundo. No tenía otro deseo que huir ahora mismo. No sé si Rick percibió ello, o si actuó sólo en un impulso, pero al segundo siguiente, sentí los brazos de Rick envolverme firmemente y me apretó contra él. Rick enterró su cara en mi cuello y meramente me mantuvo cerca.

Este gesto significó más que mil palabras. Rick estaba silenciosamente diciéndome que él me aceptaba y me amaba sin importar cuán lleno de cicatrices estaba. Significaba que me protegería de un daño mayor. Significaba tantas cosas y me encontré movido más allá de la creencia. Enterré mi cara en su cuello también y le devolví el abrazo con fuerza, diciéndole cuán agradecido y aliviado estaba. Lo sentí temblar contra mí, pero yo no podía decir por qué.

Estaba contento de saber que le importaba lo suficiente como para compartir mi dolor.

No supe cuánto tiempo nos quedamos así, perdidos en los brazos del otro. Cuando Rick finalmente me soltó, me acostó en el catre y su cuerpo cubrió el mío con cuidado. Nos miramos fijamente en silencio el uno al otro y sabía que Rick me estaba pidiendo permiso, me estaba pidiendo que lo dejara entrar el fondo de mi alma, mi cuerpo. Mi respuesta fue una sonrisa temblorosa y envolví mis brazos alrededor de su cuello, acercándolo para compartir un tierno beso.

Cuando rompimos el contacto de nuestros labios, Rick bajó su boca para degustar mi piel, cerré los ojos y me rendí a las sensaciones y emociones que se extendieron sobre mí como un tornado. Cada rastro de labios y lengua contra mi piel estropeada y llena de cicatrices era como un fuego sanador; me dolió tanto que quise gritar y llorar, pero al mismo tiempo, me tranquilicé y me limpió de una manera que me hizo querer llorar de alivio.

Fue demasiado para asumir, y me sacudió una sobrecarga de sensaciones. Sin embargo, Rick siguió adelante, besando cada marca de violencia y abuso, curando sólo un poquito las heridas que nunca realmente cerraron.

Los recuerdos me inundaron una vez más; los recuerdos de todas las veces de mi viejo talló mi piel con un cuchillo, todas las veces que me golpeó con sus puños o cualquier objeto que cayó bajo sus manos, todas las veces que me azotó con su cinturón y me hacia sollozar de dolor... todos ellos me inundaron y se desvanecieron un poco bajo las atenciones asistenciales de Rick. En el momento en que terminó el rastreo hasta la última cicatriz que pudo encontrar, me estremecí debajo de él.

Rick se acercó de nuevo y me dio un dulce beso cariñoso.

—Hermoso —susurró contra mis labios.

Jadeé tanto sorpresa como de protesta. ¿Cómo podía pensar Rick eso de mí? Yo estaba feo, estropeado, lleno de cicatrices... él realmente no podía pensar eso. Pero cuando miré los ojos de Rick, y vi el cariño y la adoración, su dulce cuidado ahí, sabía que no estaba mintiendo. Él realmente creía lo que decía.

El afecto floreció en mi propio pecho y se acurrucó fuertemente allí. Ese hombre que está encima era algo más. Fue capaz de sanar las heridas que me habían desgarrado por más de dos décadas. Él era mi salvador, el que había estado esperando toda mi vida.

Atraje a Rick cerca de mí y escondí mi rostro en su cabello para ocultar el hecho de que estaba peligrosamente cerca de las lágrimas. Rick reanudó sus caricias, y dondequiera sus dedos y sus labios me tocaron, me sentí más limpio y más limpio.

Cobraba vida bajo sus toques y mi piel quemada en un fuego limpiador. El deseo se agrupó bajo mis entrañas, y me hubiera gustado estar más cerca de Rick, siempre más cerca, hasta que él avanzara por debajo de mi piel y no pudiéramos decir dónde comienza y termina el otro. Quería todo de ese hombre, quería sentir su toque quemando mi núcleo y quería hacer lo mismo con Rick.

Mis manos se pusieron inquietas cuando acaricié la espalda de Rick. Pasé mis dedos temblorosos por todas las partes donde podía alcanzar. La habitación se llenó de suaves suspiros y gemidos de placer. Nunca había sentido tanto placer antes y me ahogue en el, me deleité en el camino de Rick adorado mi cuerpo.

Estaba tan delirante de placer que casi no me di cuenta de que cuando nos deshicimos del resto de nuestras prendas. Estábamos demasiado perdidos en una pasión desenfrenada, una danza apasionada donde lo único que podía pensar era más, más, más... Rick estaba tan ido como yo. Sus labios estaban frenéticos contra mi cuello sensible, pronunciando palabras de agradecimiento mezclado con un mantra contra mi piel febril.

Apenas podía respirar ahora bajo la embestida de los sentimientos sobre mí. Era demasiado, sin embargo, no era suficiente al mismo tiempo. Quería más, y me sorprendí cuando insté a Rick susurrándole palabras acaloradas en el aire espeso con nuestra pasión.

—Rick… deseas…

Mis esfuerzos fueron recompensados con un gemido estrangulado proveniente de Rick. Lo arrastré hasta que pude sentir sus labios en los míos de nuevo. No pude conseguir lo suficiente de Rick y tendría que haberme asustado, pero estaba cualquier cosa menos asustado. No tenía ninguna razón para temer esto porque estaba con Rick y él nunca me haría daño. Me estaba mostrando que le importaba con tiernos pero ardientes toques y palabras de cariño, dejándome deseoso de más y más.

Me tensé sólo por una fracción de segundo cuando los dedos de Rick se cerraron alrededor de mi polla hinchada. Fue una reacción instintiva, pero lo rechacé y me relajé otra vez, devolviendo el favor. Trasladamos nuestras manos en conjunto, dándole placer al otro con lentos movimientos sensuales. Rick bebió con avidez mis suaves gemidos de placer y silencio los propios contra mis labios. Hundí mis uñas en su hombro para anclarme a la realidad. No podía dejar de jadear el nombre de Rick al aire cuando sus labios liberaron los míos.

Los labios de Rick fueron reemplazados por sus dedos, presionando contra mis labios suavemente. Comprendí la solicitud en silencio, abrí mis labios y tomé sus dedos dentro, cubriéndolos con mi saliva. Mi corazón empezó a latir más rápido en mi pecho hasta que pensé que iba a salir fuera de él. La ansiedad me llenó de nuevo cuando Rick llevó sus dedos y su mano bajó mi cuerpo. Separé las piernas más ampliamente por instinto y mi respiración se volvió áspera en la aprehensión.

Rick sintió mi nervioso repentino. Buscó mi mirada y la sostuvo cuando sus dedos húmedos rozaron mi entrada.

—Podemos parar si quieres, Daryl. Es tu decisión —susurró sin aliento contra mis labios y mi corazón se detuvo.

Me conmovió que Rick se preocupara lo suficiente como para querer parar todo si yo lo decidía, incluso si lo dejaba frustrado sexualmente como nunca antes. Pero hice mi elección y la mantendría. Envolví mis brazos alrededor de sus hombros y empujé mi culo hacia abajo sobre sus dedos, silenciosamente dándole mi respuesta.

Cerré mis ojos y enterré la cara en el cuello de Rick cuando sentí su primer dedo introduciéndose. Respiré profundamente para calmar mis nervios mientras Rick comenzaba a prepararme suave y lentamente para lo que estaba por venir. Estaba bien... era Rick haciéndome esto, era Rick quien me sostenía en sus brazos... me repetía a mí mismo todo el tiempo que le tomó a Rick prepararme hasta que le podría acomodar mejor. Solté un suspiro tembloroso cuando él retiró sus dedos.

Rick buscó mi mirada de nuevo y supe que estaba buscando una confirmación de nuevo. Él era muy considerado conmigo y me hubiera gustado poder encontrar las palabras para decirle lo conmovido que estaba por eso. Desafortunadamente, era un hombre de pocas palabras. En su lugar, escupí mi mano y tomé el miembro de Rick, acariciándolo encima antes de agarrarlo firmemente y guiarlo hacia mi agujero preparado. Separé más mis piernas y tragué nerviosamente mientras miraba a los ojos de Rick.

Él estaba mirándome con preocupación, pero cuando vio la determinación de seguir adelante en mis ojos, él cumplió con mis deseos. Mis brazos rodearon sus hombros con fuerza otra vez cuando sentí que tomó su miembro y lo empujó contra mi entrada. Un segundo más tarde, él estaba entrando lentamente.

El dolor familiar que había sido la pesadilla de mi existencia durante tantos años llegó entonces y mi cuerpo se sacudió violentamente por instinto, pero me abrace con fuerza a Rick y mordí su hombro para ahogar mi grito de dolor. Mientras Rick seguía empujándose lentamente dentro de mí, tuve un momento de pánico cuando el vivo recuerdo de mi primera vez se hizo cargo de mí y casi me comencé a luchar contra Rick. Recordé que estaba con él en el último segundo y me obligué a relajarme de nuevo.

En el momento en que estaba totalmente enterrado en mí, yo estaba jadeando con fuerza por dolor y el pánico, casi asfixiante. Mi corazón latía como loco y tenía problemas para encontrar el aliento. Rick vio rápidamente el estado en que estaba. Él cogió mi cara entre sus manos y me hizo callar con suavidad, buscando mi mirada y sosteniéndola en silencio diciéndome que todo iba a estar bien. Siguió susurrando suaves y amorosas palabras para mí, y poco a poco me relajé, dejando a mi cuerpo débil hundido contra el catre.

Mientras Rick continuaba sus atenciones amorosas, me calmé y finalmente comprendí plenamente que Rick estaba dentro de mí. Él estaba ahí, y no sentía vergüenza, o sucio, ni tampoco dolió mucho más. Él no se estaba moviendo, me daba tiempo para adaptarse a él y me permitía la oportunidad para que el dolor disminuya. Estaba agradecido por ello.

— ¿Estás bien? —me preguntó Rick suavemente, sin aliento, con las manos aún acariciando los lados de mi cara.

Me quedé inmóvil por un momento, pensando en lo que Rick me había preguntado. Y así, cuando miré los ojos azules amorosos de Rick, cuando yo estaba envuelto en sus brazos, supe que estaba bien. Sabía que iba a estar bien. Rick lo haría bien de alguna manera. Él daría vuelta los recuerdos de todos los abusos que pasé a un recuerdo lejano. Tire a mi amante -tenía todo el derecho de llamarlo así ahora- hasta robarle un beso. Cuando liberé Rick, sonreí débilmente a él, sintiendo las lágrimas, quemando mis ojos, no derramadas.

—Sí —le respondí con voz temblorosa, ahora lo único que quería era que él se moviera.

Mi cuerpo ardía en anhelo por Rick. Necesitaba esto ahora; a Rick para reemplazar todo lo malo, los recuerdos angustiosos por otros nuevos y mejores.

Rick no pareció convencido por mi respuesta y gruñí con una pequeña molestia. Lo abracé con fuerza y empujé mis caderas sobre él, mostrándole lo que quería. Rick entendió entonces. Comenzó a moverse dentro de mí, con cuidado y lentamente. Me dolió al principio, y luché contra mi instinto para alejarme de él. Pero luego, cuando Rick se hundió cada vez más profundamente, rozó algo dentro de mí que me hizo jadear en voz alta ante el placer corriendo a través de mí y me aferre a él con fuerza.

Rick mantuvo su ritmo lento, pero profundamente, y rozó ese lugar una y otra vez, hasta que el dolor había desaparecido por completo y estaba cegado por el abrumador placer.

Él estaba susurrándome palabras de amor al oído y sus manos acariciaban mi cuerpo suavemente, con adoración. Mientras hacíamos el amor, me abrazó con cuidado y con amor, me mostraba más afecto del que he tenido en toda mi vida. Mi mundo se rompió brutalmente en cuestión de unos pocos minutos.

En aquel momento cuando nos unimos tan íntimamente y consumimos nuestro afecto y pasión, todo el abuso, todas las violaciones, todas las veces que había quedado aislado y tratado como basura en las manos de mi padre y todos esos otros hombres, todo se vino abajo alrededor de mí para ser reemplazado por este único momento en que mi existencia nunca tuvo más significado. La mera fuerza de ello me tenía jadeando ruidosamente y las lágrimas que se habían estado acumulando finalmente cayeron libremente.

Estaba llorando por primera vez en veintidós años.

Una sensación de paz y de finalización me llenó cuando me di cuenta de que ahora mismo, en este momento, fui amado y querido. Había sufrido mucho, y aunque nunca se iría, ahora podía reemplazar estos recuerdos con otros mejores. Recuerdos con Rick y Judith, y todos los demás. Estaba vivo, amado, y necesitado. Innumerables años de sufrimiento fueron arrastrados en el tiempo con las lágrimas rodando por mis mejillas.

Rick las vio, pero como tantas veces antes, pareció entender sin necesidad de palabras. Comprendió que lo necesitaba para sostenerme, para mostrarme lo mucho que se preocupaba por mí. Así que en lugar de detenerse, siguió meciéndose lentamente hacia mí y besó con cuidado las lágrimas mientras lo hacía, sosteniéndome tan cerca de su corazón como pudo.

No podía explicar lo que sentí cuando llegué a mi orgasmo, el primero que he tenido. Era demasiado fuerte para describir con palabras, pero me sentí como si estuviera naciendo de nuevo. Era algo más que una realización física. Fue cargado de tantas emociones que me dejó sin aliento. Me sentí seguro, protegido, amado, y si hubiera muerto en ese momento, habría muerto feliz.

Rick pronto me siguió hasta el éxtasis, y en vez de hacerme sentir sucio como siempre antes, su esencia llenándome me hizo suspirar de alegría y realización. Cuando los dos estuvimos saciados, Rick se sentó junto a mí en la cama y me tomó en sus brazos, acariciando mi pelo mientras yo seguía en silencio contra su pecho. Sí. Sabía que iba a estar bien. Yo era un desastre, y mucha gente habría escapado en lugar de querer curarme, pero Rick se quedó. Sabía que él iba a estar ahí para mí y con su ayuda, finalmente tendría una oportunidad de sanar.

Él me había dado un propósito en la vida, una familia.

—Gracias —susurré, mi voz completamente destruida por el sexo y las lágrimas.

Estaba seguro de que Rick no sabía por qué le agradecía, pero él no hizo ninguna pregunta. Me mantuvo más apretado en la respuesta y yo sabía que él nunca se iría a ninguna parte.

Nadie comprende a Daryl Dixon. Ellos no entienden cómo puedo encontrar mi felicidad en un mundo loco, cuando todo a mí alrededor se va al infierno. Por otra parte, nunca me entendieron.

A excepción de Rick, y es suficiente para mí. Es más que suficiente.

Fin…

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Nota de autora: ¡Así que este es el fin!

¡Quiero agradecer a todos los que habéis leído y revisado esta historia! Ha sido un placer escribir para ustedes y fue una experiencia increíble escribir esta historia The Walking Dead!

¡Si te ha gustado, estad atentos para otro de mis historias The Walking Dead, que debe estar bien pronto!

¡Cuídense y gracias de nuevo!

Nota de traductora: :') ha sido increíble traducir esta historia. Realmente jamas pense que lo lograría, demore, pero finalmente aquí esta completa.

Nos leemos.

Bye.

Gracias por la paciencia y sus comentarios...