Los personajes son propiedad de Lemony Snicket/Daniel Handler.


What are you thankful for?


What are you thankful for? ¿Por qué estás agradecido?

Cuando Lemony leyó el mensaje en su galleta de la fortuna, su mente quedó en blanco por un instante. ¿Desde cuándo los mensajes en esas galletas eran preguntas? ¿Es que acaso todo el mundo estaba de cabeza, al igual que su vida lo estaba? Sin embargo, mientras tomaba un descanso de su carrera para huir de aquellos que lo perseguían, pensó en esa pregunta: ¿por qué estoy agradecido?

"Supongo que no porque me persigan, por supuesto," fue lo primero que vino a su mente. Sin embargo, había otras cosas por las que suponía, podía dar gracias.

Gracias por una bella mujer que lo amó y a quien él amó. Aunque ella ya estaba muerta, ¿aún así contaba?

Gracias por la habilidad de escribir, porque así pudo contestar extensamente las preguntas que Beatrice le hizo. Y así también ella pudo escribirle aquel libro en el que lo rechazó.

Gracias por el fuego en las chimeneas que lo calentaba en las noches frías. Aunque en ese momento él no tenía una casa con chimenea donde pudiera poner leños al fuego para calentarse. Además, el fuego era el que le había arrebatado a su amada y había dejado huérfanos a los niños Baudelaire.

Gracias por los amigos que había tenido en la organización. Sin embargo, había sido en la organización donde el conde Olaf entró a su vida, y a la vida de Beatrice, y a la vida de todos aquellos a quienes había matado en su afán por conseguir la fortuna de los niños Baudelaire.

Gracias por la comida (que él escasamente disfrutaba por el hecho de estar constantemente huyendo), por la salud (que en su caso, podría estar mejor), por estar vivo (aunque de nada servía si habías perdido al amor de tu vida; en su caso sería más bien "por existir y ser capaz de ayudar en algo a los niños a quienes el conde Olaf perseguía"), etc., etc., etc.

Había muchas cosas por las que podría estar agradecido, pero mientras hacía una pequeña bola de papel con el mensaje de la galleta de la fortuna, Lemony pensó que él no estaba agradecido por ninguna de ellas. Solo podía dar gracias por sus pies, que le ayudaron a correr hasta la esquina a ocultarse, antes de que ese sospechoso hombre que vestía un abrigo largo en una playa, lo descubriera.


A quienes aplique, espero que hayan pasado un muy agradable Thanksgiving Day, y a quienes no lo celebran, pues igual, confío que pasen un excelente fin de semana.

Ciao!