Capítulo 16

Amar

Ha Ni

-Lo haré appa –sonreí-. Te quiero.

-Yo también te quiero hija –ya estaba cerrando la puerta cuando sentí que la volvía a abrir- y cierra muy bien la puerta ya sabes que no debes ser demasiado confiada. Eres una chica joven viviendo sola.

-Sí, no te preocupes. Cuídate mucho –vi que caminaba y se despedía con su mano mientras ingresaba al ascensor. Sonreí hasta ver que las puertas se cerraban luego cerré la puerta y corrí al baño a ver a Seung Jo. Estaba sentado en el piso recostado contra la pared aún descalzo.

-¡Lo lamento! –le dije mientras le ayudaba a pararse, al parecer estaba algo entumido- no sabía que iba a tardar tanto y había olvidado por completo que le dije que viniera hoy a conocer el apartamento.

-Me di cuenta –respondió en un tono frío y no lo podía culpar. Papá había estado hora y media en el apartamento, tiempo en el que Seung Jo había tenido que esconderse en la ducha- ni siquiera pude ponerme los zapatos por miedo a que me escuchara moverme –se quejó mientras se sentaba en la cama.

-Lo siento –moví las manos en señal de disculpa y bajé la cabeza para que me perdonara.

-Ahora mismo creo que ni siquiera un beso tuyo me calmaría –quise reír ante lo cursi de su aseveración pero al ver la seriedad y molestia en su rostro no me atreví a hacerlo, solo le di una reverencia nuevamente.

-De verdad lo siento –volví a ver sus pies- quítate las medias que terminarás atrapando un resfriado –corrí al closet y busqué un par mío; las que utilizaba para dormir en días fríos- toma, ponte estos. ¿Quieres algo de té, café, chocolate?

-¿Té? ¿De nuevo té? ¡Ya te dije que no estoy de humor! –me sonrojé ante sus palabras; pues antes de que papá llegara fue el accidente con el té el que nos hizo comenzar a besarnos- no, lo siento, lo siento –cerró los ojos como organizando sus ideas– estoy algo estresado porque tu padre nos interrumpió pero también agradecido porque no estábamos pensando claramente –lo mire confundida- Ha Ni –se acercó un poco más a mi- claramente no estamos preparados –creo que esperaba que dijera algo pero mi mente estaba en blanco- ¡no tengo condones! –reveló levantándose de la cama y yo sonrojándome instantáneamente por sus palabras- y estoy casi 100% seguro que no tomas la píldora ¿verdad? –se volvió a verme nuevamente. Negué- ¡Lo sabía!

Bajé la mirada, en verdad estaba muy avergonzada para ver su rostro en ese momento, y escuché su respiración calmarse con cada inhalación.

-Por eso –volvió a sentarse junto a mi- no lamento del todo que tu padre haya venido –puso su mano bajo mi mentón y me obligó a levantar la mirada- y aunque me encantaría que eso pasara entre nosotros porque –me miro fijamente- eres simplemente hermosa, ¡tan hermosa y… tus pechos! ¡Dios son perfectos! –era como si estuviera hablando consigo mismo.

-¿Mis… mis pechos? –pregunté dudosa- pero antes dijiste que eran… muy pequeños –le dije nerviosa.

-Antes era un idiota que no sabía de lo que se perdía, ahora no creo que pueda sacar esa imagen de mi mente nunca más. No, no quiero sacar esa imagen de mi mente nunca más –y lentamente se acercó a besarme muy suavemente, por aproximadamente cinco segundos porque al segundo siguiente sentía sus manos a mi alrededor subiendo mi blusa y empujándome lentamente hasta que se alejó de improvisto- ¡Ves! No me puedo controlar –me dio la espalda- ahora sólo quiero que estemos juntos.

-Yo también –dije tan bajo que pensé que no me había escuchado pero al ver como volvía a verme supe que lo hizo y sacando fuerzas de flaqueza y probablemente con la cara más roja que había tenido en mi vida le dije- hay una droguería a cinco minutos, podríamos… -y callé no era capaz de terminar la oración pero sabía que él, mejor que nadie, entendería lo que quería decir.

-No –se sentó y acarició mi rostro- por mucho que quiera que esto pase sé que tú no lo imaginaste así ¿verdad? –negué- Ves –sonrió dulcemente- Ha Ni tú te mereces mucho más que un subidón de hormonas, mereces velas, ternura y romance.

Mi pecho se hinchó con sus palabras, con lo que decía pero más que nada porque decía que yo merecía aquello, como si fuera alguien muy preciado para él. Y aunque no lo admitiría en voz alta sí había pasado por mi mente estar con Seung Jo de esa manera y lo había imaginado en un hotel en donde la luz de la luna nos iluminaría, pétalos de rosas por doquier y la lluvia siendo testigo de nuestra entrega, Seung Jo en un traje elegante y yo en un vestido seductor (si aquello era posible). Por lo que al escucharlo decir eso me di cuenta de 1) lo mucho que me conocía y 2) y más importante lo mucho que significaba para él. Y en ese momento juro que lo ame más y quise lanzarme a besarlo pero no lo hice debido a las circunstancias.

-Supongo que te aceptaré ese café ahora para calentarme un poco.

-Enseguida –respondí levantándome y yendo sonriente a prepararlo.

Hae Ra

Creo que podría quedarme ahí por siempre, sus labios eran algo rudos, exigentes, apasionados pero estaba más que gustosa de seguir su orden sin importar nada.

-Mm mm –se manifestó alguien detrás del mostrador y recordé dónde estábamos y creo que por primera vez en mi vida me sonrojé. Nos separamos e inmediatamente después bajé el rostro y me escondí tras Tae Kyung.

-Ajusshi –contestó Tae Kyung sin molestia alguna en su voz- buenas tardes. Gracias por su ayuda –hizo una reverencia y no supe si le agradecía por lo que había sucedido con los matones o por dejarnos dar aquel beso- ya nos retiramos. Que tenga buen día –otra reverencia, nunca lo había visto ser tan educado con alguien. Tomó mi mano y salimos del lugar.

-¡Suéltame! –dije luego de caminar un poco y analizar lo que había sucedido ¿cómo es que todo había llegado a eso?

-¿Qué pasa? –se volvió a mirarme y revisó alrededor por si había algún peligro.

-¿Qué haces? –inclinó un poco la cabeza como si intentara descifrar algún código oculto en mis palabras- ¿qué crees que haces tomándome de la mano? y… y ¡lo de la droguería! ¿Qué fue eso?

-Creo que se llaman besos –se burló y comencé a caminar dejándolo de lado- ¡lo siento, lo siento! –se puso frente a mi.

-¿Qué sientes? –aún no terminaba de comprender lo que había sucedido allí, lo que había sucedido entre los dos.

-Ya te lo dije.

-No –me crucé de brazos- dijiste e hiciste algo para callarme. Ahora quiero saber por qué –se demoró unos segundos en contestar.

-¿Ca… callarte? –de nuevo inclinó su cabeza, sólo que al lado contrario- ¿piensas… piensas que quería callarte y por eso te besé? –había incredulidad en su rostro pero al ver la seriedad en el mío continuó- ¿Qué no escuchaste lo que te dije antes? Hae Ra me gustas –vocalizó todo muy bien para que lo entendiera y no quedara dudas- sé que te gusta Seung Jo pero creo que tienes más un tipo de obsesión por no gustarle a él y no te gusta perder. Y no me mires así.

-¿Cómo?

-Como si estuviera loco por decirte esto –me tomó de los hombros- Piénsalo. Si estuvieras enamorada no me habrías besado así.

-¡Tú me besaste a mi! –me defendí rápidamente.

-Si pero tú me contestaste el beso y si no hubiera sido por ese ajusshi tal vez seguiríamos besándonos. –Nuevamente sentí el rostro arder.

-¡Por supuesto que no!

-¿Segura? –se acercó un poco más y me miro los labios de una manera que me hizo temblar y me dejó sin habla- Ves, no puedes contestar. Si en verdad amaras a Seung Jo no habría duda en tu mente, no habría respuesta para mi –se retiró- pero no soy un mártir Hae Ra, si en verdad crees que lo amas y quieres ir tras él, separarlo de Ha Ni o lo que sea no te voy a detener, es tu vida y si la quieres gastar viendo la espalda de Seung Jo no puedo hacer nada pero tampoco te voy a esperar.

-¿Estás amenazándome? –¿quién se creía que era?

-No –soltó sus manos de mis hombros- sólo te digo las cosas honestamente; sin rodeos, artimañas o vacilación. Me gustas pero es tu decisión aceptarme o no. Ya no cuentes conmigo para tus planes, no puedo seguir fingiendo con Ha Ni, quien me gusta eres tú –me asombraba la manera tan suelta en que podía decirlo aunque no eran una sorpresa al recordar que había salido con varias chicas- Estaré esperando tu respuesta cuando estés lista para dármela.

Geum Hee

-Hae Ra, hija he estado llamándote toda la tarde ¿estás bien?

-Si, si. Tenía el celular en silencio y luego tuve un contratiempo y hasta ahora puedo ver las llamadas perdidas.

-¿Qué sucedió?

-Nada grave, sólo un problema en el cine.

-¿El cine?

-Si… seguí a Seung Jo a su cita con Ha Ni en el cine.

-¿Qué? -¿Cómo? ¿Cuándo pasó eso?- ¿Tuvieron una cita?

-Si.

¡Dios! Esto era más grave de lo que pensaba. Al parecer Ha Ni no estaba perdiendo ni un segundo para atrapar a Seung Jo.

-Debemos actuar rápido querida. Lo primero es…

-No puedo –me pareció escucharle decir.

-¿Disculpa?

-No puedo seguir con esto -¿a qué se refería?- ahora mismo no puedo pensar en ellos o cómo hacer que no estén juntos. Parece imposible lograrlo, cada cosa que hago termina saliendo mal o uniéndolos más.

-Querida esos han sido pequeños errores.

-Pequeños errores que me lastiman, me llenan de dudas, desconfianza… y… yo no soy así –respiró profundamente.

-Hija no pienses de esa manera sólo de –me interrumpió.

-Lo lamento omoni pero por ahora no puedo ayudarle en nada referente a Seung Jo. Aunque me gusta mucho debo cuidar de mi misma primero.

-Pe… hi.. –no sabía qué contestar a eso.

-Gracias por todo lo que me ha ayudado pero necesito un tiempo. Buenas noches omoni.

-Bu… buenas noches Hae Ra.

Dejé el teléfono sobre la mesa y mi esposo me preguntó qué sucedía.

-No sé –respondí sin mirarlo.

-¿Quién era?

-Hae Ra –levanté el rostro a él- dijo… dijo que no quiere saber de Seung Jo por ahora.

-¡Oh! –contestó asombrado- muy valiente de su parte.

-¿Qué?

-Oponerse a tus deseos –me dijo con una sonrisita que no tomé bien- jajaja sólo bromeaba. Bien me asombra que la chica haya tomado esa postura. Es decir que en realidad quiere analizar y saber qué es lo que quiere. En verdad es una chica muy centrada.

-Perfecta para nuestro hijo.

-Si, no puedo discutir eso. Pero tienes que tomar en cuenta que lo correcto no siempre es lo que se quiere y por mucho que te esfuerces si a Seung Jo no le llama la atención esta chica nada pasará entre ellos –se sentó a mi lado- por eso siempre te he dicho que debemos dejar que las cosas tomen su curso por si solas.

-No me gusta esa idea –no me gustaba porque el curso que estaban tomando era hacía Oh Ha Ni.

-Pero no puedes intervenir. Yeobo –me miro fijamente, era una mirada como la que le daba a Eun Jo para hacerlo entender algo que él se negaba a ver- tu hijo ya es un hombre hecho y derecho, es más inteligente que todos en casa y sabe cómo defenderse, sea cual sea el camino que tome debemos respetarlo y esperar que sea el correcto.

Bajé el rostro, no me gustaban sus palabras pero no podía negar que tenían mucho sentido… sólo que en verdad no quería que Seung Jo se acercara a esa chica pero sin Hae Ra no sabía cómo podría solucionar aquello.

Seung Jo

No sabía cómo había logrado alejarme la noche anterior, definitivamente, de Ha Ni. Al final aunque no estábamos haciendo nada el tiempo pasaba sin darnos cuenta, casi a la 1am bajé a mi departamento sin ganas, aunque al recordar el beso de despedida que nos dimos seguía sintiendo que había sido lo mejor. Y lo había sido, no para mi libido, pero si para nuestro futuro porque aunque quisiera tener hijos y una familia con Ha Ni prefería que fuera una vez estuviéramos graduados, trabajando y casados, pensamiento que ella compartía porque luego de tomar café y dejar las trivialidades de lado comenzamos a hablar de nosotros, imaginar un futuro juntos y sé que suena cursi pero ahora mismo no veía mi en mi futuro a nadie más a mi lado, la sola idea de que no fuera ella parecía descabellada.

-Seung Jo ¿cómo estas? –me saludó un profesor dirigiéndome a su oficina- menos mal te encontré.

-Dígame profesor Goo.

-Siéntate –me señaló uno de los sillones de su oficina mientras él se sentaba en otro- quiero hablarte de una excelente oportunidad profesional.

-Lo escucho.

-Ya sabes que la universidad actualmente está buscando mejorar su calificación internacional.

-Si, supe que están certificando más programas para que sean aceptados por los entes internacionales.

-Sí, pero no es sólo eso –volvió a levantarse y tomar algo de su escritorio- están buscando que los programas sean igual de importantes a las demás universidades. El rector quiere que así como los jóvenes coreanos buscan estudiar en Harvard, Yale o Cambridge los jóvenes internacionales vean como una oportunidad estudiar en Daesag. Quiere que la universidad esté en esa lista de universidades "para ir".

-Ambicioso –concluí analizando lo que decía, porque si bien la universidad era una de las mejores de Corea, sino la mejor si se tenía en cuenta el último resultado de rendimiento en donde superó a la Universidad de Seúl, aún no tenía los mismos estándares y calidad de las universidades mundialmente famosas.

-Mucho, pero no imposible –me mostró lo que se había levantado a tomar- ya se ha hecho una inversión considerable en equipos e investigaciones pero necesitamos docentes más capacitados –empecé a ojear el panfleto, mostraba el campus de 5 universidades; Yale, Oxford, Princeton, Cambridge y Zurich- por lo que se quiere hacer una inversión en eso.

-¿En mejores docentes o capacitación?

-En ambos. Es una inversión a largo plazo –lo pensé por un segundo.

-¿Quieren… -comencé una vez entendí la idea- hacer que un estudiante vaya a una de estas universidades y luego enseñe aquí?

-Casi. La idea es que sean 5 estudiantes, tal vez 6, los mejores de la universidad, se comenzará en ingeniería, salud y economía. Se buscará uno o dos representantes cada una de éstas facultades.

-¿Y piensa que yo podría aplicar? –se río.

-No Seung Jo, no creo que puedas aplicar.

-Si me parecía raro ya que hasta ahora estoy inician…

-Te la estoy ofreciendo –me interrumpió.

-Pero –me sorprendí ante sus palabras- pero yo hasta ahora estoy comenzando la carrera.

-Pero ya llevabas 4 semestres en la universidad, 5 si contamos este que ya dentro de poco terminará.

-Si pero.

-Pero aunque puede que este sea tu primer semestre de medicina llevas muchas materias genéricas adelantadas, además viste algo de ingeniería antes de cambiarte de facultad –se inclinó un poco- y sin ir más allá tienes el IQ más alto de toda la universidad. Sea lo que sea que quieras estudiar lograrás sobresalir, es sólo mi suerte la que me permite ser tu profesor y postularte.

-Le agradezco la confianza –volví a ver el catálogo.

-El programa consiste en que debes terminar tu carrera allá, te graduarás con doble titulación (la de la universidad extranjera y la de Daesang) y vendrás a trabajar de nuevo a Corea por 1 año en el hospital de la universidad en donde enseñarás a los nuevos estudiantes y adquirirás experiencia, luego del cual comenzarás una investigación con la universidad y comenzarás el postgrado en la misma universidad que elegiste u otra de la lista –un rostro vino a mi mente.

-¿Cuánto tiempo sería?

-Inicialmente serán aproximadamente 2 años, más el de experiencia e investigación… cerca de 6 años en total –me sentía abrumado; estaba entre la sorpresa, la alegría y el shock-. Supongo que querrás pensar sobre la oferta y decidir en cuál universidad quieres estudiar –se acomodó en su sillón.

-Sí –le dije sin salir de mi estupor; era una gran oportunidad, de esas de una vez en la vida, pero significaba también grandes sacrificios; dejar mi país, mi familia y… a Ha Ni, cuando a penas y acababa de recuperarla…

-Espero tu respuesta para le viernes.

-Claro, gracias profesor –le dije e hice una reverencia antes de salir.

¿Qué debería hacer ahora?

Hae Ra

No había podido dormir. Mi cabeza estaba hecha un lío.

Tae Kyung.

Seung Jo.

Tae Kyung.

No sabía qué pensar.

Para mi era claro que me gustaba Seung Jo, lo sabía desde hace años pero lo que sucedió el día anterior con Hwan Tae Kyung me desconcertó, no sabía si era cosa del momento o si en realidad tenía algún sentimiento por él.

Claro era atractivo pero nunca lo había visto de esa manera sólo que no sabía si era porque no me gustaba o porque siempre lo vi un poco más inalcanzable por ver cómo salía con tantas chicas mientras que Seung Jo nunca mostró interés en nadie, era alguien "más seguro", sólo que ahora el inalcanzable era él.

Me cubrí el rostro con un cojín que tenía en la cama, no sabía qué pensar, ni siquiera había podido enfrentar a Tae Kyung en esos 2 días, tenía miedo de aceptar y que no fuera lo que en verdad quería o al contrario rechazarlo o que me dijera que me estaba tardando mucho y el tiempo había terminado…

No, pero Tae Kyung era un mujeriego no podría salir con alguien como él, me sería infiel a los 5 minutos.

Mi celular sonó, era un mensaje de Tae Kyung.

-Nunca he engañado a la chica con quien salgo.

-¡Cómo! –mire a mi alrededor buscando cómo supo que estaba pensando en eso.

-Sé que pensarás eso porque aunque no lo creas te conozco bien.

Solté el celular asustada, al parecer me conocía muy bien y eso sólo me confundía más.

Ha Ni

Había quedado de encontrarme con Seung Jo en la biblioteca para resolver el último trabajo que nos habían dejado en nuestra clase pero paré un momento para ver la cartelera de anuncios, me gustaba revisarla pues a veces había eventos gratuitos a los que podía asistir, pero en vez de eventos vi un anuncio que llamó mi atención. Leí atentamente y al final saqué mi libreta y tomé nota para mostrarle a Seung Jo, seguramente también estaría interesado.

Seung Jo

Ha Ni estaba tardando demasiado, no le había dicho lo de la propuesta que me hizo el profesor Goo porque aún no sabía si iba a aceptar pero no podía negar que era una propuesta muy interesante y que me brindaría grandes beneficios profesionales pero podría quitarme otros personales. Si Ha Ni no hubiera aparecido nuevamente en mi vida no habría tenido ni siquiera que pensar aquello y habría aceptado inmediatamente la oferta pero… pero Ha Ni.

-Hola –llegó sonriendo –tengo una noticia que te puede interesar.

-Yo igual –le respondí mirándola fijamente. Necesitaba hablar sinceramente con ella, decirle todo, contarle lo que pensaba y escuchar su opinión sobre el tema.

-Dime –me dijo dejando su bolso y carpeta en la mesa. No era el momento ni el lugar para hablar de aquello, había otras 4 personas en la mesa, pero sentía que era necesario. La tomé de la mano y nos dirigí hacia uno de los corredores que sabía no eran tan vistos por los estudiantes- ¿sucede algo? –me preguntó acercándose preocupada.

-No es sólo –no sabía ni cómo decirle- yo… –apreté mi agarre en su mano.

-¿Estás bien? –indagó pasando su mano por mi pecho y poniéndola en mi hombro.

La abracé ¿cómo podría dejarla?

-¿Seung Jo? –inquirió separándose un poco y volví a acercarla y sin pensarlo la besé.

La besé intensamente, quería sentirla, quería despejar las dudas que tenía en la mente y asegurarme de que sin importar qué decidiera ella estaría conmigo.

Creo que sintió cuánto la necesitaba porque puso sus brazos alrededor de mi cuello y me respondió el beso sin reserva alguna. Pronto sentí una de sus manos en mi cabello y un pequeño corrientazo corrió por mi espalda, bajé mis brazos a su cintura y me adentré en su boca notando como su lengua respondía a mi caricia sin demora alguna, la acerqué más a mi y sin darme cuenta giré nuestros cuerpos y la apoyé contra uno de los estantes de la biblioteca, el que daba a la pared.

-Ah –aquel sonido puso mi mente en blanco y activó mi sistema sensorial. Pasé mi mano izquierda bajo su blusa y comencé a besar su cuello. Mi mano derecha se unió a su compañera en su espalda acariciándola suavemente mientras mis labios volvían a reclamar los suyos. Ha Ni apretó su agarre en mi rostro mientras me besaba intensamente.

Mis manos pasaron a su torso en donde salieron bajo su blusa y comenzaron a subir por los costados en donde pronto se encontraron sobre sus pechos, tocándolos sobre la suave blusa rosa que llevaba, ella dejó mis labios y me miro dejándome ver el deseo en su mirada que había conocido dos noches atrás, cerró los ojos y puso su rostro hacia atrás dándome más acceso a su pecho y por reflejo pegué más mi cadera a la suya haciendo que notara mi erección. Una de mis manos dejó su pecho y comenzó a tocar sus piernas, subiendo lentamente por ellas levantando la falda hasta encontrar su ropa interior.

-Aquí… leyes… -oí a lo lejos pero no me importaba, en ese momento sólo podía pensar en Ha Ni y lo lindas que se veían sus reacciones.

-Esp –comenzó a decir- Seung Jo espera –la escuché decir pero aún no me miraba, todavía tenía la cabeza hacía atrás mientras yo pasaba mi mano por su trasero- no… no –sabía lo que quería, debíamos parar pero no tenía la suficiente fuerza de voluntad para eso.

-Por allá –escuché nuevamente a alguien hablar y aunque no se oía tan cerca no quería que nadie nos encontrara así, por lo que tomando fuerzas de no sé dónde di un paso atrás y quité mis manos de su cuerpo, ella recobró la compostura y arregló su ropa- gracias, yo no podía… -sus labios estaban hinchados por nuestros besos y quise volver a tomarlos en ese momento por lo que tuve que desviar la mirada sino no podría resistirme- No te molestes –me dijo.

-No estoy molesto.

-Que bueno –dio un paso hacia mi- porque ya tengo todo preparado para mañana –me volví a verla sorprendido ¿todo preparado?

-¿A qué te refieres?

-A nosotros… ya sabes –tomó mi mano. Dos noches atrás, cuando hablamos hasta la madrugada decidimos planear una velada romántica para estar juntos, ese mismo día en la mañana había estado viendo hoteles que organizaran ese tipo de enventos.

-Pero dijimos…

-Ya sé lo que dijimos pero quise hacerlo.

-No –la miré seriamente aunque no estaba molesto- se supone que soy yo quien debe planear esas cosas.

-Eso no importa –me respondió con una sonrisa y una caricia- yo quise hacerlo, tu sólo tienes que comprar…

-Las flores –pensé.

-Los condones –me explicó muy bajito. Asentí- nos vemos mañana a las 9pm en tu apartamento.

-Ok.

-Ok –me dio un beso rápido- ahora creo que debemos terminar esa tarea.

-Si –concordé y la seguí mientras salíamos de aquel corredor de la biblioteca.

-.-.-.-.-.-.-

-¡Seung Jo! –me llamó Chan Jo- ¿puedes ocuparte de la mesa 5? Con la fiesta que hay en el apartado privado no doy abasto –miré el reloj 6:45pm.

-Seguro.

-Te lo agradezco, es una fiesta de graduación y no paran de pedir y pedir –me reí ante su cara de sufrimiento.

-Seung Jo.

-Manager.

-Necesito que te ocupes de la fiesta de graduación que vendrá.

-Ya llegaron, Chan Jo se está encargando.

-Ah, perfecto entonces.

Tomé un par de menús y me dirigí a la mesa 5, en mi descanso había ido a la droguería y como si fuera normal tomé unos chicles, 2 cajas de condones (pensando que en cada una venía 1 no 3 condones) y una revista de política. La cajera me miro al momento de ver los condones y aunque me avergoncé agradecí mi cotidiana actitud seria y gélida que hizo que fuera la cajera y no yo quien terminara sonrojado. Casi una hora después el manager me volvió a llamar.

-¡Seung Jo! –se me acercó con un claro gesto de molestia- ¡te dije que atendieras la fiesta de graduación! Sun Mi está atareada con todos ellos y temo que termine rompiendo algo por ser su primera semana.

-Pero Chan Jo.

-Chan Jo ya está atendiendo una de las celebraciones, no lo puedo tener atendiendo las dos.

-Pero manager yo salgo a las 8:30pm hoy.

-No me importa, aquí te pago para que trabajes así debas salir a la madrugada –contestó aún más molesto y se fue. Enojado tomé una nueva servilleta, la puse sobre mi antebrazo y me dirigí a la mesa donde estaba el segundo grupo de graduación. Al parecer tenían una situación parecida a la que viví en mi propio grado donde dos grupos del mismo colegio que no se caían muy bien y terminaron en el mismo restaurante. Me acerqué y conté los comensales para llevar la cantidad de menús requerida.

-.-.-.-.-.-

Al final todo había tardado demasiado, los alumnos y hasta los maestros habían tenido su turno en el escenario para karaoke o para alguna presentación extraña y había salido del restaurante a las 11pm mientras ayudaba con la limpieza. Decir que estaba molesto era poco; estaba en verdad enojado, desesperado, ansioso y un poco asustado. Si, asustado, no sabría cómo estaría Ha Ni; tal vez estaría molesta conmigo por dejarla plantada aunque lo más probable es que estuviera triste y eso me hacía sentir peor.

Presioné el botó del ascensor varias veces como si eso sirviera para que bajara más rápido y luego para cerrarlo, finalmente estuve frente a mi puerta, digité la clave, tomé una respiración profunda y entré.

Las luces estaban apagadas, había velas en pequeños recipientes de vidrio en el suelo iluminando el lugar, en el centro estaba la mesa rodeada por un rastro de pétalos de rosa y la mesa con un pequeño adorno de rosas rojas y un sencillo, pero apetitoso plato con langostinos, y finalmente en la cama estaba Ha Ni cubierta por un conjunto de seda, que le sentaba de maravilla, completamente dormida. Me acerqué a ella y vi sus labios con labial y un poco de maquillaje en sus ojos, su cabello caía sobre la almohada. Resignado y aún molesto tomé cada una de las velas, las apague y las puse sobre el mesón de la cocina, luego guardé la comida en el refrigerador y entré al baño para ponerme la pijama, ya que no íbamos a hacer nada no me iba a privar del placer de dormir a su lado por lo que con el mayor de los cuidados acomodé su cabello y la empujé suavemente un poco más a un lado de la cama, luego tomé una manta, me acosté a su lado y nos arropé, no habían pasado ni cinco minutos cuando sentí cómo pasaba una pierna sobre las mías y apoyaba su cabeza levemente sobre mi pecho. Sonreí.

En verdad amaba a esa chica.

Ha Ni

Todo había sido un desperdicio, hice un puchero con mis labios. La noche se había malgastado totalmente y estaría triste de no ser por la manera es que Seung Jo me tenía abrazada cuando desperté. El señor tempano de hielo me estaba abrazando por detrás y gruño un poco cuando me alejé de él para darme una ducha. No sabía cómo no me había quedado dormida pero me había despertado con el tiempo justo para bañarme y subir para arreglarme e ir a la universidad.

-Un desperdicio –me dije mientras guardaba la "sexy" pijama en mi cajón. Sí, había comprado una pijama para la ocasión y es que quería ser algo así como irresistible para él, que me viera y no se pudiera contener por la felicidad y el deseo; sí, sí he visto muchas películas americanas pero eso es lo que había querido y se había arruinado. El puchero volvió a mi rostro.

-Tic, tic –escuché a alguien digitar la contraseña en la puerta, luego se abrió y Seung Jo entró.

-Hola –saludé dejando el puchero completamente olvidado.

-Hola –subió su mano para rascarse su oreja, estaba apenado- te fuiste –se acercó un poco.

-Te dejé una nota –respondí acercándome a la mesa para servirle algo de café.

-Quería verte cuando despertara –dijo tomando el café- quería disculparme.

-Oh.

-Anoche hubo dos fiestas en el restaurante y tuve que atender una por lo que no pude salir temprano.

-Imaginé que algo se había presentado. Aunque no te costaba haberme enviado un mensaje o haber respondido a los que te envié –dije con un puchero nuevamente.

-Lo siento –dejó el café a un lado- en verdad lo siento.

-Lo sé.

-En verdad quería –me abrazó por la cintura- venir anoche.

-Lo peor es que tienes que trabajar en las vacaciones –me separé- ¡por qué te inscribiste en ese trabajo! –me quejé.

-Bueno Kyung Soo sunbae me lo ofreció y fue mucho antes de que te mudaras aquí y que estuviéramos juntos.

-Pero no hemos podido estar juntos –dije muy bajito.

-Sabes a lo que me refiero.

-Y tu sabes a lo que yo me refiero.

-Sí lo sé, y no hay nada que quiera más que pasar tiempo contigo, más en esta semana donde podríamos disfrutar sin interrupción alguna del tiempo juntos pero ya me comprometí por unos días.

-Lo sé –bajé la mirada- además también tengo que ayudar a papá en el restaurante.

-¿Todas las vacaciones?

-No, sólo uno o dos días.

-Bueno –volvió a acercárseme- qué te parece si luego de que ayudes a tu padre vas a visitarme, según sunbae es un lugar muy tranquilo, lleno de naturaleza y con una vista y ambiente muy bueno, cuando termine mi turno podemos disfrutar de las vacaciones –lo medité.

-Me gusta esa idea –sonrió- me gusta mucho. –Y cerramos nuestros planes con un beso.

-.-.-.-.-.-

-Y clic –dije aunque no había nadie a mi alrededor, estaba muy emocionada, aquello era, posiblemente, el comienzo de algo muy bueno- ahora sólo falta decirle a Seung Jo -estábamos más que sobre el tiempo.

Seung Jo

Me alegró mucho ver a Ha Ni llegar a la casa de campo en donde estaba trabajando, como sunbae había dicho el ambiente era muy tranquilo y había un muy buen clima, la mala noticia es que había llegado con Hae Ra y el idiota de Tae Kyung, aunque me alegró que no estaba muy cerca de ella.

-Le conté mis planes a Tae Kyung y me dijo si podía acompañarme, no le vi problema por lo que acepté y hoy cuando nos reunimos llegó en el auto de Hae Ra diciendo que viajaríamos los 3.

-Mmm.

-Dicen que entre más gente la diversión es mayor.

-No sé sobre eso –me acerqué para hablarle al oído- sólo quiero pasar tiempo contigo.

-Mmm –me miro de reojo- estás siendo muy lindo últimamente –puso su dedo índice sobre sus labios, como analizando algo detenidamente- creo que quieres conseguir algo.

-Me atrapaste. Te quiero a ti –volví a hablar en su oído.

-¡Seung Jo! –me apartó sonrojada y miro alrededor como asegurándose que nadie más había escuchado, cosa que me causó gracia- no me parece gracioso.

-A mi sí.

-Hola Seung Jo –me saludó Hae Ra.

-Hae Ra ¿cómo estás?

-Muy bien ahora –contestó con una sonrisa.

-Que bueno –e interpretando mi rol de trabajador le dije- hay muchas actividades para hacer en la cabaña, espero disfrutes tu tiempo aquí –y le di una sonrisa cordial.

Hae Ra

-Gra…cias –respondí ante las educadas palabras y sonrisa de Seung Jo.

-De hecho –continuó- hay una caminata programada en un rato –nos miro a Ha Ni y a mi para decir- pueden subir a instalarse en sus cuartos y volver para el evento, es una especie de juego para que conozcan los alrededores.

-¡Genial! –contestó ella emocionada cual niña pequeña.

-Bien, las dejo –y se alejó.

¿Qué había sido eso?

-Había sido el Seung Jo de siempre –pensé. Y tenía razón, Seung Jo nunca me trataba de manera muy especial y no porque Tae Kyung se me hubiera declarado él empezaría a cambiar, es más ni sabría del hecho. Vi a Ha Ni aplaudir y comenzar a subir las escaleras con su maleta y me molesté más, no había pasado por alto el hecho que él le había dicho algo al oído que la hizo sonrojar ¿Seung Jo era seductor? Sentí envidia por Ha Ni pero al girar mi rostro y fijarme en la recepción el sentimiento cambió al ver la mirada que me daba Tae Kyung, él sin duda era seductor. Sonreí, tomé mi maleta y comencé a subir las escaleras para buscar mi cuarto.

La noche anterior Tae Kyung me había llamado diciendo que nos iríamos de viaje para que aclarara mis sentimientos, no entendí muy bien a qué se refería pero me sorprendí al verlo ese día listo para viajar y luego decirme que debíamos recoger a Oh Ha Ni y terminar en aquella posada campestre. Me recosté en la cama.

-¿Qué voy a hacer? –dije y cerré mis ojos por un momento.

-Hae Ra –escuché unos golpes- ¿Hae Ra vas a ir a la caminata? –era Tae Kyung. Me levanté y abrí la puerta, tenía un buso negro y unos jeans pero se veía tan atractivo, me fijé en sus labios. Luego del beso en la droguería no había vuelto a hacerlo y en un par de ocasiones me encontré deseando que lo hiciera, empezaba a pensar que lo había imaginado y estaba comenzando a olvidar cómo se había sentido- ¿vas? –me tomó un momento organizar mis ideas y contestar.

-Sí, sólo un segundo me cambio de blusa.

-¿Es eso una invitación? –dio medio paso dentro y aunque sabía que no hablaba en serio le di una mirada de fastidio. Un minuto pasó y salí con otra blusa y peinada con una coleta.

-Vamos.

-.-.-.-.-.-.-

-Quien consiga la mayor cantidad de sellos primero gana ¿entendido? –preguntó sunbae, había planeado una carrera de tesoro que no se veía muy difícil pero Ha Ni y Tae Kyung se veían emocionados ¿era yo o él estaba dándole demasiada atención a ella?- Listos… ¡Empiecen!

Caminé un poco y encontré el primer tesoro y sello, seguí la pista y pronto tenía cuatro. Cuando estaba camino al quinto vi a Ha Ni nuevamente con Tae Kyung cosa que me enfureció ¿quién se creía ella que era? ¡Tae Kyung era mío! Y aquel pensamiento me hizo darme cuenta de algo, Tae Kyung me gustaba, me gustaba mucho y ya lo sentía como algo más que un gusto superficial, estaba comenzando a enamorarme de él.

-Jajaja –verlos tan sonrientes me molestó más, ¿él lo estaría haciendo para provocarme?

-Unnie –saludó feliz –Tae Kyung había ido por otro lado cuando me vio ¿por qué?- ¿viste el sello?

-Si –contesté con la sonrisa más falsa que tenía- está por allá –señalé la dirección opuesta. No porque ahora quisiera estar con Tae Kyung significaba que ella me cayera bien, ella me seguía pareciendo alguien muy fastidioso.

-Gracias.

-.-.-.-.-

-Bien todos consiguieron todos los sellos –miro a una chica a su lado- o la mayoría. Ahora por favor tomen una de las bebidas que trae Seung Jo para que se refresquen.

-¡Gracias! –contestamos todos.

-¿Viste a Ha Ni? –me preguntó Seung Jo revisando a la gente- no la veo por aquí.

-¿No ha llegado? –me asombré- ¡no puede ser!

-¿Qué?

-No, no puede ser –deseché la idea, ella no era tan tonta ¿o sí?

-¿Qué no puede ser? –insistió Seung Jo.

-Es que… en uno de los sellos le señalé un camino equivocado por molestar –su mirada se volvió dura- pero estaba cerrado, no hay manera que lo hubiera podido seguir.

-¿Segura?

-Bueno… estaba cerrado por unos arbustos pero no había ninguna señal, pero sólo estaba jugando con ella no hay manera que haya seguido ese camino–no alcancé a decir nada más, Seung Jo me entregó la bandeja y corrió a buscar a Ha Ni por el campo.

Seung Jo

Tenía que estar bien. Tenía que estar bien.

-Dios permite que esté bien –pedí mientras caminaba por cada una de las estaciones donde habíamos puesto los sellos.

No estaba en ninguna. Hae Ra había dicho que la guió a un camino cerrado, me detuve a analizar el lugar, sólo había una posibilidad. Corrí al lugar que tenía en mente.

-¡Ha Ni! –la vi caída cerca de unas rocas. Ella se levantó al verme y pude ver su rostro, sus manos y su brazo llenos de tierra y los últimos con sangre. Se había caído. Corrí a su lado y la abracé –estaba tan preocupado de que algo pudiera haberte pasado –respondió mi abrazo- ¿estás bien?.

-Me caí de allí –me señaló el lugar- pero no fue gran cosa.

-Ya estás bien –volví a abrazarla y al intentar dirigirla a la posada noté que su rodilla también había salido afectada en la caída- Hae Ra te jugó una broma.

-¿Unnie?

-Si, no pensó que en verdad fueras a seguir el camino cerrado.

-¿Estaba cerrado?

-Claro –ella no lo notaría sin un letrero brillante y una flecha que se lo mostrara- ya no importa, vamos.

Una vez estuvimos en la casa, y sin importar si alguien se daba cuenta, entré en su cuarto. Tomé el kit de primeros auxilios y la guié al baño.

-¿Qué haces? –me dijo al momento que la senté en la bañera, yo en el inodoro y comencé a limpiar su rostro con un algodón.

-Te estoy curando –respondí sin detener mis acciones.

-¡Ah! –se quejó cuando toqué sus labios y la rabia volvió a mi mente, rabia con Hae Ra por jugar con ella, con ella por no fijarse pero más que nada rabia de saber que se había lastimado.

-Lo siento –tomé más algodón y me fijé en su clavícula, también estaba lastimada y por la el color rojo que veía en su blusa al parecer su pecho también. Comencé a subir su blusa y me detuvo.

-¡¿Qué haces?!

-Curándote. Tienes la clavícula lastimada y necesito verificar si el pecho también.

-Yo puedo hacerlo.

-¿Qué está pensando Oh Ha Ni-ssi? ¿Acaso piensas que te veo como mujer? –se sorprendió por mis palabras- en este momento eres mi paciente. Soy estudiante de medicina y no importa si eres hombre o mujer, alto o pequeño si necesitas mi ayuda voy a atenderte –la reprendía con mi mirada- ¿está bien?

-Está… bien… -y quitó las manos de sus costados dejándome levantar la blusa.

Limpié la herida del brazo porque aunque había dicho que no me afectaba, me afectaba y mucho verla en sostén y sonrojada.

-Bien Seung Jo tú puedes –me dije a mi mismo- es sólo una paciente, sólo una paciente –me animé.

Comencé a limpiar el raspón en su clavícula y a bajar suavemente para llegar a uno de sus pechos.

-Ah –eso no había sido por el dolor, conocía ese sonido y como si fuera lo más natural acerqué mi rostro y comencé a besar su clavícula por donde antes había pasado mi mano con el algodón y sin pedir permiso seguí a su pecho bajando la tela que lo cubría. Mi mano subió para liberar el otro pecho y luego de hacerlo comencé a acariciarlo. Ha Ni respondió a mi toque arqueando su espalda para darme mayor acceso y pasando sus manos por mi cabello.

Me acerqué a sus labios y comencé a besarla pero comencé a bajar el ritmo de las cosas cuando recordé algo. Aún con los ojos cerrados y juntando nuestras frentes respiramos para recuperar el aliento pero ella volvió a besarme con ahínco luego de un momento.

-Espera –me separé un poco- Ha Ni.

-¿Qué sucede? –me preguntó abriendo lentamente los ojos.

-Si seguimos así no vamos a parar –me miro esperando algo más.

-Creo que es lo que queremos ¿no? –dolor cruzó su mirada y sabía lo que pensaba "que ella no era lo suficientemente hermosa para provocarme" así que la corregí de inmediato.

-Si pero –acaricié su mejilla- habíamos dicho que sería especial –alejó un poco su torso para verme.

-Ya es especial –me sonrió, se levantó y se sentó en mis piernas- tú lo haces especial –miro a su alrededor- esto es especial –volvió a mí- no necesito rosas, velas o champagne, sólo necesito que seas tú –sonreí y mi pecho se sintió lleno.

-¿Segura? –puse mis manos tras su espalda para asegurar mi agarre en ella.

-Segurísima.

Y no necesitaba nada más, volví a besarla con más deseo que antes, toqué su espalda y encontré el broche de su sostén, lo solté y dejé caer la prenda entre los dos. Bajé mis manos a sus piernas, las acaricié sobre el jean y por instinto las empujé suavemente hacia arriba para que las pusiera alrededor de mi torso, al hacerlo se pegó más a mi sintiendo mi rigidez y gemí ante el contacto, sólo eso había sido muy placentero. Lleno de expectativas y usando la lógica y la fuerza me levanté cargándola conmigo, nos saqué a la habitación y nos senté en la cama.

Sus manos se movieron una vez estuvimos sobre la cama, estaban en mis costados levantando un poco mi camisa y acariciando mi abdomen, solté su cuerpo y la ayudé en la tarea quedando ambos con el pecho totalmente descubierto, me miro y ¡Dios! Se sintió muy bien saberse admirado. Bajó su rostro y sentí sus labios en mi cuello mientras sus manos acariciaban mi abdomen, subían por mi pecho y se clavaban un poco en mis hombros. Hice que se acostara en la cama; besé y acaricié sus pechos nuevamente, desde la vez en su apartamento era todo lo que quería hacer, lentamente bajé mis manos a su pantalón y comencé a desabotonarlo mientras volvía a explorar su boca.

Estábamos actuando a partir de la ansiedad y el instinto y se sentía de maravilla, podía sentir un lado salvaje en Ha Ni y esperaba ella sintiera uno en mí, porque verla y sentirla de esa manera me enloquecía.

Bajé sus pantalones y tuve que sacarle los zapatos para poder quitárselos totalmente, después hice lo propio con los míos y estuve sobre ella nuevamente, apenas y había algo que nos impedía sentirnos totalmente pero al momento de volver y ella sentirme un quejido de placer dejó su boca lo que me incitó a rozarla un poco más y dulces notas de placer volvieron a salir de ella.

-Seung Jo quiero –escuché que comenzaba a decir- te quiero sentir -Lo que me movió a poner las manos sobre su ropa interior y comenzar a bajarla pero me detuvo de golpe- ¡espera! –abrió los ojos desmesuradamente- ¿tienes condón? –sonreí.

-No lo saco de mi billetera desde la otra vez –sonrió complacida. Me separé de ella, volví a tomar mis pantalones y buscar el preservativo, 5 segundos y estaba nuevamente a su lado. Dejé el preservativo a su costado mientras seguía con mi tarea de su ropa interior.

Me sentía audaz, por lo que pasé suavemente la mano por el encaje; sus manos se aferraron a mi espalda y tímidamente comencé a bajar la última pieza de ropa que tenía. Quedé anonadado por la vista, por un par de segundos no reaccioné mientras la admiraba, luego hice lo propio con mis boxers.

En el momento que nos tocamos sin ningún impedimento ambos gemimos de placer, estaba más que emocionado y ansioso por lo que volví a tomar el condón, no leí las instrucciones porque pensé que no tendría mucha ciencia, fue cosa de 3 segundos: 1) romper el empaque, 2) sacarlo y 3) comenzar a ponerlo. Vi que Ha Ni volteó su rostro por un segundo para verme, se apenó y lo cubrió. Aún en esa situación seguía siendo la más inocente, la más inocente con un lado audaz.

Volví a sus labios, ella volvió a abrazarme y comencé a entrar en ella. Sabía que le dolería y escuché su gemido de sufrimiento inicial pero intenté entrar completamente, y luego de dos segundos que su respiración se normalizó comencé a moverme, se sentía algo estrecho. Ella seguía mi ritmo y buscó mis labios.

-¡Oh! Ha Ni –me moví en su interior, pronto estábamos compartiendo una danza de placer. Sentí sus uñas en mi espalda y aunque dolió sólo ayudó a aumentar el goce de la situación, luego la sentí temblar en mis brazos.

-¡Ah! Seung Jo, Seung Jo –y con eso sentí mi liberación. Al terminar me sentí algo extenuado y con poca fuerza en los brazos pero logré acomodarme a su lado sin aplastarla. Luego de un par de minutos recuperándonos me levanté, me quité le condón y lo boté en el baño para volver junto a ella.

Estaba aún acostada en la cama mirándome, sonrojada y descubierta pero sin pena en su rostro.

-Eso me gustó.

-Me alegra –contesté. Tomé la colcha que estaba sobre la cama, me acosté a su lado y nos cubrí con ella.

-¿A ti te gustó? –preguntó levantando un poco su rostro.

-Mucho –respondí acercándome más.

-Bien –tenía un gesto relajado y somnoliento. La entendía, aquello me había dejado sin fuerzas- deberíamos hacerlo otra vez.

-¿Ahora? –la abracé y se acomodó sobre mi pecho.

-Sí… -acomodó mejor la cabeza y me abrazó- aho…ra –estaba quedándose dormida. Me quedé viéndola un poco más y mi propio agotamiento me venció.

-.-.-.-.-

-Buenos días –me saludó sonriendo tímidamente.

-Hola.

-Gracias… por lo de anoche –bajó un poco su rostro- lo disfruté mucho.

-Gracias a ti –dije abrazándola y comenzando a besarla- ahora vamos al comedor o nos quedaremos sin desayuno –y nos levantamos.

Ha Ni

Si antes estaba feliz, ahora me sentía como la mujer, no; la persona más feliz del planeta. Estar con Seung Jo había sido más que lindo, más que perfecto y más que especial.

Pasamos las dos noches y tres días siguientes descansado en la posada, él ya no tenía que trabajar, caminamos por los alrededores y hasta fuimos a una pequeña montaña cerca donde se veía una vista hermosa del lugar. Al regresar charlamos con nuestros amigos, el primer día, con turistas el segundo, y en la noche él se escabullía en mi cuarto pues no sabíamos qué diría el dueño de verlo entrar tranquilamente conmigo. Finalmente volvimos a Seúl.

-Espera –le dije cuando comenzó a subir sus manos bajo mi camiseta cuando las puertas del ascensor ni siquiera se habían abierto.

-Creo que es mi ejercicio favorito ahora –alcanzó a decir luego de besar mi cuello, mientras me abrazaba por la espalda y yo digitaba su clave de ingreso. Luego puse mis brazos alrededor de su cuello y comenzamos a entrar en su apartamento besándonos. Una vez cerró la puerta, empujó las maletas a un lado y comencé a bajar su chaqueta de los hombros.

-Mmm mmm –escuchamos y nos detuvimos inmediatamente. Era su madre.

-Omoni.

-Ajumma –dijimos al tiempo y nos separamos quedando uno al lado del otro.

-Tu padre finalmente me dio la dirección de donde estabas viviendo. Yo preocupada por ti pero veo que tú has decidido perder el tiempo en vez de apecharlo en tus estudios y metas.

-No estoy perdiendo el tiempo.

-¿A no?

-No. Luego de mucho tiempo mi vida está completa –me tomó de la mano- quiero presentarte a mi novia.

-No digas tonterías –lo interrumpió.

-Oh Ha Ni –no se dejó intimidar- salúdala por favor.

-No puedes estar hablando en serio –nos dio una sonrisa de incredulidad- puedo entender que necesites divertirte –me miro mientras decía eso- pero cuando me presentes a tu novia quisiera que fuera alguien que valga la pena.

-¡Omoni! –subió un poco la voz- le pido la respeto pues Ha Ni es la persona que amo, quien me hace feliz y le aseguro que es la única chica que he conocido que vale la pena y que no alejaré de mi lado –me gustó ver como me defendía ante su madre.

-¿Cómo?

-Lo que escucha.

-¿Entonces la vas a llevar a Inglaterra? –preguntó levantando las cejas.

-…

-¿De qué habla? –le pregunté a él.

-Nada, luego hablamos.

-¿Ah ella no piensa irse contigo a Cambridge? –ajumma en verdad estaba disfrutando eso y aunque no quería darle la satisfacción de verme titubear tenía que saber a qué se refería.

-¿De qué habla Seung Jo? –apreté mi agarre a su mano.

-Nada, es sobre una beca que me ofrecieron.

-Una beca que le ofrecieron y aceptó, por supuesto –completó feliz de ver cómo me sorprendía por la noticia- 5 de las mejores universidades del mundo.

-¿Cómo sabes tú de eso? –preguntó él.

-¿Es cierto? –ignoré su pregunta- ¿te vas? –un nudo se formó en mi garganta.

-Sí. Déjame te explico.

-Tu profesor llamó a la casa pues no se podía comunicar a tu celular y aún no tienes registrado este teléfono –contestó refiriéndose al teléfono del apartamento e ignorando el momento que estábamos teniendo los dos- quiere comentarte los preparativos del viaje ya que se debe iniciar el tema de inscripción y organizar vivienda, pues viajas apenas termine el semestre.

-¡¿Qué?! –cada cosa que decía me asombraba más.

-Omoni no quiero ser grosero pero voy a pedirle el favor que se vaya.

-No, no se preocupe aparentemente quien sobra aquí soy yo.

-No Ha Ni ¡espera! –pero no lo escuché, recogí mi maleta y salí. No tomé el ascensor pues no quería tener que esperar y subí directamente por las escaleras a mi piso.

Seung Jo

¿Podía suceder algo peor?

Sí, probablemente podría pero no quería siquiera pensar en ello. Todo se había ido al traste cuando vi a mi madre en el apartamento. Comenzando por darle un pequeño espectáculo revelándole nuestra relación, Ha Ni se había enterado sobre el programa de becas que me habían ofrecido, la universidad que había elegido y el hecho que prácticamente dentro que un mes me iría a otro país por 2 años.

Ha Ni había dejado de hablarme por tres días, luego lo hizo estrictamente por lo académico, por lo que tuve que seguirla hasta el restaurante de su padre, hablar con él y pedirle que me ayudara, cosa que se complació en hacer dejándonos en un privado del restaurante del que ella no podía salir.

-¿Qué quieres?

-Déjame explicarte por favor.

-Explicarme qué ¿qué te vas a otro país por quién sabe cuánto tiempo?

-Te lo iba a decir.

-Sabes que es lo peor –me dijo con lágrimas comenzando a formarse en sus ojos- que te abría animado a que lo hicieras. Es más yo… ya no importa.

-Sí importa. No quería que te enteraras así –rodó los ojos- en verdad, te lo iba a decir aquel día en la biblioteca ¿recuerdas? –hizo memoria y al parecer lo recordó- Ese día te iba a contar todo pero… pero terminamos desviándonos del tema.

-¿De verdad me ibas a decir?

-¡Claro! –me acerqué un poco y no se alejó- eras la primera persona a quien se lo iba a contar –la abracé- te lo juro –me devolvió el abrazo.

-¿Entonces te irás? –asentí.

-Por dos años –me abrazó más fuerte.

-Entonces vamos a hacer que este tiempo que nos queda sea inolvidable –asentí abrazándola más fuerte también y derramando una lágrima.

Los días y las semanas pasaron casi en un instante, Ha Ni nunca volvió a recriminarme aquello y me ayudó a preparar todo; comprar cosas que necesitaba, empacar las maletas y todas las noches nos quedamos juntos en su apartamento o el mío, el hecho era no dejar de pasar tiempo juntos. Sólo un día no lo hicimos, la vi en la tarde y se veía muy feliz pero al final me dijo que no se sentía bien y que no podríamos vernos, aparte de ese día siempre estuvimos juntos. Al terminar el semestre preparé los últimos detalles de papeles, pasajes y cosas más oficiales y luego llegaron las despedidas; en el club de tenis me despedí de sunbae, Hae Ra y Tae Kyung, me enteré que los dos últimos estaban saliendo. El señor Oh, mi familia; mi madre no dejó de llorar, había ido a despedirme antes pues quería ir al aeropuerto con Ha Ni pero finalmente estaba yendo solo, pues ella me dijo que sería muy triste verme partir y no quería ponerse a llorar mientras me decía adiós, y no voy a mentir eso me lastimó un poco pero entendía a lo que se refería, si la veía llorar temía cambiar de opinión a último momento. Hice el check in, esperé en la sala mientras llamaban a los pasajeros del vuelo y finalmente me dirigí al avión. Puse mi equipaje de mano y me senté en la silla que tenía asignada.

-Esa es mi silla –me dijo una voz familiar. Levanté la mirada y Ha Ni estaba frente a mi con una gran sonrisa en su rostro.

-¿Ha Ni? –pregunté como un idiota, como si no fuera ella quien estaba frente a mi, no lo podía creer, me levanté y la abracé como si al final hubiera decidido ir a despedirme- ¿qué haces aquí? –le pregunté una vez estuve satisfecho con el abrazo, revisé alrededor esperando que ninguna azafata la viera.

-Este es mi vuelo –la miré confundido- gané una beca a Inglaterra.

-¿Qué? –no había entendido lo que dijo o pensé que no lo había entendido.

-Apliqué a una beca para estudiar en Inglaterra y la obtuve.

-¿Pero cómo? ¿Cuándo?

-Bueno antes de las vacaciones vi el anuncio, quise avisarte pero cuando iba a hacerlo tu ya te ibas así que no le vi mucho sentido.

-Aquella tarde… –recordé la vez que la vi feliz y no quiso pasar la noche conmigo.

-Sip –puso sus brazos alrededor de mi cuello- ese día me enteré que había ganado la beca pero sabía que si estaba junto a ti no aguantaría y terminaría contándote.

-¡¿Por qué no me dijiste?!

-Porque quería sorprenderte y castigarte por no decirme a mi tampoco tus planes.

-Eres cruel –le dije sonriendo- pero me alegra mucho verte, y saber que irás conmigo –la volví a abrazar hasta levantarla del suelo y recibir un pequeño regaño de la azafata y muchas miradas desaprobatorias de la gente.

-Aunque no voy a Cambridge –me aclaró- voy a Oxford –levantó su dedo índice- pero mi residencia queda cerca de la tuya- me miró por un momento-. Te amo.

-Y yo a ti –respondí y la besé. Ahora todo era perfecto.

FIN

N/A: Hola a todas y ¡MUCHAS GRACIAS POR SEGUIR ESTA HISTORIA! En serio que leer mensajes, reviews y comentarios del fic me animaron a no dejarme amilanar por la montaña de trabajo que tenía (sí, fue por eso que me demoré tanto en actualizar). ¡Y aquí lo tienen! El final de Seung Jo y Ha Ni (increíble que hayan pasado 1 año y cuatro meses desde que todo empezó y que sean 16 capítulos y no 10 como pensaba jajaja), intenté hacer este capítulo extenso y algo hot para compensar la demora en actualización y la espera de 15 capítulos de Seung Jo jejeje. Al principio los imaginé bien inocentones pero no quería caer en lo mismo de siempre así que los puse bien osados, más a Ha Ni ¿quién sabría que tenía un wild side escondido ah? Jajaja y desde el punto de vista de él porque siempre que leo en primera persona es la chica la que narra, entonces como para cambiar las cosas.

Espero les haya gustado y me dejen sus comentarios ;)

Dara.

PD: Como dato curioso les comento que me gustó eso de nombrar los capítulos con una o dos palabras, como que se vuelve más conciso jejeje.