Cap1- Luz en el cielo

Hay estaba yo botella en mano, ya era algo tarde y venía caminando por las calles de mi ciudad un tanto "alegre" y "no muy recto" mientras volvía a casa solo podía recordar todo lo que había pasado ese día, no hace mucho acababa de acompañar a mis amigos a sus casas, normalmente cuando salimos a beber no me paso con la bebida, pero esta vez lo necesitaba, se había acabado todo, el país y el mundo enterrados en la mierda en la que los incompetentes del gobierno nos habían metido, una crisis económica que no parecía querer irse, los impuestos seguían subiendo, y yo para colmo me había cargado mis estudios, veréis yo estudio para ser informático (o al menos lo estudiaba) y tras dos de mis 20 años de vida tirados por el retrete, suspendo todo y me mandan a la calle

-menudas vacaciones de mierda me esperan- me digo a mi mismo mientras me acabo la botella de cerveza y la tiro en el cubo de basura que vi más adelante…

Me paré frente al coche que había al lado y me mire en el cristal tintado, mi camisa blanca estaba empapada al igual que mis vaqueros grises los cuales mojados parecían más oscuros; al menos no se me calaron las zapatillas, me analicé un momento la cara, mis ojos verdes estaban bastante rojos y mi pelo daba asco, como pude intenté arreglarlo

-vodka, Martini, cervezas, y una fuente de agua, fatal combinación- me dije a mi mismo

ya está, mi pelo volvió a ser el que era, unos retoques más a mi flequillo y mi peinado volvería a la vida, mi pelo de por si es rizado, y no tenéis ni idea de lo difícil que resulta ponerlo liso para tenerlo como a mí me gusta, una vez "arreglado" proseguí mi camino hacía casa… da igual lo que beba y beba… los hechos del día de hoy no dejan de atormentarme, recordé como al llegar a casa y dar a mis padres las notas estos se cabreaban conmigo, aunque no era de extrañar, si yo estaba cabreado conmigo mismo, porque ellos no podía enfadarse conmigo también…

Después de echarme la mayor bronca de mi vida, y de sumirme un rato en la autocompasión, encendí mi ordenador y me puse a ver My Little Pony, sabes, tengo un gran catálogo en mi ordenador de cosas de MLP… fanfics, fanarts, comics (tanto oficiales como no)… esto siempre me levanta de nuevo la moral, pero esta vez, no era suficiente, al rato mis amigos llamaron y dijeron que salían esa noche, sin dudarlo un segundo les dije que si… pero ahora pienso que fue mala idea… son casi las cinco de la mañana, estoy pedo, deprimido y como me duerma ahora, es casi seguro que mañana me despertare con resaca, pero por fortuna, ya había pensado en eso antes, me había llevado conmigo mi reproductor MP4 y unas pipas para esperar por ahí hasta que se me bajara el alcohol, hacía una hora o así que no me tomaba nada (exceptuando esa cerveza de antes) así que no me tomaría mucho recomponerme, cuando llegué al portal de mi casa me senté en las escaleras apoyándome contra la pared, me puse los casco y comencé a comer pipas y a escuchar música…

Había pasado una hora y eran las seis, me había quedado ya sin pipas, me encontraba más sereno y había meado un par de veces tras unos contenedores, me levanté como pude y me dispuse a subir a casa, cuando lo oí…

Un gran estruendo que casi me revienta los tímpanos, no tenía ni idea de que podía haber sido, pero rompió muchos cristales, sacudió el suelo e hizo saltar la alarma de algunos coches, de hecho a mí me tiro al suelo, mucha gente se asomó a las ventanas para intentar ver lo que pasaba, se podía oír a la gente gritar a lo lejos.

-¡¿QUÉ COÑO HA SIDO ESO?!- pensé en voz alta

Estaba aún en el suelo cuando por fin lo vi, un gran haz de luz que engullía todo poco a poco, pero que se acercaba cada vez más y más rápido, aún estaba tirado en el suelo arrastrándome hacia atrás, fuera lo que fuera ese haz de luz se encontraba a pocos metros de mí, el brillo me cegaba, hasta que al final me alcanzo y me engulló, el aire quemaba y todo a mi alrededor se volvió blanco, para luego volverse negro

-AAAAAAAAAH- me había despertado bruscamente en mitad de un claro en un bosque que no reconocía, podía a oír de fondo los sonidos típicos de un bosque, el viento pasando entre las hojas y pajarillos cantando, y hacía mucho sol.

-¡MIS OJOS!- me quejé, fuera lo que hubiera sido esa cosa me había dejado las retinas muy sensibles, sabes esa sensación que sientes cuando te despiertas y ves por primera vez en todo el día algo de luz, pues esa sensación la multiplicas por diez

Me llevé las manos a los ojos para cubrirlos mientras me los frotaba, había llorado un poco para intentar calmarlos un poco, y la verdad es que funcionó, no mucho pero funcionó, al menos podía ver algo con los ojos entrecerrados. Metí mi mano en uno de los bolsillos de la camisa y encontré mis gafas de sol, unas gafas con las lentes negras y circulares, con una montura dorada, por fortuna ayer por la tarde hizo mucho sol y me las llevé conmigo, las saqué del bolsillo y me las puse.

-ah, mucho mejor, bueno y ahora por donde- estaba desorientado, frustrado, asustado… ¿y quemado?

-pero que…- mire mis brazos y me toque la cara, tenía pequeñas quemaduras, pero nada serio.

Mire la hora en mi reloj, los números de la esfera eran 12:34

-pero que ha pasado con las otras seis horas, ¿he estado inconsciente todo el rato?- pensé

No sé dónde estoy, ni que fue eso de hace "un momento", ni quien o que me ha traído aquí, y mucho menos porque estoy aquí, me estaba alterando y mucho… me senté y empecé a respirar e inspirar hondo, el aire era distinto, estaba muy limpio, ya sé que estaba en un bosque pero, aun así, era demasiado puro, libre de cualquier polución, vale como fuese ya estaba más tranquilo, y con la cabeza más fría recordé que tenía mi móvil.

-¡oh, vamos, que topicazo!- era de esperar, sin cobertura.

Andé un poco por la zona del claro, y nada, seguía sin recibir señal, pero al rato vi lo que parecía un sendero, estaba bastante abandonado, pero se notaba que por ahí pasaba de vez en cuando gente, el camino estaba un poco inclinado hacia abajo, así que como animal herido decidí ir hacia abajo.

Anduve durante por lo menos media hora por ese desgastado sendero, una media hora en la que lo había pasado fatal, sentía que algo me seguía y estaba casi todo el rato mirando hacia atrás, la mayoría de los árboles eran oscuros y retorcidos e incluso algunos parecía que tuvieran caras horribles y deformadas en su tronco, al encontrarse en tan mal estado me salí del sendero por lo menos tres veces, menos mal que era medio día y había mucha luz.

-menos mal que me desperté por el día y no por la noche-

Caminé durante otra media hora, esto empezaba a ser frustrante, e incluso juraría que algunos árboles me sonaban.

-¿cómo no se me pudo haber ocurrido hacer marcas en los árboles?- dije para mis adentros.

-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAH!-

-¡¿Qué ha sido eso?!- acababa de oír gritos, no me lo podía creer, había alguien más por aquí, parece que no estaba tan perdido después de todo,

-(sollozo) por favor no nos comáis- dijo una voz más aguda que la anterior

Intenté analizar los gritos para averiguar de dónde venían

-vamos muévete no te quedes hay parada- dijo una voz un poco más ronca

Vale, ya localicé los gritos venían de mi derecha.

-¿y adonde se supone que vallamos?- dijo la voz del primer grito

Corrí todo lo que pude hacía donde me parecía oír los gritos

-(sollozos) sabía que esto era una mala idea-

Según corría en la dirección de las voces me daba cuenta de que la vegetación que me rodeaba cada vez era menor, estaba saliendo del bosque, pero también pude oír de que se asustaban, oía gruñidos y algún que otro ladrido ¿perros? Pensé en un principio, pero teniendo en cuenta que esto era un bosque me pareció que lobos era la palabra correcta, tampoco lo eran, pero no iba muy mal encaminado, lobos de madera.

-pero que cojones…- se me escapo, pero por fortuna los lobos no me oyeron

Pero no se trataba solo de los lobos de madera, sino que cuando vi a quienes habían estado gritando antes me inundo una sensación tanto de alegría como de confusión.

Había media docena de lobos de madera rodeando a tres pequeñas potrillas una era amarillo limón con la melena y la cola rojas, y un lazo rosa, otra era una unicornio blanca con la melena y la cola lila, y la última yegüita era una pegaso naranja, con el pelo corto y alborotado, y una cola de color morado, como buen Brony sabía perfectamente quienes eran, se trataba de Apple Bloom, Sweetie Belle y Scootaloo, y ahora que la jauría de lobos de madera estaba al completo, iban a ser devoradas.