Siguiente cap, después de un buen fin de semana.

Nada me pertenece.

Disfruten ;)


Se despertó muy cómoda, y con un calor nuevo, que le hacía sentirse más cómoda y extrañamente feliz. Abrió despacio los ojos, y se sorprendió al tener frente a ella a su amiga italiana. Se sorprendió aun más al darse cuenta de que se había aferrado a ella como Koala a un tronco. Inconscientemente, comenzó a sonreír como tonta. Había dormido con Jane Rizzoli. Y había despertado abrazada a ella. La miró unos momentos más.

Cuando la sintió moverse, volvió a su postura. Igual de aferrada.

Abrió los ojos, y al querer moverse, fue consciente de un cuerpo pegado al suyo. Bajó la mirada, y encontró la cosa más hermosa del mundo. Maura abrazándola por la cintura, con una pierna entre las suyas y el rostro recargado en su pecho. Sonrió plenamente feliz.

Aquella imagen que quiso fuera su nueva forma de despertar, se vio interrumpida por el tono de su celular. Intentando no moverse, tomó el celular y lo apagó. Se giró para ver si Maura se había despertado, pero seguía dormida. Tomó de nuevo el teléfono, abrió el mensaje entrante. Era de Emily, diciéndole que se verían al medio día.

Se levantó a regañadientes, tomó su ropa y se cambió. Escribió una nota a la doctora, diciéndole que la vería en la noche. Y se fue de ahí lo más rápido que pudo.

Maura apretó los ojos, pero no pudo evitar dejar escapar unas lágrimas, seguramente Jane se había ido con aquella mujer. Le dolía. Le dolía mucho porque le amaba.

Era tiempo de una botella para embriagarse.


Una chica alta, con el cabello lacio rubio oscuro, ojos marrones claros, unos vaqueros ajustados, una blusa casual, un saco y unos botines. Esa chica llamada Emily, estaba esperando en un restaurante a que llegara su cita del medio dia. Y llegó, una mujer alta, con el pelo rizado y negro, ojos marrones oscuros, unos vaqueros rectos, botas y camisa blanca arremangada. Jane se veía estupenda. Muy a su estilo, completamente sensual.

Se acercó con una sonrisa a su amiga, quién se levantó y la saludó con un beso, muy cerca de los labios. Dejando claro sus intenciones. Pasaron la hora de comida, entre risas, coqueteo por parte de la rubia y sonrojos de parte de la morena.

Después de eso, salieron a dar un paseo. Aunque ponía atención, Jane no dejaba de pensar en cierta doctora, a la que había abandonado en la mañana.

Se habían sentado en una banca, el sol no tardaría mucho en ponerse, habían pasado toda la tarde juntas. Emily le había tomado la mano a la detective. Esta última le miró con los ojos muy abiertos, porque la única que le había tomado la mano así, era Maura. Y la sensación no se comparaba en nada.

-Jane, ¿por qué sigues aquí? - le preguntó la rubia. Y recibió por respuesta un ceño fruncido. Así que decidió explicarse. - Es decir, no deberías estar aquí. No quieres. Tu mente no esta aquí. - le dijo amablemente la chica. Rizzoli solo hizo una mueca y bajo la cabeza un poco. Su amiga tenía razón, no quería estar allí.

-Ve por ella. Seguro te esta esperando. - Emily se acercó y le dio un beso en la mejilla. Se levantó y se despidió murmurando un "Nos vemos luego, detective." Y dejó a Jane completamente desconcertada.

No tardó más de dos minutos en correr hasta su auto, arrancarlo y dirigirse a la casa de Maura. Volvía cometer una locura. Pero debía arriesgarse.

Tocó como loca la puerta. Esperó a que le abrieran. Pasaron cinco, diez, y ella seguía insistiendo. Comenzaba a preocuparse y a desesperarse. ¿Le habrá pasado algo a Maura?

Hasta que la mujer se dignó a abrirle. Llevaba un pants, una botella de vino y el pelo recogido en una coleta mal hecha.

-¿Se puede saber por qué carajos no abrías? - gruñó la detective. La doctora le dio la espalda y se fue al living. Jane entró a la casa, cerrando de un portazo. -Maura te estoy hablando. - le espetó molesta.

-¿Que haces aquí? Deberías estar con Emily. - le reprochó. Y se acostó en el sofá, colocándose los audífonos y dándole play al reproductor. Jane se acercó a ella y le quitó el aparato.

-Maur, ¿que te pasa? Andas desarreglada y bebiendo y aun no son ni las 7. -la morena se sentó en el sofá junto a ella. Recargando su cabeza en su mano, que había puesto sobre el respaldo del mueble.

-¿Y eso qué? Yo debería preguntarte a ti que te pasa. Se supone que a esta hora, tu y Emily deberían estarla pasando en grande. - el tono hosco, celoso y dolido era tangible en la voz de la doctora.

Por su parte, Rizzoli, en lugar de desmentir eso, quiso jugar con ella un poco.

-Bueno, tienes razón. Pero la verdad es que ella no me interesa tanto. Hay alguien más. - explicó mirando fijamente a la rubia, quién tenía la cara descompuesta por los celos y asombro.

-¿Hay alguien más? ¿En serio?- dijo muy fría y molesta.

-Quiero decirle, pero creo que es mejor mostrárselo. Pienso acercarme y tomar su mano. -mientras lo decía, lo hacía con ella.

-Pienso verle a los ojos, y acariciar su mejilla. - Maura se estremeció al sentir su toque. Jane sonrió un poco. Se acercó más.

-Y tal vez, si me deja. Le besaría. -estaba a unos centímetros de su boca. Podía sentir el aliento alcoholizado de su amiga.

-Sería muy afortunada si le besaras. - susurró la rubia. Jane le miró a los ojos y sonrió aun más.

-Quiero que seas afortunada. - finalizó y terminó juntando sus labios.

Al principio lento, disfrutándolo. Reconociéndose. Hasta que Maura le dio permiso de entrar en su cavidad, abriendo la boca, dándole paso a su lengua. Jane gimió un poco cuando la sintió. Bajó sus manos hasta la cintura de su amiga, y la acercó a ella. Sin dejar de besarse, Maura fue recostando a la detective en el sillón. Mientras que esta última exploró la piel de la doctora, metiendo sus manos bajo su camiseta.

Se separaron jadeantes por busca de aire. Solo unos centímetros. Maura se acercó al oído de Jane.

-Hazme afortunada. - le dijo, y mordió el lóbulo de su oreja. La morena dejó escapar un gemido, y un latigazo de placer se concentró en su vientre.

Mientras Rizzoli se deshacía de la ropa de Isles, esta última se concentraba en el cuello de la primera, y en quitarle esa camisa.

Prenda por prenda, no quedó nada, ellas seguían besándose, sintiéndose, explorándose y demostrándose su amor.

Pasaron una noche llena de caricias y de pasión.


La luz del astro Sol las despertaba de nuevo. Esta vez de una forma algo distinta. Igual de abrazadas, pero desnudas.

La primera en despertar fue la doctora, tenía una sonrisa enorme y boba pegada en el rostro. Admiraba a la mujer junto a ella. Dormía y tenía una cara angelical.

No se pudo resistir, y se acercó a darle un pequeño beso en los labios. Pero se llevó la sorpresa de que fueron atrapados por la morena. Dándole así los buenos días.

-Hola - habló Jane, y le acarició el rostro con cariño. -¿Pasa algo? - sus cejas se juntaron inmediatamente.

-Hola. No, no pasa nada. - respondió Maura. Dejándose querer. -Es solo que...-.

-¿Que? ¿Qué pasa? - preguntó alarmada.

-Te amo. - dijo muy segura la doctora. La detective sonrió bobamente.

-Y yo te amo a ti. - terminó diciendo Jane.


FIN

Eso fue todo. Cortito, como había dicho.

Espero que lo hayan disfrutado.

Gracias Checkmate081 por tus comentarios.

Nos vemos pronto.