DISCLAMERS:
Shingeki No Kyojin no es mío es de Hajime Isayama... ene) por lo tanto ningún personaje aquí presentado es de mi autoría… Sin embargo la historia es completamente de mi retorcida imaginación
ADVERTENCIAS:
AU | Tragedy |Romance | Drama | Angst | |Lemon | Riren (Rivaille x Eren) probablemente meteré algunas otras parejas a futuro | Esto es YAOI | Chico x Chico | BoysLove.
Beyond Beautiful
Capítulo 16.- Empezar de nuevo
— Espera... Rivaille... ¡No puedes ir tú! —articuló la castaña.
— ¿Por qué no? —preguntó serio Rivaille.
— Bueno... si vez ahora a Eren, probablemente te alteres, y eches a perder todo... —suspiró la castaña frunciendo el ceño.
— ¡Entonces ve tú! —gritó Rivaille.
— Sí, sí... —Contestó Hanji para después mirar a Armin— ¿Dónde está? Vamos por él.
— ¡En la celda del fondo! —contestó para darse la vuelta y correr hacia aquella celda.
Ambos se adentraron a aquel oscuro sitio, afilando la mirada, pues era extremadamente difícil ver, Hanji casi felicita a Armin por tener que pasar por eso diario. Las pocas antorchas que iluminaban, no servían de mucho, en realidad, Hanji tomó con la mano la primera que se encontraba en el largo pasillo, para ayudarse.
— ¡Escuchen, mis queridos amigos! —Gritó la castaña apenas entró a aquel sitio, llamando la atención de todos, incluso la de Armin— ¡Abriremos sus celdas!, sólo venimos por uno... por un chico... pero el resto de ustedes quedará en libertad también, cabe destacar que sólo a él le protegeremos... —sonrío ladina— ¡Así que es su responsabilidad escapar! ¿Entendieron?
El sitio de llenó de murmullos, gritos y golpes, todos llenos de desesperación, mientras Hanji ladeaba la cabeza para que Armin abriera las respectivas celdas, no eran muchos reos, pero mientras más gente pudiera tener ocupada a la policía era mejor.
— Ahora... vamos por él... —su rostro se volvió peligrosamente serio.
Cuando terminaron de librar a todos, llegaron a la celda "I" la celda en la que se encontraba Eren. Armin abrió la puerta... y dejó pasar a Hanji, la cual pasó ayudándose de la antorcha para poder iluminar a aquel individuo en la cama. Cabe decir que la imagen le desgarro una parte de su alma; Eren estaba sentado, con una mísera cobija llena de hoyos y sucia, sus manos se veían tan delgadas que parecía que con un mínimo golpe las rompería, en su cuello se notaban los huesos que no deberían ser tan marcados, sus ojos ahora, sólo eran dos manchas opacadas color verde, rodeadas por grandes ojeras que comenzaban a tornarse moradas, parecía inerte, parecía que estaba durmiendo con los ojos abiertos, y no se daba cuenta de lo que sucedía.
— ¡Eren! ¿Puedes caminar? —preguntó Hanji acercándose más.
— ¡Él no puede caminar! —contestó conmovido Armin. — él... —suspiró—, mejor llamé a alguien para que lo cargue.
— Yo puedo... —Mencionó Hanji, dándole la antorcha a Armin y tomando en brazos aquel pequeño cuerpo que ahora parecía disolverse entre sus dedos. Tomó la sábana que envolvía al pútrido colchón y lo cubrió.
— ¿Quién? —Eren enfocó lentamente su mirada logrando encontrar el rostro de la morena, sin querer soltó un sollozo.
— Descuide joven... —mencionó Armin tomando la mano de Eren—, ya vinieron por usted. —Sonrío.
— ¿Qué?... —cada palabra le estaba secando más la garganta—, él... él no debe... no debe verme... así... —susurró Eren aferrándose con sus delgados dedos a los brazos de Hanji.
— Sí, cariño, sí... —Lo tapó completamente y luego miró a Armin. — Sabes... esto es parte del plan... ¿No?
— Sí... —Armin suspiró, y dejó la antorcha en el suelo, para después darse la media vuelta, bajando su rostro dejando su nuca expuesta.
— Lo siento... —Dio un golpe rápido con el mango de su pistola a la nuca de Armin, y este calló de inmediato.
Hanji, cargó a Eren y lo llevó hasta la salida, sin dudas subir los escalones era lo más difícil. Al llegar hasta la entrada principal se encontró con Rivaille cono guardia
— ¿Cómo está? —preguntó sin dejar de mirar el pasillo.
— Bien, sólo que llegando a la entrada se lo daré a alguien más... —Respondió seria Hanji mientras caminaba seguida de Rivaille.
— ¿Qué no puede caminar? —Preguntó el azabache mirando a Hanji.
— Ese no es asunto de ahora, ¡Mejor apresuremos el paso!
— Sí.
Al llegar a la entrada se encontraron con dos rebeldes que venían escoltándoles y a dos policías inconscientes en el suelo, aquellos dos hombres con capuchas les mencionaron que la distracción de la parte trasera había funcionado y que todo el ejército había ido hacia aquella zona. Incluso los que se habían escondido en los árboles para cualquier ataque sorpresa, no habían tenido la necesidad de moverse.
— Pero hay que apresurarnos, no podemos dejarles todo. —Mencionó Rivaille saliendo por completo de la casa.
— ¿Y los demás? —Preguntó Hanji acomodándose a Eren.
— ¡Hey! —Gritó una voz acercándose a los presentes—, Dámelo... Hanji... —Mencionó Gunter llegando a caballo cerca de la misma casona.
Hanji le dio cuidadosamente a Eren, el cual en estos instantes estaba tan aturdido por el sonido y los movimientos, que no estaba consciente de lo que estaba ocurriendo, simplemente se estaba dejando guiar, ni hacía el intento por quitarse la maloliente sábana, no tenía fuerzas para hacerlo de cualquier manera.
— ¡Pero si no pesa nada! —Exclamó admirado Gunter al tener a Eren en su regazo.
— ¡Calla! No lo alteres —Trató de susurrar Hanji señalando a Rivaille, quién seguía mirando los alrededores cuidando.
— Oh, sí, pues... me voy con él... —dicho esto dio marcha con su caballo para sacarlo de ahí.
Sólo después de ver que aquellos dos se marchaban Rivaille, Hanji y los dos rebeldes decidieron ir a ayudar a sus compañeros en la parte trasera de la casa, atravesaron el patio, pegándose lo más que podían a las paredes de aquella casa rústica, tratando de no ser descubiertos, haciendo el menor ruido posible con sus pies, pues a esa hora, probablemente Kitts habría llamado a sus "amistades" para proteger aquel sitio.
— ¿Ya se lo llevaron? —preguntó una voz femenina detrás de ellos.
Rivaille giró al tratar de reconocer aquella voz, vio claramente a Mikasa, quién con rostro serio los miraba, sin embargo no tenía una posición de ataque.
— ¿Tú qué sabes? —cuestionó molesto.
— Armin me contó. —Respondió secamente.
— El chiquillo... —susurró Rivaille afilando la mirada.
— No lo culpen, de hecho... estoy de acuerdo con ustedes. —contestó rápidamente la ojinegra desviando la mirada.
— ¿En serio? —cuestionó rudamente Hanji cruzándose de brazos.
— Sí. En serio. —Susurró la azabache.
— Bien, entonces sabrás que prosigue... —sonrío Hanji— digo, no querrás tener problemas después... —su sonrisa se borró para mirarla de una forma severa.
—... —Mikasa tragó en seco, suspiró y asintió levemente—, hágalo... no me defenderé...
— ¡Déjamelo a mí! —Sonrío Hanji mirando a Rivaille— de cualquier manera... tengo ansias...
— Sí —miró a Mikasa—, si quieres... pásate un poco "por accidente" —inquirió con sarcasmo.
— ¡Oh!, ¡Sí! ¡Me encantaría! —sonrío Hanji acercándose a Mikasa.
Y mientras Hanji se hacía "cargo" de Mikasa, Rivaille le indicó a los dos rebeldes que se fueran por la zona "segura" ya que estaba con un sentimiento inequívoco de que el ejército no revisaría esa parte, les mencionó que por lo mientras él se iba a la parte trasera. Cuando llegó se encontró a soldados en posición de ataque mirando el perímetro con cuidado, era obvio que aquellos creían que esto no era más que una broma de mal gusto, algo que hacían unos rebeldes jóvenes y simpáticos para reírse después entre copas y cigarrillos. Rivaille alzó una mano, y la agitó levemente dando la orden, una bomba molotov fue impulsada desde el profundo bosque que les rodeaba, haciendo que los oficiales al mando, y los soldados miraran y se impulsaran hacia aquel punto. En ese momento un caballo con un jinete se aproximó a la casa, listo para recoger a Rivaille. Cuando este lo notó se colocó la capucha para evitar ser reconocido y se subió al caballo.
— ¿Todo listo? —mencionó la voz, era Erd quién había ido por él.
— Sí... —suspiró mientras el caballo galopaba a medio campo—, ¡Bien señores!, ¡Vámonos! —Mencionó con una sonrisa imperceptible.
Una de las cabezas principales que se encontraban ahí pareció reconocer la voz, pues se exaltó y tembló levemente. Miró detenidamente al individuo que había entrado a escena. Rivaille decidió mirar directamente a los que lideraban en modo de retó. Ahí lo vio.
— Erwin... Smith... —susurró con coraje y antipatía mientras su mirada se afilaba.
— Rivaille, no..., no digas nada. —susurró Erd, presintiendo lo que sucedería.
— Tsk... —Chistó para luego alzar la mano y dar una orden de retirada y su caballo se dirigió a dónde se encontraba Hanji para recogerla.
— ¡No los dejen ir! ¡Cubran los alrededores! —gritó Kitts alterado.
— ¡Señor! Entraron... —comentó sin aliento un soldado.
— ¿Se llevaron dinero, piezas, o comida? —preguntó Nick.
— No, pero liberaron a todos los presos.
— ¿Todos... los presos...? —Nick miró nuevamente a los soldados que estaban al frente— ¡Síganlos! ¡No los dejen escapar! ¡Capturen aunque sea uno! ¡Con vida!
Los soldados, apresuraron el paso, encima de caballos o a pie, adentrándose en los límites tratando de capturarlos. Sin embargo, los rebeldes habían dejado a los caballos fuera del alcance y estaban siguiendo a pie, con las capuchas puestas y con la oscuridad de la noche cada vez más penetrante era mucho más difícil encontrarlos. Pasando desapercibidos entre los árboles, ocultándose entre las grandes rocas, y corriendo silenciosamente, es más que fácil decir que no capturaron, a ninguno.
Mientras tanto el general Erwin Smith miraba el paisaje, tratando de ver si volvían con alguno, o si quiera con un caballo herido —significado de que habían herido también al jinete—, pero nada. Las cosas no ocurrieron, se escuchaban disparos, sin embargo, no sé podía afirmar si eran de los soldados o los rebeldes, o si incluso los mismos policías estaban nerviosos y disparaban a todo lo que se moviera.
— Buen golpe. —susurró el rubio para sí mismo. — Buen golpe, Rivaille... —volvió a mencionar para darse la vuelta y entrar para analizar los daños.
Era ridículo, pensó el ojiazul, tal vez eran menos de diez hombres... menos de diez hombres lograron burlar a toda la policía militar... era más que ridículo, era estúpido.
o o o
Viernes 8.00 am
La suave brisa que se sentía entrar por una ventana —la cual estaba acompañada de unas gotas— comenzaban a caer en su rostro, su mano se removía entre las suaves sábanas, y sus pies se hundían afablemente en el acogedor colchón, incluso pudo oír risas lejanas y hasta... un momento... ¿Risas? ¿Aire? ¿Sábanas? ¿Cama cómoda?
— Nhh... —suspiró mientras sus ojos se abrían lentamente tratando se acoplarse a aquella luz. — ¡Ngh! —los cerró nuevamente, pues hace tanto tiempo que no veía una luz tan cegadora.
¿Dónde estaba?, en un nuevo intento por abrir sus ojos, pudo notar la blancura de las sábanas con las que estaba envuelto, también notó una ventana en la parte derecha, con una cortina que se movía lentamente. Recorrió la habitación con sus ojos, no podía estar en su habitación, era mucho más pequeña, tenía una mesa de madera —evidentemente echa a mano— al igual que la cama en la que estaba, era muy pequeña. Al tocarse el rostro para despejar el cansancio pudo oler el jabón que perfumaba su piel ¡¿Lo habían bañado?! El rostro del joven se tornó en un múltiple juego de todos los rojo habidos y por haber.
Escuchó que las risas y voces que hasta hace un momento, se escuchaban lejos, ahora se estaban acercando ¿Quiénes?, escuchó la voz de una mujer, y vio el pomo de la puerta siendo removido. Una ola de sentimientos le invadió el alma —y el estómago—.
Vio cruzar por el umbral de la puerta a una mujer, castaña y morena, de estatura media y con lentes, quién al mirarlo y encontrarlo despierto, sonrío afablemente.
— ¡Qué bueno que estás despierto! —sonrío cerrando la puerta detrás de ella, y acercándose a la cama.
— ¿Qué? —miró sin entender bien.
— ¡Soy Hanji! —Hizo un puchero sentido—. Bueno, no te culpo que no me recuerdes.
— La recuerdo... pero... ¿Dónde estoy? —preguntó con las manos temblorosas.
— Estas a salvo, y punto... ten... —Le pasó una charola que estaba en un buró de a lado, esperando a que aquel joven despertara.
Eren miró la charola, contenía un traste con avena, un vaso de leche, un pequeño pan y una manzana. Levantó la mirada para encontrarse con Hanji, quién le seguía sonriendo.
— Perdona si no te gusta mucho... —vociferó la morena—, pero tienes que recuperar fuerzas...
— Sí... —respondió Eren, comiendo. Al principio tenía un hambre voraz, capaz de acabar con una vaca, o eso creía él, sin embargo apenas acabó la avena, y ya no quiso más.
— Cómelo... todo... es necesario —Mencionó Hanji con voz maternal.
— Sí... —Inhaló hondo y se comió el pan rápidamente, y se tomó el vaso de leche de un trago.
Hanji se levantó con una sonrisa y le dio la manzana en sus manos.
— Puedes comerla con calma... —sonrío para luego tomar la charola con los utensilios sucios.
— Sí. G-gracias... —mencionó con una sonrisa en los ojos, a lo que Hanji sólo asintió con la cabeza y salió.
Eren le dio una mordida a la manzana y mientras comía se decidió recostar propiamente, se sentía agotado, pese que su espalda le reclamara con punzones irreconocibles, él decidió dormir un rato más.
Obvio que Eren quería ver a Rivaille, preguntar por él, saber dónde estaba y qué hacía, por qué había ido por él, saber si estaba enojado, o tal vez... preocupado. Pero veía sus manos tan delgadas y débiles... que eso le regresaba de golpe a la realidad, seguramente tenía un rostro enfermo, y no, no permitiría que le viera así, no de aquella manera.
— ¿Cómo está? —preguntó Rivaille mirando a Hanji salir con la charola y trastes vacíos.
— Bien, pero no lo molestes... —sonrío.
— ¿Ah? —arqueó una ceja al no comprender el punto de la castaña.
— ¡Sabemos que te mueres por verlo! —inquirió dramáticamente la mujer.
Rivaille la miró en silencio, negarlo o afirmarlo no iba a ayudarle en nada, sólo quería saber cómo seguía y por qué Hanji no le permitía verlo.
— Él... no quiere que lo veas así... —suspiró mientras fregaba los trastes.
— ¿Así? —se cruzó de brazos.
— Verás... él tiene... más que una simple desnutrición, ya nos lo había mencionado Armin. —habló seriamente mientras lavaba el vaso.
— Sí... —El azabache se dio la media vuelta y se sentó en el sillón de la sala.
Aunque no lo pareciera Rivaille se preocupaba —tal vez de más— pero si algo no quería era alterar a ese niño, se preocupaba por las heridas que tenía en su cuerpo, tomando su café decidió tratar de no darle mucha importancia, total... el niño ya estaba a salvo.
o o o
8.50am
— Bien, daremos inicio al juicio. —Sentenció una voz firme, áspera pero afable.
Dicha voz pertenecía al juez Dalliz Zacklay, un hombre corpulento, con cabello y barba canosa, cejas pobladas, boca enmarcada con pequeñas arrugas, que no hacían más que darle un estilo serio y firme a su rostro, su frente igualmente estaba adornada con arrugas, nariz un poco ancha y arqueada. Aquel hombre suspiró, y se quitó los lentes, listo para escuchar las solicitudes de aquellos hombres.
— Ayer, entre las 10.00pm y las 11.00pm el lugar central de la policía fue atacado por, aparentemente, rebeldes. —Mencionó uno de los soldados leyendo un papel.
— Señor... —se levantó Kitts tomando la palabra—, quisiera que me diera el permiso para buscar a los rebeldes.
— ¿Qué tipo de permiso solicita usted, específicamente? —preguntó seriamente Dalliz.
— El permiso de hacer todo lo necesario para arrestar a los responsables.
— ¿Todo lo necesario?, eso implica que podrá tomar medidas drásticas... como la violencia y uso de armas con tal de llegar al objetivo ¿No es así? —Volvió a cuestionar el juez.
— En efecto.
— ¿Por qué una medida tan drástica? —preguntó un jurado presente. — El pueblo puede tomar a mal la intromisión, y creo que hemos tenido demasiados cotilleos y levantamientos como para tomar esta decisión.
— Han liberado a los presos —suspiró—, y estamos completamente seguros que fue una misión para rescatar a Eren Jeager, acusado de traición a la corona y aparente homosexualidad.
Grisha, quien por deber estaba presente, se crispó ante aquel comentario, su frente sudó frío al igual que su columna, pensaba que su chico no tenía salvación, y aunque no le gustaba la idea de la orca estaba seguro de que si aquello resultaba ser cierto, se aprobaría la orden, con las especificaciones de "con o sin vida", no tendrían consideración con el trato hacia el menor.
— Se-señor. —Levantó la mano Armin. — Mi nombre es Armin Arlert, fui mozo de Eren Jeager y actualmente trabajo como sirviente en la estación de la policía militar.
— Sí, adelante. —Dalliz hizo un ademán para alentar a Armin a seguir hablando.
— Creo que, esto se trata de un secuestro. —respondió firme.
— ¿Secuestro? —Dalliz se acomodó en su asiento, signo de interés en la teoría del chico.
— Sí, esa noche aquellos rebeldes me tomaron desprevenido y me golpearon, incluso tengo un moratón en la parte baja del cuello. —Trató de no trastabillar en sus palabras—.
— Eso no significa nada —reprochó burlón Nick.
— Momento. —Dalliz miró con severidad a Nick. — Continúa.
— Bien, los rumores de que el joven Jeager se juntaba con rebeldes llegó a oídos indeseados, supongo que los mismos rebeldes, para cubrir su identidad, decidieron tomar a la fuerza al joven. Ahora mismo deben de estarle interrogando. —trató de decir todo con suma coherencia.
— ¿Cómo sacas esa conclusión, muchacho? —Dalliz se cruzó de brazos.
— Como mozo del joven Jeager, estaba al pendiente de lo que hacía, y siempre traté de defenderlo, pues estaba, y estoy completamente seguro de que él... no tiene nada que ver con aquellos rebeldes —articuló con voz firme.
— ¿Y usted puede confirmarnos de que se lo llevaron sin el consentimiento del joven? —Dalliz se acomodó los lentes—, es decir... debió haber luchado un poco contra aquellos que lo raptaron, ¿No es así?
— El joven sufre de desnutrición, casi no comía, además... —miró con recelo a Nick, quién al percatarse de lo que iba a decir, afiló la mirada—, a-además es bien sabido que el encierro no es el mejor lugar para guardar una salud estable, probablemente esté enfermo.
— Entonces... ¿Estás sugiriendo que los rebeldes secuestraron al joven Jeager para que no dijera nada, pero... —hizo una pausa tras suspirar— él no sabe nada en realidad?
— El joven nació en las comodidades de la nobleza, habría soltado los nombres ante la primera amenaza. —Contestó Armin con más seguridad que al principio.
— ¡Bueno! —Exclamó Dalliz— esto es un cambio radical ¿No? —bromeó un poco.
— ¡Mentira! —Gritoneó Kitts—, ¡Tengo pruebas de que Eren Jeager está involucrado con los rebeldes! —miró a Mikasa, quién ahora tenía un moratón en el ojo y una mano vendada. — Ackerman... usted tiene conocimiento de eso.
— No sé de qué me habla. —Mencionó la pelinegra.
— Ella fue la que... —Kitts quedó en silencio, meditó en sus palabras, si el decía que Mikasa le había pedido que fuera con ella al pueblo con el único enfoque de "investigar", y se descubría que habían matado a alguien inocente, todo se le revertería.
— ¿Ella qué? —Preguntó Dalliz.
— No, nada... sólo me confundí... —respondió casi ahogándose con su orgullo.
— ¿Con qué pruebas encerró a Eren Jeager? —preguntó Dalliz, lanzando una mirada venenosamente peligrosa a Kitts.
Kitts meditó un poco, no podía decir que por las cartas, pues eso desencadenaría lo anterior, se sabría que hubo un muerto inocente bajo su mano, tampoco podía decir que Ackerman le mencionó, si ella ya lo había negado una vez lo volvería a hacer, se encontraba atrapado, no podía soltar la verdad, pero tampoco mencionar una estúpida mentira, tragó en seco y miró firmemente a Dalliz.
— Los cotilleos en el pueblo eran demasiados, se hizo una encuesta personal conmigo, lo cual se adjudicó que Eren Jeager estaba viendo a aquellos rebeldes.
Armin abrió los ojos al igual que Mikasa, Kitts estaba mintiendo, y de una forma patética, ambos sonrieron internamente. Grisha no cabía en la sorpresa, claro que la cuestión era otra, pues Kitts había llegado con una forma acusando perfectamente bien a Eren, ya que si Kitts hubiera dicho aquella absurda excusa Grisha no le habría permitido que se llevara a su hijo.
— Entonces... admite que encerró a Eren bajo la palabra de unos chismes. —pronunció sorprendido Dalliz.
— S-sí... —Kitts tembló.
— Bien —ordenó un papeleo en su mesa—, el caso es retirado del mandato de Kitts Verman. —Miró al mencionado—, y es trasladado al General Erwin Smith.
— ¡Erwin no está capacitado! —Gritoneó Nick.
— Pero al parecer es el único que no se influencia del cotilleo del pueblo. —suspiró y se sobó el entrecejo.
Aquellas palabras habían taladrado en los oídos de Kitts, él ya no sería nada en aquel caso, pasaría a alguien que —él sabía— no estaba capacitado, Erwin era demasiado blando con el pueblo para ser un hombre corpulento, aunque con decisión firme. Ya más de tres veces había logrado indulgencia sobre unos hombres que robaron pan, y los había metido a su hogar para trabajar, como pago por su "mal comportamiento", miró de reojo a Erwin, quién seguía con una mirada seria. A él no podía aconsejarle nada, eran de la misma división, pero ni siquiera rozaban miradas, sin embargo tenía a alguien que sí le hablaba; Nile.
— Y entonces... como no hay pruebas concretas ante este tribunal que puedan demostrar la culpabilidad de Eren Jeager. —Suspiró Dalliz—. S iniciará la búsqueda del joven Jeager y sus captores, tomando como prioridad la vida del joven Jeager.
Kitts se sentó inmediatamente. Tragando el amargo y frío sabor de la derrota, al menos por esta vez.
o o o
9.20am
— Dime... Ackerman... ¿Dónde están las cartas de las que tanto hablabas? —cuestionó Kitts a la castaña tratando de que su rostro no se deformara en un aspecto de rabia y odio.
— No sé de qué me habla. —Respondió inerte.
— ¡Tú...! —Miró a los lados—. Esa vez que fuimos... —susurró—, sé perfectamente que estás detrás de esto.
— Señor, no sé de qué me habla —respondió con una media sonrisa.
— Buscaré esas malditas cartas —Susurró con ponzoña Kitts.
— Hágalo. —Sonrío levemente.
Kitts simplemente susurró un par de maldiciones dándose la media vuelta y se marchó de aquel lugar, dejando a aquella chica, que ahora, sentía una parte de su alma más tranquila, pues desde que Armin le había mencionado el plan y la idea que tenía el para mejorar el mismo Mikasa había decidido desaparecer toda prueba que conectaba a Eren con los rebeldes, incluso arriesgando su propio bienestar ya pudo haber sido descubierta.
o o o
3.00pm
Sintiendo unas manos que le movían levemente, Eren despertó en la habitación que se encontraba tibiamente confortable, miró a quien poseía aquellas manos y observó el rostro sonriente y amable de Hanji.
— ¡Oww! —Mencionó con un puchero al ver el rostro aún cansado del menor—, ¿Puedes levantarte?
— Trataré... —se incorporó con un poco de dolor en su espalda y muñecas.
— Eren, ¿Puedes quitarte la camisa? —Dijo la mujer levantándose—, tengo... tengo que ponerte esto en tu espalda y brazos...
Eren se quitó la camisa con un poco de vergüenza.
— ¿Está muy mal? —suspiró mientras sus yemas rozaban los hinchazones y las cortaduras aún abiertas y algunas, lamentablemente, con inicio de una posible infección.
— Se te quitará pronto —sonrío Hanji destapando el frasco.
—... —Eren asintió levemente mientras cerraba los ojos pues aquel ungüento ardía—. ¿Él... lo vio? —susurró.
— No, respeté tu decisión, pero no puedes ocultarle esto por siempre... —suspiró la mujer—, ya que son amantes, pues... no creo que sea fácil de ocultar.
Eren enrojeció con las palabras de la castaña, sus manos comenzaron a temblar, y ahora ya ni sentía el ardor del ungüento.
— N-no somos... amantes... —susurró con suma vergüenza.
— ¿Ha no? —Exclamó sorprendida—. Uhh... yo creí que si... bueno, pero aun así no será fácil de ocultar.
Después de que aquella medicina cubrió el cuerpo del niño, esta le preguntó por si tenía hambre, y él mencionó que no. Ella lo animaba a hablar, sentía que de esa forma Eren se sentiría más activo, le preguntaba cosas triviales, nada relacionado a su encierro, desde los colores que le gustan o el clima.
— Dime... ¿Te gusta leer? —sonrío.
— Bueno... —se rasco levemente la mejilla—, no mucho... a ser honestos, en casa todos los libros eran de investigación... así que no... no me interesaba... —sonrío bajo.
— ¡Oh bueno!, pero creo que te acostumbrarás... —río animada.
— ¿Me... acostumbraré? —preguntó curioso.
— Bueno es que... —se levantó, abrió la puerta, asomando su cabeza por el umbral, hizo un movimiento curioso con la misma y se volvió a meter pero dejando la puerta abierta—, tengo que trabajar, pero no te dejaré solo en esta casa, no, no... sería horrible para ti... pero... —suspiró—, tendrás nueva niñera. —sonrío—.
Y por la entrada se asomó Rivaille, con una camisa blanquecina y unos pantalones negros, en sus manos estaban dos tazas, probablemente una para Eren. Por lo mientras el niño al ver aquella figura enrojeció enormemente ¿Hace cuánto que no le veía o sabía de él?, sus manos temblaban con nerviosismo. Miró a Hanji buscando explicación a sus palabras.
— Rivaille... —Eren tembló.
Continuará~
¡MATENME! ¡POR FAVOR! ¡LENTA Y TORTUOSAMENTE! Haha, me te tardado siglos! Por favor, aplaquen toda su ira en mi persona, djaklsdjlasjdljasljdlajkldjklajdklja ¡DIOS! Pero no sé, me gustó como quedó el capítulo, no sé... me gusto. Para las personas curiosas; ¿Ya empieza el romance? – Si... ¿Ya mero es el lemon? – Sí...
BUENO, matenme por si no les ha gustao'h el capítulo!
Y BUEEEENO! Grande a los dioses, la verdad es que tenía el prototipo exactamente terminado hoy a las 4.00am, pero dije "NO! ASÍ NO SE QUEDA! LO TERMINO BIEN MAÑANA!" y bueno, aquí está, muchas gracias a todos por su paciencia, en serio. Los AMO
Reviews anon;
Deizehn: dklsajldjsklajdkljaskldjakljdkla gracias por estar ahí ;u; al pendiente,... te amo~ *corazón* cásate conmigo! Djaskldjlakjdlsajldjsalkjdklsadlasjldjsakljdklajkldjklakjdjakdljakld ;u; gracias por la paciencia
Shirubie nya: jdksajdlkasjkldjsakljdklsajkldjla ¡GRACIAS! ¡Y MUCHAS GRACIAS POR LA PACIENCIA! EN SERIO! ¡Saludos desde México, ciudáh de México! (¿?) djaskljdklasjdl xD
Muchas gracias a todas por su apoyo!
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Chicos/as, en serio, gracias... los amo... mucho... con todo el kokoro que está en mi pecho... los amo, gracias por sus comentarios, les anunciaré el resultado, espero que me quede, ¡GRACIAS POR TODO!
¿Podrían dejarme aunque sea un anon? ;u; quiero saber si he perdido el toque (?
DINA~~ (la que siempre los amará)