Los personajes pertenecen a S. Meyer como a la autora original.

Esta historia es una aadaptacion de una novela de L.M.R.


Epílogo

Cuatro años después.

«FIN»

Bella se recostó en el sillón, contenta, observando el parpadeo del cursor durante un par de minutos más. Suspiró profundamente de satisfacción, guardó el documento, apagó el ordenador y se estiró haciendo una mueca. El hombro le dolía más de lo normal, lo que significaba que seguiría nevando. Según el parte meteorológico, se esperaba una tormenta de nieve para Acción de Gracias del calibre de la acaecida hacía cuatro años.

Aquella tormenta de nieve había estado a punto de costarle la vida. Los médicos del hospital de Rupert le dijeron que su presión arterial había estado por debajo de cincuenta y bajando cuando Edward la llevó allí. Pese a que apenas había estado consciente, las pesadillas de Bella seguían siendo blancas: la nieve, la bata de los médicos y enfermeras, la luz de la sala de operaciones justo antes de perder el conocimiento...

Tenía suerte de seguir viva y de que la bala sólo le hubiera dejado un hombro-barómetro que enseñar. Si Edward no hubiera sabido cómo vendarle la herida y si no hubiera luchado contra la tormenta para abrirse paso hasta Rupert... Bella se estremeció al pensarlo.

En cuanto recuperó las fuerzas necesarias para incorporarse en la cama, Edward trajo a un juez para que les casara. Y allí, en aquella habitación de hospital llena de flores que Edward había traído y rodeada de sus amigos de Simpson, Bella había unido su vida a la de Edward.

Le había costado seis meses de escayola y otros seis de rehabilitación para volver a acostumbrarse a su hombro. Y durante todo ese tiempo, Edward le había prohibido trabajar. Claro que después de eso el nacimiento de las gemelas había ocupado todo el tiempo libre que pudiera tener en los próximos dos años.

La primera vez que pensó en tener niños fue durante el viaje que hicieron a Boston cuando por fin pudo moverse con cierta facilidad. Allí, había puesto a la venta el apartamento, había enviado sus cosas a Idaho y había tenido una conmovedora reunión con sus amigos. A todos ellos les había invitado a que fueran a visitarla, y alguno de ellos ya lo había hecho.

Tomar la decisión tampoco fue tan difícil. Después de hacer el amor durante toda la noche en su viejo apartamento, Bella le había dicho a Edward tranquilamente al oído:

—No he vuelto a tomar la píldora.

—Bien —fue todo lo que dijo. Y ya está.

Nadie esperaba un par de gemelas revoltosas. Durante los dos primeros años no pudo pensar siquiera en trabajar, hasta que Bella empezó a impacientarse. Y ahora había empezado su nueva carrera como editora autónoma o, como lo llamaba ella; médico de libros. Su primer contrato fue para la novela de Rob Manson, que había ganado el Publitzer por el artículo que escribió sobre ella: «El pueblo que salvó a Isabella».

Edward le había contado la historia de Bella e, intrigado, había viajado a Simpson para investigar acerca de la historia. Allí había conocido a Alice y había decidido quedarse como director editorial de The Rupert Pioneer. Su artículo había sido elegido como noticia nacional y había dado la vuelta al país. Lo que contaba en él acerca de la ineficacia del Programa de Protección de Testigos había llevado a que se nombrara un nuevo director y se donaran más fondos. «El pueblo que salvó a Isabella» apareció en Dateline.

Rob bromeaba a menudo diciendo que, en realidad, Simpson era «El pueblo que Isabella salvó». En esos años, se habían establecido un par de negocios en Simpson. El hermano de Rob, un ingeniero electrónico de Cupertino, les visitaba a menudo y estaba pensando en establecer en Simpson su nueva empresa. Rob y Alice se habían casado el año anterior y estaban esperando su primer bebé.

Bella se levantó para ver qué hacían Edward y las niñas. Le llevó su tiempo atravesar la inmensa sala que utilizaba como despacho. Edward había habilitado toda la planta alta de la casa para que Bella la usara, y ésta tenía ahora más espacio que en la empresa en la que trabajaba antes. De la zona de trabajo a la puerta había al menos diez metros.

Bella tenía una zona de trabajo, una biblioteca para sus libros de referencia, una zona para poner la impresora, una zona de lectura y lo que Edward llamaba «zona de pensar»: una esquina espaciosa con vistas a la parte anterior de la casa, desde donde podía observar a los hombres de Edward tratando de evitar las travesuras de las niñas.

Bella se pasó una mano por la tripa. Si el test de embarazo de esa mañana estaba en lo cierto, en agosto llegaría otra niña Cullen. Sería una niña, de eso estaba segura. La Maldición de los Cullen se había terminado para siempre con el nacimiento de Lizzy y Nessy. Jake también había encontrado pareja; una adorable perra collie con la que había tenido una camada de mayoría de hembras. Hasta las yeguas habían empezado a tener más potrillas. Edward estaba ahora rodeado de mujeres.

Bella abrió la gigantesca puerta de su estudio y descolgó el letrero de «La doctora de los libros está TRABAJANDO». Justo a tiempo. La puerta principal se cerró de golpe y oyó la fuerte voz de Edward y el parloteo de las niñas.

Se oyó el ruido de las botas y el arañazo de las uñas de Jake, que les seguía. Bella sonrió a Edward desde las escaleras.

— ¿Podemos subir? —Llevaba una niña en cada brazo y parecía feliz y contento; como siempre desde el nacimiento de las niñas.

—Claro. —Bella sonrió al ver a su familia—. Sube, tengo algo que decirte.

Edward subió el último tramo de escaleras.

— ¿Ya has acabado? —preguntó—. ¿Qué tal te ha ido?

— ¿El libro? —Bella le hizo una señal con los pulgares hacia arriba—. Va a ser todo un éxito. Pero eso no es...

—Bien. —Edward esbozó una sonrisa—. Me he parado a tomar un café y Alice se ha pasado la mañana entera revoloteando a mi alrededor, pero sin atreverse a preguntarme por la novela. Al final le dije que estabas a punto de acabarla, para que se tranquilizara.

—Se lo entregaré en persona. Con mis comentarios. Positivos todos ellos. —Bella puso la cara para que le diera un beso. Edward se inclinó, sonriendo, y puso una mueca de dolor cuando Lizzy le tiró del pelo con fuerza. El pelo de Edward, antes castaño cobrizo, se estaban volviendo plateado, y todas y cada una de las canas se debían a las niñas.

— ¡Auuu! Lizzy, suelta. —Trató de desenredar con cuidado la mano de Elizabeth de su pelo—. Cariño, suéltame—. Pero Lizzy tiró con más fuerza, parloteando alegremente, e hizo otra mueca de dolor—. Por favor, princesa; suelta a papá.

Suspirando profundamente, Bella se puso de puntillas para mirar a la niña a los ojos y le dijo con firmeza:

— ¡Elizabeth! Deja. De. Tirar. Del. Pelo. A. Tu. Padre. ¡YA! —Sus ojos chocolates se encontraron con los verdes de la niña y Lizzy abrió su mano regordeta. Sabía quién mandaba ahí.

— ¿Cómo lo haces? —Preguntó Edward con pesar, frotándose el cuero cabelludo—. Yo nunca consigo que haga lo que le digo.

Bella puso los ojos en blanco, exasperada.

—Sinceramente, Cullen. Eres mayor y más fuerte que las niñas. Eres un experto en artes marciales; un antiguo miembro de los SEAL, por el amor de Dios. Si no puedes convencerlas... usa la violencia.

Bella se mordió el labio al ver la cara de horror de Edward. El nacimiento de las niñas había acabado por completo con su sentido del humor.

Las niñas se retorcían con impaciencia. Edward se inclinó y las dejó en el suelo. Lizzy y Nessy se quedaron milagrosamente quietas unos segundos. Miraron a su alrededor, parpadeando, a la habitación que por lo general tenían vetada, preguntándose qué maldad podrían hacer.

Bella observó a sus dos preciosas niñas con el corazón en un puño. Lizzy y Nessy tenían siempre demasiado ocupada como para que se emocionara por el milagro de su existencia pero, durante unos segundos, mientras las observaba, Bella sintió que los ojos se le humedecían. Lizzy y Nessy habían heredado su brillante melena roja, y los ojos verdes de su padre. Eran listas y no le tenían miedo a nada. «Mis hijas», pensó Bella con una punzada de dolor poco característica en ella, «deben de ser las hormonas», pensó. De la nueva vida que crecía ya en ella. Se recostó contra Edward, quien le pasó una mano por los hombros mientras observaban a las niñas moverse en direcciones opuestas.

Bella le dio un codazo a Edward en las costillas.

—Auu —se quejó débilmente—. ¿Y eso a qué se debe?

—Tengo que decirte algo, pero antes quiero que me des un beso.

— ¿Eso es todo? —Los ojos verdes de Edward brillaban—. ¿Y por qué no me lo has pedido?

Bella le pasó a Edward los brazos por el cuello y se dejó llevar por la magia que seguían provocando aun después de cuatro años de casados.

Antes de perderse en su beso, Edward abrió un paternal ojo vigilante. Inmediatamente abrió el otro, horrorizado, mientras se apartaba.

— ¡Reneesme! —Dio un par de zancadas y le quitó las tijeras a la niña justo a tiempo. Jake estaba junto a ella, permitiendo pacientemente que la niña le cortara los pelos largos y amarillos del estómago. Nessy había estado a punto de asegurarse de que Jake no volviera a tener nunca otra camada.

Edward se agachó.

—Nessy, cariño, no puedes hacer eso. Pobre Jake, has estado a punto de...

La niña rompió a llorar y Edward puso la cara de pánico que adoptaba cada vez que una de las niñas lloraba.

—Ayy, princesa —dijo sin saber qué hacer—. No llores, no pasa nada... —Levantó la vista para encontrarse con que Bella le miraba muerta de risa—. ¿Qué? —preguntó con cara de cordero degollado.

—Es culpa tuya, Cullen. —Bella se recostó contra la librería—. Si tú, tus hombres y Rafael, y hasta Jake os dedicáis a jugar a haceros los muertos con las niñas, os van a torear siempre. Lizzy y Nessy empiezan a estar convencidas de que cualquier cosa con cromosoma Y está ahí para servirlas.

Daba igual. Edward había cogido a Nessy en brazos y la estaba arrullando, intentando que le sonriera. Bella casi podía ver las ruedecillas de la cabeza de Nessy girando, maquinando cómo sacar partido de la situación.

—Ya está, cariño. —Edward volvió a dejar a la niña en el suelo y le dio una palmadita en el trasero.

— ¿Cullen?

— ¿Sí? —dijo, mirándola con una sonrisa de oreja a oreja.

—Estaba intentando decirte que...

—Ah, se me ha olvidado decirte —le interrumpió Edward emocionado—, que Sandy las ha montado en Estrella del Sur. Dice que Lizzy tiene madera de campeona. Nessy necesita un poco de práctica pero...

—Cullen —dijo Bella reprimiendo un suspiro—. Las niñas tienen dos años. Es un poco pronto para que Sandy sepa si tienen madera de amazonas o no. Céntrate en lo que estaba tratando de decirte...

—No es tan pronto. —Edward frunció el ceño—. La nueva potra de Pure Gold estará lista para domarse en unos dos años y medio, y las niñas deberían hacerse con ella cuanto antes. El otro día justo...

—Cullen, hola, estoy intentando decirte algo...

—Sam me decía que la nueva chica con la que estaba quedando en Dead Horse, ¿sabes quién te digo?, esa preciosidad que entrena los caballos de la yeguada de Hughes. Bueno, pues me dijo que le había dicho...

—Cullen...

—... que había empezado a montar a los dos años. Su padre la montó en un poni en su segundo cumpleaños y no volvió a bajarse de él. Te apuesto lo que quieras a que nuestras niñas...

—Cullen...

—... van a ser campeonas estatales. Pero si hasta podrían ir a los Juegos Olímpicos si quisieran. A ver, lo más seguro es que hasta los Juegos Olímpicos del 2020 no puedan ir, pero si empezamos ya mismo, seguro que podemos... —Bella le puso un dedo en los labios para que se callara.

—Cullen —le dijo con cariño—. Cierra el pico.

FIN


BUENO PERDON POR LA DEMORA PERO ACA ESTABA LLOVIENDO Y MI MARIDO NO SE IVA MAS... JAJAJAJAJA! ESPERO LES HAYA GUSTADO EL EPILOGO Y TAMBIEN LA HISTORIA.

MUCHISIMAS GRACIAS A TODAS LAS QUE APOYARON LA HISTORIA CON SUS REVIEWS, FAVORITOS, ALERTAS....ROMI DE , SOLCITO, MELANIA, NEGRA, ANGIE MUFFIIN, BKPATTZ, CANDY DALAE, , LEESLIE, LUVELITTA, LYDIA CARLTON SZ, MIA-MNT-1989, MARY DE CULLEN, PRINCESLYNX, EDDIEILOVE, CAROLINA DE CULLEN, CULLEN CALCETINES, DANISANCHEZ, LAPTEAGALAXY, MADASWAN, MARIAN24, .PATZZ, LOCA ANONIMA, LUNATICO0030, SUPATTINSONDECULLEN, ANGIE MASEN, MAYIA24, PEQKE ALVAREZ, PITALU CULLEN, LYZ92, HELLEN MASEN Y A TODAS AQUELLAS LECTORAS QUE PASARON EN SILENCIO...DE TODO CORAZON GRACIAS...

DENTRO DE UN RATO ESTARE SUBIENDO LOS 3 PRIMEROS CAPITULOS DE "FUEGO NOCTURNO" ESPERO LES GUSTE...

LAS QUIERO MUCHO

INDI

AHHHHHHHHHHHH! ME OLVIDABA LA HISTORIA ORIGINAL SE LLAMA "MUJER A LA FUGA" Y ES DE LISA MARIE RICE...

MUCHAS GRACIAS