Ok, no he muerto, no tengo excusa.

Bien, sí, me tardo en publicar. Lo sé y no lo niego!. Ya he comprobado que para mí hacer actualizaciones prontas es imposible ¬¬. Simplemente no puedo.

La sorpresa fue desmantelada en el cap anterior. Pero lo que ustedes no saben es que ésa o es la única sorpresa, dentro de más o menos un par de episodios (o un poco más) tendrán otra sorpresita n.n. Para ser precisos serán dos. Espérenlo con ansias!

Espero que os guste el cap n.n


-Si ese niño puede abrazarte, por qué yo no?-preguntó alzando la mirada, observando profundamente a Tsuna-Yo también soy un niño, y quiero abrazarte. Así que cállate o te morderé hasta la muerte herbívoro-ordenó Hibari.

Tsuna asintió levemente con una sonrisa, estaba sonrojado. El calor de Hibari se propagaba hacia él, era realmente reconfortante. Estar así, realmente...Le gustaba.

El tiempo transcurría y aun no se separaban, al contrario, Hibari cada vez se abrazaba mas a él. Era extraño, pero no le molestaba.-H-Hibari-san-llamó, el azabache alzó la mirada, observando con sus ojos penetrantes al mayor.

-Qué?-preguntó cortantemente el azabache.

-Es que... No quiero que nos encuentren así y piensen mal.-dijo rascándose nerviosamente.

-Qué lástima-dijo el futuro prefecto, volviendo a abrazar al castaño.

-P-pero nos van a mirar raro-excusó el moreno.

-Hm-Hibari apretó más a Tsuna entre sus brazos y lo cargó.

-Hiii, Hi-Hibari-san qué hace?-preguntó sonrojado y nervioso el castaño.

-Silencio-le calló el azabache mientras lo llevaba a la cama y lo dejaba ahí para luego acostarse al lado, abrazándolo nuevamente, pero ésta vez de la cintura.-Si estamos en la cama nadie pensará raro.

Las mejillas de Tsuna no podían estar más rojas-*No, es todo lo al contrario*-pensó. Y sucede que, quién no vería raro que dos chicos estén abrazados en una cama?.

El castaño suspiró levemente, rindiéndose ante el que aparentaba ser el "mayor". Correspondió al abrazo cuando pasó sus brazos a través del cuello del azabache y pegó su cara al pecho contrario. Tenía sueño, estando en ésa posición ambos se durmieron.


(Al día siguiente)

Poco a poco fue recobrando su conciencia, había dormido tan cómodamente que no se quería levantar. Unos brazos ajenos se mantenían firmemente aferrados a su cintura, sin dejarle alguna escapatoria.

Abrió sus ojos, se sonrojó levemente ante la imagen de Hibari abrazado a él. Su corazón dio un pequeño revuelto; no, debía tranquilizarse. Después de todo esa apariencia era falsa, Hibari en esos momentos era un niño con aspecto de adolescente.

Trató de separarse del menor, pero éste le sujetó aun más fuerte y se despertó-Sawada Tsunayoshi-el castaño se sorprendió, era la primera vez que el pequeño le decía por su nombre.

Sonrió grande, feliz de que le haya llamado como era debido. El menor lo miró profundamente, con un muy leve color rosado rozando sus mejillas, después de todo era un niño y todavía no sabía mantener fielmente su máscara indiferente.

Con el paso de los segundos la sonrisa feliz de Tsuna se convirtió en una nerviosa-Eh, Hibari-san?-llamó, éste solo le dirigió la mirada-Puede soltarme? Quiero ir a desayunar.

-No.-respondió cortantemente. El calor que transmitía Tsuna era muy agradable, le gustaba esa sensación pacífica que enviaba el castaño. Su agarre se volvió más firme.

-P-pero...-fue interrumpido. Trataba de zafarse de los brazos del menor

-No te puedes ir-dijo Hibari, posicionándose encima de Tsuna. Específicamente en las caderas para evitar la huida del moreno.

-H-Hibari-san!-Tsuna no podía estar más rojo. Veía con sorpresa como el azabache colocaba sus brazos a los lados de su cabeza, dejando la cara del prefecto solo unos treinta centímetros separada del castaño.

-Qué?-preguntó con un tono que desde ya le respondía un "no".

-Y si llega alguien?-dijo nervioso.-A-además tengo hambre-esquivó la mirada del futuro prefecto.

-Solo... Debes estar conmigo-susurró el menor en voz baja. Para el castaño le fueron inalcanzables esas palabras, no logró oírlas.

-Lo siento, no lo oí Hibari-san-dijo el castaño, curioso porque el menor bajara el tono de voz.

-No te dejaré ir-dijo observando a Tsuna con una mirada profunda que hizo al castaño revolverse en su lugar.

-Oh, creo que interrumpo algo privado-se escuchó la voz burlona de Reborn, quien estaba sentado tranquilamente mientras tomaba café y jugaba con Leon-Parece que incluso con un niño sufres la maldición de 'siempre el pasivo'.-sonrió con diversión. Tsuna lo observó con confusión, qué era pasivo?-Siendo abusado sexualmente por un niño, solo a ti te sucede-dijo con ironía. Tsuna se sonrojó violentamente-N-no es lo que parece!-dijo nervioso.

-Y qué es lo que parece? Dame-Tsuna-preguntó el bebé, totalmente divertido ante la situación.

El castaño se puso nervioso, cómo le diría que Hibari no quería dejarle y por eso se situó encima suyo?. Simplemente no le creería.

El azabache, que aun no se quitaba de encima del castaño, seguía observando al castaño profundamente.-Él no se va a ir-dijo Hibari, ésta vez observando a Reborn.

El hitman sonrió, estando aun más entretenido-Bien, pero deberías tener cuidado con cierto ilusionista.-dijo esperando a ver qué reacción sufría el niño.

-Qué quieres decir?-preguntó el azabache. Quitándose del moreno.

-Cuida más de él si no quieres que alguien los separe-dijo Reborn, terminando de tomarse su café-Por cierto, Tsuna, yo ya había hablado con el director para que faltases a la escuela; pero ya perdiste muchas clases. Así que irás mañana junto con Hibari y tus otros tres guardianes-dijo Reborn.

-Espera... Hibari-san irá?!-preguntó alarmado mientras se levantaba.

-Claro, no es extraño que el prefecto de Namimori falte por tanto tiempo a su querida escuela? Por supuesto tiene que ir, ahora que tiene el cuerpo de su 'yo' mayor entonces podrá asistir. Lo bueno es que Hibari no ha cambiado mucho de personalidad-dijo el bebé-Hoy es lunes Dame-Tsuna, así que apresúrate.-dijo el ex-arcobaleno dirigiéndose a la puerta-Ah, y Hibari, cuando me refiero a que tengas cuidado con Tsuna, no es en broma. El guardián de la niebla va a transferirse a Nami-chuu-dijo seriamente, sabía perfectamente que su alumno era tan estúpidamente amable que si Mukuro le tocaba él no haría nada. Continuó su camino y se fue.

-Tsk-el menor chasqueó la lengua. Esa maldita fruta humanizada, aun sin estar muy seguro del porque, odiaba que ése sujeto estuviera cerca del mayor. Pero en algo estaba claro, no le gustaba ver a Tsuna con otra persona.

-Hiii!-Tsuna gritó, recordando que Reborn le había dicho que hoy era lunes. Chillando salió corriendo al baño para ducharse, dejando a un azabache observando por donde se fue.


El castaño iba tan rápido como alma que lleva al diablo, detrás de él estaba Hibari, caminando tranquilamente. Después de todo, el bebé dijo que él era el prefecto de Namimori, y le contó que también es el más temido en toda la ciudad. Estaba satisfecho de que su 'yo' diez años mayor fuera alguien de respetar. Aunque se imaginaba que por esa misma razón el castaño que corría desesperadamente se alejaba de él.

Tsuna se detuvo estrepitosamente a media calle-*Cierto, yo siempre me apresuraba en llegar porque Hibari-san me mordería hasta la muerte, pero él está conmigo!... *-Sus pensamientos se vieron interrumpidos al ser empujado de la calle.

-Tsk, presta atención por donde andas herbívoro-se quejó Hibari, éste estaba encima de él.

Tsuna trató de asimilar todo, cuando lo logró entender se quiso dar un golpe. Se había detenido en la mitad de la calle y por supuesto los autos estaban por atropellarle.-Lo siento...

El azabache se levantó, aprovechando su nueva altura cargó a Tsuna de forma nupcial y caminó tranquilamente-Hibari-san!-dijo sonrojado el castaño.

-Eres tan torpe que si te dejo solo te atropellan-dijo el azabache dirigiendo su absoluta mirada al frente.

Caminaron hasta llegar a la escuela. Tsuna estaba más que nervioso-Hibari-san, me puede bajar?-preguntó, con la esperanza de que ésta vez sí le hiciese caso.

Por fortuna, Hibari decidió bajarle antes de entrar a la escuela.

El castaño y el moreno se separaron, cada uno por su lado. Tsuna entró en su salón, el profesor no había llegado. Agradeciendo a cual sea el dios que le haya ayudado se sentó. Al poco tiempo el susodicho llegó y empezó la clase

Todo transcurría como cualquier día, como siempre la manera en que el profesor daba clases era endemoniadamente aburrida. Si él fuese profesor definitivamente haría más juegos didácticos o trataría de explicar de una forma más alegre, no como si el sujeto estuviera en una conferencia sobre lo interesante que es ver crecer el pasto.

Aunque, de primer lugar, él nunca sería profesor, porque después de todo no era bueno en nada. Él sacaba a relucir el título de 'Dame-Tsuna'.

Observó la pizarra blanca que estaba siendo ensuciada por tinta negra. Trató de entender lo que estaba siendo escrito, pero entendía tanto como Reborn cuando él le decía que dejara de hacerle daño. Definitivamente era imposible.

Suspiró con resignación, observó la ventana. El clima se estaba tornando oscuro, las nubes grises se juntaban en señal de que la lluvia se avecinaba. Esperaba que al menos cuando saliera de clases ya hubiese escampado.

Un estrepitoso sonido le llamó la atención, examinando el lugar de donde provino. La sangre abandonó cruelmente su rostro, el futuro prefecto le observaba desde la puerta. La fría mirada azulada se encontró con su mirada acaramelada. Un estremecimiento invadió el cuerpo de Tsuna, todos sus compañeros le estaban observando. Si Gokudera hubiese venido probablemente entonces le mandaría una mirada amenazadora a todos ellos, incluyendo a Hibari, pero tanto la tormenta como la lluvia habían faltado, uno porque su familia en Italia quiso verle, y el otro porque iba a ayudar a su padre que estaba con falta de personal en su tienda.

-O-oh, H-Hibari-san. Desea a-algo?-preguntó el profesor, temiendo que una tonfa saliese volando en su dirección por el simple hecho de existir.

-Hm-el azabache se encaminó hacia la persona que observaba, quien al notar que se acercaba se tensó.

Sin el menor previo aviso, Hibari le cargó como saco de papas y se fue con él a quien sabe dónde.


-Hiii!-Tsuna fue lanzado al sofá de la oficina disciplinaria. Hibari se sentó en el asiento detrás de su escritorio.

El castaño, un poco mareado, de sentó correctamente. El silencio incómodo no tardó en formarse entre ellos. Hibari observando los papeles que yacían situados en su escritorio, y Tsuna mirando al azabache en espera de una explicación por la abrupta forma de interrumpir la clase a la que él no prestaba atención.

-Sawada Tsunayoshi-llamó el azabache, incitando con la mirada que el castaño se acercara.

Tsuna obedeció, acercándose cautelosamente.-Si?-preguntó ya al lado del futuro prefecto.

Notó como el azabache volteaba el rostro hacia una dirección contraria a la suya.-Cómo... Se hace esto?-preguntó en voz baja.

Tsuna ladeó el rostro, confundido, examinó la hoja que Hibari estaba observando anteriormente. Una tarea de matemática?... Así que después de todo Hibari sí hacía tarea. Siempre pensó que él pasaba de año amenazando a los profesores.

Al ser el Hibari de seis años no conocía esos problemas, incluso ése era un tema que veían los de un año mayor que él. Pero, él sabía cómo hacerlo, Reborn le enseñó ése problema alegando que "él necesitaba conocer temas más adelantados para dejar la escuela aun más rápido y ejercer su puesto de Vongola". Y la fórmula para esa operación era de las pocas cosas que él recordaba.

Tsuna sonrió, agarró un papel en blanco y el lápiz que tenía Hibari en la mano. Escribió algo en ella-Bueno, Hibari-san. Ésta es la fórmula de la operación, se puede notar que el inicio es parecido a la fórmula que usted tiene, pero con la diferencia de las cantidades. Lo que tiene que hacer es colocar los respectivos signos y números donde deben ir, por supuesto, tiene que sumar éstas dos cantidades, el resultado lo restas con ésta otra. Al final consigues los números que dividirá con éste-Tsuna señalaba las distintas partes de la operación, Hibari asentía levemente para luego él mismo hacer la tarea.

El azabache le mostró el papel a Tsuna-Lo hiciste bien, todo está correcto Hibari-san-dijo sonriendo, el menor volteó la mirada-Por lo que veo le han mandado bastante ejercicios del mismo tipo, así que le dejo para que haga tarea.-dijo separándose y yendo a la puerta. Pero una mano le agarró la chaqueta del uniforme.

-Quédate-ordenó el menor con voz autoritaria.-Necesito que me sigas ayudando, Sawada Tsunayoshi.

-Tengo que ir a clases Hibari-san-explicó el castaño.

-Y eso desde cuándo me importa?-preguntó, halando del uniforme Hibari hizo que el moreno cayera al suelo justo al lado suyo.

Tsuna se tocó el trasero, había caído fuertemente. Observó al azabache, quien había dejado de verle y comenzaba a continuar con sus deberes.

El castaño sonrió. Al menos era mejor quedarse aquí que con el fastidioso profesor.


Ya era la hora de salida, Hibari y Tsuna estaban saliendo de la escuela. Rodeados de un pacífico y cómodo silencio. Era realmente agradable, su relación se había vuelto bastante estrecha; Tsuna había aprendido distintas cosas de como era el prefecto de niño. Aunque sinceramente no había mucho cambio, a pesar de todo, Hibari era infantil e inocente. Extraño, sí, pero era verdad. La máscara que el niño tenía era buena, pero necesitaba perfeccionarla puesto que todavía no podía evitar esos impulsos infantiles que levemente Hibari sufría.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos al chocar con la espalda del azabache-Eh?-emitió confundido, sobándose la frente.

-Oya, con que estabas con ave-kun. Tsunayoshi-cantó un peliíndigo. Hibari se encontraba en posición de defensa enfrente de Tsuna.-Estuve buscándote desde hace horas, entré en ésta escuela solo por ti.-dijo con una sonrisa enigmática el de ojos bicolor.

Hibari miraba a Mukuro con enojo y amenaza. Tsuna no hacía más que sonrojarse al recordar lo que sucedió la última vez, y eso que no hacía más que enfurecer a Hibari sin ninguna razón aparente.

-Pero... El ex-arcobaleno también te estaba buscando. Parecía apresurado, así que me dijo que te diese el mensaje de que "Giannini había podido llegar a Namimori"-dijo la niebla.


La relación de ambos se ha ido profundizando, más ésa piña es una pequeña molestia, qué hará Hibari?. (pff, lo morderá hasta la muerte, por supuesto t(°o°t) –okno-)

Fue divertido escribir éste cap y ojalá haya sido de vuestro agrado!

*:. Tienes ésa ridícula figura de un bufón… Que en medio de la guerra alza una pancarta de que habla de amor.:*

Gracias por sus reviews! Sois personas hermosas!.

Ciao Ciao

Pd: No lo he mencionado, pero estoy en época de exposiciones y exámenes, como mencioné en uno de mis fics, atrasaron mis vacaciones, aun así nosotros protestamos porque ya no había tema que dar; y pues así logramos que solo tengamos clases hasta la primera semana de Julio. Las hormonas de mis profesores se alteraron y no me queda de otra que apaciguarlos con mis notas. Aun así estoy haciendo continuaciones de mis fics para no haceros esperar. Perdonen si hay espera n.n. Ah, y lo siento si hay errores ortográficos, el tiempo no me ayuda.