Mechero: Hola a todos, hoy os traemos el que será el último capítulo de este fic.
Machetazo: ¿En serio?¿De verdad será el último capítulo?
Mech: Por mis narices que va a ser el último capítulo, aunque, posiblemente, el capítulo sea muy largo.
Mach: ¿Y qué? Eso ya no es nada nuevo.
Mech: Cierto. Pero no discutamos por eso; por ahora tan solo vayamos al capítulo. Kung Fu Panda no nos pertenece, sino a DreamWorks.
Tras el transcurso de, aproximadamente, 20 minutos llegaron al lugar donde había dicho Po.
El susodicho lugar se trataba de la ladera de una montaña de mediana altura que estaba muy cercana al Valle de la Paz que tenía una bella pradera, lleno de pastos verdes y, a los alrededores, había algunos árboles que se erigían hacia el cielo mientras que de otros árboles tan solo quedaban unos tocones. Desde ella, Tigresa y Po podían observar todo el Valle de la Paz, reluciente como el sol por todas las lámparas de aceite que iluminaban las calles de la ciudad.
-Oh, menudas vistas hay desde aquí- dijo Tigresa, observando la ciudad desde donde se encontraban.
-¿Te gusta?- preguntó el panda.
-Me encanta- contestó Tigresa bastante emocionada-. ¿Cómo encontraste este lugar?
-Solía venir a este lugar cuando era pequeño y necesitaba estar solo. En este lugar pasé gran parte de mi infancia ya que, de pequeño, tenía muchos problemas en el colegio porque los niños se metían conmigo debido a mi peso y yo no podía contarle nada a mi padre sobre ello porque sino luego se meterían más conmigo. Me sentía frustrado y era en esos instantes cuando necesitaba evadirme de todo. Entonces venía aquí para intentar olvidarme de todos los problemas que tenía- Po recapacitó sobre lo que le estaba contando a Tigresa y se sonrojo un poco-. Bueno, creo que te he contado más de lo que necesitabas saber. Perdona.
-No tienes porque pedirme perdón. No has hecho nada malo. La verdad es que me gusta saber que tuviste una infancia complicada ya que, como sabes, tuve muchos problemas de niña porque era considerada un monstruo en el orfanato y me sentía muy aislada del mundo pero ahora me alegro un poco porque compartimos un dolor común entre ambos: el rechazo que sufrimos durante nuestra infancia por ser lo que somos.
-Sí, pero no pensemos en eso que hoy es un día feliz- dijo Po.
-Cierto. Hoy es un día feliz- habló Tigresa mientras esbozaba una sonrisa.
-Y vamos a tomarnos ya la tarta que se nos va a poner dura.
-Vale, ¿y dónde nos lo comemos?
-¿Que te parece si nos sentamos en esos dos tocones de ahí que están juntos?- comentó el panda y señaló los tocones para que Tigresa viera a cuales se refería.
-Me parece perfecto.
Ambos fueron tranquilamente hacia los tocones, que estaban como a dos metros de ellos, y se sentaron.
-Ahora que lo pienso, ¿cómo vamos a comernos la tarta?- preguntó Tigresa.
Po dejo la tarta en el suelo, rebusco en los bolsillos traseros que tienen en su pantalón y sacó de ellas lo que utilizarían para tomarse la tarta.
-¡Tachán!- exclamó Po mientras mostraba un par de cucharas grandes de madera.
Le ofreció una de sus cucharas a su amiga, que se la aceptó de buen grado.
-¿Por qué llevabas un par de cucharas en el pantalón?- preguntó Tigresa curiosa.
-Nunca se sabe cuando puede ser necesario un par de cucharas.
Tigresa se rió por el comentario de Po y nuestro protagonista se obnubiló al ver como su amor se reía.
-Deberías reírte más a menudo, estás mucho más guapa- dijo Po inconscientemente.
Tigresa se sonrojo por lo que había dicho y pensó:
-"¿De verdad me ha dicho? Oh, por favor, ¡qué vergüenza! Pero me encanta cuando me dice cosas así"
Po se dio cuenta de repente lo que dijo y le entró una repentina oleada de bochorno.
-Pe-pe-perdona si lo que te he dicho te ha molestado.
-No te preocupes, tan solo has dicho lo que pensabas, ¿me imaginó?
-Sí- contestó Po un poco cortado.
Se produjo un pequeño silencio incómodo entre ellos ya que ninguno de los dos sabían que decir.
-"De verdad piensa que soy guapa- reflexionó Tigresa-. A lo mejor tengo alguna posibilidad con él, tan sólo tengo que arriesgarme"
-"Vamos Po, estás listo para declararte ante Tigresa. Tienes todo lo que necesitas, solo debes de dar un paso más y ya"
-Tengo algo que- dijeron ambos al mismo tiempo y se callaron a la vez al fijarse en que el otro quería hablar.
-Habla tú, Po.
-No, Tigresa, tu primero.
-Insisto Po, cuéntame que me ibas a decir.
-Vale, está bien. Sólo quería decirte que si nos tomábamos ya la tarta.
-Claro, ¿por qué no?- respondió Tigresa un poco desalentada ya que se esperaba que le dijera algo diferente.
Po tragó saliva, agarró la caja con fuerza, cerró los ojos por un momento y respiró.
-"¿Por qué se pone así tan solo por una tarta? No lo entiendo"- pensó Tigresa, extrañada por la actitud de Po.
-Espero que te guste la tarta- dijo Po con una mano a punto de abrir la tapa de la tarta.
-Estoy segura de que sí.
Po abrió la tapa y lo que reveló, fue era una verdadera sorpresa para Tigresa.
La tarta era de vainilla, el sabor favorita de Tigresa, ¡pero eso no era lo importante! Lo importante es que en la tarta ponía, con fresa, "te amo".
El corazón de Tigresa empezó a revolucionarse al ver lo que había escrito en la tarta. ¿Era posible eso?¿Po realmente la amaba? Eran las dudas que recorrían la mente de la felina por esos instantes así que, sin disimular su asombro, miró a Po y vio en sus ojos una expresión dulce, cariñosa y algo nerviosa.
-Te amo Tigresa- dijo el panda con todo su corazón.
-¿Cómo dices?- preguntó Tigresa, intentando refrenar su llanto de felicidad.
-Te amo Tigresa- repitió.
-Ya lo he oído pero a lo que me refería era a como puedes amarme. Soy violenta, soy masculina, no soy atractiva, ¿cómo puedes haberte enamorado de mí?
-Tigresa no digas esas cosas de ti, nunca- le replicó a Tigresa. Es cierto que tienes alguna que otra cosa mala- Po vio como la expresión de Tigresa cambió a una expresión un poco más enojada-. Sin embargo,... eres la persona más buena y generosa que he conocido nunca- Tigresa tornó su expresión más alegre al oír esas palabras de Po-. Eres fuerte, intrépida, valiente, leal, siempre estás ahí para cuando alguien necesita ayuda y, aunque tu no te lo creas, eres muy bella, sobre todo cuando te ríes porque es una risa tan sincera que hechizas a todo el que la oye. Siempre he sentido un gran respeto y admiración hacia ti, o eso al menos creía, pero cuando te vi recibiendo la bala de Lord Shen por mí, sentí como si una parte de mi quisiera protegerte a toda costa porque si tu morías, algo de mí moría contigo. Mi corazón.
Tigresa estaba totalmente emocionada. No se imaginaba que algo así le fuera a suceder en el mundo real. No pudo contenerse y empezó a llorar mientras se ponía las manos en la cara para intentar contener las lágrimas. Sin embargo, era imposible.
-Tigresa, no llores- intentó consolarla pero las lágrimas de Tigresa no cesaban de salir-. Por favor, para. No quería que te disgustarás ni nada por el estilo. Entenderé si no quieres estar conmigo.
Tigresa levantó su cara y, sin previo aviso, besó a Po, notando esos carnosos labios que tanto había deseado probar.
El beso le pilló totalmente de sorpresa a Po, ya que no se esperaba algo así, pero cuando comprobó que lo que sucedía era real, empezó a corresponder a Tigresa.
La reacción de Tigresa, en el momento en el que Po correspondió el beso, fue que su corazón se aceleró a la velocidad de un rayo y pudo sentir como la lengua de Po y la suya se juntaban, haciendo como un extraño baile en el que ambos se saboreaban mutuamente.
Por desgracia, no todo es eterno y tuvieron que separarse para coger aire, que tanto lo necesitaban sus pulmones.
-Te amo Po- dijo Tigresa.
-Pero tu..., yo... ¿qué narices acaba de pasar?- preguntó Po intentando asimilar todo lo que ha sucedido- Yo creía que...
-¿Te iba a rechazar?- terminó la frase Tigresa.
-Sí, te pusiste a llorar de repente y pensé que te habías entristecido porque ya nuestra relación no podría ser la misma que antes.
-Tontorrón. Esas lágrimas no eran de tristeza, sino de alegría porque tú sentías por mí lo mismo que yo siento por ti. Además, jamás te rechazaría porque tú has cambiado mi vida a mejor. Me has hecho salir del caparazón en el que me había cerrado, has logrado que sea más abierta con los demás y muchas más cosas buenas que tardaría en contarte. ¿Cómo piensas que podría rechazarte tras haberme hecho tan bien?
-Yo..., bueno... Tenía miedo de que no sintieras lo mismo- manifestó con cierto nerviosismo.
Tigresa le contestó con otro beso, igual de intenso que el anterior, que Po aceptó felizmente.
-¿Ahora te queda alguna duda de que te quiero?
-No, ninguna- dijo Po mientras mostraba una gran sonrisa.
La sonrisa de Po animó a Tigresa a sonreír y este, a su vez, se alegró por verla feliz y pareció como si el mundo entero se hubiera detenido y tan solo estuvieran ellos dos, pero ese alegre instante se vio interrumpido por el estómago de Po que soltó un rugido que llamó la atención de ambos.
-Oops- dijo Po un poco avergonzado.
Tigresa tan solo se rió.
-¿Qué te parece si nos comemos ya la tarta?- preguntó Tigresa.
-Me parece genial.
Ambos empezaron a degustar la tarta con las cucharas de madera que había traído Po.
Era, sin lugar a dudas, la tarta más rica que habían probado. Muy dulce, pero no hasta el punto de ser empalagosa, ligera al paladar y cremosa pero el motivo de que la tarta, en verdad, estuviera tan buena era porque estaban comiéndosela con quién amaban.
No tardaron mucho en terminarse la tarta gracias al gran saque de Po, aunque Tigresa también pudo disfrutar de la tarta.
Sin previo aviso, oyeron un fuerte estallido que retumbó en sus oídos.
-¿Qué ha sido eso?-preguntó Tigresa.
-Mira al cielo- dijo Po mientras señalaba al mismo.
Tigresa miró hacia el cielo y vio algo subiendo hacia el firmamento. Cuando este objeto alcanzó su punto máximo, estalló, dejando una luz verde azulada que, poco a poco, fue desvaneciéndose hasta que volvió el negro de la noche, pero nada más estaba a punto de apagarse la luz que había en el cielo, apareció, de nuevo otro, objeto que mostró una estela roja a su paso y que estalló, dejando la forma de una flor con color rojo intenso.
-Son los fuegos artificiales- dijo Tigresa mientras disfrutaba el espectáculo que se cernía sobre el cielo.
-Sí, ¿nunca los habías vistos?- preguntó Po un poco extrañado.
-No es que no los hubiera visto antes, es tan sólo que nunca me había dado por verlos detenidamente. Son preciosos.
Po le cogió de la mano a Tigresa, sorprendiéndola y haciendo que mirara hacia él.
-Pero no son tan bellos como tú.
-Oh, Po,...
Ambos acercaron sus rostros hacia el del otro para besarse pero, a medio camino, Tigresa recordó algo importante y se puso de pie, sin fijarse en que Po ya había cerrado los ojos y que de tanto mover su cara hacia delante para buscar los labios de Tigresa, se cayó al suelo, dejando a un Po confundido y tirado en el suelo.
-¿Tigresa?
-Po- dijo ella muy seria-, tenemos que irnos de aquí, hay que darse prisa.
-¿Qué sucede?- preguntó preocupado por la actitud de su nueva novia.
-Los fuegos artificiales son lanzados a las 9:15, el discurso del maestro Shifu comienza a las 21:30 y el maestro Shifu nos ordenó que estuviéramos allí, escuchando su discurso.
-Y cómo no lleguemos a tiempo seguro que nos castigará a recorrer 10 veces todo el Valle de la Paz- dijo Po, temiéndose lo peor.
-Hay que correr.
-Sí- contestó Po.
Empezaron a correr de vuelta al Valle de la Paz pero Po, de repente, se detuvo, volvió a donde habían estado, dejando a Tigresa extrañada, recogió la caja de la tarta y volvió con su novia que le miró con una cara de incomprensión.
-Hay que mantener limpio nuestro entorno porque dependemos de él. Si lo ensuciamos, lo destruiremos y, al final, acabaremos muriendo.
-Uumm. Tienes razón- dijo Tigresa tras pensarlo unos segundos-. Pero tenemos que darnos mucha prisa.
-¡Ah, sí! Cierto- afirmó Po muy nervioso por el posible castigo que les pondría el maestro si llegaban tarde.
Los dos se pusieron a correr con todas sus fuerzas para intentar llegar a tiempo para al discurso de Shifu.
Para cuando llegaron al Valle de la Paz, tras correr todo lo rápido que pudieron, Po parecía que estaba a punto de desfallecer. Le costaba respirar, estaba sudando por todos lados y necesitaba la ayuda de Tigresa para seguir hacia delante.
-Vamos Po, ya queda poco- dijo Tigresa mientras tiraba un poco de él para que avanzara.
-No, no puedo más- se detuvo-. Mejor sigue tú, así al menos uno de nosotros se librará del castigo.
-No, no te pienso dejar aquí tirado. O llegamos ambos a tiempo o ambos recibiremos el castigo.
-Tigresa...
-Además, ¿qué clase de novia sería si dejará solo a mi novio en un momento complicado?- añadió Tigresa mientras se sonrojaba.
Po no se esperaba que Tigresa dijera algo así pero lo que dijo le animo, y él contesto, enamorado:
-Serías una mala novia, pero está claro que no lo eres.
Ambos cruzaron miradas y, por un momento, olvidaron todo lo que ocurría y tan sólo se observaban, viendo, justo enfrente de ellos, al ser más bello del mundo entero. Sin embargo, no duro mucho ya que Tigresa apartó su mirada de la Po al fijarse en algo que ocurría cerca de allí.
Tigresa veía como se había congregado un gran número de gente en un lugar próximo a donde estaban y se preguntó que ocurría, aunque tenía una ligera idea de que sería. Aún así, se separó un poco de Po y preguntó a un par de chiquillos que se dirigían hacia la multitud.
-Perdonad chicos- dijo ella, deteniendo a los pequeños- ¿por qué se ha juntado toda esta gente aquí?
-¿No lo sabe maestra Tigresa?
La respuesta de Tigresa fue negar con la cabeza.
-La gente se ha juntado porque va a empezar el discurso del maestro Shifu en pocos minutos- comentó el otro chico y se fueron hacia la multitud, dando por finalizada la conversación.
La maestra volvió con Po y le dijo:
-¿Lo has oído? Aún no ha comenzado el discurso de Shifu.
-Aún podemos llegar a tiempo- dijo Po esperanzado.
-Sí, pero no tenemos mucho tiempo. ¿Puedes andar solo?
-Sí, ya he tenido el tiempo suficiente para recuperarme- contestó el panda.
Volvieron a emprender el camino para llegar al discurso de su maestro y, por suerte, llegaron justo a tiempo para ponerse cerca del escenario, tras haber atravesado a la marabunta que había delante de ellos, encontrándose, por suerte, con sus compañeros.
-Eh chicos- preguntó Mono-, ¿dónde estaban? Casi se pierden el discurso.
-Estábamos por ahí, dando una vuelta, y se nos paso el tiempo volando- contestó Po.
-Pues habéis tenido suerte de que aún no hubiera comenzado- opinó Grulla.
-Pues sí- concluyó Tigresa.
Ya no continuaron hablando ya que vieron como se situaba el maestro en el escenario que la ciudad había preparado para él.
Shifu se situó en el centro del sencillo escenario y, con voz clara y potente, habló:
-Buenas noches, habitantes del Valle de la Paz. Hoy celebramos la festividad de la noche de difuntos, en la que celebramos culto a todas aquellas personas que han abandonado su vida mortal. Me gustaría remarcar que estamos celebrando una fiesta porque aunque sea algo triste lo que estamos festejando, en cierto modo, es algo feliz ya que los difuntos pueden descansar en paz, sin estar atados a las cadenas terrenales que les oprimían y ser, definitivamente, libres.
Hizo una pequeña pausa para tomar aire y continuó hablando.
-Por eso, quiero que recordemos a aquellas personas importantes que nos han dejado para nos las olvidemos y les deseemos que sean felices en el más allá; no importa quién sea, seguro que todos habéis tenido una persona que ha marcado vuestra vida, ya sean familiares, amigos, esposos o maestros- dijo Shifu con cierta tristeza al rememorar a su anciano maestro, Oogway, porque le echaba de menos-. Debemos darles las gracias ya que ellos son quienes nos han hecho ser lo que somos ahora, y desear que tengamos siempre un hueco para ellos en nuestro corazón.
El público aplaudió entusiasmado ante el discurso de Shifu, incluido sus alumnos, los cuales casi siempre se dormían con sus discursos, pero esta vez el discurso les había emocionado, al igual que al resto de la multitud, ya que su discurso no había salido de la cabeza, sino del corazón.
Los aplausos fueron disminuyendo poco a poco, con el tiempo, y cuando cesaron completamente, Shifu habló de nuevo:
-Muchas gracias por esos aplausos tan sinceros y ahora, sin más preámbulos, ¡que suene la música, que para algo es una fiesta!
Aparecieron en el escenario, detrás de Shifu, 4 ovejas que portaban varios instrumentos musicales como era un erhu, un gran tambor, una flauta transversal o ty y un laúd.
Las ovejas empezaron a tocar, con sus instrumentos musicales, una canción muy alegre y dinámica que hizo que la gente empezará a bailar, incluido Po, que no podía parar de mover su cuerpo ante el son de la música. Sin embargo, se detuvo al ver como Tigresa estaba quieta en el sitio, más estática y rígida que un palo.
-Tigresa, ¿quieres bailar?- preguntó Po, pillando de sorpresa a la líder de los 5 furiosos.
-No, no, no es que yo... bueno,... no sé bailar- dijo ella un poco avergonzada.
-¿Cómo es posible que no sepas bailar?- preguntó Po sorprendido.
-¿Cómo es posible que la semana pasada cayeras en la burda y clásica broma de Mono de dejar la cáscara de plátano en el suelo para que alguien se resbale?- contraatacó Tigresa con un poco de sorna.
-No me acuerdo de como era la palabra que se usaba para estos casos- manifesto Po.
-¿Te refieres a"Touché"?
-Exacto, pero aún no has contestado a mi pregunta- insistió Po.
-Ni tú a la mía.
-Pero yo pregunté primero- argumentó el panda infantilmente.
Tigresa decidió que le respondería a su pregunta ya que se podían estar lo que quedaba de noche y ninguno de ellos pararía hasta el final, y eso no le apetecía para nada.
-El motivo por el que no sé bailar es porque nunca me ha interesado en hacerlo.
-Oh, vamos, es muy divertido- dijo el Guerrero Dragón y le agarró de la mano para llevarla hasta adonde la gente estaba bailando más vivamente.
-Vale, está bien, bailaré, ¿pero que debo de hacer?- preguntó Tigresa un poco incómoda porque no sabía que tenía que hacer, cosa que no le solía ocurrir casi nunca.
-Lo primero que tienes que hacer es escuchar la música.
-Ya lo estoy haciendo.
-No, así no. Tienes que escuchar la música de verdad, sentir el ritmo que destila esta canción. Cierra los ojos.
-¿Por qué tengo que cerrar los ojos?- preguntó Tigresa con cierta duda.
-Tú hazlo.
Tigresa cerró los ojos, tal y como había dicho Po, y oyó de nuevo la música pero esta vez sonaba de forma diferente.
No era que los músicos se habían puesto a tocar otra canción, ni que la estuvieran tocando de forma diferente, sino que Tigresa estaba sintiendo lo que transmitía la música. Mucha alegría, mucha energía positiva, cosa que no había sentido al verse limitada por el sentido de la vista.
-¿Lo notas, no?- susurró Po. Tigresa asintió inconscientemente debido a que oía la voz de Po como en un segundo plano, como si fuera su subconsciente el que le estuviera hablando- Eso es lo que es importante de la música, lo que transmite. Siente como la música pasa por tus orejas y como fluye por todo tu cuerpo. Necesitas mostrar todo lo que está haciéndote sentir la canción y para ello, usa tu cuerpo. Muévete al son de la música, no importa como, tan solo mueve tu cuerpo acorde a la música.
Tigresa, influenciada por la música y por la voz de Po, empezó a mover, sin darse cuenta, su pie izquierdo, de arriba a abajo, al ritmo de la canción.
Po sonrió al ver que ya Tigresa estaba empezando a mostrar signos de empezar a bailar.
-¡Así, eso es!- exclamó el panda-. Ahora intenta moverte un poco del sitio mientras usas todo tu cuerpo para moverte al son de la música.
La tigresa de bengala dejo de mover el pie izquierdo para empezar a mover sus piernas de un lado a otro y al mismo tiempo balanceaba la parte superior de su cuerpo de izquierda a derecha, creándose una sincronía de todo su cuerpo con la música.
-Ahora, abre los ojos- dijo Po.
Tigresa abrió los ojos y pudo observar el rostro de Po, con una expresión de alegría.
-¿Por qué me miras así?
-Porque estás bailando, mírate.
-¿Cómo?- preguntó confundida.
Se fijo en que lo que Po había dicho, por increíble que le parecía, era cierto. ¡Estaba bailando! No sabía como era posible, pero era verdad; estaba bailando e, increíblemente, se estaba divirtiendo.
-Esto es muy divertido- dijo Tigresa mientras bailaba alegremente.
-¿A que sí?
-Ojala hubiera aprendido antes a bailar, así me lo habría pasado mejor en las fiestas.
-¿Y que te parece si pasamos al siguiente nivel?- preguntó Po con un poco de dudas.
-¿Y cuál es?
-Bailar juntos- concluyó Po con un poco de vergüenza.
Tigresa paró bruscamente de bailar y miró a Po con cierto rubor en sus mejillas.
-¿Estás seguro?- preguntó Tigresa- Hay mucha gente alrededor y seguramente empiecen a murmurar sobre nosotros.
-No me importa. Solo sé que quiero bailar con la chica a la que quiero, ¿y tú?
-Yo también quiero bailar con quién quiero.
Po no pudo evitar sonreír y le tendió la mano izquierda a Tigresa.
Tigresa no sabía tenía que hacer pero se lo imaginó, así que puso su mano derecha en la mano que el panda extendido. Entonces, Po agarró firmemente la mano de Tigresa y se acercó a ella.
Tigresa sabía como bailaban dos personas juntas, aún así, que Po estuviera tan cerca de ella le pilló de sorpresa.
-Ya que es la primera vez que bailas pegado a otra persona, ¿te parece bien que te dirija?
Tigresa asintió con la cabeza ligeramente.
Po, con algo de nervios, paso su mano derecha alrededor de la cintura de Tigresa, la cual miró como la mano de su amor estaba asentada en su cintura.
Ambos estaban nerviosos y un poco sonrojados. Era cierto que ahora eran pareja pero no había transcurrido mucho desde ello, así que no habían tenido tiempo para intimar y no sabían como reaccionar ante el hecho de que estuvieran tan pegados.
-Po- dijo Tigresa para llamar su atención-, estoy un poco nerviosa.
-Yo también. Casi nunca he bailado agarrado a alguien pero, aún así, estoy seguro de que lo haremos bien. ¿Lista?
Tigresa respiró y le contestó.
-Lista.
-Bien. Tú tan sólo sígueme- dijo Po un poco intranquilo.
-Vale.
Po y Tigresa cogieron un poco de aire y con un movimiento de cabeza de Po, sabían que iba a comenzar a bailar.
Empezaron lentamente y, en verdad, torpemente a bailar de izquierda a derecha pero, a medida que pasaba el tiempo, sus movimientos se iban acompasando y siendo cada vez más idóneos hasta que, al final, se movían en una sincronía casi perfecta.
Para ellos había sido complicado comenzarlo, se habían pisado muchas veces y casi se caen un par de veces. Todo eso cambio cuando se miraron a los ojos y, en ese preciso instante, se olvidaron del bailar bien o mal, que si se iban a pisar o no y se centraron en lo que era realmente importante: disfrutar de estar con la persona a la que amaban.
A partir de ello, se relajaron y bailaron con mucha más soltura debido a que ya no pensaban en como se debían moverse, sino que sentían que la música les decía como tenían que moverse.
Mientras bailaban juntos, sintieron como si toda la gente que les rodeaba allí hubieran desaparecido, ya que, para ambos, solamente estaban ellos dos, solos, acompañados por una alegre melodía que les llevaba a permanecer juntos y de deleitarse del otro.
Al cabo de un rato, bastante largo, pararon de bailar y Po habló.
-Te amo Tigresa.
-Yo también te amo Po- contestó ella muy feliz.
Entonces, sin previo aviso, Po y Tigresa escucharon un ruido que les trajo de vuelta al mundo real. Ese ruido se trataba de los murmullos y susurros de los ciudadanos del Valle de la Paz que se enteraron de que ambos guerreros tenían sentimientos entre sí. Los habitantes lo habían descubierto, por desgracia para la pareja, cuando se lo estaban diciendo, ya que la canción se había detenido para dar inicio a otra y en ese intervalo de tiempo hubo un pequeño silencio en el que se oyó claramente lo que habían dicho.
La cara del Guerrero Dragón y de la líder de los 5 furiosos eran un poema ya que estaban realmente abochornados.
-¿Por qué tenían que descubrirlo de esta forma?- pensaban ambos enfadados con ellos mismos por haber sido pillados enfrente de todos los habitantes del Valle de la Paz.
La gente estaba hablando, en susurros, de lo que había sucedido entre ambos guerreros de Kung Fu. Entre esta gran multitud estaban Mono y Mantis, que se habían distanciado de sus amigos después del discurso de su maestro para hablar sin que interfirieran sus compañeros.
Ellos no estaban comentando lo de sus amigos, ya que lo habían descubierto esa precisa mañana, sino que estaban diciendo lo que habían planeado hacer tras haber sabido que ambos tenían una relación sentimental: una broma pesada. El plan era comunicar en el festival de Halloween a los habitantes del Valle de la Paz que Po y Tigresa estaban juntos. Sin embargo, ellos solos ya habían chafado su trabajo y eso les había dejado con mal sabor de boca.
-¿Y qué hacemos ahora?- le preguntó Mantis a Mono- Nos han chafado la broma.
Reflexionó Mono por un momento que es lo que podrían hacer para fastidiar a la feliz pareja.
-¡Ya lo tengo!- exclamó Mono como una exhalación cuando halló la respuesta a la pregunta de Mantis- Vamos a hacer un pequeño cambio de planes: en vez de revelarlos frente a los ciudadanos, lo que vamos a hacer es obligarles a que hagan algo súper embarazoso para ellos.
-¿De qué se trata?- preguntó con maligna curiosidad al simio.
-Ahora lo verás, pero necesitamos subir al escenario para que nos oigan.
Mantis y Mono atravesaron la gente que obstruía su camino hasta que llegaron al escenario. Subieron al escenario y desde allí Mono gritó:
-¡Po, Tigresa!
Llamó la atención de Po, Tigresa y, además, de toda la multitud que rodeaba a la pareja.
-¡Daros un beso!
La frase del simio hizo que la multitud se revolucionara mientras que dos personas estaban acordándose de los antepasados de su amigo, al que ya cogerían más tarde y le dirían de todo menos cosas bonitas.
-Tigresa- dijo Po para que Tigresa le prestará atención.
Tigresa miró a su novio y su expresión que, aunque era algo intranquila, parecía relajada.
-¿Qué?- fueron las únicas palabras que salieron de la boca de Tigresa.
-Hagámoslo.
-¿A qué te refieres?- preguntó Tigresa sin entender que era lo que Po quería decir.
-Besémonos- manifestó el panda directamente y sin rodeos para que Tigresa lo entendiera.
-¡Estás loco! ¿Cómo pretendes que hagamos eso aquí y ahora?
-Ellos ya saben que estamos juntos así que ya no hay ningún motivo para esconder lo que sentimos el uno por el otro.
-Pero...
-Si intentamos esconderlo, tan solo será peor. Nos estarán torturando sobre si somos pareja, si no lo somos. Si nos besamos, callaremos todas esas preguntas y ya no nos podrán molestar porque sabrán que nos amamos de verdad. Es lo mejor para nosotros.
-¿Y qué si pasa si el maestro no nos permite estar juntos?- preguntó Tigresa muy preocupada por su relación.
-Ya lo pensaremos cuando se nos presente ese momento. Por ahora, solamente pensemos en que queremos callar a todos los habitantes del Valle de la Paz.
Tigresa asintió un poco indecisa.
Ambos cogieron aire y, lentamente, fueron acercando sus rostros hasta que, al final, se besaron, silenciando a toda la gente que estaba a su alrededor.
El beso no duró mucho pero nada más concluyó, se oyó como rugió el público que les había observado, a excepción de dos bromistas que se quedaron callados tras haber visto que les había salido mal la jugada.
Po y Tigresa se separaron ligeramente, un poco avergonzados por besarse ante tanta gente, no obstante, sintieron como si se hubieran quitado un peso y ya no les importaba que nadie supiera lo suyo porque lo que realmente les importaba es que eran felices estando juntos.
De entre toda la multitud apareció, en frente de Po y Tigresa, a la persona a la que más temían que apareciera: el maestro Shifu.
-¡Maestro Shifu!- dijeron la anteriormente feliz pareja bastante nerviosos.
-Yo... señor- balbuceó Po sin expresar nada realmente.
-¿Sí, Po?- preguntó Shifu con un tono que hizo que al panda se le helaran los huesos.
-Esto... me gustaría...
-¿El qué?- preguntó Shifu con el mismo tono de antes.
-Maestro- intervino Tigresa ante la dificultad de Po para expresarse- el Guerrero Dragón y yo somos pareja- dijo ella tajante y bruscamente. Po no se esperaba que se lo dijera de esa forma tan directa e, instantáneamente, tragó el nudo que se le había formado durante la conversación con Shifu-. Nos gustaría que nos diera su bendición para estar juntos- Po estaba preparándose mental ya que estaba casi seguro de que iba a recibir una dura paliza por parte de su maestro.
-Vale, os la doy.
-¡Acabé rápido!¡Y no me pegué en la cara, por favor!- exclamó Po en un arrebato de tensión y nervios-. Un momento, ¿cómo ha dicho?- preguntó él muy sorprendido por lo que creía haber oído.
-He dicho que os doy mi bendición- respondió Shifu simplemente.
-¿No está enfadado porque esté con su hija?
-No, la verdad es que estaba esperando al momento en el que os declaraseis.
-¿Cómo es posible?¿Tú sabías que íbamos a acabar juntos?- preguntó Tigresa muy impactada.
-Tigresa, como suele decir un viejo dicho popular: "más sabe el viejo por viejo que por diablo"
Suspiró Tigresa.
-¿Entonces resulta que me he preocupado a lo tonto?- preguntó Tigresa retóricamente.
-Sí, así es- respondió Shifu.
-Era una pregunta retórica.
-Ya, pero quería que supieras mi opinión- manifestó Shifu con sorna.
-Pero lo importante es que podemos estar juntos sin ningún impedimento- dijo Po que agarró a Tigresa cariñosamente de la cintura.
-Es verdad. Pero antes voy a hacer una cosa- dijo Tigresa, liberándose del suave agarre que le había hecho el panda.
Tigresa se fue corriendo al escenario para coger (no penséis mal, XD) a Mono y Mantis para que recibieran el debido castigo que se merecían.
Los dos bromistas no tuvieron tiempo de reaccionar antes de que Tigresa subiera en el escenario y que se encontrará casi enfrente de ellos.
-¡Oh, dios mío!- gritó Mantis como una princesa indefensa de cuento de hadas.
¡Ten piedad Tigresa!- gritó Mono mientras veía como Tigresa estaba justo enfrente de ellos.
La tigresa de bengala agarró a Mono del cuello con su mano izquierda, lo levantó y lo estrelló contra el suelo, quedándose encima de él.
-No me mates, por favor- pidió el simio clemencia con toda la voz que podía, debido a que Tigresa le tenía agarrado fuertemente el cuello.
Tigresa alzó su mano derecha, la cual se transformó en un puño de aspecto duro como el hierro.
-¡No!¡NO!¡NOOOO!- dijo Mono mientras veía como el puño iba descendiendo con rumbo hacia su cara.
Se formo una pequeña nube de polvo y trozos de madera que nubló el escenario pero con el transcurso de los segundos se fue eliminando la nube hasta que se despejó el escenario totalmente, y permitió ver al público lo que había hecho Tigresa.
El puñetazo que había lanzado Tigresa no impactó contra el rostro de Mono, sino que golpeó a los tablones que tenía al lado de la cabeza del chimpance, quedando reducidos a astillas muy pequeñas y, una pequeña parte, a serrín.
-Cómo vuelvas a intentar jugarme alguna broma pesada referido a mi relación con Po...
-¿Me matarás?- preguntó Mono con miedo.
-No, te haré algo peor. Haré que la muerte te parezca mucho más atractiva que lo que pienso hacerte si vuelves a incordiarnos a mí o a Po con lo de nuestra relación. Y esto también para insecto- dijo Tigresa mientras miraba a su compañero Mantis, que ya estaba muy asustado-. ¿Lo habéis entendido?
-Alto y claro- contestaron con terror en su voz.
-Bien- y liberó el agarré de Po.
Y así fue como terminó el festival de Halloween que, aunque movido, había logrado que dos personas pudieran ser felices al poder debido a que se unieron con uno de los lazos más fuertes de todo el mundo: el amor.
Mech: Y hasta aquí este fic. Siempre me causa un poco de pena cuando se termina un fic pero todo lo que tiene un principio, debe de tener un fin.
Mach: Tengo que decir que ha sido muy original la forma en que Po se ha declarado.
Mech: Sí, la verdad es que es una forma única de declararse y que me parecía que pegaba con Po.
Mach: Pues sí, ya que declararse de esa forma le sienta como anillo al dedo para un glotón como Po, XD.
Mech: En fin, espero que hayáis disfrutado de este capítulo, dejadme un review con vuestras opiniones sobre el fic, si os ha gustado, si no os ha gustado, porque no os ha gustado, etc. Hasta la próxima vez que nos leáis (y espero que sea pronto). Adiós.
PD: Buenas, soy Mecherazo, el creador de este fic, y me gustaría decir unas cuantas cosas.
Lo primero de todo es agradecer a LightResurrection que me ayudó a hacer este fic porque, no sé si alguien lo recuerda, este fic iba a ser conjunto entre él y yo pero al final por falta de tiempo no pudo ayudarme a terminarlo. Sin embargo, gracias al poco tiempo que estuvimos juntos me permitió hacerme una idea de como iba a ser el transcurso de la historia y, además, él me ayudo a pensar cuales serían los disfraces de cada uno; por todo esto te doy gracias, amigo.
Lo segundo es que tras haber terminado este fic voy a actualizar mis otros fics que tengo sin terminar de la siguiente forma: Primero actualizaré "Historias de Po" dos veces, después actualizaré "El alcohol no es tan bueno como creemos" una vez y así sucesivamente (Si no los habéis leído os lo recomiendo porque están muy entretenidos).
El motivo de esto es porque "Historias de Po" está planteado para ser más largo que mi otro fic y por eso voy actualizarlo más seguido mientras que El alcohol no es tan bueno como creemos" quiero retrasarlo porque le quedan alrededor de 6 capítulos y prefiero que las pocas veces que lo actualizo, lo disfrutéis más que si lo actualizará de seguido (Creo que no tiene sentido pero en mi cabeza si que lo tiene).
La tercera es que me disculpéis por haber estado más de un mes sin actualizar pero es que tenía que estudiar para la selectividad (no sé si la tendréis en otros países pero la selectividad es, básicamente, el examen de acceso a la universidad, para que me entendáis).
Esto es todo lo que tenía que decir y con esto se cierra un fic que me ha gustado redactar y que leáis.
Un saludo desde España.
Mecherazo.