Happy Tree Friends no me pertenece.


Las 8:00 AM y el despertador, suena a todo volumen. Ya no es lo mismo que en la anterior mañana, ya nada podría ser lo mismo. Ahora que veías a todos los cuerpos delante de ti, te decías que en su momento podrías haberlos detenidos, haberlo detenido. El amor de tu vida que ya se había ido para siempre, lo desintegraste tú mismo. Antes todo marchaba bien, querías volver el tiempo atrás para despertar aquella mañana con ese molesto despertador y no escuchar esa risa diabólica, producida por el demonio de tu vida que te había arrebatado todo lo importante para ti. Lo que realmente querías era no haber sido tan impulsivo y tonto como para dejarse llevar por las palabras que tus amigos y esa persona especial te regalaban. Querían divertirse, era lo único que buscaban, pero aún así no lo lograron, al menos no era la diversión que esperaban. Buscaste con la mirada esos ojos azules que siempre te mantuvieron cautivo y no pudiste soportarlo más.

Era mucho para tu pobre alma.


~Dos días antes; 8:00 AM~

—Entonces, ¿No sería mejor ir a la casa de Flaky para festejar Halloween? —propuso el de cabello rubio con notable entusiasmo, esta era su fecha preferida. La joven pelirroja con montones de broches blancos en el cabello, se sonrojó al escuchar dicha propuesta, lo cual hizo reír a Giggles.

—A mí me parece una genial idea, Cuddles —respondió la joven de cabellos rosados, sonriéndole. El rubio devolvió la sonrisa con entusiasmo, esperando recibir una respuesta positiva de parte de sus otros amigos. Flaky simplemente asintió, no le molestaba que sus mejores amigos fueran a su hogar, era todo lo contrario. Una distraída chica de largos cabellos azules, con flequillo teñido de azul más claro, asintió, mientras se limaba las uñas. Ésta no parecía muy concentrada en la actual conversación de sus amigos, pues estaba prestando verdadera atención a su atuendo y sus uñas, aunque mantenía el ritmo de lo que los demás decían.

— ¿Habrá dulces? —preguntó Nutty sonando casi como un acosador. Éste tenía el cabello verdoso lleno de caramelos pegados en él, junto a un liso flequillo rubio que caía sobre su frente en dirección recta, sin lados, además poseía un ojo tuerto de color amarillo, mientras que el otro era normal y verde. Esto fue producto de su adicción a los dulces que, en su momento, lo llevó a tener que ir a terapia para intentar disminuir el vicio, lo que obviamente no se consiguió. Cuddles, quien tenía el flequillo igual que Nutty, pero de un color rubio clarísimo, le sonrió mientras asentía, provocando que el chico de claros cabellos verdes gritase y diese saltos de alegría.

Petunia suspiró, era el típico comportamiento de su amigo, a pesar de tener quince años. Ella por su parte, era madura o al menos lo aparentaba, además de que era pulcra y educada, mas no se aguantaba a las personas sucias y desordenadas, lo que le provocaba hasta repulsión hacia aquellas personas, producto de su trastorno obsesivo-compulsivo hacia la limpieza. Más allá de eso, Petunia era considerada una persona normal, aunque en realidad, ninguno de los doce jóvenes lo eran.

—Deberías comportarte como alguien de nuestra edad —dijo el de cabellos y ojos celestes, portando anteojos sobre éstos y un libro en sus manos. Petunia asintió ante el comentario de Sniffles, era justamente lo que ella pensaba.

—Estoy de acuerdo contigo Cuddles, sería mejor —dijo Toothy, quien tenía un peculiar cabello violeta, unas adorables pecas adheridas a sus mejillas y poseía una apariencia inocente, al igual que su mejor amigo, Cuddles, aunque ambos tenían catorce años.

—Bueno, ya que todos parecen de acuerdo, vayamos —dijo Splendid con alegría, no le parecía nada mal esa idea. Flippy lo miró de reojo, reafirmando algo que ya sabía; Splendid era realmente guapo. Sus cabellos eran azules y sus ojos de igual color, pero con tonalidad más clara. Llevaba un antifaz rojo de superhéroe que le cubría las cuencas, las cejas y todo alrededor de sus ojos, pero no impedía su vista, lo que resaltaba los zafiros que tenía. Su tez era blanca y poseía una gran sonrisa, además de un atractivo físico, era delgado, pero a la vez fuerte, sin resaltar demasiado. Había que admitir que no poseía el físico que su amigo de cabello verde tenía, ya que éste había ido de niño a una escuela militar, pero a los catorce años había vuelto, con grandes diferencias marcadas tanto física como mentalmente. Splendid era un chico alegre, con un gran sentido de la justicia, por ello vestía como superhéroe.

—Splendid, ¿No deberías quitarte ese disfraz? —cuestionó Handy, recibiendo otro asentimiento distraído por parte de su novia, Petunia. El chico era ligeramente más alto y de mayor edad que su novia y amigos, al igual que Lumpy, pero sólo por tres años. Tenía el cabello y los ojos anaranjados, junto a un semblante tranquilo.

—No veo el porqué, si me queda genial — Handy rió ante el comentario de Splendid, quien le siguió el gesto con ánimos, no le molestaba que el de ojos naranjas se riera de eso.

—Entonces está más que decidido ¿Cierto? —dudó Cuddles, pero sus amigos asintieron afirmando lo obvio.

— ¿Decidido? ¿Qué está decidido? —preguntó el de cabello azul y reflejos amarillos, pues no estaba prestando atención, debido a que había visto volar una mariposa. Russel le palpó el hombro, susurrando un 'Después te explico, Lumpy', mientras todos se ponían a planear el encuentro. Faltaba un día, solamente eso y podrían experimentar el suceso más terrible de sus vidas.


Era de noche y se encontraba a oscuras, tratando de reparar la llave del baño. Su novia de ojos azules se le acercó por detrás, procurando no interrumpirlo.

— ¿Crees que esta vez sea lo mismo? —preguntó Petunia, sin moverse de su lugar porque los demás no parecían tan limpios como la baldosa en la que se hallaba parada. Handy la miró por el rabillo del ojo, después de todo no podía distraerse, siendo que trataba de arreglar algo sin poder usar los brazos que no poseía.

— ¿A qué te refieres? — No entendía el porqué de su pregunta, además de que su atención se centraba en otra cosa. Petunia suspiró.

—Hablo de que —comenzó a decir, revolviéndose las manos con nerviosismo, sabía que tocaba un tema delicado. —, este año faltarán algunas personas — Su novio dejó inmediatamente lo que estaba haciendo, provocando que un silencio sepulcral en el lugar. Finalmente, Handy suspiró entendiendo que debía responderle para que su novia se quedara tranquila.

— ¿Hablas de que The Mole, Lammy, Cro-Marmot y Mime ya no están? —preguntó de frente, sin rodeos innecesarios, volteándose para observar a su novia a los ojos. Ésta agachó la cabeza, un poco triste de recordar que sus cuatro amigos habían muerto hace poco menos de un año. Todo había sido un accidente… Accidente producido por el propio Handy, quien sin querer los mató con la constructora que trataba de conducir. Por supuesto que ninguno de sus amigos lo sabía, a excepción de su novia, Petunia. Ella comprendió la situación, a pesar de estar triste por sus amigos, pero no dijo nada porque sabía que eso le causaría problemas al amor de su vida y no podía permitirse aquello.

El silencio fue roto, corrompido por un cuerpo que se pegó al de ella con fuerza, aunque no podía rodearla con la calidez de unos brazos porque no los poseía. Pero eso fue suficiente para ella y a cambio, lo rodeó con sus delgados y finos brazos, para compensar el calor que los de él no podían brindarle.


Caminaba por las solitarias calles de la ciudad, preguntándose si tenía suerte o mala suerte de haber encontrado la respuesta que tanto buscaba. Sí, había una duda que agobiaba la pobre mente de Flippy, pero nunca espero la respuesta que su mejor amiga le había dado. Hacía tiempo que se sentía un poco extraño cuando tenía la presencia de Splendid muy cerca suyo. No entendía el porqué y verdaderamente se lo cuestionaba segundo a segundo. Sin embargo, no esperaba para nada que fuera ese tipo de sentimiento hacia el de ojos azules, al contrario, había llegado a pensar que lo odiaba por una razón que desconocía. Pero no, las palabras de Flaky eran verdaderas, tratara de negarlo o no.

Eso que sientes es muy común — dijo ella. Entendía los sentimientos de su mejor amigo, aunque éste no lo hiciera. Instinto femenino, podría decirse.

¿Común? ¿En qué sentido? —preguntó Flippy, claramente no lo entendía para nada. La pequeña Flaky suspiró, pensando en cómo podría llegar a decirle la verdad que él no se atrevía a ver con sus propios ojos.

E-eso que si-sientes e-es… amor —susurró avergonzada, no eran temas que solía tocar con su mejor amigo. Éste por su parte, se quedó en un estado de shock increíble. Se esperaba muchas respuestas, MUCHAS, pero nunca se le había cruzado por la cabeza aquella descabellada idea. Era irónico, ya que antes de irse a la escuela militar podía jurar que no le gustaba Splendid, al contrario, gustaba de su mejor amiga, su confidente. No supo cuándo eso había cambiado, pero así lo era.

Pisó el suelo con fuerza, como si él tuviera la culpa de su "desgracia" porque no lo sentía como tal cosa, al contrario, era lindo el sentimiento que lo abarcaba al pensar en su amigo, aunque no dudaba que seguía pareciéndole extraño, demasiado.

— ¡Flippy! —escuchó un grito a sus espaldas, y se detuvo al reconocer la voz. — ¿Qué haces por aquí? —preguntó su amigo de antifaz rojo atado a su nuca, dejando caer parte de la cinta en la espalda de su chaqueta azul. Flippy le sonrió y siguió caminando, siendo consciente de que Splendid también lo hacía a su lado.

—Vine de ver a Flaky —contestó con simpleza. —. ¿Y tú? —preguntó el de ojos verdes, quien llevaba una boina al estilo militar, al igual que su ropa, era como su estilo personal.

—Fui a casa de Splendon't para ver si se unía a la fiesta —respondió medio desganado. La respuesta que había dado Don't, era obvia, pero aún así consideró mejor preguntar.

— ¿Y qué te dijo? — Splendid agachó la cabeza, bufando en lo bajo por la actitud de su medio hermano. Flippy rió ante esto, no era casual ver a su amigo enfadado, pero Splendon't si que lograba sacarlo de sus casillas.

—Es obvio. Se negó rotundamente —bufó Splendid. Él deseaba que su medio hermano, casi como su contraparte, aceptara la propuesta, pero en cambio le arrojó un cenicero alegando que ni loco iría con esos tontos que él tenía como amigos. Era decepcionante tener un familiar como Don't, pero no era tan malo como a veces aparentaba así que ello lo reconfortaba en situaciones como estas. —. Igualmente, sé que la pasaremos genial, lo presiento —dijo Splendid con el ánimo más para arriba. Flippy asintió dándole la razón, aunque una razón dentro de sí mismo le decía que no sería así. Algo terrible pasaría, ese presentimiento sí que era muy fuerte, tan fuerte como el amor que sentía.

En un acto reflejado por ese malestar que apretaba su pecho con fuerza, se vio a sí mismo agarrando la mano de Splendid con fuerza. Éste ladeó su cabeza confundido. —Flippy, ¿Te encuentras bien? —El aludido asintió, queriendo restarle la notable importancia que tenía ese oscuro presentimiento.

Algo le decía que sería mejor cancelar todo lo planeado, pero aún así… no lo hizo.


—Muy bien, ya casi es la hora. Nutty, Cuddles, Toothy, ¿Vamos? —preguntó la adorable Giggles, mientras se acomodaba su corto cabello rosado, éste era lacio y le llegaba hasta los hombros. El rubio que iba a su lado sonrió, apegándose un poco a ella.

—Por fin, ¡La ansiada noche de Halloween ha llegado! —gritó Cuddles con entusiasmo, alborotando sus rubios cabellos. Nutty soltó una risilla, llevándose un chupetín a la boca; Toothy intentó pedirle por uno de los treinta que traía en los bolsillos y otras partes de su ropa, a lo que, obviamente, recibió una mirada amenazante, haciendo que se tragara sus palabras. Los cuatro amigos sonrieron triunfantes al encontrarse frente a una enorme casona, que se asemejaba a una mansión, de color bordo, tirando a un rojo vino, unos dos pisos hacia arriba y un aroma a vainilla que le hacía ser un lugar acogedor, o aparentarlo.

Entraron lentamente por la entrada, sin siquiera preguntar al hacerlo. Eran mejores amigos, conocían el hogar de la pelirroja casi de memoria, pero no contaban con que dicho lugar se encontrara vacío, además de oscuro. Un estruendoso sonido se escuchó por toda la sala, en la que los chicos se encontraban. Ante esto, se tensaron de inmediato, sin poder evitar que la piel se les erizara y que fuera Halloween, no ayudaba mucho. Otro ruido invadió sus mentes, pero esta vez era claramente un golpe, como si alguien (o algo) hubiera tropezado y caído de lleno en el frío suelo. Era posible, además Flaky era muy torpe a veces, por lo que se destensaron un poco, sólo un poco, aún no estaban seguros de qué o quién era el que producía esos sonidos.

—De-debe de ser Flaky ¿No creen? —dijo tímidamente Toothy. Halloween sólo era para que algo malo o tenebroso ocurriera, ya que como bien dicen, es la víspera de todos los santos, donde se acercan el mundo de los vivos con el de los muertos. Por eso, a diferencia de su mejor amigo, odiaba esa fecha del año.

—Es posible —susurró Giggles, sin poder evitar sonar incrédula y un tanto temerosa. Cuddles fue el que se armó de valor, un valor invisible, y se dirigió hacia las escaleras para subirlas cuesta arriba, rezándole a todos los santos, dioses y toda cosa que existiera, que simplemente fuese Flaky o algún estúpido. Y que suerte que así resultó ser, aunque no supo si eso era para bien o para mal.

Al llegar observó como dos personas intentaban, con todo su esfuerzo, levantar un plasma de 70 pulgadas. Eso no era muy posible, pero sin lugar a dudas, estaban teniendo éxito en su cometido, pues la televisión con pantalla plasma, estaba elevada a bastante altura y ellos la sostenían perfectamente, aunque las gotas de sudor recorrían sus sienes. Al toque no los reconoció, pero luego de unos minutos observando en silencio, procurando que éstos no lo vieran. Los cabellos verdes de ambos eran bastantes parecidos a los de Flippy y sus ojos también los eran, aunque llevaban antifaces como los de Splendid, salvo que éstos eran negros, al estilo de unos ladrones, lo que ciertamente eran. Los reconoció cuando, gracias a un movimiento en falso, los gemelos notaron su presencia y lo observaron, sudando frío por el temor de ser descubiertos con las manos en la masa.

El rubio se sostuvo de la baranda para no caer del susto y la impresión, pero se mantuvo firme. Shifty, el hermano mayor que llevaba su típico sombrero, y Lifty, el menor, suspiraron, dispuestos a ignorar a la pelusa amarilla. —O-oigan, ¿Qué están haciendo? —preguntó sin lograr sonar muy seguro.

— ¿Qué crees que estamos haciendo? —preguntó Lifty sarcástico y a la vez tranquilo. Cuddles se acercó a los gemelos con paso lento.

—Su-supongo que saben que robar está mal ¿Cierto? —Los gemelos asintieron, como si fuera obvio que así lo era, ante lo que Cuddles trató de hacerles comprender su punto de vista. —S-si lo saben sabiendo que está mal… ¿Por qué-? —Pero la palabra de Shifty, con su mirada penetrante sobre él, lo hizo callar.

—Escúchanos Conejito —dijo claramente, con un ápice de burla en su tono, el mayor de los gemelos. —. No intentes decirnos lo obvio, ya lo sabemos y lo tenemos en claro. Simplemente vivimos de esto, nos gusta —Ni siquiera tuvo que pedirle su opinión a Lifty, pues éste estaba en completo acuerdo con la palabra del mayor. —. Además, deberías preocuparte por ti mismo, en vez de nosotros — Eso acalló por completo las posibles palabras que quisieran salir de sus labios. Pensó y pensó, mientras ellos se alejaban, hasta que una idea surcó su mente cuando escuchó el timbre sonar.

—Justo ahora haremos una fiesta de Halloween, aquí con todos. ¿No les gustaría participar? —preguntó Cuddles con entusiasmo. Los gemelos se miraron entre sí, pensando qué hacer, hasta que el menor abrió la boca por curiosidad.

— ¿Y qué se supone que harán? —contrarresto Lifty. Cuddles calló, pues no sabía que responderle. Las fiestas entre ellos eran divertidas, pero no sabía si así lo sería para ellos dos. Tan sumido se encontraba que no reparó cuando alguien se acercó lentamente hacia él, respondiendo en su lugar.

—Iremos al bosque embrujado —espetó Nutty con entusiasmo, sabiendo que eso no era parte de los planes de sus amigos. Lo que no sabía era que con ello alimentaba la curiosidad de Lifty y las intenciones de Shifty eran claramente, pasar una noche divertida. Lástima que su entendimiento de "diversión", no era nada divertido.

—Oh, siendo ese el caso, pienso que podríamos quedarnos un rato ¿No, Lifty? —preguntó divertidamente. El rubio sonrió al ver que el menor asentía firmemente.

—Pero, con una condición —aclaró Lifty, cruzándose de brazos. Su hermano le observó por el rabillo del ojo, ya que se encontraba de espaldas a él, viendo el ápice de diversión que había en los ojos contrarios. —. Tendremos que jugar a cosas divertidas —dijo, haciendo énfasis en las últimas dos palabras. ¿Cosas divertidas? pensó Cuddles con su inocencia a flor de piel. Shifty rió divertido, pasando su brazo por sobre los hombros de su hermanito.

—Exacto, cosas realmente divertidas.


Se encontraban ahí, en la misma sala de estar de hace un par de minutos, esperando a que el desaparecido Flippy llegara, lo cual ocurrió veinte minutos después.

—Por fin llegas —dijo Splendid con una sonrisa sobre sus labios, ocasionando que todos se levantaran para mirarlo. Su estado era… normal, pero se encontraba agitado lo que era raro.

— ¿Saben? Algo realmente extraño me ocurrió cuando venía para acá —aclaró Flippy, quitándose el abrigo que llevaba encima.

— ¿Algo extraño? ¿Qué pasó? —preguntó Splendid, parándose del sillón de tela negra, donde se encontraba sentado. El de cabello verde observó el lugar que, extrañamente, se encontraba a oscuras.

—Vi un par de cuervos golpearse contra un árbol —dijo Flippy, aparentando como si eso no le hubiera extrañado. —. Eran unos diez, aproximadamente. Además de que murieron en el acto. Fue… verdaderamente grotesco y extraño —Sus amigos lo observaron con incredulidad, algunos con un ápice de temor y otros con ápice de diversión. No entendían el porqué de ese extraño fenómeno, pero algunos se veían dispuestos a averiguarlo. Entre ellos, Shifty y Lifty tomaron sus chaquetas oscuras y se las acomodaron, dejándolas un poco sueltas.

— ¿Adónde van? —preguntó Cuddles. Los gemelos sonrieron.

—Es obvio. Nutty dijo que íbamos a explorar el bosque. No queda lejos, al contrario, en dos minutos estaremos allí ¿Vienen? —propuso Shifty, indudablemente divertido con la actual situación, aunque los rumores no dejaron de expandirse sobre que aquél lugar no era… agradable.

Nutty se levantó con entusiasmo, seguido de Russell, Lumpy y un animado, aunque también asustado, Splendid. Después de todo, soy un héroe, así que nada puede salir mal ¿No? pensó, mientras se dirigían hacia la puerta principal. Saliendo de ella, sus otros amigos intentaron retenerlos.

— ¡Esperen! —gritó Giggles, logrando detenerlos. Petunia pasó a su lado, ajustándose la coleta que colgaba desde arriba de su nuca; a su lado Handy apareció, junto a Toothy, Cuddles, Sniffles, Flaky y Flippy. —Es mejor que vayamos todos juntos —propuso la mejor amiga de Petunia, quien asintió, completamente de acuerdo. Sniffles se acomodó sus lentes, mirando a sus amigos con seriedad.

— ¿En serio piensan ir? —preguntó con intensidad, ya que no consideraba buena esa idea. Apoyaba la ciencia y las explicaciones lógicas, por lo que una parte de él mismo estaba ansiosa de ir, pero la otra le decía que no era lo correcto. La tímida Flaky se posicionó junto a su mejor amigo, sintiendo que la oscuridad de la noche los envolvía a todos. Sniffles suspiró. —Entonces ¿qué esperamos? Vayamos todos juntos —dijo sonriendo levemente a pesar de sentir que no hacía lo correcto.

— Oh, cierto. Recordé que tengo algo que hacer, los alcanzaré más tarde, chicos —dijo Petunia, mientras se veía en su mini espejo, vigilando que su maquillaje estuviera perfecto y así lo estaba. Handy se acercó un poco a ella. —. Bueno, me quedaré, pero no mucho tiempo ¿De acuerdo? Tengo cosas que hacer —susurró, siguiendo al resto de sus amigos que comenzaban a internarse en el bosque.

Caminaron unos minutos, no más de cinco, cuando por fin llegaron al árbol que Flippy había mencionado con anterioridad. Lumpy jugó un poco por los alrededores, siendo vigilado por Russell, como siempre era su obligación de 'mejor amigo'. Mientras los demás observaban los cuerpos de las pequeñas aves retorcerse aún con vida; sus delicadas plumas negras perdían esencia y se caían de su pelaje con delicadeza. Aquello asustó un poco a los chicos, en especial a Flaky, quien no entendía cómo podría haber pasado tal cosa. Aunque no era simple aceptarlo, no tenía explicación aparente.

—Debió haber sido una ventisca, tal vez una tormenta se acerca —justificó Sniffles, a pesar de que nadie lo creía realmente. Nutty se acercó sigilosamente hacia los pequeños cuerpos de esas aves negras, distinguiendo que esos ojos oscuros lo veían fijamente. Aquello fue extraño y en cierta forma, aterrador, y peor, divertido. Sin explicación alguna, se acercó al árbol, hasta acariciar la corteza sucia y ensangrentada con su mano derecha. Siguió y siguió, sin importarle los llamados que sus amigos hacían, simplemente siguió acariciando hasta que lo encontró. Mordió el caramelo que yacía en sobre su lengua, sintiendo el jugoso líquido con azúcar que se volcaba en su paladar. Apretó la mano con fuerza su mano derecha, sintiendo un hueco en el árbol.

—Guau… ¡Miren esto! —gritó Nutty, sintiendo que una parte del suelo se abría debajo de él, dejando ver un túnel oscuro y tenebroso, lleno de misterios. Aquello le asombró de sobremanera, produciendo que una risilla saliera de sus labios. — ¡Esto parece una película de espías! —dijo Nutty, emocionado, mientras se llevaba otro caramelo hacia su boca. Shifty rió, haciendo amago de dejarse caer por ahí.

—O una de terror —sugirió Lifty, observando el agujero situado en el suelo, éste parecía largo y profundo, casi como si no tuviera fin, pero aquello no era posible ¿O sí? No lo creían. Además esto no era una película de terror, aún.

—Jajá, es verdad —señaló Shifty, dispuesto a bajar por allí, pero la mano de Cuddles sobre su hombro lo detuvo.

— ¿No irán a saltar hacia allí abajo, verdad? —preguntó Cuddles, sintiéndose verdaderamente nervioso por la oscuridad que yacía en ese lugar. Los gemelos y Nutty asintieron. Splendid suspiró y junto a Sniffles se acercaron para hacer lo mismo. Flaky tembló, al igual que Giggles, pero Splendid les sonrió, dejando en claro que no había que temer, o eso pensaba. No sabía lo que les aguardaba abajo.

Flippy se posicionó junto a Splendid, mirándole fijamente y dijo: —No creo que sea buena idea —Pero el de cabellos azules simplemente le sonrió, transmitiéndole la confianza que él no tenía. Aquello sirvió para que Flippy callara y siguiera a sus amigos con tranquilidad, aunque esa oscuridad le daba escalofríos. Shifty decidió ser el primero en bajar, lo cual hizo con extrema facilidad (debido a su agilidad) y diversión.

— ¡¿Estás bien?! —preguntó Giggles al escuchar el sordo ruido provocado por la caída de Shifty. Éste guardó silencio por unos largos, verdaderamente largos minutos, cuando por fin escucharon su risa.

— ¡Esto es genial! ¡Si hasta hay paja para amortiguar la caída, jajá! ¡Tienen que bajar ahora! —gritó Shifty, ordenándoles que bajaran pues supuestamente, era impresionante. Ninguno estaba verdaderamente convencido como para hacerlo, exceptuando al menor de los gemelos y el alocado Nutty, quienes lo hicieron enseguida. Cuddles se quedó pensativo, temeroso de qué se encontraría allí abajo, pero luego sintió unos brazos delgados y delicados rodearlo con la calidez que éstos emanaban. Giggles sonrió dulcemente, aferrándose al abrazo y saltando junto a su amado amigo. Petunia les siguió junto a Handy, del cual se sostuvo con fuerza, cerrando los ojos y rezando a todos los cielos porque su perfecto estilo no se arruinara, ya que no podría soportarlo. Toothy les siguió, saltando solo y completamente asustado. Splendid esperó a Flippy, quien saltó sosteniendo la mano de Flaky con ternura, pues la joven pelirroja era la que más temor sentía. Y no la culpaba, esa chica era tímida e insegura, llena de miedos y temores, pero también era amable, dulce y buena persona, lo cual todos asumían, ya que todos sus amigos, o mejor dicho, casi toda la ciudad de Happy Tree la amaba, pues era como un rayo de sol.

Cuando tocaron fondo se encontraron con lo que exactamente, Shifty, les había dicho. Había una gran cantidad de pasto de paja que amortiguaba las caídas, aunque no era muy lógico que demasiadas personas cayeran por allí, tal vez. Dejando de lado la impresión que sentían, Flippy pudo apreciar que el lugar apenas era alumbrado por una vieja antorcha que colgaba del lado derecho de la pared de roca.

—Esto es extraordinario —dijo Lifty, asombrado. —. Imagínate la cantidad de cosas que podremos robar de aquí —susurró, procurando que sólo su hermano le escuchara.

—Lo sé —respondió Shifty, imaginándose las cosas valiosas que encontrarían, aunque nada era lo que esperaban.

Siguieron caminando y caminando, sin ver hacia atrás, pero recordando el camino de memoria, o un poco de él ya que habían pasado minutos y aún seguían envueltos en ese extraño túnel. Cuando por fin vieron un portón grande de madera, se permitieron descansar sus mentes, ya que ese lugar era asfixiante y eso sólo alteraba a algunos. Shifty se aproximó a empujar aquello que les estorbaba para pasar y ver que había del otro lado, pero repentinamente, ésta se abrió sola, dándoles pasos para adentrarse en dicho lugar. Era una gran sala, extrañamente parecida a la que la casa de Flaky poseía; el decorado sin embargo, era diferente. En el lugar diferían los colores neutros: negro, blanco y gris, además de que era al estilo clásico y superficial. Habían cuadros que a juzgar por su apariencia eran de muy años atrás, entre ellos destacaban los de la edad media, que poseían una gran magnitud y referencia, aunque no eran muy variados. Pensar que no era lindo, era mentirse a uno mismo, porque sinceramente el lugar era precioso, aunque aún constaba de ese toque que el túnel tenía: Era tenebroso. Todos los lugares que pisaban, los que pasaban, olían extrañamente mal, como a putrefacción o sangre, dependiendo de varias cualidades, pero por alguna razón eso no parecía llamarles la atención, no era extraño que un lugar abandonado oliera así, si había ratas y toda clase de animales muertos.

—Este lugar sí que es asombroso —sentenció Splendid observando todo con detenimiento. ¡Si hasta Flippy había quedado boquiabierto! No había palabras para describir el sentimiento que albergaban sus corazones, una mezcla de asombro y temor, un choque electrizante. Pero una pregunta los hizo volver a la realidad.

—Oigan, ¿Saben dónde se encuentran Lumpy y Russell? —preguntó Petunia, cansada de estar entre tanta mugre, asombrada por la belleza del lugar y preocupada por sus amigos. Las otras once personas callaron al instante, no lo sabían. —No los encuentro. ¡Es más, creo que ni bajaron con nosotros! —lamentó la de ojos azules, quedándose estática, contemplando los rostros de sus amigos. Cuddles palideció, al igual que Giggles y Toothy, porque no podían creer que no habían notado la ausencia de éstos; Splendid también se preocupó, llevándose las manos al mentón, tratando de pensar en alguna respuesta, él era el héroe, así que tendría que hacer algo para ayudar a los demás.

De repente, no se dieron cuenta cómo, ni porqué, pero se encontraban peleando, gritándose entre sí. Los gemelos y Nutty eran los que se encontraban calmados; dos guardando objetos de valor en sus bolsillos, y otro tragándose caramelos que había en una canasta.

— ¿Nutty? —llamó Cuddles. El aludido volteó levemente a verlo, aún con los dulces en su boca. Tragaba y tragaba hasta decir basta, lo cual no era nunca.

— ¿Qué? —preguntó Nutty, mientras se atragantaba en caramelos.

— ¿De dónde sacaste los caramelos? —preguntó Giggles con voz tranquila, sabiendo lo que su amado amigo diría.

— De aquí —contestó el del ojo tuerto, matándose en azúcar y señalando el lugar de donde los había sacado. Era una canasta en forma de calabaza, con toques rojos que parecían ser sangre; y adentro abundaba en caramelos y chupetines, aunque estos tenían un olor horrible y asqueroso… como a sangre. Lifty se acercó a analizarla, por si tenía valor, pero al ver que no lo poseía, se alejó sin mediar palabra. Shifty rió, observando bien el objeto lleno de dulces.

—Já, que mal gusto. Las casas embrujadas pasaron de moda.

Flippy por su parte, se acercó cuidadosamente hacia la canasta y la observó; a simple vista era normal, pero cuando intentó tocar más adentro se dio cuenta de que el espeso líquido que había no era jugo, ni un decorado, sino sangre. Antes de poder avisarles a sus amigos, sintió como Nutty mordía gravemente su mano, haciéndola sangrar. Soltó un quejido de dolor, alejándose de su amigo, quien parecía en transe.

— ¿Qué te pasa Nutty? —preguntó Flippy, estando a una distancia prudente. No pensaba arriesgarse, su amigo no se veía como usualmente lo hacía.

Si tan sólo no hubiéramos abierto la puerta…

De repente la luz se fue, dejándolos a todos a oscuras, sin saber dónde se encontraban sus dos amigos y con uno completamente fuera de sí. Escucharon un gritó, uno desgarrador, pero no pudieron hacer nada.

Si tan sólo nos hubiésemos quedado en casa…

Sintieron como un líquido se esparcía por el suelo, mas no pudieron moverse o decir algo. Luego de diez minutos en completo silencio, la luz se atrevió a volver, pero la escena fue horrible, terrible.

Si tan sólo no hubieses apoyado esa tonta idea, yo podría haberme negado…

Los miembros de Nutty yacían sobre la canasta, "adornándola" de forma grotesca. El cuerpo de éste se mantenía recto por una soga que se sostenía firme a su garganta, ahorcándolo y elevándolo a una altura alta, hasta no dejarle tocar el suelo con sus pies. De sus hombros, saltaba sangre y sangre, fluidos rojos y espesos, producto del arrebatamiento de sus brazos. En el suelo se veía claramente pequeñas venitas rojas, como tubos que hacían más horrenda la escena. Su cabeza se mantenía gacha, pero vieron claramente como el caramelo que tenía en su boca caía lentamente, hasta estrellarse contra las baldosas manchadas de un rojo carmesí que invadía la vista de todos los presentes.

Un gritó se prolongo, haciendo que voltearan la vista hacia el otro lado y se llevaron otra horrenda vista. Esta vez los cuerpos de Lumpy y Russell salían a escena, pero de una forma aún más grotesca y desastrosa, pues no tenían ni las piernas, ni las cabezas en su lugar, simplemente… todo se encontraba en el suelo, sobre las frías y blancas baldosas de cerámica.

Sobre la pared, algo se dibujaba poco a poco con la sangre de las tres víctimas.

"Happy Halloween"

Si tan sólo… nada de esto hubiera ocurrido…


Como se habrán dado cuenta, este Fanfic no es Yaoi / Slash, simplemente abarca algunos sentimientos acerca de ello, pero es Gore, así que no va a haber más que palabras expresadas con sentimiento (Aunque me gustaría más esa no es la idea xD) Este es Gore, completamente Gore, así que a los a amantes de eso, se los dedico con mi alma y corazón.

¡En un par de días es Halloween! Estoy muy contenta y emocionada, de verdad amo esa fecha OwO Esto es un especial para esta linda época y será un Two-shot por lo que el prox cap será largo :D

Si les gustó dejen un lindo review, de verdad lo aprecio. Y pongan la historia en Favoritos OuO

Espero que les haya gustado. En un par de días actualizaré :D ¡Hasta el prox. Cap!