Bueno, primero que nada perdón por tardarme tanto, pero se me olvido traspasar el cap el computador y subirlo -.-"

…y cuando pude pasarlo se hecho a perder el teclado :D. Sí, soy yeta.

Editado por Raraale c:

Dio un suspiro cargado de cansancio y aburrimiento. Christa miro la pulcra hoja blanca de su cuaderno y luego como el profesor borraba toda la pizarra repleta de contenido nuevo; después se conseguiría los apuntes con uno de sus compañeros.

Un esquince grado dos había sido el diagnóstico y, a pesar de la negativa de Ymir, un yeso adorno su muñeca derecha. Recordó con gracia la pequeña escena armada en el hospital, como mediante a través de unos cuantos regaños y tras un par de cabezazos de Christa, la morena obedeció a regañadientes al desconcertado doctor.

Posterior a la visita al hospital, Christa decidió acompañar a Ymir para ayudarla en lo que necesitara. La mayor le agradeció con lo que pudo distinguir con dificultad como un leve sonrojo. Grande fue su sorpresa al enterarse que vivía sola en un pequeño departamento y subsistía a base de comida congelada y bebidas energéticas. Casi una hora duro el sermón sobre una alimentación sana. En ese momento pudo jurar que la mayor pensaba era había sido pésima idea aceptar que entrara en su territorio.

—No sé cocinar—Había sido su única razon y también la perfecta escusa para que Christa se quedara.

Frunció el ceño al acordarse de que mientras emprendía una odisea en busca de algo decente para comer en el refrigerador lleno de cajas y sobras a medio comer, la mayor simplemente se había escabullido y pedido una pizza. En ese momento volvió a propinarle un cabezazo.

Al final vieron una película mientras comían hasta el anochecer. La morena le había ofrecido pasar la noche ahí, Christa acepto de inmediato; lo que menos quería era volver a aquella casa carente de cariño y donde la preocupación de su madre no existía en lo absoluto.

Sin sueño, restricciones o clases al día siguiente, se quedaron despiertas conversando hasta la madrugada sobre lo hecho durante esa semana. Las horas pasaron y sin que se percataran, sus palabras comenzaron a mostrar un tinte más personal y profundo, sintió que podía abrirse con libertad con la capitana del equipo de basquetbol; sus sueños, sus metas, sus deseos, sus problemas, sus ideales: gran parte de su vida la confió ciegamente en Ymir y ella hizo lo mismo. Aquella noche era sinónimo de confianza y una verdadera amistad…

El fin de semana, mientras la dueña del departamento dormía desparramada en el suelo, fue a su casa. Saco algo de dinero, partió a un cercano supermercado y compro lo justo y necesario para un pequeño almuerzo. Al volver con Ymir se encontraba exactamente igual. Bufo y comenzó a cocinar. Con todo listo y servido, la morena despertó por el delicioso olor del almuerzo.

— ¡Después de terminar el colegio, cásate conmigo! —La rodeo con el brazo y exclamo alegre.

Un sonrojo cubrió por completo su rostro y sus ojos se abrieron con asombro y vergüenza. Antes de poder reclamar o dar un cabezazo, Ymir se sentó y comenzó a comer con un singular brillo en los ojos. ¿Era consciente de las palabras que acaba de usar? Al parecer no.

El timbre anunciando el fin de la clase y el inicio del receso la saco de lo sucedió unos días atrás. Se levanto de su asiento y salió del salón en dirección al patio delantero. Sentados en suelo y otros en las bancas hablando, gritando, riendo o discutiendo estaban sus amigos.

En otro lugar, lejos del colegio y ajena a sus compañeros, Ymir se preguntaba cómo se encontraba su diosa. Maldecía a las desagradables personas que tenía como parientes que la llamaban a última hora para avisarles sobre una emergencia familiar, que lo más probable es que solo le traería problemas y el sucio beneficio de otros.

Cerró los ojos con cansancio. Ayer también se había quedado hablando con Christa, a través de mensajes de texto, hasta altas horas de la noche. Esbozo un sonrisa ladina con la imagen de la expresión de la rubia cuando en un impulso le dijo que se casara con ella, pero rápidamente desapareció al recordar que no tenían ninguna relación seria y dudaba que lograr ganar el amor de la de ojos azules… Aunque tampoco había tratado algo para que eso fuera posible, no como el idiota de Reiner que se notaba a kilómetros su interés amoroso por la rubia. Agradecía eternamente a cualquier entidad superior que Christa no se hubiera dado cuenta y de haberse enterado, era imposible que le correspondiera a alguien como él.

Definitivamente al regresar le confesaría sus sentimientos.

La profesora falto y sin un adulto presente sus compañeros convirtieron la sala de clases en una completa jungla y confirmaron el parentesco de los humanos con los simios.

— ¿Estas saliendo con Ymir? —Pregunto Mikasa a Christa.

— ¿¡Q-qué!? —Exclamo la más baja—Solo somos amigas…

—Mmm… Así que no te has dado cuenta—Susurro la de rasgos orientales—Ymir está enamorada de ti.

—… ¿Por qué estás diciendo eso?

Mikasa pareció vacilar un rato y mostro un pequeño cuaderno de que sabe dónde y se lo entrego. Una portada de dos chicas abrazadas rodeabas de rosas, se atrevió a abrirlo. Mala idea, una escena subida de tono y sin censura alguna golpeo la inocencia que aún le quedaba. Lentamente se lo devolvió y se fue a sentarse a otro lugar.

—Pronto Mikasa, pronto una nueva pareja la cual acosar—Dijo Hanji a su espalda. Ella solo asintió y con una extraña determinación destellante en sus ojos oscuros.

Entre tanto, Christa tenía una gran duda existencial: ¿¡Cómo podían existir personas que gustaran de leer sobre relaciones sexuales entre parejas homosexuales!?

Además ¿Qué hacia Hanji en una clase que no le correspondía?

Lo bueno es que ya tengo algunos cap listos, solo tengo que pasarlos. Quiero mi notebook -;

¡Felices Fiestas!

PD: Para año nuevo escribí un one-shot lemon de esta hermosa pareja ewe