●Capitulo I "El Artista"

Lo conocí en un museo. Yo iba de excursión de la universidad junto con mis compañeros de clase, era estudiante de artes en ese entonces y estaba en segundo semestre. El museo al que fuimos estaba en California, por lo que consta, puedo revelar que yo no era precisamente de ahí. Si, era y parecía una simple turista que visitaba otro lugar solo por haber obtenido buen promedio durante el semestre pasado y el que estaba cursando.

Me paseaba por aquel lugar mirando las pinturas. Todas al parecer eran entre "Art Pop" y "Arte abstracto"; claro, para mi gusto solo eran un montón de garabatos hechos con los colores primarios (Rojo, amarillo y azul). Yo no sentía que reflejaran nada, ni un sentimiento.

Cero.

Sera que el autor de estas pinturas estaba algo... ¿Perturbado?.

Quien sabe. Solo podía describir las pinturas como una especie de 'porquería', que era exhibida por que los "expertos", la consideraban "arte contemporáneo".
Queriendo dejar de ver aquella exhibición de "dinero gastado a lo estúpido", decidí alejarme de mi grupo y ver las pinturas que si significaban algo o que eran mas interesantes que solo ver manchas de tres colores esparcidas en un espacio en blanco.

Al llegar a la otra sala que no estaba tan lejos de la que estaban mis compañeros y maestros, comencé a vagar por la otra exposición mirando cada cuadro. Estos eran de los siglos pasados, cuando el arte eran retratos de grandes personalidades en cuadros mas grandes que mi propia estatura.
Contemplaba cada pintura con atención, fijándome en cada detalle. Esto si era entretenido, no la otra sala con cuadros aburridos y sin sentido alguno. Mis pensamientos acerca de la exposición anterior se esfumaron cuando mis ojos se posaron sobre un cierto cuadro que me dejo simplemente sin aliento; en el cuadro, estaba pintada la silueta de un hombre, con un buen porte como si se tratara de un héroe, vestimentas algo extrañas y una especie de armamento que jamas vi en mi vida, hasta hoy, claro esta. Puedo decir que el hombre que estaba ahí plasmado en la pintura al parecer había sido un soldado muy recodado por la humanidad. Pero, algo estaba raro en ese cuadro y lo que note en cuanto me acerque a ver mejor la imagen.

La cara de aquel hombre estaba estaba cubierta por una especie de humo blanquecino. Eso hizo que mis ojos se entrecerraran mas, queriendo experimentar un poco con mi vista y tratar de ver atravez de aquella ligera cortina de humo de cubría esa parte de la pintura pero, era inútil. ERA UNA PINTURA y es obvio que lo que esta plasmado no puede ser removido por la vista humana.
Me acerque un poco mas a ver el cuadro, apreciándolo en cada aspecto lo que me llegaba a causar en mi interior: Intriga.
Note después el nombre de la pintura y lo leí en voz no muy alta...

- "El Corporal"... Hecho por 'Anónimo' -

"Corporal"

Vaya nombre tan raro para una pintura así.

Mientras seguía admirando la pintura, un hombre se dispuso a hacer lo mismo que yo, quedando a lado mio. Mi curiosidad se retomo ahora en la persona que estaba a mi lado, fijándose en el cuadro; lo mire de reojo y esto hizo que mi ser quedara un tanto impactado por lo que estaba mirando ahora: cabello negro con un corte algo extraño (corto por atrás, largo por el frente, un tanto en capas) y con la frente descubierta, delgado y no muy corpulento, mas alto que yo (le calcule aproximadamente unos 5 centímetros mas alto que yo), piel blanca y algo tersa, labios finos, nariz ligeramente respingada, cuello delgado.
Su vestimenta era ni muy elegante, ni muy casual. Típico de alguien que va a un museo a apreciar cuadros y a expresar su comentario ya sea hablado o en silencio.

No sabia por que pero, mis sentidos se enfocaron en aquel hombre.
No parecía de aquí, si no extranjero. Llegue a pensar primero que era asiático por sus rasgos pero recapacité que solo había visto su perfil. Suspire y trate de no verme sospechosa por lo que acaba de hacer: Examinar a un extraño. No obstante, el 'extraño' al parecer me miro de reojo y esbozo una muy apenas notable sonrisa de sus delgados labios, abriéndolos después con suavidad.

- Parece que le se deleita de ver europeos, Señorita... -

Europeo... Era un europeo. Vaya, y yo pensando que era asiático. En fin, sonreí con cierta vergüenza por su comentario y después negué con la cabeza para hacerle ver que no era tan cierto lo que me decía.

- No precisamente así, Señor... - Espete, mientras volvía a verlo ahora un tanto de semi-perfil. El hombre volteo su vista hacia mi y eso, hizo que me quedara sin palabras por unos instantes.

. . . Sus ojos . . .

. . . Sus ojos eran . . .

. . . Hermosos . . .

Eran de un color que no me había tocado ver nunca. Griseados. Ni tan claros ni tan obscuros. Ah, jamas me había sentido con el corazón latiéndome a mil por hora.
Ese par de ojos ligeramente rasgados y de color griseado me hacían hundirme en curiosidad por saber de ese hombre, no obstante, pude salir de mis muy apresurados y atolondrados pensamientos, parpadeando suavemente sorprendida.

Diablos. Me había quedado atónita y en frente de un extraño que empezaba a atraerme.

Esto no estaba bien.

El hombre me miro un tanto ida y mientras yo me hundía en mis pensamientos el paso una mano por enfrente de mi mirada, que estaba estúpidamente clavaba en la suya y eso en parte, me hizo despertar de mi ligero trance.
Podía en ese momento sentir como mis mejillas ardían de vergüenza y de manera instintiva, lleve mis dos manos a estas mismas, queriendo de cierta forma calmar mis emociones que eran muy claras en ese instante.
Mire de nuevo al hombre, ahora con mas vergüenza y el, se hallaba colocando su pulgar encima de su dedo indice derecho y cerrando su mano por completo, para dejar escapar una muy suave risita y llevando la mencionada a unos escasos milímetros de su boca, como queriendo que yo no supiera que se estaba riendo apenas.

- "Tierra. Debes tragarme justo ahora.. " - Suplique en mi mente, mientras dejaba que el hombre viera mi perfil en cuanto dejaba de reír de manera suave. Noto mi vergüenza y eso hizo después que su ligera sonrisa se hiciera un poco mas notable, de manera dulce.

- No pensé que las universitarias fueran tan, adorables. -

Acaso, ¿aquello había sido una especie de burla?. Y es mas, ¿como sabia que yo estudiaba en una universidad?.
Fruncí un poco el ceño, sintiéndome como ofendida de lo que me había dicho hace unos instantes.
¿Adorable? ¿YO?. Patrañas...

- Vamos, solo fue una ligera broma. - Dijo el hombre, mientras yo le volvía a mirar aun con el ceño fruncido. Suspire después, dejando un poco mi orgullo y me atreví a hablarle a este hombre azabache de nuevo, contemplándolo algo curiosa.

- Disculpe pero, ¿me permite preguntar que le atrae de este cuadro? - Pregunte yo mientras el mas alto suspiraba suavemente y cerraba los ojos, como pensando en una respuesta.

- Tal parece que, lo que me atrae de este cuadro es que el rostro del hombre que esta plasmado ahí, no se ve... -

Me sentí mas avergonzada todavía. ¿Que a caso este hombre, leía mis pensamientos?

- Quiero pensar que el este hombre quiso permanecer anónimo y por eso el artista de este cuadro lo pinto así. - Dijo el mas alto, abriendo y volviendo su vista hacia mi.

- Pero, ¿por que permanecer en anónimo, si al ser reconocido, eres recordado para siempre, no es así? - Pregunte yo con cierta incertidumbre en mi rostro.

- Tal vez este hombre no se sentía lo suficientemente merecido para que lo plasmaran en un cuadro y verse como héroe. - Dijo el, mirándome aun.

- Ahora que lo pienso, si. Puede que así haya sido... - Le di la razón y el punto a favor por su explicación. Deje de ver al hombre azabache para volver a contemplar la pintura, aun mas curiosa que la primera vez y el hombre que permanecía a mi lado también lo hizo, hasta que fue llamado por una mujer de lentes y de cabello marrón, amarrado en una coleta; detrás de ella, venían otros dos hombres, solo que estos de vestían de traje negro con una camisa blanca por debajo .
De manera alegre, le llamo alzando una mano y el hombre azabache asintió de mala gana, haciendo una señal de "Ya voy, no me molestes".

El mencionado se volteo hacia mi, mirándome de forma apacible, dejando que yo hundiera mi vista en la suya.
Sin darme cuenta, este hombre sostenía mi mano derecha con su mano izquierda, alzándola un poco en el aire, como si se tratase de un caballero despidiéndose de una doncella y, por mas extraño que se escuche, así parecía a la vista de varios presentes que de curiosos nos observaban.

- Gracias por su "casual" platica y por compartir su gusto por el arte conmigo, 'adorable' Señorita... - Recalco la palabra 'adorable' apropósito para que yo, de manera casi sin querer, inflara suavemente mis mejillas, sintiéndome de nuevo avergonzada por lo que había pasado anteriormente. Sin embargo, mi vergüenza se hizo nula por unos escasos segundos cuando sentí aquellos finos labios sobre el dorso de mi mano. Eran suaves y de un roce tan dulce que...

UN MOMENTO.

No podía creer lo que estaba pasando en ese instante.
Ese hombre, EXTRAÑO, había besado el dorso de mi mano, como si anteriormente fuéramos una especie de conocidos cuando de verdad, NI EN LA VIDA NOS HABÍAMOS VISTO, salvo el destino que es tan "curioso" que ahora, me hizo toparme con el y, DE ESTA FORMA. Mis mejillas volvieron a arder, ahora mucho mas que instantes atrás. Fijándome en aquel hombre desconocido que jamas se me pudo pasar por la cabeza que, en que ese encanto que estaba usando, estaba dando sus frutos y a fin de cuentas, logro conquistarme.

Ah. Ese hombre, acaba de flecharme y eso que lo conocí en menos de 20 minutos.

Cuando el hombre azabache se alejaba, un suspiro suave, dócil y enamorado escapo desde dentro de mi ser, dejándome un claro una cosa: Tenia un amor a primera vista.

Mientras seguía con la mirada al hombre que estaba a mi lado hace unos minutos atrás, mi hermanastra, Mikasa, quien también me había acompañado en ese viaje al museo me saco de aquel largo trance moviéndome un poco de un lado a otro...

- Eren.. ¿Donde te habías metido?. Armin y yo te estábamos buscando desde hace 20 minutos. Anda, el profesor nos acaba de decir que el autor de los cuadros que vinimos a ver va a darnos una explicación de su exposición para nosotros... - Dijo mi hermana, mientras yo terminaba de estar ida con lo sucedido de hace un rato con aquel hombre misterioso a quien tal vez, jamas volvería a ver en mi vida salvo si el destino me lo condecía de nuevo.

- Oh, ¿enserio?... - Respondí con cierto aire triste y suspire de nuevo de aquella forma enamorada.

- Eren, estas extraña... - Musito mi hermana pero yo hice caso omiso. Ignore un poco mi sentir triste e intente estar bien pues sabia perfectamente que Mikasa me haría miles de preguntas hasta saber que me estaba pasando.

- Bueno, ¿que esperamos?. - Respondí ahora con un mas animo y ella, observando que estaba normal y como siempre, me llevo de nuevo a la sala donde se encontraban todos mis compañeros de clase y mi profesor.

El dichoso recorrido empezó unos 15 minutos después puesto que el autor se había tardado en una pequeña entrevista con un cierto noticiero local; vaya clase de anfitrión estaba siendo este tan mencionado autor.
Mikasa alcanzo a escuchar como bufaba con molestia y ella solo negó suavemente con la cabeza. En fin, cuando estaba entre decidiéndome en irme o no, por fin, el dichoso autor llego y así, comenzó el recorrido por la sala.

Estaba dándome a elegir por irme puesto que sabia perfectamente que aquellas pinturas no habían sido nada mas salvo una inversión mal gastada y un pasatiempo de una persona que ni siquiera se podía considerar un "artista", no obstante, mis pensamientos se esfumaron en parte cuando el mencionado comenzó a hablar...

- Muy buenas tardes a todos. Mi nombre es Lance Rivaille y a pesar de que mis pinturas solo tienen un 'Anónimo' como firma, anteriormente yo colocaba 'Levi' en estas pero, pensaba que era algo anticuado y desde ahí, quise colocarlas en anónimo... -

Estaba perpleja, atónita, estupefacta...

Ese hombre, a quien empezaba a considerar como "mi primer amor a primera vista", era el "perturbado" pintor que exhibía sus cuadros en ese mismo museo donde yo me quede flechada a el; era como si se tratase de un imán: "Por mas que me aleje, siempre hallare la forma de regresar a ti..."

El, por mas increíble que fuese, era el 'pintor' de quien me enamore...
Ese 'artista', se convirtió en mi primer amor...