El tiempo pasa

Cuatro meses

Habían pasado cuatro meses desde la partida de Hipo, en Berk hacia mas falta del o que pensaban, sin su ayudante Bocón no podía terminar a tiempo los encargos o las armas, sin el pequeño no había quien le avisara a Estoico sobre algunas actividades de la aldea, los jóvenes de la aldea empezaron a notar el vacio cuando iban a molestar a Hipo y no lo encontraban, pero en general la aldea parecía ir muy bien sin el pequeño, Estoico se recriminaba por sentir alivio al no tener a su pequeño cerca, todo era mas fácil menos la armería pero al menos los dragones estaban bajo control.

A cuatro meses de su llegada a la tribu Beseker Hipo se había ganado su lugar, no solamente demostró talento en los entrenamientos, sino que también todos sabían que era pareja de su jefe que aun que sádico y mal humorado cuando no estaba hipo parecía ser mucho mas pacifico con el oji verde cerca, hipo a veces salía con una escolta a checar la zona o instalar sus inventos para proteger la ciudad, sin duda los aldeanos lo alababan como "el genio Beseker", se sentía útil, ahora nadie se metía con él o lo criticaba y no era únicamente por Dagur, el se había hecho de su propio renombre, de hecho ahora tenia amigos con quienes hablaba de manera amena ante la mirada atenta de Dagur, sin duda le gustaba todo eso.

-Hipo, hora de irnos- Dagur estaba cansado pero debían ir a una junta con los "capitanes"

-pero si solo es necesario que el jefe se presente, yo no soy necesario- quería seguir durmiendo Dagur había sido muy enérgico la noche anterior

-vamos Hipo, te necesito para que expliques los planos-

Con eso Hipo reacciono y se levanto, si Dagur decía que lo necesitaba el hacia lo que le pedía, simplemente no podía negarse al mayor cuando usaba esa palabra, el pequeño noto sus músculos, parecían mas desarrollados, su abdomen estaba marcándose, quizás nunca sería como dagur pero sin duda ese entrenamiento que le daban funcionaba, se movió hacia sus prendas de un color negro con escamas rojas de dragón, vio su escritorio de dibujo, todo hecho a la medida por ordenes de Dagur, tomo algunos planos, si había algo que el joven jefe procuraba es que Hipo tuviera todo lo que quería y para su alivio solo eran cosas para dibujar o crear.

-¿ya te dije cuanto te amo?- el mayor se acercó a la espalda del pequeño que contemplaba el escritorio con detalles de dragones

-todos los días me lo dices- volteo y le dio beso a su amante, jefe, hermano y en su opinión lo mejor que le paso en la vida

Sin demoras llegaron al salón de juntas casi en el centro de la pequeña ciudad, todos admiraban los diseños de hipo, algunos seguían escépticos si funcionarían o no pero realmente con sus inventos anteriores facilitando la vida de todos no opusieron objeción a que se invirtiera en este nuevo plan, crear un arma contra dragones que los hiriera, hipo había dicho que quizás podrían entrenarlos y Dagur lo pensó y aunque discutieron al final dagur acepto a darle una oportunidad.

-está bien aceptamos el plan, pero tu serás el responsable de todo eso- decía un viejo vikingo de cabellos plateados

-por supuesto que yo lo hare- hipo estaba decidido

-y yo me asegurare que se lleve a cabo con toda seguridad para nosotros- el jefe había hablado y tomado a hipo por la cintura en señal de apoyo

El quinto mes para Estoico fue casi un infierno, los dragones habían robado mucha comida pero lo peor era que aun con varios jóvenes en la armería no podría ponerse al día con las armas, apenas se daba cuenta de lo útil que era su hijo y la mayoría de la aldea empezaba a notarlo también.

En la pequeña ciudad Beseker el quinto mes significo la apertura de la primera escuela par a entrenar dragones, Hipo lo había logrado junto a Dagur, ambos capturaron 5 furias nocturnas, al principió Dagur mato a tres por haber herido a Hipo en el hombro, pero al final por suplicas del menor dejos vivos a dos, una hembra que hipo nombro Val como su amada madre, y un macho que nombro Chimuelo, si bien fue difícil aprender los hábitos y ganar la confianza, al final lo habían hecho, Dagur montaba al macho e Hipo a la hembra por motivos simbólicos, pero ambos Dragones parecían más apegados a Hipo.

-sabes si esos dragones se acercan mas a ti juro que los mato- dagur estaba un poco celoso por el cuidado que ponía Hipo en los dragones

-no lo harías- el menor parecía muy confiado

-si tu me detienes nunca- beso a su pequeño amante- pero si me pongo celoso, ya sabes lo que puedo hacer

-si, ya vi lo que puedes hacer- hipo se aferro al mayor recordando como un grupo de Beseker había intentado violarlo y Dagur los había matado justo cuando estaban por quitarle las ropas

-hipo, sabes ¿si quieres puedes quedarte?- Dagur se inclino para besarlo

-y según tu ¿A dónde debo ir?- beso los labios de Dagur

-se acerca la fecha del trato con tu padre, tendré que llevarte de regreso- intento besar a Hipo pero este se alejo

-no lo hagas, por favor, no quiero regresar- el pequeño lucia asustado, su mundo se derrumbaba

-no lo hare, solo iremos por el tratado y regresaremos, para que tu padre vea que estas a salvo

-a el no le importo, yo no quiero ir de regreso a ese lugar-

-tranquilo hipo, no dejare que te alejen de mí, incluso si tengo que hacerlo a la fuerza-

-Gracias Dag- hipo se aferro con fuerza, los dragones miraban desde afuera la escena esperando no intervenir si se iniciaba una pelea

-ya no te dejare nunca Hipo-

Los besos entre ambos eran tiernos, nada salvajes, Dagur no quería arruinar ese momento, solo quería estar con su pequeño, solo quería sentirlo y decirle que todo estaría bien, pero él no sabía si eso era cierto, solo le quedaba confiar que dejaría a hipo con él.

El sexto mes la aldea de Berk era un pequeño caos, tenían pocas armas porque Bocón no tenía mucha ayuda, los dragones seguían siendo un problema, incluso los nuevos reclutas eran poco eficientes para detenerlos, Estoico por un momento pensó que las cosas estarían peores si Dagur no se hubiera llevado a Hipo, quizás ahora la aldea estaría en cenizas si hipo estuviera con ellos.

Sexto mes, los Bersekers se despedían de su jefe y de la pareja oficial del mismo, el cazador de dragones y conquistador de dragones se iban de la aldea, el barco en el que iban era un diseño de hipo, era grande y muy rápido, estaba armado con sus mejores inventos y sobretodo llevaban a sus dragones con ellos, Dagur empezó a pensar si las cosas se ponían mal podrían escapar en los dragones o en su defecto el daría un mensaje a una flota para arrasar Berk mientras el se alejaba con Hipo para no asustarlo.

-¿estás bien Hipo?- el pequeño parecía muy pensativo

-no, no quiero ir- apretó la mano musculosa del mayor

-no te preocupes todo saldrá bien, solo es ir a que te vean y firmare un pacto de por vida-

-enserio- Hipo estaba ilusionado

-claro, solo necesito que tu padre acepte que te cases con migo – sonrió ampliamente

-eso no pasara-

-ya verás que si, y si no te secuestrare y nunca te dejare ir-

Los vikingos de Berk se quedaron asombrados al ver el enorme barco de los Besekers, sin duda era imponente, se sorprendieron mas al escuchar que eran los inventos de Hipo y que el propio barco era un diseño del menor, los aldeanos de Berk querían al pequeño de regreso peor Hipo no les hacia caso de sus palabras, estaba todo el tiempo junto a Dagur, y Dagur lo abrazaba posesivamente, Bocon lo noto, incluso cuando algunos intentaron jugarle una broma al pequeño el mayor casi los mata, atemorizando a toda la aldea.

-Dagur, calma-

-claro, mejor terminamos con esto rápido- todos se quedaron viendo como el furioso jefe había sido controlado son un suave toque y las palabras de Hipo

Estoico estaba sentado en la sala, no podía ver a su hijo al rostro, su propio padre lo había dado como cualquier cosa, estoico nunca se perdonaría por no ver lo especial de su hijo, menos de saber que Dagur si lo había hecho, se sentía mal, desilusionado de si mismo, le había fallado a Hipo y a su amada difunta esposa.

-Bien estoico hoy hare un contrato de por vida- dagur entro con un porte de guerrero con hipo tras el

-Hipo, hijo- el mayor intento acercarse pero el pequeño solo se escondía tras el mayor

-Estoico, el no quiere hablarte- tomo al pequeño de la mano

-¿Qué le has hecho a mi hijo?- está furioso con ese mocoso

-nada, solamente está mejor con nosotros que con ustedes-

-déjate de idioteces, Hipo ven ahora- el mayor demandaba

-no, yo me quedare con Dagur- se escondía mas

-soy tu padre y te exijo que…-

-tu no exiges nada Estoico, el quiere quedarse con migo y se quedara-

Sin duda la discusión estaba tomando un rumbo de guerra, pero la aldea de Berk no tenia posibilidades si lo que había escuchado era cierto, combatir Bersekers era posible pero ellos mas dragones era imposible, s a regaña dientes el mayor firmo el documento, le daba permiso al joven de irse con Dagur hasta que quisiera regresar, y por lo visto eso no pasaría en esta vida.

-bien ya esta, eso es todo- Dagur veía el documento

-Ya nos vamos Dag?- el pequeño apretaba la manga del mayor

-Hijo, ¿enserio?- la cara de estoico era una mezcla de tristeza y suplica

-no soy tu hijo, tu mismo me lo decías- Hipo dio la espalda y salió del salón

-con tu permiso estoico, creo que ya quiere regresar con su pueblo- Dagur sonrió para si

-este es su pueblo y lo sabes-

-no, no lo es, su hogar es donde yo estoy, su pueblo es el que le tuvo paciencia y lo aprecia por quien es-

-eso no es verdad-

-claro que si, solo piénsalo, ¿alguien en esta aldea vio su tristeza?

Estoico quedo callado, no sabia que su hijo fuera miserable en la aldea, vio como Astrid y su grupo intento detener a hipo a la fuerza y como su hijo los dejaba muy mal heridos y Dagur los lanzaba contra los arboles sercanos, sin duda ese maldito mocoso tenia razón esta vez.

-Dagur, ¿ya no regresaremos a Berk?- el joven quería llorar por recordar todo el maltrato que sufrió de pqueño

-solo si tu quieres, pero yo vendre contigo siempre-

-te amo-

El beso de hipo fue algo inesperado pero ese tipo de beso solole indicaba que era hora de cumplir su papelde hombre de la familia, se fueron al cuarto donde hipo olia a Dagur, esa costumbre le gustaba al mayor, Hipo olia dulce y el tenia un olor mas fuerte pero que al peuqeño le gustaba, siempre intento ser amable con el pequeño pero cuando le lamia la axila o le mordía era indicativo que Hipo queria algo mas salvaje.

-ahora quieres algo mas salvaje?-

-Dag tu siempre eres salvaje-

-cierto-

Después de un rato ambos estaban totalmente desnudos, hipo solamente seguía lamiendo a Dagur como si fuera un dulce.

-ahora me doy cuenta que eres muy parecido a un gato-

-enserio?-

-lames igual que un gato-

-eso te gusta verdad?

-si, y los gatos tienden a amar la leche verdad?

-si-

Hipo sabia a lo que se refería Dagur, el pequeño quería sentir ese enorme miembro en su interior pero si su amado quería algo de acción antes de eso entonces el lo haría, tomo el erecto pene de Dagur y lo lamio de la cabeza a la base, lo lamia con cuidado y lo olía, le gustaba ese olor de macho que tenia dagur, distinto a cualquier olor, era agrio pero muy atrayente, y el sabor salado del sudor le hacía querer seguir lamiendo, el mayor no soporto ver la cara roja de Hipo y como su enorme pene entraba y salía de la boca del pequeño, así que en un arrebató se corrió manchando a hipo quien lamia todo, incluso algunas gotas que escaparon y cayeron en el delgado pero firme brazo, lamia como todo un mínimo a la vista de Dagur, el mayor seguía viendo y sus genitales respondieron ante eso, sin duda ese pequeño era lo mas erótico que había visto.

-Hipo ¿ya quieres?- dagur seguía viendo y esa pregunta surgió por que el pequeño en cuatro patas le había dado la espalda dejando la entrada al descubierto

-hazlo Dag, sabes que ya no aguanto

-te va a doler

-siempre me duele

De una estocada metió todo, Hipo sentía los testículos del mayor como con cada estocada chocaban y su interior ardía, siempre era así, Dagur estaba muy bien dotado, tanto que hipo siempre resultaba algo lastimado pero el placer era mayor, ahora el jefe de los Bersekers estaba tornándose salvaje, cada embestida era mas profunda, sentía todo dentro, quería seguir asi, Dagur le dio un beso en el hombro izquierdo que en un momento fue una mordida que solo éxito mas al pequeño quien se corrió al sentir la lengua de su amante en su piel.

-hipo te amo- termino llenando al pequeño de su semilla

-si me embarazo será tu culpa- Ambos rieron un largo rato por el comentario.