Hola... No tengo excusa xD Problemas familiares que hicieron que mi inspiración se fuera T-T

Pero aquí os lo traigo espero que os guste, intentaré (de verdad) intentaré actualizar lo más pronto posible, lo que si prometo es no tardar tanto esta vez!

Los review serán contestados entre hoy y mañana :3 Ya sabéis, si hay alguno que se me ha pasado avisadme!

Disfrutad! Y Feliz Navidad!


Eso no era posible, las tres esferas tendrían que estar completas. Sentí el cosquilleo en la frente y creía que todo había acabado pero una vez más el destino me volvía a jugar una mala pasada. Tenía otra pareja por algún lado y no entraba a mi mente ni la más mínima idea de quién era.

¿Pero si ese fuera el caso porque había sentido la atracción con Draco y con Blaise? ¿Podría ser…? Cerré los ojos, me concentré y busqué lo que quería hasta que lo encontré, el vínculo de Draco de Blaise, con un brillo tenue hasta la verdadera reclamación y así estar completos.

Así que nada había salido mal con la reclamación. Ahora sí que no entendía nada. Un rugido se escuchó en la habitación y me sacó de mis pensamientos, unos momentos después se le unió otros dos. Salí corriendo del baño para ver a Sirius en su forma de Draakon enfrentando a Blaise y a Draco, a punto de atacarlos.

- ¡Parad!-salí corriendo y me interpuse entre ellos.

- ¿Qué hacen ellos dos aquí?

- No, la pregunta es ¿Qué haces tú aquí?-dijo Blaise con los dientes apretados.

- No tengo porque darte ninguna explicación a ti-gruñó Sirius e inmediatamente le puse las manos en el pecho parándolo.

- Somos sus parejas y no vamos a permitir que lo toques-Draco se adelantó esta vez, así que era hora de intervenir.

- Sirius amor, ellos también son mis parejas no los ataques, no quiero peleas.

- ¿Cómo que también? ¿Acaso Sirius Black es tu pareja?-el tono con el que lo dijo Blaise no fue el más amable precisamente.

- ¿Tienes algún problema con eso?-la voz de Sirius salió gruesa y ronca por mantener los dientes apretados.

- Chicos no…-no tuve tiempo ni de terminar antes de que Sirius me pusiera detrás suya y todo empeorara.

El primer gran cambio notable era la piel. Tanto la de Sirius como la de Blaise y Draco se cubrieron completamente de escamas de sus respectivos colores. El color plateado de Draco resplandecía como el mismo metal a la luz de la luna, a diferencia de los otros dos el color era uniforme lo único diferente eran sus cuernos que parecía que eran de marfil de lo blancos que eran.

Las escamas con forma de rombo parecía que se incrustaban una debajo de la otra dándole un aspecto delicado pero a la vez peligroso pues solo se distinguían las puntas afiladas. Su altura había aumentado unos nueve o diez centímetros, su musculatura también había cambiado ya que su abdomen al igual que sus bíceps estaban más marcados. Sus garras eran blancas, afiladas y más o menos de cuatro centímetros de largas.

Blaise, al contrario de Draco, dependiendo de la zona el color se oscurecía o aclaraba. La zona del pecho, abdomen y el cuello eran de un color índigo. Sin embargo, como si una fina línea las dividiera, las escamas desde un cierto punto hasta las extremidades eran de un color lirio. La forma de sus escamas, eran parecidas a la forma de las ostras, duras pero con la parte redonda mortalmente afiladas.

Sus garras tenían el mismo grosor y largo pero el color eran de un bronce oxidado. Sus cuernos eran completamente rectos y del mismo color que las garras. A diferencia de los otros dos, Blaise tenía tres pares de cuernos aunque a medida que iban hacia atrás iban disminuyendo de tamaño. En el filo interior de la ceja salían otros dos cuernos pero estos eran de unos tres centímetros solamente.

Y Sirius, que aunque lo creía imposible su altura creció hasta sobrepasar los dos metros por unos centímetros. Al igual que Blaise, su color se dividía en dos tonos de azul, el del pecho era de un hermoso color Klein mientras que el resto era de color cian. Las escamas tenían forma de hoja y el grosor señalaba perfectamente lo impenetrable que eran.

A diferencia de su otra forma los cuernos de Sirius pasaron a ser negros, al igual que las garras. Su forma recta había, ahora eran de la misma forma que los cuernos de un carnero pero mas finos y que del cuerno principal salían pequeños cuernos más pequeños que prometían ser dolorosos. Y su aspecto físico… solo una palabra ¡Merlín!. En su abdomen se podría rallar trigo, sus brazos voluptuosos, sus piernas musculosas. Todo él… todos ellos, los tres me tenían hecho un charco de babas en el piso.

Sirius de adelantó listo para atacar al igual que los otros dos sin embargo yo conocía una mejor forma de aprovechar toda esa testosterona. Haciéndolo por instinto cerré los ojos y me concentré. La sensación fue un poco extraña pero muy parecido a cuando el aire pasa por entre tus labio al soplar. Esa sensación estaba en cada parte de mi cuerpo, en cada escama.

Un olor dulzón, parecido al caramelo, al menos para mí, llenó el ambiente inmediatamente tres pares de brazos me rodearon.

- ¡Harry!-la voz salió como un gemido pero las manos de Blaise no pararon de moverse por cualquier parte de mi cuerpo.

- ¿Por qué no dejáis de pelear y usáis esa energía para algo más… divertido?-no sabía de donde había venido eso pero no me arrepentía ni me avergoncé en lo más mínimo.

Enseguida sentí como recorrían mi cuerpo con más energía, cada minuto que pasaba más desesperados. Uní mi boca al cuello de Sirius y repartí besos húmedos desde su mandíbula hasta la unión del cuello y el hombro. Paré en ese lugar y chupé luego mordí suavemente aumentando la fuerza y volví a chupar, fui intercambiando una y otra hasta que vi una pequeña mancha rojiza formarse.

Ni siquiera me di cuenta de cuando me habían subido a horcajadas sobre Sirius, solo oía los gemidos y los besos. La boca de Blaise hacia milagros en mi columna, la de Draco en mi cuello y la de Sirius saqueaba mi boca. Tenía manos en cada parte de mi cuerpo, amasaban mis pechos retorciendo mis pezones erectos, dos dedos se movían vivazmente en mi interior tocando ese punto que me volvía loco y mi miembro semi-erecto era estimulado al rozarse contra el vientre de Sirius.

- Mmm… Merlín-sabía que si esto continuaba me volvería loco aunque para mi mala suerte vi que nos quedaba poco tiempo- Chi… chicos no podemos.

- Vamos Harry-la voz ronca y profunda de Draco casi me convence, casi.

- Vamos a llegar tarde a clase, parad-me baje de las caderas de Sirius y me aparte de ellos. Concentré toda mi magia y revertí el cambio, enseguida estaba en mi apariencia humana, mi nido pájaros aparentando ser mi pelo, mi cuerpo enclenque y flacucho e imaginaba que mis ojos eran de su característico verde esmeralda.

- Harry-el gimoteo de Sirius se escuchó por toda la estancia.

- De Harry nada, Blaise, Draco y yo vamos a llegar tarde a clases y solo es el primer día-con eso, los nombrados revirtieron el cambio rápidamente y se metieron en el baño, a los pocos segundos se escuchó la ducha.– Y tú Sirius, llegarás tarde a trabajar-terminé apuntándole con el dedo. El volvió a su forma humana.

- Ya no-me dio esa sonrisa que decía "se algo que tu no".

- ¿Cómo que ya no?

- Ayer, luego de que te fueras en el tren, me pasé por el ministerio y dejé el trabajo de Auror.

- ¿Qué? ¿Por qué?

- Harry, solo trabajaba para mantenerme ocupado, no tenía pareja, ni nada en lo que tener ocupada mi mente no siendo capturar mortífagos. Ahora te tengo a ti y tendré a nuestras futuras crías. No necesito un trabajo y desde luego no quiero perderme nada de mi vida contigo.

- ¡Oh, Sirius eso… eso es…-lo besé, di todo los sentimientos que tenía en ese momento en el beso, Sirius entendió eso y me devolvió el beso con la misma intensidad.

Un carraspeo interrumpió el momento y vimos a Blaise y a Draco salir del baño completamente preparados.

- Si no quieres llegar tarde será mejor que vayas a arreglarte ya.

- ¿Puedo dejarlos solos cinco minutos?

Después de recibir una mirada indignada y dos cejas alzadas entré al baño teniendo la esperanza de que cuando saliera, siguiera teniendo tres parejas.

X-X-X-X

P.O.V Draco

El sueva click de la puerta resonó en la estancia vacía de ruido y el ambiente se volvió tenso. Observé con disimulo a Sirius Black, aun después de casi tres años de haber probado su inocencia, su nombre seguía provocando escalofríos casi quince años con la reputación de haber matado a trece personas no se van de un día para otro.

Nadie diría nunca que habría estado en Azkaban, normalmente a un prisionero cualquiera (entiéndase humano) le costaría mucho recuperarse. Cuanto más pase la persona en ese horrible lugar más años tardará así que un hombre que hubo pasado casi trece años no debería haberse visto perfectamente unos meses después. Definitivamente el ser un Draakon ayudaba.

A pesar de todo lo tenía ahí delante. En su completo esplendor, con sus ojos azules centelleantes, su pelo negro ondulado rozando sus hombros, su increíble cuerpo que haría a más de uno babear sin ningún recato, pero lo que más sorprendía era que su Draakon haya elegido a Potter como pareja que para aún más sorpresa era la mía y la de Blaise también.

Otro asunto era Potter, todos estos años haciéndonos la vida imposible para descubrir ahora que tendríamos que compartirla. Una parte en el fondo de mi ser quería salir de ahí deprisa y sin mirar atrás, volver a la vida tranquila que tenía antes pero la otra, inclusive más grande que la primera, el solo de pensar eso me causaba un terrible dolor agonizante. La única solución que me quedaba era aceptarlo.

Sinceramente no es que fuera muy difícil, él tenía la apariencia, el estatus, el dinero y las suficientes características necesarias para ser un perfecto consorte según los requisitos designados por los ancestros Malfoy y que han pasado de generación en generación, requisitos que para mí, desde el momento en que mi Draakon lo reconoció como pareja pasaron a segundo lugar si es que alguna vez ocuparon alguna importancia para mí.

Si algo es lo que mi padre me enseñó siempre es a seguir los instintos de mi Draakon y si Potter es lo que él creía que debía estar en su futuro pues intentaría apostar por ello. Y todo mejoraba el saber que no tendría que dejar su relación con Blaise. Ahora entendía esa extraña conexión que teníamos desde pequeños, desde la primera vez que nos vimos a la temprana edad de cinco años, cada oportunidad que teníamos estábamos juntos.

Algo nos obligaba a permanecer juntos siempre, y se hizo más extraño después de enterarnos de la sangre de criatura que corría por nuestras venas, el ser dominantes sin ningún sumiso y que pudiéramos estar juntos había sido un misterio que hasta ahora no sabíamos cómo resolver. Fue difícil al principio, los dos dominantes, con demasiado orgullo y con las hormonas demasiado revueltas.

Una vez que declaramos la dominancia uno en el otro los problemas se terminaron, hasta ahora. Esto nos sorprendió a los dos, el hermoso Draaken que perseguíamos anoche era Potter, sin embargo eso no nos importó, también es verdad que no estábamos siendo coherentes con ese olor flotando en el aire y volviéndonos locos.

Pero ahora con la cabeza fría nos dimos cuenta que no nos importaba. Una pareja es algo muy especial para las criaturas mágicas y absolutamente casi imposible encontrarlas como para desperdiciar esta oportunidad que se nos estaba dando. Ahora el único problema era las demás parejas que de seguro tendría más y no solo nosotros tres, al fin y al cabo Harry es alguien poderoso.

- Espero que sepas que no vamos a renunciar a él, a parte que no podemos tampoco queremos-le aclaré a Black.

- No voy a pediros que os alejéis porque eso le haría daño pero eso no significa que me guste. Se exactamente como habéis sido con él todos estos años así que como vea que le hacéis daño de alguna manera, lo pagareis muy caro.

Y con eso entró en el baño sin mirar atrás. La habitación quedó en silencio, las palabras que había dicho Black estaban rondando en nuestras mentes y sabíamos que tenía razón, de alguna manera teníamos que redimirnos de todo.

- ¿Nos vamos chicos?-Harry interrumpió nuestros pensamientos apesadumbrados.

Se veía estupendo con el uniforme bien arreglado, sin esas horribles gafas tapando esos brillantes y grandes ojos esmeralda y, aunque nunca lo hubiera creído, con ese revoltoso pelo color ébano. Se dirigió a su escritorio y recogió los libros necesarios para el día de hoy y se detuvo en la puerta mirándonos. Rápidamente lo imitamos y juntos nos dirigimos al gran comedor escuchando como la ducha era encendida.

Caminamos por los pasillos desiertos hacia las escaleras dándonos cuenta de lo verdaderamente lejos que nos había colocado el director, aunque de esa manera sea mejor sobretodo en el momento en el que podamos de una vez completar el vínculo completo, el solo pensar en eso mi entrepierna dio un tirón entusiasmado.

Casi habíamos llegado al gran comedor cuando Harry se paró. Su cabeza se movía de un lado a otro como si buscara algo, su respiración era agitada mientras captaba un aroma, miraba hacia todos los lados buscando algo pero por más que miraba no veía absolutamente nada.

-¿Te ocurre algo?-Blaise se acercó rápidamente a Harry.

-¿Eh? No, estoy bien. Ya hemos llegado- dijo. Miró las puertas del comedor y dirigió la mirada hacia nosotros mientras se mordía el labio acción que captó nuestra atención inmediatamente.

Su respiración era agitada mientras captaba un aroma, miraba hacia todos los lados buscando algo pero por más que miraba no veía absolutamente nada.

-¿Te ocurre algo?-Blaise se acercó rápidamente a Harry.

-¿Eh? No, estoy bien. Ya hemos llegado- dijo. Miró las puertas del comedor y dirigió la mirada hacia nosotros mientras se mordía el labio acción que captó nuestra atención inmediatamente.

Me acerqué a él y sin importarme si había gente o no uní nuestras bocas en un beso abrumador. Su lengua se enredaba con la mía en una batalla sin fin. Me daba igual si alguien nos veía, no pensaba ocultarlo y dejar que otros se acercaran a él con intenciones no muy buenas.

- Guau -dijo una vez que nuestros labios se separaran, no pude evitar la sonrisa de suficiencia de mi cara por causar esa reacción en él.

- Me toca -Blaise se adelantó y juntó sus labios. La visión de eso debería haberme molestado sin embargo lo único que hizo fue ponerme muy caliente.

- Nos vemos luego, Mio Bello -dijo Blaise.

- Hasta luego, bebé.

- Adiós -nos dijo todavía un poco aturdido.

Blaise y yo nos dirigimos hacia nuestros asientos habituales donde ya todos nos estaban esperando.

- ¿Dónde estabais anoche? No os vimos después de la cena, desaparecisteis -dijo Theo.

- Encontramos algo importante -no tenían por qué saber nada más.

- ¿Qué encontraron? -esta vez fue Pansy.

- Algo que no te interesa.

- Ooh, vamos Draky –Odiaba que me llamaran por un nombre tan ridículo pero por más que se lo decía le importaba cada vez menos mis advertencias. Al menos la pesadez de ser mi esposa ya se le había quitado al enterarse de mi relación con Blaise, eso no quitaba el hecho de que a veces se olvidara que ella me importaba lo mismo que lo hacía la cultura muggle.

- Ten cuidado, Parkinson, o estaré encantado de recordarte con quien estás hablando -la voz de Blaise sonaba oscura y no auguraba nada bueno, pero funcionó para que Pansy me dejara en paz.

Alargué una mano y la coloqué en el muslo de Blaise apretando ligeramente, al instante sentí como se relajaba mientras seguíamos desayunando y observábamos a Harry disimuladamente.

X-X-X-X

P.O.V Harry

- ¡Harry! ¿Estás bien? -no pude evitar saltar ante el grito de Hermione.

- Si, Mione, estoy bien.

- Compañero, te hemos llamado cinco veces y no dabas señales de oírnos.

- Perdón, estaba pensando en mis cosas. No os preocupéis, de verdad, estoy muy bien -y seguí comiendo, veía sus intenciones de querer seguir preguntando pero los ignoré y seguí con mi desayuno.

Mis pensamientos volvieron a volar enseguida hacia el extraño suceso que había ocurrido en la entrada del Gran comedor. Por un momento, un exquisito olor había asaltado mis sentidos, mis terminaciones nerviosas se estremecieron, mi respiración se agitó y mis piernas por un momento dejaron de funcionar, sin embargo tan pronto como había llegado se fue. Atrás solo quedó un olor amargo y en mi cabeza no dejaba de repetirme que ya lo había olido en otro sitio aunque no podía recordar donde.

Tenía que averiguar que era y no solo por curiosidad sino porque muy dentro de mí, me decía que tenía que encontrar al responsable a como diera de lugar.


Espero que os haya gustado, no es muy revelador pero para los que sufrían creyendo que todas las parejas ya estaban aquí les demuestro que no xD

En el próximo empezarán los problemas con nuestro orgulloso profesor de pociones xD

Hasta prontitoo!