Pues bien, es el mes de lo terrífico, bueno en mi país no, pero baah no importa!

Estas serán historas de terror

NOTA: Ninguna de estas historias me pertenece, solo las tomare y las adaptare a una versión negitoro. Solo son recopilaciones de internet. Créditos a sus respectivos autores

100 historias de fantasmas.

Por favor, abre la puerta

Han pasado tres años desde aquella noche. Mi nombre es Megurine Luka y yo.

Yo no debí haber estado ahí, ellos lo sabían. Ese día salí muy temprano a la casa de mi novia, sus padres no estarían y tenía un nuevo videojuego de terror; pasaríamos toda la noche jugando y quizá haciendo una que otra cosilla del sentido romántico, ella y yo, llevábamos tres años de realcion, era mi compañera de clases. Yo la amaba.

Ellos lo sabían, yo no debí haber estado ahí esa noche, Miku debió estar sola. Ellos la habían observado por días como hacen siempre y sabían que esa noche estaría sola. Desde el momento en que la eligieron, no había marcha atrás.

Pero tal vez quieras saber quiénes son ellos. Bueno, la verdad… aún no estoy segura, sigo sin asimilar lo que pasó aquella noche; pero te contaré lo que hasta ahora sé, para que tengas cuidado y para que no te pase como a nosotras.

Ellos se encuentran en todas partes, en ningún lugar estás exento de ser su víctima. Eligen a una persona, no sé bien cómo o en qué características se basan, pero una vez que te eligen no cambiarán de opinión: te vigilan, te estudian y estudian a todas las personas que conoces. Día tras día te observan cuidadosamente sin que tú te percates de su presencia.

Y esperan la noche en que su víctima esté sola, es en ese momento cuando todo empieza.

Aquel día llegué alrededor de las 8:00 p.m. a su casa. Sus padres habían salido desde temprano y élla había preparado todo lo necesario para pasar jugando toda la noche. Al día siguiente no habría clases, así que yo regresaría a mi casa por la mañana. Pasamos un buen rato jugando, el tiempo pasó tan pronto que cuando nos dimos cuenta ya era la una de la madrugada. Nos habíamos llevado algunos sustos con el juego, así que comenzamos a hacer bromas con la situación, pero como siempre pasaba llego un momento en el que las dos estábamos botadas en la cama, yo encima de ella, besándola, deslizando mis manos por su semi desnudo torso pero; ahí fue cuando todo se puso raro. Empezamos a escuchar ruidos extraños afuera de la habitación, que al principio pensábamos que no era nada importante, nos separamos de inmediato, le di un beso rápido y la abrace para indicarle que todo estaría bien, ella solía ser asustadiza, después de un rato hicimos algunos chistes en relación a lo que jugábamos. «Deben ser los zombis», nosotras sólo reíamos. Pero nos comenzamos a poner tensas cuando el sonido se oía más claro: eran pisadas, se escuchaban pisadas por todo el pasillo de afuera.

—¿Crees que tus padres hayan regresado? —le pregunté, a lo que élla respondió que sus padres regresarían hasta el día siguiente, por la tarde. Además, el número de pasos que se escuchaban eran demasiados como para ser sólo sus padres.

De pronto, luego de oír todos esos pasos acercándose cada vez más a la puerta, hubo un profundo silencio.

—¿Hay alguien afuera?… ¿Quién está ahí? —comenzamos a preguntar, nerviosas. Estábamos seguras de que había alguien afuera, pero esos sonidos… ¿quién podría ser? En la habitación en la que estábamos había una computadora que MIku había encendido desde que comenzamos a jugar, era una costumbre suya. Se escuchó un sonido que provenía de ella, un sonido familiar, pero que por el miedo que teníamos en ese momento nos provocó una reacción de sobresalto a ambas. Era sólo un correo electrónico que le había llegado, pues también había dejado la ventana de su correo abierta. Ver esto nos dio algo de sosiego, y hasta reímos un poco; sin embargo, la tensión volvió a nosotras al notar que la dirección de quien lo enviaba era irreconocible, una combinación aleatoria de números y letras. Dudamos abrirlo, pero Miku decidió hacerlo. Quedamos completamente paralizadas tras leer lo que decía el correo:

Pase lo que pase, no abras la puerta. Hay alguien ahí que no debería de estar contigo.

A esa persona, no dejes que ella abra la puerta si no quieres perder al amor de tu vida.

Con tan sólo leer esas palabras, una sensación completamente rara invadió mi corazón. En ese momento realmente sentía pánico, no quería que nada malo le pasara a ella, yo, debía protejerla, pero el mensaje decía más.

«Ellos están afuera. Por favor, hagas lo que hagas, escuches lo que escuches, no abras la puerta. Intentarán convencerte de que lo hagas, tienen muchos métodos; pueden fingir ser alguien que conoces, un familiar, un amigo, y sus voces sonarán igual. Tal vez te pidan ayuda, te dirán que están lastimados, te suplicarán que abras la puerta. Pero escuches lo que escuches esta noche, no abras. Trata de ignorarlos, trata de dormir, mañana todo estará bien. Ellos jugarán con tu mente; no lo permitas. Por favor, créeme, ¡no abras la puerta!». Tu la persona extra de la habitación, no dejes que ella abra la puerta, o su futuro juntas. Se acabara.

Cuando terminamos de leer yo no sabía qué pensar. Tal vez era una broma tonta de alguien, tal vez incluso era miku quien me jugaba una broma, a pesar de ser miedosa le encantaban todas esas cosas… pero élla tenia esa expresión, estaba tan asustada como yo, lo pude sentir. Ahora sabíamos que había alguien ahí afuera, tras la puerta. De pronto, llegó el momento más aterrador que nos pudimos esperar; en ese instante un escalofrió recorrió todo mi cuerpo y me dejó paralizada. Una voz se escuchó, provenía de atrás de la puerta. Miku estaba segura y yo lo puedo corroborar: la voz era la de su madre.

—Hija por favor ábreme, tu padre y yo tuvimos un accidente en el auto, estamos muy lastimados… por favor, abre, ayúdanos. —Al escuchar esto miku sólo retrocedió un paso. Aún puedo recordar esa expresión en su rostro, estaba en shock. Estoy segura de que ninguno de las dos lo creíamos ni sabíamos qué hacer. Miku tomo mi mano, apretándola, buscando seguridad.

—Hija por favor, abre, ¿qué esperas? Necesitamos tu ayuda… —Sin lugar a dudas, ésa era la voz de su padre. Eran las voces moribundas de sus padres tras la puerta, clamando por ayuda. Mi ambas permanecimos sin reacción por algunos segundos, después élla se volteó lentamente, y me dijo:

—Esos realmente son mis padres. Necesitan ayuda, abriré la puerta.- solto mi mano

Se propuso dirigirse hacia la puerta, pero la detuve. Si eso era algo malo, no me iba a permitir peerderla.

—Recuerdas el correo, lo que nos dijo que pasaría, ¿no se te hace extraño?, ¿qué tal si es verdad y ellos no son tus padres? —lo único que hizo fue hacer que la soltara. «No digas tonterías», me dijo. «Tú los escuchaste, ésas eran las voces de mis padres. El correo debe de ser una estúpida coincidencia». Se dirigió a la puerta sin que pudiera hacer nada.

La verdad, no sé qué me hizo hacerlo, pudo ser el miedo que me invadía… pero al verla dirigirse a la puerta, lo único que pensé fue correr hacia el armario en donde miku guardaba algunas de sus cosas y esconderme ahí. No sabía lo que pasaría, pero en verdad tenía miedo.

Lo que escuché a continuación aún no lo olvido, y hasta el día de hoy tengo pesadillas con ello. Miku abrió la puerta, y después sólo pude escuchar sus gritos. Eran unos gritos desgargantes, llenos de dolor y terror; yo no pude hacer nada más que permanecer inmóvil y llorar en silencio, era una cobarde, yo me había jurado protegerla y no había podido hacer nada, seguí llorando un buen rato, hasta que después de unas horas me quedé dormida.

Al despertar por la mañana, me extrañó ver el lugar en que me encontraba, y luego lo recordé todo. Salí del armario y en la habitación no había nadie. Noté de inmediato que ya era de día y que la puerta estaba abierta, así que decidí salir. Busqué por toda la casa esperando encontrarla y que me dijera que todo había sido una broma, pero miku no estaba y el dolor que sentía por todo mi ser, solo crecía con cada paso que daba. Mi gran amor ya no estaba. En la tarde llegaron sus padres y les conté lo sucedido, llamaron a la policía y la buscaron por días, pero nunca apareció. El correo que le había llegado esa noche también desapareció, y para ser honesta creo que nadie creyó nada de lo que les había contado.

Aunque… no importa que nadie me creyera, yo sé lo que pasó esa noche y sé que ellos estaban ahí afuera. También sé que no debí haber estado ahí, que no debería saber que ellos existen.

Aún no sé por qué lo hacen, creo que sólo tratan de divertirse con las personas, con su pánico… alguna especie de juego. Cada día lo analizo y trato de aprender más de ellos; sé que sólo llegan en la noche y que pueden imitar cualquier voz, que si no abres la puerta se irán y también creo que siempre recibirás ese extraño mensaje de advertencia, debe ser parte de su macabro juego.

No debí estar ahí ese día, y no debería saber que ellos existen. Sé que algún día regresaran por mí, pero pase lo que pase, no abriré la puerta. Seguiré investigando mas, si hay alguna manera de recuperar a Miku, la encontrare e iré por ella.