Hay que joderse. Yo, Craig Tucker, teniendo que ir mendigando un polvo, encima a mi propia pareja. Entiendo perfectamente que estamos hablando de Tweek, el chico más inocente y, por qué no decirlo, casto de todo el jodido planeta. Quizá hayan otros peores que él, pero me la sudan enormemente, así que a callar.
Claro que no me interesa únicamente tener sexo con él, no, mi relación con Tweek se basa más en la confianza, compañía, cariño, y demás gilipolleces cursis, pero… soy un puto adolescente, y los adolescentes tienen sus putas necesidades. Ya me imaginaba que iba a costarme ir más allá con este paranoico, pero llevamos seis-jodidos-meses. Y yo llevo casi un año sin meterla en caliente. ¿Acaso sabéis la tortura que supone eso para mí? No soy ningún jodido adicto al sexo, que quede claro.
Tampoco quiero presionarle, no es plan de decirle "Hey Tweekers, te ves bien hoy. ¿Nos acostamos?", porque entonces él me daría una patada en las bolas y echaría a correr, y encima luego me tacharía de pervertido que solo está con él para hacerle guarradas. Y lo sé tan bien porque esto es precisamente lo que pasó cuando se lo propuse cuando hicimos un mes de novios. He intentado insinuárselo más veces, pero en cuanto mis manos bajan más de lo permitido, me da un manotazo. Bueno, por lo menos ya no me tacha de "salido".
Pero bueno, al grano, ¡han pasado ya seis jodidos meses sin hacer nada! Y tal era mi jodida desesperación que yo… hice lo impensable…
Pedir consejo al jodido de McCormick. ¿Quién sino sabía más sobre el arte del cortejo, si es que se le puede llamar así? Pero bueno, situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas. Y lo que me aconsejó no me pareció tan descabellado como me temía. Pero está claro que debería haberlo pensado dos veces antes de actuar.
Como fuera, su consejo fue que encandilara a Tweek con frases de su propia invención, algunas que utilizaba para ligarse a las chicas "difíciles". Y según él siempre funcionaban, al cien por cien.
Algunas eran un poco… vulgares, otras no eran tan idiotas. Por eso decidí separarlas en dos bloques; utilizaría las no tan idiotas para ¿conquistar? A Tweek, y las otras las dejaría de repuesto por si las primeras no funcionaban.
Y ahí íbamos…
El día después de aquella charla con McCormick quedé con Tweek para vernos en mi casa. Casi siempre estaba vacía, como mucho estaba mi hermana, pero ya sabía que tenía la entrada prohibida a mi habitación, y mucho más cuando venía Tweek.
Así pues, recordé lo que me dijo Kenny. En un momento dado, tomé las pequeñas manos de Tweek entre las mías, y le miré a los ojos fijamente, intentando poner una mirada sensual. La verdad es que no sé si resultó ser sensual o parecía gilipollas, pero bueno.
-You are the dairy queen and i'll be your burger king. You treat me right and I'll do it your way.-
-¡Gah, no me llames 'r-reina', que soy un chi-chico, ack! Oh Dios, no me d-digas que ngh parezco un-una tía, ¿¡soy ack po-oco masculino!?—Exclamó alarmado (vaya novedad), palpándose la cara.
-N-no… Joder, no me refería a eso.—Mierda, a quién se le ocurría decir esa frase para tías. No, era culpa del gilipollas de Kenny por dármela, por supuesto, el imbécil no cayó en la cuenta de que esa no era la adecuada para decírsela a un chico.
Primer intento fallido. ¡Pero no había problema! Me acordaba de otra frase, y esta sí que se podía usar tanto para tíos como para tías. Cuando se calmó un poco, pasé de lanzarme mi –intento de- mirada sensual o tomarle de las manos; en lugar de eso le toqué el hombro para que me mirara.
-My name isn't Elmo, but you can tickle me anytime you want.-
-Ngh, ¿qué di-ices ahora? Tú odias la-las cosquillas.—Ladeó levemente la cabeza, confundido. Me cago en la puta, efectivamente odio que me hagan cosquillas.
Puta madre, tendría que haber revisado las jodidas frases antes de decirlas. Clyde me estaba pegando su deficiencia mental, sin duda.
Al día siguiente a la hora del recreo, estábamos él y yo sentados en un banco, mientras Clyde molestaba a Token con sus gilipolleces. Tweek bebía café de su termo, y yo solo llevaba mi mirada aburrida de un lado a otro mirando a todos. Lo normal.
Pero ahí había otra oportunidad de camelarme a mi rubio. Joder, era patético, usar frases de ligue para conquistar a tu propia pareja, era lo más patético y humillante que podía haber, sin duda.
Aprovechando que había despegado la boca de su termo, llamé su atención diciendo su nombre, a lo que volteó la cabeza hacia mí, mirándome interrogante.
-Are you going to kiss me or do I have to lie to my diary?-
Tweek solo se sonrojó un poco y acercó su cara a la mía, dándome un pequeño beso. Tan rápido que ni siquiera me dio tiempo a corresponder y llevarlo más allá. Y cuando me quise dar cuenta ya estaba amorrado otra vez a su termo. Puñetero niño.
Luego pareció caer en algo, porque volvió a mirarme extrañado.
-Ngh ¿ti-tienes un diario?—
Vale, ahora parecería un nenaza.
No esperé otro día. Esa misma tarde cuando le acompañaba a casa decidí probar suerte otra vez. Hm, las dos frases que llevaba memorizadas me parecían geniales, sugerentes pero delicadas a la vez. Sin duda, cualquiera se derretiría si le dijeran eso. Bueno, cualquiera menos yo, claro está.
-I'm sorry, I forgot your name. Can I just call you "mine"?—Le dije en un intento de voz seductora, arrimándole más a mí.
-¡Gah, ¿qué?! ¿¡T-te has o-olvidado de mi nombre!?—Mierda, mierda, parecía más ofendido de lo que debería.
-¡Que no, que no, era broma, eres Tweek Tweak!—
-¿Qu-qué clase de ack broma es esa?-
-Vale, una muy mala. Pero, ¡como sea!—Venga, a probar suerte otra vez.-You forgot my name? That's okay, you can call me "yours".-
-¿Cómo qui-quieres que agh me olvi-ide de tu nombre?—Hizo un mohín adorable.—Te lla-llamas Craig Tu-ucker. ¿Otra bro-oma?
-…Sí, otra broma.-Joder.
-Ack no me g-gustan tus bromas.—
Ni una, ni una puta frase había servido hasta ahora. Culparía al cabrón de Kenny, pero para qué engañarnos… ¡Tweek también tenía la culpa, era un jodido corto que no pillaba las indirectas! Y joder… las frases que me quedaban eran jodidamente cursis.
Pero, eh, quizás esas funcionaran. Al fin y al cabo, las cosas que te hacen escupir arcoíris funcionan muy bien para conquistar a alguien.
Así que decidido, esperé el momento perfecto para soltarlas. Y dicho momento fue cuando nos encontrábamos en mi salón, intentando hacer deberes. Sí, quizá no fuera muy romántico, pero la cuestión es que estábamos solos y uno al lado de otro, juntos.
Le besé en la mejilla, y cuando volteó la cara hacia mí, hice lo mismo en sus labios. Sin apartarme mucho de su cara, di el golpe final:
-I noticed that you're having a very difficult time confessing your love to me…-
Sus mejillas se tiñeron levemente, y desvió la mirada hacia el suelo, arrugando nerviosamente su camisa con los dedos.—Pe-pero si ya ngh te-e lo confesé…-
Vale, quizá esa frase había sido la más estúpida, viéndolo de esa manera. Mierda.
Tranquilidad, tranquilidad… Quedaba otra, y esa sí que era buena. Y como si lo anterior no hubiera sido dicho en ningún momento, hablé de nuevo.
-Where's your favorite place in the world? Because mine is being right next to you.-
Me dedicó una de sus tímidas sonrisas, mientras me abrazaba.—Er-eres muy ngh tierno cu-cuando quieres.—
Vale, sin duda estas frases no habían ayudado en nada a mi propósito. Sí, con esta última había logrado que Tweek se sintiera bien (cosa que me alegraba, por supuesto), pero ni por esas conseguí mi verdadero objetivo.
Era hora de pasar a cosas más directas.